Partida Rol por web

-¿Isla Arcade? - es lo primero que intenté preguntar mientras me recobraba tratando de tranquilizarme antes de que aquella enorme mujer se mofara de mi ante "un golpe suave" - Hay veces en las que las proporciones importan para el impacto que tienen los golpes... Y está claro que eres mucho más fuerte que yo, un golpe suave tuyo es uno fuerte mio... Además, solo soy un pistolero. No trabajo la musculatura salvo la de las piernas para posicionarme y los hombros para aguantar el retroceso - expliqué ante su mofa volviendo a tumbarme tratando de relajarme y tranquilizarme del todo, normalizando así mi respiración por momentos.

Por lo menos hasta que sonó un crio, o una cria, detrás de la puerta hablando sobre un capitan - ¿Será ese tal Holmes? - pensé en primer lugar no sin después sacar el revolver preparandolo y martilleandolo por si era un capitan de la marina.

No obstante la mujer abrió la puerta como si fuera cualquier hijo de vecino y al ser así descubrí que no era nadie... Literal. Solo un niño de por aquí y Kidd. Sobresalí entonces un poco acercandome hacia la puerta y preguntando - ¿Y donde está el capitan? - mientras la mujer y el crio multicolor jugaban por su lado.

Hasta que al fin el "capitan" se hizo de notar haciendome mirarlo con mi único ojo de manera exagerada - ¿Así que ahora eres capitan? Vaya. Pobre Holmes si ahora está muerto - respondí pues agarrandome allí donde la musculosa mujer me había hundido por puro dolor - Entonces ¿Que has hecho? ¿Has dejado atrás a los demás tripulantes como en el barco? ¿O es que somos los únicos en esta isla? - votaba por lo segundo, aunque lo primero tan solo era para rebajarle los humos de capitan.

Al final suspiré para mi mismo siendo que no me sentí bien por lo dicho - No hagas de capitan si no lo eres, y no exijas donde se te da hospitalidad. - acabé diciendo acariciando la cabeza del chico. - Aunque a lo de comida no me opondría, si mi estomago se repusiera - y es que mi estomago estaba en una sensación dual de hambre y dolor, todo debido a lo mismo. Solo esperaba poder comer con normalidad.

Siguió en silencio a los demás, lo guardaba muy dentro de si misma pero hubiera deseado caer en el naufragio, no volver a despertar y por fin reunirse con aquel que tanto echaba de menos. Todos avanzaban, emocionados o simplemente curiosos dejando atrás a Sea quien caminaba con calma y a su paso, no los perdía de vista así que ir unos pasos atrás no le haría daño. Simplemente se aidló de los sonidos, del mundo en general y por unos instantes se quedó sola con sus pensamientos. "¿Qué harías tú?" 

Se sorprendió a si misma jugando con el anillo de compromiso que reposaba en su dedo y apartó rápido las manos, volviendo a la realidad y avanzando el paso hasta alcanzar a Hitomi quien parecía haber decidido esperarla. 

Acababan de llegar a su destino, todos los hombres eran de complexión delgada y delicada, totalmente al contrario que aquellas mujeres pero... ¿Que había de malo en ello? Miró a dena reprochando interiormente aquel comentario suyo y al final suspiró. 

- Estos hombres de los que te burlas posiblemente sean más diestros y ágiles de lo que serás tú en tu vida, no es bueno mofarse de nadie por su apariencia... Podrías llevarte una sorpresa. 

Fue lo único que dijo antes de tocarse el estómago de nuevo avergonzada tras sonar de nuevo un rugidito proviniente del mismo. -Ah... Lo siento... Sus mejillas estaban rojas como el tomate y su expresión denotaba deseo por comer a la vez que por meterse bajo tierra y no salir. ¿No podía dejar de rugirle? 

-Mi nombre es Sea, gracias por acogernos. 

A pesar de que al inicio fue reticente, esas personas no eran malas y lo estaban demostrando. Aún le costaba confiar del todo pero podía ver algo, un aura pudiese llamarsele quiza, de honestidad por lo que se dejó llevar por esa idea antes de que la ponzoña de la desconfianza y paranoia se hiciera con su mente. 

