ADALAS
Es todo tu mundo, literalmente. Todo lo que conoces, todo lo que has vivido, todo lo que amas y odias, está aquí. En Adalas tienes todo lo que necesitas para sobrevivir y ser feliz; buena comida, buen vino, muchos días de sol al año, menos de quince horas de trabajo diarias y buena música. Hay un camino que cruza la aldea y que debe llevar a otros lugares, pero nunca lo has seguido, ni has visto a nadie que lo haga, ¿para qué? ¡Con lo bien que se está aquí!
Aquí todos os conocéis, sois pocos, es fácil, aunque hay algunas personas más importantes que otras:
El Gobernador y los soldados
Se encargan de que todo vaya bien, de que todo funcione, y de que no haya problemas. Dicen lo que hay que hacer y cómo hay que hacerlo. La aldea sería un caos sin ellos, está claro. Viven en la torre y en las casas grandes que hay al lado con sus familias.
El veterinario, el herrero y el carpintero
Son amigos del Gobernador, y aunque en teoría trabajan para la aldea, en realidad trabajan para él. Arreglan y fabrican las cosas más increíbles que puedas ver, el veterinario también arregla personas. Viven en las mejores casas de la aldea con sus familias.
El tabernero, el panadero y el carnicero
Son queridos por todos. Básicamente se encargan de elaborar deliciosos alimentos con los que alimentarnos. A veces no es barato, pero está muy rico lo que hacen. El tabernero hace un agua con cereales, la cerveza, que está de miedo, sobretodo a partir de la quinta jarra. Viven en la aldea con sus familias.
El curtidor, el zapatero y el barbero
Igual que los anteriores, pero estos se encargan de vestirnos y ponernos guapos. El problema es que lo que hacen es más caro y sólo algunos se lo pueden permitir. Los campesinos nunca vamos al barbero, y sólo una o dos veces en nuestra vida compramos zapatos nuevos.
El leñador y el cazador
Son de los pocos que se atreven a adentrarse en el oscuro y siniestro bosque. Y por esto son admirados a la vez que temidos. Se cuenta que han visto cosas extraordinarias y que hacen pactos con criaturas malditas. Cada uno vive con su familia en una cabaña en la linde del bosque.
El anciano
En Adalas hay viejos, claro. Pero este es un viejo, viejo, muy viejo. Vive solo en una cabaña en medio del bosque, que nadie sabe exactamente dónde está. No quiere saber nada de nadie y rara vez viene a la aldea. ¡Está loco!
Los aldeanos
Nuestra vida es sencilla. Labriegos, pastores, hortelanos... somos la mayoría de gente de la aldea y nuestras familias. Vivimos en casas pobres, sucias y pequeñas. Somos felices aquí, y jamás, bajo ningún concepto, saldremos de la aldea, ¡qué miedo!
Los forasteros
A veces otras personas vienen a la aldea, o eso dicen, porque realmente nunca has visto a ninguno. Lo hacen por el camino que se adentra en el oscuro y siniestro bosque. Dicen que vienen de muy lejos, y que hablan y visten raro.
Alrededores de Adalas
Nunca has salido del territorio de Adalas, que está formado por las casas de la aldea y los campos que la rodean, ganados al oscuro y siniestro bosque. Luego están las cabañas del cazador y del leñador, y en alguna parte, dentro del bosque, la del loco anciano.
Nunca has visitado otras aldeas, a decir verdad ni siquiera sabes cómo se llaman las más cercanas, las que están al otro extremo del camino. Sabes que existen porque alguien te lo han contado, y porque deben existir, ¿no?
Donde terminan los campos empieza el bosque, el oscuro y siniestro bosque, donde pocos son los que se atreven a adentrarse, tú nunca, desde luego. Los aldeanos cuentan historias terroríficas sobre él, historias de monstruos y criaturas que se alimentan de niños y ancianos. ¡Me da escalofríos sólo de pensarlo!
Al fondo de todo, al sur, una lejana montaña sobresale por encima de los árboles.