Ya habían pasado tres semanas, ¿o eran cuatro? No estabas seguro: el sake se te había acabado, el dinero también, estabas solo, abandonado, traicionado... En el poco tiempo que llevabas tirado en aquella isla ya te habías ganado una mala reputación entre las personas, las cuales se acostumbraron a pasar de ti y tus exigencias; uno que otro inocente te daba una oportunidad y te permitía cama y comida, cayendo en tus encantos de niño inocente... pero siempre se terminaban arrepintiendo y te echaban.
Vagabas por las calles a tu suerte, ignorando por las personas que pasaban cerca de ti. Entonces, el destino te sonrió y te dio una señal: el viento lanzó directamente a tu rostro un cartel.
Se buscan personas para Tripulación Pirata
Capitán con alta recompensa no se hace responsable de posible cacería por parte de los Marines al salir de la isla
Primer destino: El Baratie
Reunión en la Taberna de Orange Town
La fecha de la reunión era... ¡hoy! Era tu oportunidad. Sabías que el mundo no podría ser feliz sin ti en el mar, y ahora te lo estaba diciendo. ¡Era el momento de tomar tus pocas cosas, y marchar a la taberna, pues solo faltaban algunas horas para la reunión!
El viaje había sido largo, pero por fin habías llegado. Aquella pequeña isla del East Blue antiguamente paso muchos problemas por un pirata muy payaso, pero ahora les había llegado la paz a las calles y las personas podían continuar sus vidas con tranquilidad y felicidad.
El viento soplaba mientras los trabajadores del barco atracaban en el muelle. No tardaron en extender el puente para que todos los pasajeros pudiesen bajar, entre ellos, tu.
En tus manos llevabas el cartel que te trajo hasta allí:
Se buscan personas para Tripulación Pirata
Capitán con alta recompensa no se hace responsable de posible cacería por parte de los Marines al salir de la isla
Primer destino: El Baratie
Reunión en la Taberna de Orange Town
Faltaban solo unas horas para la reunión. Era el momento de prepararte y dirigirte a la taberna donde empezaría tu aventura.
Aquello era horrible…sus propios compatriotas, sus hermanos, sus protectores…sus…sus subordinados, le habían abandonado a su suerte en aquella isla, sin dinero, sin recambios de ropa…y sin alcohol. Le dolían los pies de estar caminando tanto tiempo, la espalda de tener que dormir apoyado contra una pared, y le rugía el estomago a causa de no estar comiendo en condiciones.
-Si…si al menos hubiera ahorrado un poco…po…podría haberme comprado un bollo…o…o podría haberme bebido otro vaso de sake…-Tosió como un enfermo terminal mientras se precipitaba por las calles. Había intentado vender sus servicios a cambio de alcohol y comida, pero la gente terminó por darse cuenta de que era un tanto “deplorable” y que no merecía siquiera eso.
Pedía cosas pequeñas al principio…pero terminó por manosear a una chica como no debía. No podían pegarle porque parecía un niño, pero si echarle a la calle de un empujón…y ahí estaba, balanceándose de un lado a otro, desnutrido y sucio, con la ropa oliendo a sake…e incluso al borde de la muerte.
Cayó una vez…luego otra, hasta que al final mientras estaba en el suelo y se levantaba, un cartel le fue a parar al rostro. El pequeño apartó el susodicho cartel con sus manos y leyó el documento atentamente.
-Eso…es…es mi día de suerte…-Sonrió un tanto cansado mientras se ponía de pie sujetando el papel, abrazándolo con fuerza y dando un pequeño salto.-M…mi oportunidad, mi oportunidad de volver al mar…de…de volver a ganarme un nombre, puede…puede que incluso me nombren capitán por mis aptitudes…si…si…volveré a ser alguien…¡Alguien importante!.-Gritó alzando el puño al cielo mientras comenzaba a apurar el paso hacia aquella taberna, más animado y con energías renovadas, ¿sería la capitana hermosa?, tal vez le hacía su consorte, ¿y como le pagarían por sus servicios?, ¿bellas mujeres, el mejor licor del mundo, montañas de oro?...la boca ya se le hacía agua…solo tendría que actuar como hacía a veces, eso siempre funcionaba…odiaba tener que hacerlo, pero funcionaba.
Su vieja tripulación lo pagaría caro, ahora estaría en una mejor y posiblemente con gente poderosa, todo iría...de maravilla.
Ains... menos mal, por fin puedo pisar un poco de tierra firme- me dije a mi misma mientras terminaba de recorrer la pasarela para el puerto, y pegaba una buena bocanada de aire. Ufff... había sido la primera vez que había pasado tanto tiempo dentro de un barco. Por suerte no me maree... y viendo que he venido para unirme a una tripulación pirata, sin duda me hacía sentir aliviada, parece que no tendré problemas con ello.