Kidd no tardó en cruzarse de brazos al escuchar a Nanashi.-¿Me he dirigido a ti en algún momento muerto de hambre?, ¿no, verdad?, pues eso, que no me hables.-Terminó por decirle dándole un buen puñetazo ahí donde se agarraba a causa de algún misterioso dolor.-La próxima vez iré a por tus huevos, así que no me dirijas la palabra.

Tras hacer eso se centró nuevamente en la mujer.-¿Y bien?, comida, mujeres, estoy esperando.

-¿Ah si? - Dije tras oir las amenazas del renacuajo, mientras le apuntaba con mi revolver. - ¿Me pregunto cuanta distancia eres capaz de recorrer antes de que la bala te mate?

La verdad es que no había notado que en todo el grupo era el único hombre con las capacidades como para poder hacerle competencia a la chica que les estaba guiando, si es que en algún momento todo fuese una especie de trampa que estaban planeando para poder venderles como esclavos o algo similar, no sería la primera vez que un grupo de piratas fuese traicionado por el simple hecho de serlos, aunque Hitomi aún no quería asumir que eran piratas. 

Ya habiendo llegado al pueblo las palabras de las chicas comenzaron a fluir, no tenía idea quien era Tet ni tampoco si tenía la misma pinta que los otros hombres del lugar, en realidad no le importaba demasiado el hecho de que fueran flacos, gordos o musculosos, lo importante es que podían hacer para salir de allí lo más pronto posible. -Hitomi.. -Pronuncio aunque no pudo continuar con lo que iba a decir debido a que uno de los sujetos llego a presentarse y decidieron ponerle atención a aquella persona, en tanto Denna saltó hacia él y le tomo de las mejillas estirandolas como si fueran de plasticina. El rostro del peliblanco se estiro mientras mantenía esa mueca de seriedad aunque una pequeña lagrima salia de uno de sus ojos a la par que llevaba sus manos hasta el abdomen de la chica y le apretaba el abdomen simplemente para molestarle y le soltase. -Duele niñata... -Cuando al fin le solto el muchacho se llevo las manos hasta las mejillas rojas por el estirón. -Lo vas a lamentar... -Se levanto luego de un rato notando como todos parecían querer tranquilizar a Denna y su actitud, fue Kaito quien en un momento de solidaridad les dedico unas palabras. -Vaya manera de tratarle. Al menos ella intenta subirles el animo. -Les recrimino sobre todoa Hitomi y Sea quienes eran parte de su tripulación, aún no conocía nada de la chica de lentes por lo cual no tenía derecho de decirle nada en lo absoluto, aunque si le molestaba un poco que aparecieran tantas personas con Akuma no Mi, ya había tenido problemas con dos de ellos y quizás ahora tendría con un tercero. -Tsk...Malditos usuarios. -Recrimino sintiendo que tenía cierta desventaja en relación a ellos al momento de pelear, sobre todo porque ninguno había dejado esas habilidades de lado para enfrentarse a él. -Bueno, tampoco es que podamos hacer mucho. -Replico hacia quienes les invitaban, estaban siendo amables y a veces se complicaba demasiado debido a su poco toque para tratar con las personas, había pasado demasiado tiempo lidiando más con la madera que trabajaba que con seres humanos. -Asi podremos pensar cual sera nuestro objetivo a seguir, ni siquiera eso tenemos.

 -No te preocupes, es normal que todos estén interesados en ellas... -comentó Elizabeth cuando Ikame se disculpó por su interés tan grande en la Akuma que llevó una isla del Grand Line al East Blue. -. Tet es muy amable con todos, pero creo que primero deberías hablar con la jefa de la isla: ella es la más cercana a Tet -respondió respecto al tema de estudiarle. -. Si eres herborista entonces no creo que tengas muchos problemas, en la isla estamos tratando con un problema de maleza desde hace unas semanas, y la jefa no sabe que hacer: si consigues la manera de erradicar esas cosas, o al menos una manera de que no nos molesten, seguramente será más abierta a dejar que examines a Tet.

