Partida Rol por web

No entiendo nada, el mago parece querer equiparnos y prepararnos para algo... pero, ¿para qué? Demonios, ¡no estará pensando en enviarnos fuera de la aldea...! Ha dicho que vive en una torre en medio de un bosque con otros magos... Debe ser el bosque junto a la aldea... ¿o acaso será en algún lugar del exterior? ¡Dioses, ayudadme! No sé si estoy preparado para esto... Pero no quiero que se lleve a Rupert y Trea, ¿quién sabe qué tipo de peligros habrá ahí fuera? Podrían necesitarme...

- S-Señor... sabio... Iré donde Rupert y Trea vayan, ¡pero creo que ellos quieren irse de la aldea! - Sólo de pensarlo me estremezco, ¿¿por qué puñetas quieren irse de aquí?? Fuera hay gente rara, tríscalos y chupacabras, y si debo creer lo que dicen algunos parientes, allí se perdieron mis padres y nunca se les ha visto más... ¿Por qué se fueron? ¿Por qué me dejaron...? No sé... no sé siquiera si viven... en la aldea no tienen una tumba donde pueda dejarles flores siquiera. Quizá... quizá están ahí fuera en algún sitio. Pero en ese caso, ¿por qué no han vuelto? Dice Tía Molga que me querían mucho, ¿por qué no habrían de querer volver a la aldea? ¿Acaso... alguien o algo les impide volver? ¿Y si Trea y Rupert tienen razón, y hay gente de la aldea que no quiere que sepamos qué hay fuera? Mierda... debo estar volviéndome loco...

- No quiero irme, pero no dejaré que Rupert y Trea se vayan solos... No quiero que se pierdan, ¡y a lo mejor me necesitan! Además...- Casi me avergüenza decirlo, ¡me parece una locura! - Quizá tengan razón y hay alguien que impide que mis padres vuelvan a la aldea... o que sepamos qué hay fuera. - Algo debe haber desde luego, se supone que un antepasado mío era forastero... ¡pero eso no me atrevo ni a decirlo en voz alta! - Si es así, sólo con ayuda de Trea podría encontrar respuestas... ella lleva toda la vida preguntándose e investigando cosas sobre el exterior. ¡Y sin Rupert estaríamos perdidos! Desde luego, él sabe bien cómo sobrevivir sólo en el mundo, es muy astuto y sabe tratar con la gente... Sí... iré con ellos, soy fuerte y puedo ayudarles, sé fabricar algunas cosas que pueden servirnos, y conozco raíces y plantas que se pueden comer, o que ayudan a curar heridas... ¡Espero que sea suficiente! Vale, señor sabio, me llevaré la horca de palear turba y esta cuerda, además de mis ropas reforzadas. Pero también necesitaría alguna herramienta o un cuchillo para fabricar cosas, a lo mejor lo puedo pedir prestado en la forja... ¿Podría conseguirme eso?

-Déjame pensar...mmm...¡ya lo tengo! No sé cómo se me ha podido olvidar. Un día hice algo de lo que me avergüenzo un poco y Rupert no me delató- doy un paso al frente-

Espero que Berod no me escuche, no quiero que cambie el concepto que tiene de mí- digo casi susurrando

-Un día el capitán y los soldados, estaban emborrachándose en la taberna al regresar de una misión en el bosque. Fueron a ver al anciano para pedirles las escrituras de su casa. Llegaron contando que el anciano tenía unos papeles en los que había un mapa de la aldea y sus límites y que éste intentó engañarles acerca de la extensión de su propiedad. Le requisaron las escrituras y los papeles hasta que verificaran su autenticidad. En aquel instante, se me pusieron los ojos como platos al saber de su existencia. Sería pieza clave para mi investigación. Su fiesta se alargó y yo me encargué de aquello a conciencia, rellenaba sus copas con una cerveza "especial". Una cantidad importante de alcohol añadido al brebaje y todos estarían tan dobladísimos que ni se enterarían de nada. Y ahí es donde aproveché para quitarles los papeles, sólo quería echarles un vistazo, los cogí y me los llevé. Pero cometí un error, no había sido precavida y tenía un mirada sobre mí, Rupert lo estaba viendo todo y jamás me dijo algo, ni me juzgó. Ante tal acto, guardar mi secreto, no puedo más que devolvérselo con mi lealtad.

Me parece que nuestro interlocutor se ha puesto un poco tiquismiquis... Así que... ¿quieres saber qué me une a Trea o a Berod, pero no eso que nos une en general, si no algo que yo me haya jurado que deba hacer por ellos? Eso es mucho pedir, eso sólo se lo cuento a mi petate por las noches, pero vamos, si de ese modo te quedas contento... 