Con una bolsa colgada al hombro llena con mis bártulos médicos y prendas, jeringuillas preparadas en el bolsillo de mi pantalón, y con una pistola que en verdad casi no había usado salvo para probarla colgada de mi cinturón, ojeé el cartel que había alentado mi partida de Fizz Island. Me había costado tomar la decisión de emprender este viaje... admitámoslo, ¿yo una pirata? Jamás había pensado esa posibilidad ni se le habría pasado a nadie que conozca por la cabeza... Pero por Lynn, por mi familia... haría lo que sea -Pues bien... allá vamos- terminé diciendome. Me ajusté las gafas, y decidida partí para la taberna. A ver como será esta gente con la que me voy a reunir.
Finalmente se reunieron en la taberna de la ciudad, con varios minutos de antelación para asegurarse de estar allí al momento acordado. En el lugar ya habían personas de apariencia sospechosa, y aún faltaban más por llegar: en una mano sujetaban las jarras de sake que pedían para pasar el rato, mientras con la otra intentaban cubrir la pistola o sable que llevaban en el cinturón. El ambiente se sentía peligroso, pero todos mantenían la calma a la espera de la llegada del capitán.
El tiempo fue pasando, y ya era media hora tarde cuando todos empezaron a considerar que era un timo por parte de un bromista pesado. Entonces, un gran hombre llego al lugar:
-¡Muahaha! ¡Veo muchas caras interesantes por aquí! -era alto y corpulento, con una gran barriga bajo la cual llevaba un cinturón con múltiples pistolas y bolsas con monedas y balas. Su sucia camisa tenía varios botones faltantes, y su pantalón varias rasgaduras, aparte de que sus botas estaban sucias de algo que preferían no detallar. Tenía una gran barba marrón, y llevaba en la cabeza un sombrero con el símbolo de una calavera con cuatro huesos cruzados mientras en sus hombros cargaba una capa agujereada. Su apariencia era pobre, rebelde, asquerosa... -. ¡Veamos que hay por aquí!
El hombre empezó a caminar por el lugar observando a los presentes. Los que habían venido a unirse a la tripulación susurraban cosas por lo bajo, cuestionando seguramente si de verdad era un buen capitán; el mito de que todos los piratas tenían que ser sucios y repugnantes era un mal prejuicio.
-Ujum, ujum... Varios espadachines, tiradores, luchadores... Hermosas damas... Un... ¿niño? Bah -no disimulaba en su expresión que unos le gustaban más que otros, sobre todo las chicas a las cuales se les quedaba viendo con una gran sonrisa mientras se relamía los labios. -. Veamos de lo que sois capaces... ¡Saqueemos esta isla y huyamos con las riquezas! ¡Aquellos con un botín de cincuenta mil berries o superior se unirán a la tripulación! -anunció riendo mientras desefundaba una de sus armas y disparaba al techo.
Enseguida, muchos se pusieron de pie y sacaron sus armas, alarmando así a los trabajadores del local. Parecía que el saqueo empezaría allí mismo, y básicamente todos estaban de acuerdo... excepto una sola persona.
-Vaya desperdicio de tiempo... -un hombre de figura delgada y con la manga de su brazo izquierdo anudada se levantó de su mesa, dejando la paga por la jarra que acababa de terminar. Con la vista de todos en él, desefundo el arma que llevaba en una funda que colgaba de su hombro izquierdo, apuntando con la punta al capitán pirata. -. No pienso permitir que nadie arruine la paz de estas personas...
Era un tonto, un loco, ¡un demente! ¿Quién se atrevería a desafiar así a quién seria el líder de tantos criminales, y con todos presentes? Pero... Se suponía que los piratas no eran solo saqueadores... Los piratas eran compañeros, amigos que buscaban superar sus límites y vivir aventuras... Tal vez uno que otro dominaba una isla, pero en el fondo había más que ser bandidos, la marine se había equivocado hace años, y gente como la que había ahora en la taberna solo sentirían que tenían la razón... Era el momento de tomar una decisión...
Entré por la puerta del bar... y sinceramente, nada más entre podía notar muy a simple vista que este no era mi sitio y que yo sobraba entre tanta gente con mala espina. De acuerdo que si me quedo mirando a alguien con mis gafas pues seguramente si parezca no muy de fiar... pero no al nivel de esta gente. Además... ¿que hacía un niño en este lugar? Sin duda eso era de las cosas que más me llamaba la atención. En fin... preferí no llamar demasiado la atención, cosa difícil entre tal mar de testosterona, y me acerqué a la barra a pedir algo de beber a la espera del capitán... ¿tendrían savia carbonatada, o su exportación no llegaba entre mares? De todas formas me conformaría con una cerveza normal y corriente.