 Ante las declaraciones de Hitomi, la chica albina asintió a sus deducciones sobre donde estaban, confirmando así entonces que aquella era la llamada Isla Arcade, siendo que más pronto que tarde llegarían a aquel poblado donde serian recibidos por la peculiar población de hombres tirillas. A diferencia de lo que uno esperaría, los comentarios de Denna solo causaron que los hombres riesen un poco en lugar de molestarse-

 -Oh, no... -comentó entonces Elizabeth a Sea al escuchar su opinión de aquellas personas. -. Si son unos tirillas y debiluchos. Luego de que la isla fuese enviada al East Blue, por ordenes de la alcalde los hombres empezarían una vida con el mínimo esfuerzo físico, haciéndoles perder complexión rápidamente. Las mujeres, por otro lado, nos encargaríamos del trabajo duro y de protegerlos. Al principio no tuvo mucho sentido, pero... Somos más mujeres que hombres, así que al final el pueblo es más fuerte que lo que era antes -concluyó la chica antes de que el estomago de todos empezase a rugir, siendo que pronto serian llevados a la hoguera donde les esperaba un buen estofado.

 -... -hasta el momento, Holmes había guardado completo silencio y había pasado desapercibido como podía. A todos les dieron un tazón con estofado una vez tomaron asiento en algún lugar, y fue entonces cuando Holmes decidió hablar cuando escuchó a Kaito. -. De momento solo podemos recuperarnos y pensar en como salir de aquí... Es un lugar agradable, pero no pasaré mi vida como un espaguetti... -nuevamente, los hombres del pueblo rieron; parecía que les hacía gracia que hiciesen chistes de sus cuerpos. -. Uhm... ¿Hay algún muelle en esta isla? -preguntó entonces a Elizabeth.

 -Si, al otro lado de la isla, opuesta a la playa por donde debieron haber llegado si venían desde el otro lado del bosque -respondió la chica. -. Cada cierto tiempo llegan barcos mercaderes que van a otras islas o marines que vienen a investigar... Estos últimos nunca acaban bien parados...

 Repentinamente, el ambiente se hizo un poco pesado en las personas del pueblo, incluyendo las mujeres. Parecía que además de los eventos del Buster Call, habían más historias oscuras alrededor de esa isla...

 -En fin: luego de comer podría llevarlos con la alcalde. No veo por aquí a Tet, así que supongo que estará con ella, ¿no es así? -preguntó entonces la chica a uno de los hombres.

 -Si, hace poco lo vimos llegar con un niño pálido. Fue de inmediato a la cabaña de Veronica -respondió el hombre.

 -Pues allá debe estar vuestro amigo -les dijo Elizabeth una vez confirmadas sus dudas. -. No se apresuren, estará bien con Tet. Coman todo lo que quieran -añadió, dedicándoles una dulce sonrisa inocente, aunque la musculatura... Era complicado.

 En esos momentos, Kidd pasaba como un cualquiera ante aquella mujer que se concentraba en jugar con Tet mientras ignoraba lo que el capitán tenía para decir, haciendo lo mismo con Nanashi, al menos hasta que ambos empezaron a lanzar amenazas...

 -Ey... -dejando a Tet encima de su hombro unos segundos mientras le sujetaba con una mano, la mujer no dudó en lanzar un feroz puñetazo al estomago del pistolero con la otra, siendo que si de por si el pisotón de antes y el puñetazo, a un punto clave, por parte del pequeño médico no habían sido suficientes... Eso le haría incapaz de pensar en coger algo que no fuese su estomago por un rato. -. No andes apuntando con armas a quién te de la regalada gana... -pero aunque Nanashi se había llevado la peor parte, Kidd no quedaría impune, siendo que entonces, con la misma mano que utilizó para golpear al albino, sujetó firmemente de la cabeza al "capitán" para levantarlo del suelo. -. Y tú, deberías aprender un poco de modales... -en ese instante, el chiquillo podría sentir como cráneo era presionado con fuerza; no la suficiente para romperla ni siquiera a largo plazo, pero si para dejarle un buen dolor... Tras lo cual, la mujer le soltaría.

 -Uuh, hicieron enfadar a Veronica-sama... -se carcajeaba el niño multicolor.

 -En fin, es que no me gusta que los hombres se pongan violentos porque sí... -se excuso la musculosa mujer antes de mirarles a ambos. -. Estaba preparando algo para comer, hay suficiente para los cuatro. Sobre las mujeres... -dirigió entonces una mirada de reojo a Kidd. -. Tal vez más tarde te presente a las demás. De momento, deberías conformarte conmigo: soy excelente dando masajes... -dicho eso, le enseñó nuevamente esa mano con la que le había agarrado la cabeza, cerrándola y abriéndola como si intentase palpar el aire... Preocupante.