- A Trea es muy fácil estarle agradecida, porque ella misma lo dijo, siempre me está buscando trabajillos y algo de comer. De hecho, recuerdo una vez, un día de un invierno algo más duro, que ella me llevó a donde dormía un odre de vino (quizás no fuera muy bueno, pero era vino) y unas tortas (algo pasadas, pero oh, duraron tres días...), sin motivo alguno. Y le dije que algún día se lo pagaría, ella dijo que no, y yo le prometí que "Un día entraremos en el bosque, hasta la cabaña del anciano, que seguro que él tiene respuestas a todo lo que hacen los adultos"... - Luego miré al pobre Berod, que no le apetecía nada salir del pueblo, y yo lo sabía, pero entonces le dije: - Y de Berod... Hubo otra ocasión, pero eso fueron otros jóvenes, quizás los hijos del cazador, que le molestaron, e insultaron como un cobarde. Yo le salté a uno desde encima de un arbol, riéndome, y diciendo: "Berod ha cazado cosas más grandes que Odo el cazador, así que el día que tenga tiempo, os traerá una prueba de las cosas que hace, cuando debe hacerlas". A ver, a Berod le debo mucho, porque más de una vez me ha visto guardarme algún trozo de turba en mi bolsa, y sólo canturrea un poco, haciendo que caigan mas trozos pequeños, para que los coja. Siempre es mejor que desperdiciarlos, y nunca se lo agradezco. 

Espera... el mago debe estar soplando dentro de mi cabeza trucos verdaderamente raros, ¡porque empiezo a ver a Trea y Rupert... y parece que hablan con él también! Sólo distingo algunas palabras, pero está claro que los tres estamos en esto... Este señor sabio quiere saber en qué estoy en deuda con ellos. Jo, hay tanto que les debo...

- Señor sabio, a Rupert y Trea les debo muchas cosas, son los mejores amigos que uno podría tener... Pero si tengo que quedarme con algo... Recuerdo una vez que llevaba una partida de turba a la forja, una bien grande porque Beleg y Tome estaban trabajando a destajo haciendo rejas nuevas para la torre del Gobernador. De esto hará un par de años, creo. Yo no sé por qué, pero el Gobernador y sus soldados andaban por entonces cambiando muchas cosas en la torre y las casa de alrededor... y a veces se veía al grupo de soldados nerviosos por la aldea, gritándole al carpintero para meterle prisa, o las señoras del telar porque no terminaban las banderolas. - La verdad es que se ponían hechos unas fieras, ¡y cualquiera les lleva la contraria!

- El caso... La cosa es que iba yo con mi pedido de camino a la forja, y en esto que les escucho gritarme. ¡Y sin comerlo ni beberlo, vienen seis soldados a mi encuentro diciéndome que les tengo que dar la turba, que la necesitan para no-sé-qué! Rupert andaba por allí cerca, porque como quería ser soldado, a veces los seguía y les preguntaba cosas, e intentó convencerles de que les llevaríamos otra partida a ellos, que él mismo me ayudaría... Pero no hicieron ni caso, y se la llevaron. - Menuda me iba a liar el Tío Lanos si no le llevaba su pedido al herrero... - Pero Rupert me dijo que no me preocupara, que me echaba una mano para poder llevarle otra partida nueva al herrero. Y ahí estuvimos paleando turba nueva todo el día, e intentando secarla quemando leña sobre ella... Él dejó a un lado otros trabajos para ayudarme, y aunque a veces oía su estómago rugir de hambre, no dejaba de sonreír y silbar mientras trabajábamos. Al final lo conseguimos, y aunque llegamos tarde por la noche a la forja, el herrero no nos lo reprochó... - El recuerdo de ese día me hace sonreír, ¡vaya si trabajamos duro! Pero con Rupert todo parecía fácil, y hasta divertido...

- Así que pensé que a lo mejor podría fabricar una armadura para Rupert con las piezas que me da el herrero de vez en cuando. Si se presentara a los soldados bien equipado, ¡a lo mejor le dejarían enrolarse! En la torre tendría tres comidas calientes al día... aunque se merece mucho más que eso. ¡Vale más que todos los soldados juntos! Voy despacio, pero ya tengo algunas piezas... ¡ojalá algún día pueda terminarla!