Los minutos pasaban, y al parecer el susodicho llegaba tarde... mal empezaba esto. Y peor iba cuando a la media hora vi entrar a un hombre que incluso tenía peor pinta que el resto del gentío, y que por como actuaba parecía ser el capitán. Joder... empezaba a arrepentirme de haber venido aquí... pero aún con esas me levanté del taburete donde me senté para que me "examinara"... mala idea. Me estuvo examinando mucho más de la cuenta -Circula para delante...- no pude evitar soltarle al hombre después de sentirme incómoda con esa sonrisa y esa lamida de labios -Desde luego... esto ha sido una gran perdida de tiempo... un largo viaje para nada- pensé desilusionada y algo mosqueada conmigo misma... también quizás fui demasiado optimista al pensar que encontraría un buen capitán a la primera... tendría que probar en otro lugar.
Pero esos pensamientos se desvanecieron cuando escuché la "prueba de evaluación"... ¿perdona? ¡¿UN SAQUEO A TODA LA ISLA?! Desde luego... ¡YO NO HABÍA VENIDO A ESO! Admito que ya venía con la idea de que tendría que hacer cosas "no muy éticas" para unirme a la tripulación pirata... ¡pero desde luego no iba a saquear una isla! Y sinceramente... tampoco quería que ellos lo hicieran. Por mi misma me iba a levantar, y de hecho ya estaba cargando discretamente mi pistola con una jeringuilla... pero entonces vi como alguien se adelantó a mi. Un hombre carente del brazo izquierdo... que no tuvo miedo de desenvainar una espada ante una injusticia. Joder, lo que le faltaba de brazo le sobraba de cojones... ¿porque el capitán que quería tripulación no era como él?. No importaba la verdad... de todas formas con la estupidez que iba a hacer por culpa de mi sentido de la justicia... tampoco creo que me fuera a ir de piratería con ellos... de hecho seguramente mi siguiente parada sea un hospital.
Ya somos dos...- dije escuetamente levantándome del taburete, dejando en la barra mi cerveza a medio terminar y el dinero que debía por ella. Caminé hasta el lado del espadachín manco, y encañoné al barrigón de aquel capitán poniendo mi pistola al lado de su espada -Lo siento... pero viendo como eres, prefiero mil veces acabar en el hospital junto con este desconocido antes de obedecer una orden tuya. Y si pretendes saquear a esta gente... te pongo a dormir de un disparo- le dije al gordo pirata, mirándolo a través de mis gafas negras.
El niño llegó al bar tan rápido como sus piernas le permitieron…casi se mataba por el camino, pero llegó de una pieza y eso era lo importante. Atravesó las puertas con el corazón acelerado por la adrenalina y la ilusión de encontrar una banda pirata…y vaya si encontró a una, habían espadachines, luchadores, tiradores, incluso chicas guapas, las cuales era extraño que estuvieran ahí…¿ya sabían a que iban metiéndose en una tripulación?...estaba demostrado científicamente que si no se valían por si mismas terminarían en la cama de algún tripulante, eso si no las mataban antes, claro…¡pero no importaba, el canijo estaba ahí por una razón de peso!...aunque esa gente era de la peor calaña todo sea dicho.
Ya se le hacía la boca agua de ver a gente comiendo y bebiendo, a fin de cuentas llevaba tres semanas en las que apenas comía o bebía algo, siempre andaba corriendo tras la gente pero nunca le daban nada, ni una simple moneda para una hogaza de pan…y esa escena le tenía embelesado, tanto que ni siquiera escuchó al gordinflón ese llamarle “niño”.
Pero si que se enteró cuando dijeron que tenían que saquear la isla…espera, ¿saquearla?, ¿Botín de cincuenta mil berries?, ¿Qué se había pensado?, esa isla estaba destrozada, parecía estar para el arrastre mejor dicho, ¿Qué diantres robarían en un lugar así?...tal vez fue el único que lo pensó, ya que los demás alzaron sus armas, dispararon al techo y en general alarmaron al personal de la taberna.
El muchacho ya iba retrocediendo, principalmente por la estampida de hombres adultos y…porque posiblemente terminaría apuñalado o disparado, lo que primero sucediera. Por suerte, un tipo con un solo brazo se alzó y desenfundó su arma, diciendo que no permitiría que nadie arruine la paz de las personas de esa isla…un acto noble, muy noble en verdad, pero estaba loco, ¡le superaban en número!.
Aprovechando la situación de que todo el mundo estaba empanado con aquel hombre, el joven se subió a una mesa y comenzó a atiborrarse de comida con las manos y a beber como un cosaco, notando como sus energías volvían al fin a su cuerpo…-¡Puaaaah!~-Jadeó después de dar un buen mordisco a un muslo de pollo y vaciar el contenido de una jarra en su gaznate, no sabía muy bien que era…¡¿pero y lo bien que sentaba?!
El problema fue cuando una chica también se alzó, nuevamente alguien que no iba a permitir el saqueo de aquel lugar. Kidd miraba la escena de pie desde una silla mientras masticaba ansiosamente…si se habían opuesto a un capitán que pedía 50.000 por persona…significaba que tenían agallas, coraje y posiblemente madera suficiente como para detener a toda esa banda de idiotas, además, la chica era guapa…¡era su oportunidad de finalmente volver al mar!.