 Así pues, la mujer se dispuso a salir de la habitación con Tet encima, permitiendo que Nanashi viese mejor el lugar donde estaba:  Se trataba de un tipo de cabaña acogedora, con decoraciones típicas de un lugar hecho mayormente por troncos y madera. En esos momentos se encontraban todos en el segundo piso, siendo que habían unas escaleras que llevaban a la planta baja.

 -Vamos -indicó para que le siguiesen a bajar las escaleras, siendo que verían entonces una puerta doble con dos ventanas a los lados que permitían ver el exterior... Pero la mujer no iría por allí, si no que giraría apenas bajase las escaleras para ir en sentido contrario a la puerta y llegar al comedor, el cual estaba ubicado debajo de la habitación donde tuvieron el encuentro. Había un magnifico olor a estofado. -. Espero no sean muy golosos -comentó mientras dejaba a Tet sentado sobre la mesa, dirigiéndose a la cocina para apagar el fuego que hacía hervir una olla. Empezaría entonces a buscar unos tazones para colocarlos en la mesa, uno para cada uno, tras lo cual se ayudaría de un pañuelo para sujetar la olla, con una única mano, mientras la otra la usaba con un cucharon para servirles a todos. El estofado se veía tan bien como olía, y no había duda en que también sabría bien...

 -¡Muchas gracias, Veronica-sama! -agradeció la comida el niño multicolor, tomando su tazón para empezar a soplar antes de tomar el primer sorbo, directamente el plato y sin usar la cuchara.

La mujer no dudó en mostrar a los presentes que ella era quien mandaba y por lo tanto no dudó en agarrar de la cabeza a Kidd y estrujarla.-¡Ay, ay , ay que la necesito para pensar!.-Se quejó mientras hacía gestos a Tet para que se pusiera manos a la obra para salvarle…pero bueno, parecía que aquello no servía de mucho, por suerte le permitió liberarse de aquel agarre y Kidd no dudó en esconderse tras Tet.-Haz algo la próxima vez, ¿quieres que maten a tu capitán o que pasa?-Gruñó claramente asustado por esa mujer, lo cierto es que ya no tenía hambre y tenía poco interés en ver a las mujeres, quería marcharse de ahí lo antes posible.

Pero el destino era más fuerte que el y tuvo que bajar a aquel comedor junto a Tet, la mujer y el muerto de hambre. Una vez ahí les sirvieron estofado.-Ugh…-Murmuró Kidd acariciándose la cabeza y mirando con cierto rencor a la mujer conocida como Verónica.

-No estoy aquí para cháchara ni nada…iré por donde he venido, pero necesito un barco, o un bote, me las apañaré con el.-Exclamando haciendo un gesto con la cabeza en dirección a Tet.-Es mi segundo…parte de mi tripulación…así que…creo que estaremos bien.

No necesitaba que nadie le dijera que había hecho mal, nada más hablar se dio cuenta del error y miró con ojos de disculpa a Dena. - Perdón... Estaba tan metida en su mundo y sus oscuros pensamientos que su propia ofuscación afectó a una compañera. Por suerte los hombres no se lo tomaron a mal y comenzaron a decir que realmente tenía razón la chica, posiblemente eso le sirviera para reirse ella de todos los que la habían reprendido, merecidamente la verdad.

Se sentó junto a alguno de sus compañeros cuando , justo entre Holmes y algún otro compañero ( Escoged vosotros XD). Su hambre era voraz pero aún así intentó mantener la compostura mientras engullía con rapidez, el ir más rápida que un correcaminos no quitaba que tuviera modales. -Gracias por la comida señora. Se sonrojó cuando la mujer dijo que podían comer lo que quisieran, mucho modal pero el más importante se le había olvidado con el hambre voraz que portaba. 

Al entender que aquello era vía libre para comer todo lo que gustaran y con el hambre que llevaba fue a por el segundo plato aunque tras este ya se sentiría satisfecha, su estomago tampoco era tan grande. -¿Esta isla es muy grande? Hemos perdido a un compañero, me gustaría buscarle a ser posible...  Hablaba de Nanashi y eso estaba más que claro. 

Al final solo Kaito parecía estar de mi lado... o al menos me seguía el juego. Me comí los reproches de Sea y Hitomi con cara larga hasta que los hombres de la ciudad me apoyaron y Elisabeth me dio la razón. Aquello me devolvió la sonrisa y no pude evitar sacarles un poco la lengua a las chicas.