- En cuanto a Trea... - Se me encoge el corazón nada más acordarme del brete en el que la puse, a la pobre... - Pues... hace algunos meses, durante la cosecha, Tío Lanos, el primo Roder y yo fuimos a la taberna cuando terminamos la jornada, al caer la noche. Estaba todo el mundo allí, porque la gente de la aldea iba a refrescarse el gaznate después de trabajar en el campo... Pedimos nuestras cervezas y nuestras raciones, y cuando íbamos a sentarnos, me tropecé con el perro de Tulo, el ovejero... - Pobre perro, ¡casi lo aplasto!

- I-intentando no pisotear al perro tuve que saltar, con tan mala suerte de que tropecé y me caí de bruces sobre una mesa donde se sentaban un grupo de hortelanos... - Dioses, qué vergüenza... - La mesa y toda la cerveza, el vino y la comida que había sobre ella fue al suelo, y yo detrás. ¡Es que había muy poco espacio, no pude evitarla! Cuando me levanté, toda la taberna estaba en silencio, los hortelanos rojos de rabia, y Tío Lanos y el primo blancos como la colada de un marqués... - Los pobres, ¡sabían que no podríamos pagar la comida de una cuadrilla de hortelanos entera!

- Yo sólo quería que la tierra me tragase, desaparecer de allí o que me partiera un rayo... Pero entonces, escuché la voz de Trea, que llegaba cargada de cervezas: "Bueno bueno, aquí no ha pasado nada, ¡a beber, muchachos!"... Invitó a toda la mesa, y dando palmas, dijo a los demás que volvieran a sus asuntos. Mientras tanto llegó su padre, y Tío Lanos y él estuvieron discutiendo un rato... Yo los veía desde un rincón, y temía por Trea... Al final acordaron que les pagaríamos los gastos con partidas de turba. Pero Trea... - Pobrecita, es tan buena... - Cuando fui a llevar una partida al día siguiente, vi las marcas en su mejilla y los verdugones en sus manos... Su padre debía haberle dado una buena tunda. Sin embargo, ella me sonrió al verme, y me habló con la misma simpatía que siempre... - Nada más salir de allí no pude contener las lágrimas de pena y de vergüenza, ¡maldita sea mi torpeza...! - Le debo muchísimo por eso, siempre tan valiente aún siendo tan pequeña...

Me gusta... me gusta todo. Con esto creo que ya tenemos terminados a los... ¡a vosotros! Claro. Si queréis dar unas últimas pinceladas, completar la pestaña de Descripción e Historia de vuestra ficha, o pedirme algo más, nos quedan unos cuantos días antes de empezar. Antes tengo que encargarme de un grupo de ilusos que creen van a sobrevivir a un apocalipsis zombi o algo así dicen...

Ese cuchillo o herramientas, ¿de dónde los has sacado? Sabes que ese tipo de cosas son caras, ¿verdad?

Tengo tus ropajes listos. Me pediste algo de espacio en tus faldas, y así lo he hecho. Lo representamos con espacio para 4 objetos (1 fila):

Además tengo otra cosa para ti, como dijiste que copiaste nosequé plano de la aldea de unos documentos del anciano... pues aquí tienes, no es mucho, lo hiciste rápido y tampoco es que seas una artista dibujando, pero oye, ya es algo (es el primer objeto que llevas en los bolsillos de tu vestido):

Me pediste un saco, ¿verdad? Pues aquí lo tienes:

Pero no te pongas muy exigente que lo mismo me lo pienso contigo :D

Antes tengo que encargarme de un grupo de ilusos que creen van a sobrevivir a un apocalipsis zombi o algo así dicen...

-¡Eh Trea! Es posible, es posible, que nos acabe de dar uns pista de lo que hay fuera, muertos vivientes, como esos de las historias de la vieja Thumbs, si si, este Director planea algo malo, creo...

Me rasco la cabeza, y pienso qué habrá querido decir. Quizás es tan poderoso que traspasa y se va a otros mundos, o eso ocurre en otro tiempo y este brujo viaja con su varita de un lado a otro, o quizás nos está engañando y no quiere saber de nosotros, que claro, somos unos campesinos cualquiera en un pueblo perdido del que no sale nadie, no se lo reprocho. No no. 

- P-Pues... es cierto, señor sabio, nunca podría permitirme un juego de herramientas propias... Normalmente uso algunas que me presta el herrero Beleg, de las viejas que ya no usa tanto... Y siempre en la forja, claro... ¡No sé si con un truco mágico podría hacer unas iguales! O... bueno, en realidad para hacer cosas útiles con ellas, casi que tendría que llevarme la forja conmigo... - Eso no lo había pensado, si no puedo usar yunque, fogón y demás... ¡qué tontería!