El canijo saltó de la silla y se movió entre la gente para llegar junto al espadachín manco y la otra mujer, no tenía arma, pero por suerte agarró un tenedor de una de las mesas del bar y hizo esfuerzos para subirse a una mesa y que le vieran.
-¡E…eso, n…no permitiremos que…que hagan daño a la isla!-Exclamó con voz infantil mientras notaba como se le enarbolaban las mejillas y le lloraban los ojos…era la viva un niño pequeño enfrentándose a sus miedos…parecía estar a punto de llorar en cualquier momento, ¿por valor, nervios, coraje, por la compañía de semejante fémina?...¿o había bebido algo que no debía?
-¡¿EHHHHH?! -alguien oponiéndose a su decisión no era algo que se esperaba ver el capitán; bueno, los de la isla si eso, pero que fuesen de los propios que querían ser piratas... -. ¡Muahaha! ¡No pensé que habría gente tan estúpida en este lugar!
El capitán se reía a grandes carcajadas, siendo acompañado por aquellos que querían unirse a él. Por otro lado, el hombre de un solo brazo se mantuvo en silencio mientras los miraba de reojo; no parecía sorprendido de ver que alguien le apoyase, aunque tampoco alguien muy expresivo...
-¡Vamos! ¡Mejor ven con nosotros, lindura! -cuando el capitán estaba dispuesto a responder la amenaza de Ikame con su propia arma, todo sucedió.
En un veloz movimiento, el espadachín lanzó un corte certero al capitán pirata, haciendo un rápido giro sobre si mismo para finalmente darle una patada desde un costado y así arrojarlo sobre un grupo de los alborotados, dejándolos aplastados con el hombre encima.
Enseguida, se empezó a armar un alboroto aún mayor en el lugar, y todos se prepararon para enseñarles su lugar.
Ikame y el hombre sin brazo se vieron rodeados enseguida por aspirantes a piratas con sables y pistolas, listos para atacar en cualquier momento... Por otro lado, a Kimanjirou le rodeaban dos tipos que buscaban atraparlo para darle su buena tunda.
-Piensa rápido... -en otro acto inesperado, el espadachín arrojo su arma como si de una lanza se tratase hacia uno de los piratas que intentaban atrapar a Kidd, acertado perfectamente en la cabeza y haciendo que el tipo caiga tendido al suelo. Entrando en pánico, el otro aferra con fuerza su sable, e intenta bajar al niño de una estocada hacia una de sus piernas.
Finalmente, uno de los que rodeaban a la chica y al ahora desarmado hombre se lanzo con su sable en alto, dispuesto a atacar a Ikame de frente con corte hacia su estomago.
Motivo: Ataque Arma Blanca contra Kidd
Tirada: 1d20
Resultado: 18
Motivo: Ataque Arma Blanca contra Ikame
Tirada: 1d20
Resultado: 20
OS VAIS A MORIR ANTES DE SALIR DEL A ISLA XDDDD PFFFFF
Me sorprendió mucho ver que el chico que tanto me había extrañado ver en la taberna también se unía a nosotros... me sentí mal, espero que no se meta en un lío y acabe mal por culpa de nuestra estupidez de hacer frente a no se cuantos piratas que seguro no dudarían en herirnos y hasta matarnos -No lo voy a negar, yo por lo menos soy bastante estúpida haciendo esto- no pude evitar pensar ante las carcajadas del capitán pirata y sus nuevos hombres. Solo esperaba que el manco supiera defenderse... porque yo no demasiado.
Y mira la sorpresa que me pegué, que antes de que me diera cuenta el sujeto ya había tumbado al capitán de un corte increíblemente rápido y preciso y ahora éste aplastaba con su peso a varios de los piratas -Vaya... pues es bueno...- pensé, no pudiendo evitar preocuparme -Yo no lo soy tanto- terminé pensando... al menos ya no me llamaría de nuevo "lindura".
Ahora si que estábamos en problemas... con varios piratas rodeándonos a ambos. Y encima, mi preocupación se hizo realidad al ver como un par se acercaban hacia el pequeño con las armas desenvainadas... vamos, que no parecían ir a matar pero una golpiza tal vez se comería -¿Hmm?- me dio tiempo a preguntar al manco que creo que me había dicho algo... antes de que su espada volase hacia uno de los que iban a atacar al chico -¡Ostias!- no pude evitar pensar sorprendida -Que... ¡lo ha matado del todo!- pensé. Hasta ahora no había visto nunca un asesinato... además que yo esperaba pelear con esta gente pero sin llegar a ese extremo.
Me quedé anonadada... y fue un mal momento para quedarme así. Por culpa de eso no vi hasta que fue muy tarde que uno de los piratas se abalanzaba contra mi con su sable en la mano... me aparté pero aún así me alcanzó -¡Aghhhh joder- me quejé al notar la espada dándome de lleno, intentando apartarme como pudiera del hombre... -Puta, ostias, joder, cabrón... Agh... ¡Joder!- insultaba mucho por culpa del dolor mientras me llevaba la mano libre a la zona herida... esta demostrado que decir improperios tenía cierto efecto analgésico... ¡y ahora mismo lo necesitaba! -No voy a acabar en el hospital... ¡como no esté más atenta voy a acabar en el cementerio sin siquiera embarcar!- pensé preocupada.