- !Veeeeis!  ¡Denna-Sama sabe lo que se hace! - Tras esa afirmación tomé asiento y me serví un gran plato que devoré con ansia, después de la batalla y el naufragio estaba hambrienta. Bromee con los hombres de la aldea sobre comerme sus partes ya que ellos no las necesitaban e hice bastantes buenas migas con ellos ya que parecían receptivos a mis bromas. 

Tras acabar con el segundo plato y con el estómago satisfecho me senté al lado de Elisabeth - Estaba  todo delicioso, tenéis grandes cocineros en la isla, ¡no me extraña que estéis tan fuertes! - Dije mientras apretaba su enorme biceps - Sabes, os ayudaremos encantadas con el problema de las plantas, digo encantadas por que los hombres de nuestra tripulación también son unos mantas - dije señalando a Kaito con el pulgar por encima del hombro sin mirarle - ¡y después podemos hacer una fiesta para celebrarlo! 

Cuando la mujer empezó a decir que no necesitaba disculparme y que era normal mi interés sobre las frutas, me sentí más aliviada y asentí. Me dijo que Tet era amable; pero si quisiera estudiarle con profundidad debería preguntarle a la alcaldesa -De acuerdo, muchas gracias- le agradecí el consejo. Y luego, al comentarme su problema de malas hierbas, sonreí levemente -Estaré encantada de ayudaros en ese tema... Ya sea que me deje examinar a Tet o no. Con la ayuda que nos estáis dando, no puedo hacer menos- le terminé diciendo ajustándome las gafas... ¡POR FIN UN TRABAJO A MI MEDIDA! Y sobretodo... algo que no implica marines atacándonos o peleas de barcos.

Después de las palabras de Denna y nuestras disculpas... Elizabeth nos contó las "condiciones especiales" de esta isla... y si, decían sin empacho que los hombres eran todos unos debiluchos, y a nadie parecía importarle lo más mínimo... Menos mal, no habría problemas entonces.

Me dejaron mucho más tranquilo sabiendo que Kidd estaría bien en casa de la alcalde, y nos llevarían allí una vez comiésemos, me alegraba... Hasta Holmes hizo un pequeño chiste y todos se rieron... que alivio, todo acabó bien. Así que con tranquilidad, fui y me senté con al lado de Elizabeth. Aunque... cuando escuché a Denna me molesté un poco y la miré -Has tenido más suerte que un trifolium de cuatro hojas... por favor no la tientes más- le pedí a la chica que se jactaba de saber lo que se hacía... Que me disculpase si no pienso igual, y cuanto más hablaba... aggg, más cargante me parecía. En fin, mejor dejar el tema antes de que me enfade de verdad -Sea se refiere a otro compañero diferente al niño, uno que desapareció incluso antes del naufragio- aclaré por si acaso pensaban que se refería a Kidd pese a decirnos que estaba con el alcalde -¿Que me podéis decir de esa maleza con la que tenéis problemas? Me gustaría saber que problemas esta dando y saber si tiene alguna característica que me ayude a identificarla- le pregunté tanto a la mujer de mi lado como a cualquiera del pueblo que pudiera comentarme.

Aquel golpe me mantuvo callado el suficiente rato para escuchar a la mujer decir lo necesario. Pero el dolor era tan duerte que a penas podia siquiera pensar, pero poco a poco me fui recobrando entre toses - P-puedes no v-volver a darme e-en el mismo si-sitio... - aun asi miraba de malas maneras a Kidd, pues habia demostrado ser un perfecto traidos en sucesos atras. Si hubiese ayudado a la lucha, ya no seriamos náufragos.

Acto seguido la gran mujer empezó a llevarse a Tet y a Kidd enganchados hacia lo que parecia ser la cocina. Yo por mi parte me sorprendi con el lugar tan rústico mientras les seguia agarrandome el estomago. Ya alli se olia un rico olor que cosquilleaba la nariz, y al contrario que el niño, preferi comer y callar antes de que se liara mas. 

Aunque no pude evitar sonreir de forma maliciosa al escuchar su tripulación al completo - Vaya... Asi que la rubia te echo del barco al fin ¿Eh? Empezaba a preguntarme cuanto tardaria en deshacerse de alguien tan cobarde y problematico... Aun asi te aconsejo que no tengas prisa. ¿Acaso sabes navegar? ¿O es que quieres morir en el mar por falta de comida? - no obstante mire a Tet con curiosidad - ¿Por que has aceptado que sea tu capitan? 

