Partida Rol por web

Guardo mis cosas en la mochila y agarro a Eddy por la solapa de su traje, salgo corriendo tras Allan intentando distinguir si nos siguen entre la humareda de polvo.

Recogeis vuestras cosas, incluidas el catatonico Eddie, y salis corriendo hacia el Sur. Allan avanza en cabeza y justo detras Thomas arrastra a Eddie, quien a duras penas logra mantener el ritmo.

El tiempo apremia, la nube de polvo apenas dura unos segundos, lo justo para alcanzar la esquina y salir del campo de vision de los jinetes. No sabeis que hacen a vuestra espalda los jinetes, no se escuchan mas disparos ni movimientos de los caballos. Aunque no podeis oir mucho ya que la sangre retumba en vuestras sienes a cada zancada que dais.
Por fin, tras unos treinta metros que parecen kilometros alcanzais el final del edificio. Allan es el primero en llegar y recuesta su espalda contra la pared que impide que le puedan ver los enemigos. Acto seguido llegan Thomas y Eddie, que hacen lo mismo.

Es entonces cuando os topais con una escena inesperada. Dos jinetes permanecen a apenas cinco metros de vosotros, su linterna y armas estan apuntando a un hombre y una mujer que permanecen con los brazos en alto.
Podrian ser las dos figuras que os seguian como podrian ser compañeros del atracador. O simplemente viajeros en el peor lugar y en el peor momento.
Lo que os preocupa es que los jinetes os han visto y estan moviendo sus armas para apuntaros a vosotros.

Apunto con mi subfusil a los tios de la metralleta, no es que convenga liarse a balazos, pero es mas probable que no nos disparen si tenemos un arma apuntandoles.
Solo estamos de paso, hecharos a un lado.

Jadeo mientras corro como un diablo para llegar al otro lado del edificio. Cuando por fin lo logramos me quedo pálido del susto. La has cagado Alan -pienso. Miro de reojo a mis compañeros y todos actuamos con rapidez. Está claro que si disparamos vendrá toda la tropa y será peor. La opción de intimidar de Thomas es la más sensata de momento. Diplomacia a nuestra manera.

Cojo la granada y la levanto para que puedan verla bien junto a las otras cinco que tengo en el cinto, pongo un dedo en la anilla como si en cualquier momento fuera a quitarla.

Tirad las armas o aquí reventamos todos. Contaré hasta cinco. -miro a los jinetes muy serio, jodidamente serio, más serio que en toda mi vida junta. Se podría decir que soy un loco al que no le importaría inmolarse. De hecho Eddie tiene que estar acojonado.

El hombre y la mujer comienzan a vaciar sus mochilas delante de los jinetes cuando Allan lanza su amenaza.
Si bien Thomas ha dado a entender que no sois una amenaza, Allan ha hecho todo lo contrario. Convertir tres extraños en una bomba andante.

Eddie apenas puede susurrar.

- Ti...tio... ¿Que coño estas haciendo?

Los jinetes parecen tomar en serio la amenaza de Allan, pues lentamente bajan las armas. Primero cae la linterna, que ademas de no romperse sigue encendida iluminando la pared.
Despues arrojan sus armas, os percatais de la extraña forma de dejarlo caer pegandose la culata al pecho. Es entonces cuando observais que poseen walkie talkies adheridos al traje y que lo han hecho asi para pulsar un boton.
El resultado no tarda en conocerse, un pitido intermitente comienza a sonar en el walkie talkie de Thomas, pese a que el volumen estaba casi al minimo resuena con bastante contundencia.
Se trata, evidentemente, de una sutil llamada de socorro que, en otras condiciones no hubieseis detectado.

El hombre y la mujer se limitan a esperar acontecimientos, no parece que vayan a reaccionar, sus armas estan en el suelo.

Uno de los jinetes responde, increiblemente conserva una inusual calma.

- Tranquilo, todavia no somos enemigos.

No sabeis si pueden oir el ruido del walkie talkie desde su posicion.

Observo asustado y cabreado como nuestro walkie comienza a pitar y les miro asesinamente.

¿Os creeis que somos gilipollas!? ¿De verdad me has tomado por un puto gilipollas!? La habeis cagado - me acerco hasta ellos y mi dedo esta a menos de un segundo de quitar el seguro, mi cara desencajada- Vuelve a poner eso como estaba y bajaos de los malditos caballos o os meto las granadas por el culo de dos en dos. -gruño amenazante, pero sin gritar, pues no quiero que me oigan más de lo necesario.

Eddie, revienta esa linterna, coge sus armas y walkies y pasaselas a esos dos -ordeno con firmeza y señalo a los extraños, seguro que estarían encantados de colaborar con nosotros por lo menos vengandose después de este par de cabrones- Thomas , subamos a los caballos, Eddie conmigo.

Si nos seguis, daros por muertos.

Teníamos que largarnos de allí cuanto antes, y ese par de caballos eran nuestra unica salvación.  Con un poco de suerte podriamos alejarnos a toda velocidad y los desconocidos mantendrían ocupados a esos dos omega.

Joder, son los omega..

Esos hijos de puta quieren liarnosla.
La forma de actuar de Allan es la mas correcta segun la situacion aunque parece probable que los Omegas van a seguir detras nuestro tocandonos los cojones un buen tiempo.
Eddy relajate y haz lo que te dicen, todo va a salir bien.