Entonces, vi como el otro hombre que iba a por el chico sacó su sable... ¡y sin duda se veía que quería usarlo contra el! -¡Ni se te ocurra tocar al niño gilipollas mamonazo!- terminé gritando dolorida insultando más, mientras apuntaba con mi pistola hacia el pirata y le disparé sin pensarlo demasiado. Lo último que quería es que encima de que yo estoy muy herida... ¡no pienso dejar que hieran así a un crío! Y a estas alturas... como si la jeringuilla que salió disparaba se le clavaba en el ojo o en la punta de su nabo. Que se jodan todos.
Motivo: Defensa Arma blanca
Tirada: 1d20
Resultado: 14(+1)=15
Motivo: Disparo tranquilizante
Tirada: 1d20
Resultado: 6(+5)=11
Todo comenzó a irse de madre después de que terminara alzándose para ayudar a los otros dos, los cuales parecían ser bastante valientes…pero a la vez estúpidos como para enfrentarse a semejante horda de monos. En el momento en que desenvainaron y comenzaron a caer personas al suelo, el muchachito supo que era momento de irse por patas, pero lamentablemente dos piratas se le encararon, buscando matarle o peor aún…mutilar su precioso cuerpo.
Apenas pudo reaccionar, ya que eran demasiadas voces, gritos e insultos por doquier, aunque pudo fijarse que a la chica la acababan de herir y por las pintas…el terminaría igual, así que aterrado no dudó en saltar en dirección a la cabeza de su atacante.-¡No soy un niño!-Gritó totalmente aterrado…con un poco de suerte terminaría su zapato en la boca del pirata, si no…bueno, ¿los ataúdes no estaban de oferta?
Motivo: Esquivar
Tirada: 1d20
Resultado: 19(+2)=21
Motivo: Patada
Tirada: 1d20
Resultado: 13(+1)=14
Todo estaba sucediendo muy rápido.
Ha pesar de su herida, Ikame fue capaz de acertar su disparo en el cuello del que intentaba atacar a Kidd luego deh aber soltado una amplia cantidad de impriopios. La jeringa de inyecto por si sola, y al instante el sujeto pudo notar los efectos del cansancio... Estaba apunto de caer inerte al suelo, cuando la patada al rostro de Kidd terminó por tumbarlo y hacer que perdiese el conocimiento.
-Hm... -el hombre sin brazo rápidamente visualizo el escenario a su alrededor. Entre tanto alboroto nadie se esperaría que hubiese alguien tan sucio y cruel como los tres piratas que apuntaron con sus pistolas desde la espalda a Ikame. Para cuando la chica pudo reaccionar, ya era demasiado tarde.
En otro acto inesperado, el mocho se puso entre la chica y sus atacantes. La sorpresa vino cuando las balas en vez de atravesar su pecho, simplemente impactaron y cayeron al suelo, como si hubiesen golpeado algo hecho de acero. El hombre de un solo brazo no se inmutaba, mirándo fríamente a los ahora sustados aspirantes a piratas.
Sin dar tiempo a que hiciesen otro ataque por la espalda a nadie, el tonto desconocido se lanzo contra un grupo de los aspirantes, luchando contra todos ellos usándo solamente su mano desarmada, y una amplia cantidad de volteretas y patadas: se podía ver a simple vista que era muy bueno en combate.
Volviendo de vuelta al niño, un valiente pirata aprovecho todo lo que estaba sucediendo para acercarsele por detrás y atraparlo de los brazos. Su intención era no soltarlo, y que otros se percatasen de ello para aprovecharse de él.
Finalmente, el hombre de un solo brazo volvió a hablar, esta vez dirigiéndose a Ikame.
-Toma al niño... -Hablaba en un tono frío y suave. Hizo una pausa a causa de tener que esquivar un puñetazo, devolviéndolo a su atacante a gran velocidad. -. Nos vamos de aquí.
Motivo: Esquivar Dardo Tranquilizante
Tirada: 1d20
Dificultad: 11+
Resultado: 4 (Fracaso)
Kidd, haz una tirada de Fuerza contra dificultad 8 para liberarte. Ikame también puede atacar al que lo esta sujetando para hacer que lo suelte.
Mientras todo iba liándose cada vez más a su alrededor, el pequeñín fue agarrado por un hombre, le agarró por la espalda, provocando que el niño empezara a revolverse con fuerza y a quejarse.-¡Déjame ir, déjame ir, déjame ir!-Cualquiera que lo hubiera visto ahí, se habría fijado que realmente era un niño pequeño en problemas, ¿Quién le rescataría de semejante infortunio?