Kidd puso los ojos en blanco al escuchar otra vez a ese pesado. -¿Oye, te importa no dirigirse más a mi?, me está cansando tener que compartir aire contigo, así que por favor, no me hables, no me mires, yo no existo para ti y tu para mi tampoco. No te voy a responder más después de esto, así que... Malgasta el aliento todo lo que quieras. -Bufó con tono cansado. 

Si no pillaba las indirectas problema suyo, por eso mismo prefirió dejarlo bien claro. No quería tener nada que ver con el. 

-Ni le respondas Tet, hablar con este es peor que un dolor de muelas... -Mascullo antes de volver a centrarse en la mujer, esperando su respuesta. 

-...- Ver que no solo no estaba en lo cierto al detener a Denna, sino que hasta Kaito nos regañó a Sea y a mi por hacerlo, me hizo callar como si me hubiera caido un tonel encima - L-lo siento... Si es que ya no sé ni porque me preocupo en ser educados - dije finalmente refunfuñando un poco. Si toda mi vida había sido yo misma ¿Ahora por que trataba de cambiar si seguía siendo yo? Era mejor seguir siendo la ladrona de siempre y ya está.

Incluso aún después de la explicación no podía entender nada de lo que ocurría en aquella isla... Parecían todos demasiado buenos los unos con los otros, algo para mi nunca visto y empezaba un poco a desconfiar tanto de ello como de la soltura de Denna. Pero por otro lado no conocía isla Arcade, así que si realmente era eso, tenía que aceptarlo y tragar.

Por suerte la comida fue lo mejor de estar en esa isla, aunque devoré como si no hubiera comido en años varios platos del estofado hasta estar satisfecha y sin ninguna formalidad aparente - Estar bien alimentada es mejor que tener modales en la mesa - Pensé para mi misma siendo que lo tenía presente en mi vida antes de salir de la isla que fue mi prisión...

Escuchando entonces los temas mundanos de los que hablaban los demás me incorporé un poco siendo que hablé de forma directa - Yo iré al puerto. O en caso de que tengais... me gustaría consultar una carta nautica de la isla. De donde soy no había ninguna del East Blue actualizada con los datos de isla arcade... - O al menos no pude colarme a ver ninguna en la base de los marines... - pensé para mis adentros terminando la frase - Me gustaría ayudaros con alguno de los problemas que teneis pero... No sé de plantas, ni soy tan fuerte como vosotras. Lo mio es trepar y navegar - y robar y engañar o incluso fingir - Por eso supongo que ir al puerto o conocer mejor el alrededor tanto de la isla como del mar me vendrá bien.

Entonces escuché a Sea hablar del peliblanco insoportable y aunque quería resoplar de hastio me aguanté. - Supongo que si teneis un lugar alto puedo ayudar en eso, buscandolo desde cuanto más alto mejor...

Su rostro de seriedad paso a uno de disconformidad al notar la actitud que tenía Denna en relación a lo que estaba sucediendo, no pudo arrepentirse más rápido de lo que había dicho al escuchar las palabras de la rubia y tratandose a si misma como "Sama", incluso era visible el desagrado en el rostro de Kaito quien rapidamente se alejo de aquella conversación al menos un par de pasos para luego escuchar como les invitaban a pasar por una comida caliente. 

Por un momento penso en retractarse de sus palabras pero decidió callar ante la posibilidad de que alguien volviera a hacer el ridiculo o simplemente dejarle mal parado con sus propias palabras. Se sentó en una de las zonas libres, sin notarlo quedo cerca de Holmes a quien ni siquiera reconocía e incluso cuando el tipo hablo el peliblanco desvio la mirada hacia él con un rostro de incredulidad y la boca llena de comida, arqueo las cejas en modo serio para luego decir casi para si mismo. -¿Y quien mierda eres tú? -Termino su comida sin importarle si le respondían o no, simplemente se levanto y agradeció la comida tal como le habían enseñado en el orfanato, una reverencia a la par que llevaba sus cosas hacia donde se pudieran lavar, al volver ya varios habían terminado con un segundo plato y estaban planeando donde ir. -Bien, yo me ire al bosque. -Pronuncio con una leve sonrisa sabiendo que no necesitaban la ayuda de un carpintero, lo más seguro es que ya tuvieran más de alguno que hubiera podido hacer algo por los problemas que tenían, así podría utilizar su tiempo en entrenar o quizás incluso si llegaba a ir al puerto obtener un barco para largarse de esa isla. 