El cuchillo sí podría servirme, pero está en mi arcón en casa del Tío Lanos... Es un viejo cuchillo de guarnicionero, que se puede usar para trabajar el cuero y otras cosas... Tenían la hoja en la forja, y hacía tiempo que había perdido su mango de madera. Un día, al hacerles el envío de turba a Beleg y Tome la vi, y me llamó la atención la forma tan curiosa que tiene... Beleg me dijo que me la quedara si quería, total, tenían otros cuchillos más nuevos. Así que busqué un trozo de madera, y poco a poco la fui tallando a ratos en la forja. Con unos remaches el mango quedó bien fijo, y di filo a la hoja con una piedra del río... No es que corte como una navaja, ¡pero algunas cosas con cuero me ha permitido hacer! - En realidad le tengo cariño, ¡es la única herramienta propia que tengo!

Si me da permiso, iré corriendo a por él... A-a no ser que... que nos tengamos que ir ya... - Madre mía... mejor ni lo pienso...

¿Un arcón? ¿Tienes un arcón en casa de Lanos, de tu tío? ¿Y qué mas cosas tienes en ese arcón aparte del cuchillo de guarnicionero?

De pedir, creo que mi PJ por su historia bastante tiene ya, teniendo en cuenta su vida. Quizás un gorro para cubrirse la cabeza, pero poco más, creo que está ajustado al PJ. Si eso pensaré algo de tipo valor sentimental ;)

Ok

¡No me esperaba esa pregunta...! Qué vergüenza... No sé hasta dónde debería contar, pero tampoco sé si este mago puede escuchar lo que pienso...

- Eh... s-son cosas poco valiosas, señor... Guardo un blusón limpio, para cuando vamos a la capilla o cuando hay que ir a celebrar el solsticio de verano... También tengo... - Dioses, ¿se reirá de mí si le cuento estas cosas? - Ejem... unos calzones que intento limpiar cuando es posible... Un trozo de jabón de cal, que uso antes de ponerme el blusón limpio... Una manta un poco raída pero espesa, para el invierno... no sé, poco más. - Bueno, y está lo otro... - Ah, también guardo un par de cosas que no tienen utilidad, pero me gustan... Es un pañal de tela y una túnica de niño de cuando era pequeño, que guardo doblados con una ramita de lavanda porque les tengo cariño. Y un poni de madera, que Tío Lanos dice que hizo mi padre para mí...

Otros de mi edad en la aldea le habrían dado esas cosas a sus hijos, o a algún pariente... Pero no sé... es lo único que tengo de mis padres, y me cuesta desprenderme de ellas.

¡Vaya! Eres un privilegiado, ¡tienes un montón de cosas! Lo único con lo que discrepo, habiendo visitado ya la casa de tus tíos, es que eso a lo que llamas arcón lo sea realmente. No te culpo, pues seguramente nunca hayas visto uno. Lo que tienes es más bien una Arqueta, que es como el hermano pequeño del arcón. Más pequeño, más barato, menos espacioso... pero transportable, un muchacho como tú puede cargar con él si hiciera falta.

¡Anda! Esto... ¡esto sí que no me lo esperaba! El sabio ha estado en casa del Tío Lanos y la Tía Molga y... y ha visto incluso mi arcón... Bueno, mi arqueta... Pero, no lo entiendo, si hubiera estado, ¡lo habría visto! ¿Será que además de hablar en nuestras cabezas puede vernos también?

- ¡M-muchas gracias, señor...! Seguro que me será útil, y con la cuerda creo que me la podré colgar de los hombros para llevar las manos libres... Eh... no sé si puedo preguntarle... - No quiero que se moleste, pero tengo que preguntarle - ¿cómo es que puede hacer estas cosas? Me refiero... ha podido entrar, o ver dentro de la casa de mis tíos... Y nos habla sin estar delante de nosotros... ¡E incluso puede hacer que nos escuchemos entre nosotros, o al menos, me ha dado esa impresión! Los cuentos hablan de demonios, brujas terroríficas, enanos que nacen y moran en las entrañas de la tierra... también de magos que viven en torres de marfil, pero... nadie en la aldea había visto nada de eso... Esto... ¡esto es del todo poco-normal!

Pues doy esta escena por terminada, y por tanto os doy por creados :)

Tenéis vuestro trasfondo, vuestras cosas, vuestros vínculos y algún detalle más cada uno. Más que suficiente para empezar esta aventura.