La chica y el espadachín tenían sus recursos, en cambio el…solo era un mocoso pequeñito que necesitaba ayuda urgente de alguien para liberarse…pero ocurrió algo extraño, una fuerza casi hercúlea le recorrió el cuerpo, ¿podría liberarse?
Motivo: Liberarse
Tirada: 1d20
Resultado: 19(+1)=20
Bien, el niño se había salvado de aquel hombre que iba a por él, además le había una buena patada en el rostro. Parecía que la pelea iba bien ahora... salvo por la herida que tenía en el costado y que seguramente debería darme puntos a mi misma para que se curara en condiciones. Pero entonces vi movimientos muy rápidos por parte del manco... ¿adonde iba?
Entonces vi que se estaba peleando con unos tres sujetos que me habían apuntado con sus pistolas... Dios... ¿que hubiera pasado si no los hubiera parado? Y espera... ¿esas balas las habia parado con el pecho? Me habia salvado la vida de una forma que no entendia. Sin duda, el hombre era un peleador formidable y tenía algo más que lo volvía muy poderoso... ¿si tuviera los dos brazos como de rapido habría acabado esta pelea? Quizás sea una forma fea de pensar... pero Dios, le faltaba un brazo y era capaz de todo eso, guau.
Me dijo que cogiera al niño, que nos ibamos de aqui -Si... joder como duele... ahora voy...- le dije todavía dolorida y escapándoseme alguna que otra palabrota más. Mierda, un pirata se había acercado al chico y lo tenía retenido... pero el chico parece que con sus revueltos se había conseguido soltar -Vamos chico... auch... ¡nos vamos ya!- le dije corriendo hacia el, tomándole bajo el brazo por el lado que no tenía herido, y apartando un poco al pirata que había intentado llevarselo... ¡joder como me dolía! Por favor, espero que este hombre conozca un lugar donde poder refugiarnos y donde pueda curarme. Pero sin duda le seguiría... no sólo nos había salvado la vida sino que le interesaba defendernos... al menos de momento.
Vuestro salvador les abrió paso hasta la salida antes de seguirlos.
-Siganme, hay un lugar donde estaremos seguros... -dijo adelatándose para ir en dirección al muelle. La mejor opción que tenían ahora era seguirle.
Finalmente llegaron al lugar donde los barcos atracaban. El hombre se dirigió a un barco en excelente estado, con velas blancas y sin bandera. Tal vez le faltaba un poco de pintura, pero seguramente no tendría problemas para flotar. No le costo nada subir de un salto para despues desplegar el puente para que subiesen sin sobreesforzarse.
-Estuve siguiendo al capitán desde antes de que hiciese su anuncio. Su barco no esta para nada mal, pero es un aficionado: ni siquiera tiene bandera o logos en las velas... En fin: creo que ya no lo necesitará, así que nos lo llevamos -sin dudarlo, fue a desplegar las velas. -. ¡Este barco tiene enfermería, ve y cierrate esa herida! -avisó a Ikame antes de continuar preparando el barco para partir; no estaban seguros de si los piratas les habrán seguido, por lo que esperaban que terminase rápido... -. ¡Niño, tu encargate de las cuerdas!
Kidd, para atar las cuerdas lanza 1d20+Agilidad
Asentí a nuestro salvador tullido mientras andábamos rápidamente detrás suya para seguirle, teniendo al niño bajo mi brazo en todo momento para que no se separase de mi... aparte de apretarme el costado sangrante que aún tenía -Joder, me cago en el dolor...- de vez en cuando se me escapaba un insulto que otro entre dientes... intentando que no me oyera el chico y cogiera costumbre de decir palabras feas.
Llegamos hasta un barco sin personalidad ninguna... podría ser tanto un barco pirata como un barco de la marina, ¿sería de este hombre?. Este pego un gran salto para subir en él... dudo que yo así de herida lo pudiera hacer; pero por suerte el hombre desplegó el puente para que pudiéramos subir. Al subir escuché las explicaciones del hombre -Entiendo... me parece bien...- respondí brevemente soltando al chico que ya aquí en cubierta estaría a salvo. Estaba demasiado dolorida como para hacerle todas las preguntas que quisiera -Voy a la enfermería... gracias- le terminé agradeciendo al hombre, tanto por llevarme al barco con enfermería como por habernos sacado de allí vivos. Antes de dirigirme a la enfermería, tenía una pregunta que hacerle al hombre -¿Quien eres?- le tuve que preguntar... sin duda no era un marinero más o un pirata cualquiera... era mucho más.