 Podían decir con cierta seguridad de que habían dado una buena impresión a las personas de esa isla, sobre todo Denna que se podía tomar muchas confianzas con las musculosas mujeres, o al menos con Elizabeth. Fue entonces que la mujer escuchó la duda de Sea, la cual fue aclarada por Ikame para no dar a entender que se estaba preguntando por el mismo chico.

 -Bueno... En realidad es una isla bastante pequeña: gran parte de ella es ocupada por la montaña -dijo señalando la gran colina de roca que había al fondo del pueblo; era bastante alta, pero seguramente las había más grandes. Además, no parecía tener nada que llamas a la curiosidad, como cuevas o grutas. -. Normalmente siempre es recorrida entre todos diariamente, por lo que si vuestro amigo fue a dar en alguna otra parte tal vez alguien le haya encontrado, o le encontrará antes de la cena. En todo caso seria bueno dar una vuelta por si las moscas... -explicó Elizabeth a Sea antes de volver con Ikame, quién se mostraba colaborativa a ayudar con el problema de hierbas. -. Nadie aquí sabe de plantas como para ayudarte, lo siento... Solo sabemos que al otro lado de la montaña, en dirección hacia el muelle, hay una cueva desde la cual han estado saliendo espesas hierbas que se han ido extendiendo hacia afuera: logramos mantenerlas bajo control, pero nos gustaría pensar que existe una forma de acabar con ellas de una vez por todas.

 Por supuesto, mientras terminaba con su plato de comida, Holmes correspondió aquella mirada de Kaito y su comentario tan... directo.

 -Soy Holmes Kitsurugi, el capitán del barco que hundieron los marines... -se presentó el hombre sin darle mucha importancia. -. No me esperaba que los marines viniesen con un capitán con Akuma...

 De esa forma, pronto Kaito fue a entregar su plato mientras el resto seguía conversando, siendo que Elizabeth añadió al comentario de Hitomi.

 -No tenemos nada como una torre o algo por el estilo... Normalmente si pasa algo la alcalde y Tet se encargan -concluyó la chica mientras terminaba con su platillo.

 Fue entonces que Kaito regresó y anunció que se iría de inmediato al bosque, cosa que haría sin mucho inconveniente sin nadie de la tripulación le detenía por alguna razón...

 -Supongo que también podría llevarles al puerto y a la cueva de la maleza, si quieren investigar cuanto antes... -comentó entonces Elizabeth a Hitomi e Ikame una vez había terminado con su plato.

 Sin importar los gestos de Kidd, Tet continuó viendo en silencio hasta que su capitán logró quedar a salvo y le reprochó el no haber hecho nada.

 -¿¡Ah...!? ¡Pero s-si usted fue quién provocó a la señorita Veronica! -se excusó el chico, el cual no sonaba que quería echarle la culpa a Kidd por el resultado.

 Por su parte, la mujer reía levemente al ver el estado de Nanashi ante otro de sus golpes: estaba segura de que al albino ya no se le subiría la confianza en su presencia...

 Una vez en el comedor, Veronica escuchó las palabras de Kidd y sus demandas, abriendo entonces los ojos por la sorpresa de enterarse de que Tet era segundo de alguien.

 -Ohh... -dijo la mujer, curiosa, antes de que Nanashi interviniese y se desatase otro choque de palabras entre ambos hombres, siendo que cuando Tet estaba por responder al albino decidió no decir nada: ordenes de su capitán. -. Vaya, parece que son unos sujetos muy interesantes -concluyó Veronica antes de soltar una leve carcajada. -. Te podríamos conseguir un barco, ¿pero quién te dio permiso para reclutar a Tet como miembro de algo? Lamento decirte que él no se va a ir de la isla -concluyó antes de tomar un sorbo del estofado.

 -¡Pero Veronica-sama! -se sobresaltó entonces Tet, haciendo puchero mientras sujetaba su plato con ambas manos. -. ¡Yo quiero formar parte de una tripulación! ¡Y más con un capitán poderoso y respetado como esté!