Me respondiera o no, le obedecí y me dirigí hacia la enfermería del barco. No quería perder tiempo buscando equipo ahí dentro, por lo que lo saqué de mi bolsa: una aguja quirúrgica y un carrete de hilo para suturar. Enebré rápidamente la aguja por la costumbre que tenía... pero ahí acababa mi costumbre. Había cosido a gente muchas veces... pero creo que a mi misma nunca. Cogí una toalla de mi bolsa y me la puse en la boca para morder y soportar el dolor. Entonces me quité la chaqueta ensangrentada y aparté la tela de mi camiseta rasgada -Joder mierda... es un corte profundo...- pensé bastante preocupada, y algo asustada de tener que ahora cerrármela. Mordí fuerte la toalla... me agarré dolorida la carne para juntarla y... empecé a coser -¡AGHHHHHHHHHHHHH!- solté un grito gutural de dolor amortiguado por la toalla... y solo era el primer pinchazo... esto no iba a salir bien.
Motivo: Medicina
Tirada: 1d20
Resultado: 2(+4)=6
Al final Kidd fue llevado afuera de la taberna y tuvo que correr con los otros dos, la chica y el manco…no sabía a donde iba a parar o si aquello le permitiría seguir viviendo, pero tuvo que hacerlo…era mejor fiarse de ellos que de la gentuza del bar.
Fuera como fuera, estuvieron corriendo en dirección al muelle hasta que finalmente llegaron a un barco, el cual era del capitán pirata del bar, no tenía objeciones con robarle, es más…mejor así, que se jodiera y buscara el mismo 50.000 berries para un barco nuevo.
Aunque mientras estaba ahí, no tardaron en empezar a darle ordenes, gritándole niño y que se encargara de las cuerdas.-¡No soy un niño!-Se quejó soltando un fuerte bufido…estaba dispuesto a ir a ayudar con ellas, pero al ver que la chica estaba pasando un mal rato, el mocoso no tardó en chasquear la lengua y acercarse con rapidez, agarrando el aguja y el hilo que tenía la chavala entre sus manos, más bien quitandoselos y mirandola con cara de pocos amigos, se le veía bastante serio para ser un mocoso, pero tenía sus motivos la verdad.
-¡Deja de moverte y gritar o lo empeorarás!...-Y como tan buenamente pudo, comenzó a coserle la herida, al menos un poco por encima tenía manitas rápidas y esperaba ayudarla como pudiera, luego se ocuparía de las cuerdas como le pidió el manco.
Motivo: Agilidad
Tirada: 1d20
Resultado: 6(+2)=8
Motivo: Curar
Tirada: 1d20
Resultado: 9(+4)=13
-Pueden llamarme Holmes, Kitsurugi Holmes -les dijo el hombre antes de ponerse a preparar la salida.
A Ikame le resultó bastante doloroso tratarse la herida. Si seguía soportando seguramente podría curarse, pero el dolor era insoportable. Por suerte, allí estaba Kidd para ayudarle en la enfermería y tomar manos en el asunto, proponiéndose cerrar la herida de la chica.
Luego de varios minutos, finalmente terminaron de cerrar y vendar la herida. Salieron a dar apoyo a Holmes, cuando se encontraron conque... ¡Estaban en mar!
-¡Al fin salen...! -gritó el hombre desde el timón, sujetándolo con una mano mientras les miraba salir.
No muy lejos podían ver a la isla, alejándose poco a poco, y a todos los piratas en el muelle gritando cosas al barco, y no cosas buenas...
-Me dieron tiempo suficiente para preparar lo básico, pero agradecería que igualmente comprobasen las sogas y las velas para que no tengan de que preocuparse -les comentó mientras dejaba su lugar y bajaba hasta ustedes. -. Nos dirigimos a El Baratie, deberíamos llegar en unos días. Este barco tiene provisiones, pero tendremos que racionar un poco para llegar allá, comer, y tener para llegar hasta la siguiente isla donde podremos conseguir más. Supongo que nosotros tres somos suficientes para comenzar... La pregunta aquí es: ¿Les gustaría formar una tripulación conmigo? Tengo asuntos que resolver en el Nuevo Mundo, y si aceptan venir conmigo, les prometo llevarlos allá e incluso más lejos.
La oportunidad que tanto habían estado esperando había llegado. Ya estaban en el barco, pero era el momento de decidir oficialmente si seguirían a aquel hombre a través de los mares en busca de cumplir sus objetivos.
-¿Y bien? ¿Que dicen?
Me sorprendió que el niño viniera a la enfermería así de repente, no me lo esperaba... y menos todavía que me cogiera la aguja diciendo que me iba a coser él la herida con esas formas. Bajo mis gafas al principio lo miré bastante mal, pensando lo evidente: "¿Como que voy a dejar a un crío a coserme el cuerpo?". Aunque tampoco es que me dio tiempo a decírselo debido a la toalla de mi boca... cuando me saqué la toalla, el chico ya había empezado... y aunque dolía como era evidente, lo estaba haciendo bien, como lo haría un buen médico... ¿como un chico podía saber hacerlo así?. Al final, pese al comienzo, le dejé hacer y que terminase de darme los puntos mientras contenía el dolor como pude... dolía menos cuando era otra persona quien me curaba.
El chico terminó de cerrar la sutura. Me la examiné para ver que estaba todo correcto, y procedí yo misma a ponerme una gasa y vendarme el torso -No eres un niño...- le dije al "chaval" a medida que me vendaba, repitiendo las palabras que más de una vez había gritado él -Puntos así hay que haberlos trabajado durante muchos años... y dudo que empezaras a hacerlos con cuatro o cinco años- le fui explicando mi intuición. La única explicación que veía plausible es que aparentase ser mucho más mayor de lo que aparentaba... por lo menos diez años más. Eso también explicaría que estuviera en la taberna. Terminé de vendarme, y me bajé la camiseta además de incorporarme lentamente. Me seguía doliendo... pero al menos ahora solo debía esperar a que se curase -Gracias... de verdad- le terminé agradeciendo con una leve reverencia de respeto.
Salimos a cubierta, a ver si podíamos ayudar ahora al tercer personaje del barco a poner agua de por medio entre nosotros y los piratas... pero al salir vi que ya habíamos zarpado. ¿De verdad había puesto todo en marcha el solo? Flipante la habilidad de este tio -Si, puedo comprobar las cuerdas ahora mismo...- le respondí. Mejor las velas se las dejaba a mi compañero... no me veo como para subir el mástil y ver la tela de la embarcación.
Entonces, Holmes propuso una idea que me dio que pensar. Ya que la taberna fue un fiasco, propuso que nosotros tres formásemos una tripulación... teníamos un barco, Holmes parecía sin duda más que competente y sin miedo a la hora de luchar contra una injusticia; y teníamos el objetivo claro de irnos al Baratie -Si eso es lo que propones...- fui diciendo mientras terminaba de tomar mi decisión. Hice un saludo militar a ambos hombres -Soy Ikame Crowfoot, médica, cirujana, boticaria... y a veces se me da bien explotar cosas- me presenté ante los dos -Y será un placer estar bajo sus ordenes Holmes, y compartir enfermería junto contigo... solo espero poder aportar más al grupo y actuar mejor que hoy...- les terminé de decir tanto a Kitsuguri como al médico de aspecto infantil. Con que no me rajen cual cerdo en el matadero la próxima vez me conformo.
Kidd estaba en una especie de trance mientras cosía la herida de la chica, tanto que apenas escuchó nada de lo que tenía que decir, y si llegaba a escuchar un ruido, la mandaba a callar chistando. Al final terminó por coserle la herida, no era su mejor trabajo, pero era un apaño, si llegara a tener mejor material…pero todo aquello quedó atrás, ahora no era nada más que un pobre transeúnte en aquella calle llamada “vida”.
Terminó por secarse el sudor de la frente con la manga de su pequeño kimono y miró fijamente a la chica mientras le daba las gracias. Resultaba algo vergonzoso y el mocoso no tardó en sonrojarse.-A….ah…nada, pero…pero solo ha sido esta vez…-Le advirtió con voz temblorosa a la vez que salía aprisa a cubierta para no tener que ver más a la chica. Una vez ahí, el manco se presentó, llamándose Holmes, un nombre extraño, pero bueno, era un nombre, no tenía la culpa de que fuera raro.
Por lo visto iban a ser algo así como “una tripulación”, se dirigirían a El Baratie…¿de que le sonaba?, no tenía ni idea, pero también le preguntó si navegarían con el hacia el nuevo mundo y más allá. Kidd iba a hablar, pero se le adelantó la otra médica, Ikame, la cual parecía tener predilección por hacer estallar cosas, eso era bueno…y malo en cierta medida, pero no importaba. –Pues…supongo que no tengo objeción. -Exclamó para entonces carraspear. -Yo soy…Kidd, capitán Kidd.-Exclamó sonriendo malignamente y haciendo una pose como de alguien capaz de destrozar barcos con una simple mirada, pero terminaba por resultar cómico, a fin de cuentas era un niño con un kimono y sandalias.
-Y…y yo…hmmm…-Entonces se quedó pensativo, ¿Qué sabía hacer?-S…¡Soy médico, navegante, eh…cien…científico, doctor…¡carpintero!...c…cerrajero, ¡y ingeniero!....¡Y ENFERMERO!.-Parecía tener muchas profesiones, ¿pero cual sería la verdadera?, ¿lo estaría diciendo para que no le echaran de una patada.-¿Tenéis suerte de contar conmigo…je…conmigo navegaremos fácilmente hacia el nuevo mundo.-Dicho eso se cruzó de brazos y volvió a sonreír, pero poco duro esa sonrisa, su estómago no tardó en sonar, ¿Cuánto podía comer ese chaval?
El hombre alzo una ceja ante la presentación de Kidd, seguramente por como el niño se llamó capitán, pero no dijo nada al respecto.
-Muy bien, Ikame, Kidd, partimos entonces -anunció antes de dirigirse al timón.
Desde allí, cambiaron rumbo hacia donde debería quedar El Baratie. Así comenzaba vuestra aventura, ¿que les esperaba más adelante? Solo el tiempo lo diría.
Fin del Arco 2