 -Ahh, Tet... -se acercó entonces la mujer para posar una mano sobre la cabeza del chico multicolor. -. Eres una lindura... Pero eres el único hombre útil en esta isla. ¿Que haríamos sin ti...?

 De manera infantil, Tet infló los mofletes hasta que Veronica le quitase la mano de encima, momento en el que volvería a comer rápidamente.

Kidd soltó un gruñido al escuchar a Veronica, ¿ahora no le permitía al pobre chaval salir de la isla?, bueno, al menos acababa de decir que era un hombre, pero aún así Kidd no se dio por vencido.-Tet es un buen chico, por eso quiero que me acompañe en busca de una tripulación.-Masculló.-No veo bien que le niegues el que pueda acompañarme.-Dijo de forma directa.

-El quiere formar parte de la tripulación, ¿se lo vas a negar?, ¿dejarás que ese deseo se mantenga en su interior y actuar en su contra?...Tet se merece poder salir de esta isla o lo que sea, poder viajar, conocer mundo. En mi opinión deberías de respetar sus deseos, ya sea el hombre más útil o no de la isla, pero estoy seguro de que el quiere algo más que eso.-Sentenció.

A pesar de eso miró a Tet y carraspeó.-Chico, te sigo queriendo en mi tripulación y no me iré de aquí hasta que no te puedas venir conmigo…así que espero “señorita Veronica” que no le moleste que la abracen cuando duerma, ya que no me iré sin él. Así que…¿llevémonos bien, vale?-Sonrío de forma infantil antes de comenzar a comer con tranquilidad.

Después de aquel discurso se había quedado más ancho que largo.

Asintió a la mujer y tras terminar de comer esperó a que los demás hicieran lo propio, se sentía mucho mejor ahora que tenía el estómago lleno y pudo ver mejor en la situación en la que estaba, sobretodo se dio cuenta de que a pesar de que le había visto antes en el barco, por estar borracha y por lo ocurrido no pudo presentarse así que aprovechando el momento juntó las manos en disculpa, dirigiendose al hombre. - Siento con todo no haberme presentado antes ante usted de forma normal, han sido demasiadas emociones y... Borrachera.  Se sonrojó al decir eso último y bajó las manos. - Mi nombre es Sea, un placer señor Kitsurugi. Sabía que ella no podría ayudar con el tema de la maleza esa extraña, porque no tenía idea de plantas o algo similar así que ese tema se lo dejaría totalmente a las que se decidieron a ayudar abiertamente.

-Kaito, ¿Qué necesitas del bosque? Te iba a preguntar si querías dar una vuelta por la costa de la isla, a ver si encontramos a Nanashi. Le sonrió levemente. - Podríamos ayudarnos mutuamente, ¿Quizá? No se conocían de hacía mucho, pero actualmente eran para ella las únicas personas en el mundo en las que podía depositar su confianza. -Ah, voy a ayudar Se levantó del sitio y comenzó a recoger los platos vacíos de la mesa, ayudando a los demás a que todo volviera a quedar limpio, era lo menos que podía hacer por la hospitalidad de esa gente. En cuanto Kaito le diera una respuesta, partiría no sin antes aclarar al resto del grupo.

-¿Nos encontramos en la plaza de fuera en unas horas? Si es tan pequeñita como dice, posiblemente en unas cuantas horas ya haya rodeado la isla por completo. Nos vemos.

Se despidió con la mano de todos en cuanto Kaito tuvo una respuesta y salió por la puerta. 

Tras acabar de devorar toda la comida que cabía dentro del cuerpo de Denna, me levanté de un brinco y empecé a hacer estiramientos mientras miraba la interacción de Sea y Kaito. "Vaya, vaya... parece que alguien está intentando mover pieza... jejeje".  

Me acerqué a la chica y le susurré ^{_{- Ve a por él, ¡yo te apoyo! -}} Mientras levantaba un pulgar y le guiñaba un ojo. 

Desviando mi atención hacia Elisabeth y mostrando mi pequeño biceps decidí ayudarla - Yo tampoco entiendo de plantas, pero creo que es mi deber unirme al equipo de las súper chicas con Ikame-chan y contigo. ¡Juntas acabaremos con todas las plantas! Tu mandas Ikame, dime que debo hacer y lo haré.