Si, sin Eynja para disumular, queda muy cantoso. No, no es el momento.
- Bueno, creo que el Cónclave se reanudará en breve. Ardo en deseos de saber las funciones del artefacto, y de ver si podríamos o no examinarlo, finalmente. Y saber qué naturaleza tiene. Me intriga. - Dije, retirando la mirada de la parte superior del túmulo, fijándola ahora en el maestro Aûrjammer. - Si me disculpan, voy a honrar la presencia del Aûrjammer y darle algunas pinceladas más de la parte del Cónclave que tuvimos. - Dije, apartándome con una pequeña reverencia, y dirigiéndome hacia el enano.
Tomo aparte al enano, para hablar con él unos momentos. Le saludo ceremonialmente, y le resumo, lo más posible, lo acontecido en la cima del túmulo, y en la conversación con los dos representantes. Debe saberlo, y le pido consejo:
- Hvernig ættum við að fullyrða um rétt okkar til að skoða gripinn samkvæmt visku þinni? Leyfir sáttmálinn milli konungsríkjanna okkur að vera í ójöfnuði? Hvernig getum við tryggt að álfarnir haldi ekki áfram að taka ósanngjarna yfirburði? - Digo, con humildad y sabedor de que el maestro martillo de oro Thömtûin conoce mucho más de los elfos y los derechos de los enanos que yo mismo. - Ef þú sérð Eynju, segðu honum að fylgjast sérstaklega með sérstaklega þegar við förum til Tenebris. Hæsti ráðgjafinn er svolítið utan miðju.
- Según su sabiduría, ¿cómo debemos hacer valer nuestro derecho a examinar el artefacto? ¿El pacto entre los reinos permite que estemos en desigualdad? ¿Cómo podemos vigilar que los elfos no sigan cogiendo ventajas injustas?
- Si veis a Eynja, decidle que vigile sobre todo al irnos a la Tenebrïs. El Altísimo Consejero está un poco descentrado.
- Maêj kynna jér Feddûr, gûrahl-drûid norjûrkólanna, börn sonû Selûni, forráðamenn graslendannak. Eins ojkû talir Khazak.
- Virtûr Drûid, éj bikst afsökûnarák óráksíû jûnga Vitûr Rûpert Aedo. Janner ûngûr oj ókjaejilegûr oj janner líka mannlegûr. Vij erûm akreyna ajmirla forvitnis okkar oj óendanlega kolinmerti tilkín.
- Te presento a Feddur, el druida gurahl de las Colinas del Norte, de los Hijos de Selûni, guardianes de las praderas. Al igual que tú habla Khazak.
- Venerado druida, le pido disculpas por la imprudencia del joven Vitûr Rûpert Aedo. Es joven y torpe, y además es humano. Estamos intentando transmitirle nuestra ancestral sabiduría y nuestra infinita paciencia.
- Kadjer jeiðûr fyrir Börn sonin Selûni ajkynnast mannlegûm Vitûr. Keir erû ekki mjög aljenjir. Rákmitt, efrû leyfir mér, erajj lekirja til jliðar smáfægilegan samkeppni milli brjóða ojûjsa ísamjenki við náttûrûna jvað sébesti áfangastaðûrinn fyrir jlûtinn sem erak finna. Skûggarnir vofayfir okkûr ojvið verðûm að vera sameinûk íjví vejna jafnvæjis milli lífs oj daûða.
- Es todo un honor para un hijo de Selûni conocer a un Vitûr humano. No son muy comunes. Mi consejo, si me lo permite, es dejar a un lado las triviales rivalidades entre los pueblos y pensar en conjunción con la naturaleza cuál es el mejor destino para el objeto que nos ocupa. Las sombras se ciernen sobre nosotros, y debemos permanecer unidos en ella por el bien del equilibrio entre la vida y la muerte.
A pesar de tu "sugerencia", los tuyos no son capaces de socializar. Se acercan a los demás, sí, aunque no hablan, no, e imponen bastante respeto. Los otros se apartan o no se muestran abiertos ni amigables hacia las siniestras huestes de Anodiräs. Puedes ver claramente el rechazo de las gentes de Abatis y Anelûk a tus siervos, e incluso notas cierto distanciamiento por parte de los druidas. La única que se acerca es el hada, que revolotea entre Heimdallr y Amina envuelta en un fino polvo rosáceo. Sabes bien que estas criaturas son extremadamente curiosas por naturaleza.
Saludé al druida gurahl, Feddur Börn Selûni. Me impresionó su planta, presencia, porte, además de que hablase Khazak y que lo hiciera tan amablemente. Asentí ante el saludo maestro Martillo de Oro. No parecía una presentación muy adecuada, si no se conocía bien a los enanos. Era en realidad todo un reconocimiento de lo que había logrado, a la vez que una clara llamada de atención de lo mucho más que le quedaba por aprender de los enanos y la cultura y poder de Anelûk, dejando claro que le faltaban capacidades innatas de los enanos. Se lo reconocí, con una mirada de respeto y una sonrisa humilde y verdadera. - Það er mér líka ánægjulegt og á óvart að hitta son af Selûni, sem margir telja aðeins hluta af lögunum. Mér finnst ég vera heppin að vera og hitta þig.
Luego, hablé al mismo druída, entendiendo que, como Opilaf, sabía mucho más de lo que decía, y que quería llevarnos por un camino correcto para todos.-Ég hlusta, O druid, ráð þín og geymdu það. Það er erfitt fyrir okkur öll sem búum fjarri náttúrunni að vera svo aðgreind frá raunveruleikanum að geta skilið heimssýnina og berjast þannig við myrkrið rétt.
Finalmente concluí, para reafirmar nuestra intención de ser defensores ante la oscuridad. -Ríki Anelûk vill berjast við myrkrið eins og meistari Aûrjammer mun hafa sagt það og við teljum okkur hafa leið til þess ... en hvernig getum við sannfært afganginn?
- Igualmente es para mi una placer y una sorpresa poder conocer a un hijo de Selûni, a quienes muchos consideran sólo parte de las canciones. Me siento afortunado al estar y conocerle.
Escucho, oh druída, su consejo, y lo atesoro. Es complicado para todos los que vivimos lejos de la naturaleza conseguir estar tan desapegado de las realidades como para poder comprender la visión global, y así combatir la oscuridad correctamente.
El reino de Anelûk desea combatir la oscuridad, cómo le habrá dicho el maestro Aûrjammer, y creemos tener una forma de hacerlo... ¿pero cómo convencer al resto?
Sin duda, ninguno de los miembros de mi séquito eran propicios al diálogo. Ya lo imaginaba desde el momento en el que les mandé socializar... sólo esperaba que, la presencia de ellos, hiciera que ni los enanos ni los humanos trataran de confabular en contra del Reino de Anodiräs.
En cualquier caso, lo que no esperaba era que aquella hada se acercara a Heimdallr y a Amina.
—Heimdallr, necesito que vengas conmigo —dije, llevándome a mi guardaespaldas lejos del hada—. Amina, no seas tímida y entabla conversación con nuestra anfitriona. Volveré pronto.
Sabía que las hadas eran curiosas por naturaleza, y no quería que descubriera... accidentalmente... que Heimdallr carecía de vida natural...
Antes de que vuelvas al Altar, el hada se aleja de Amina, con quien no ha llegado a interaccionar, vuela hacia ti, pasa por el hombro de Heimdallr y da varias vueltas en torno a tu cabeza. Con una finísima voz adornada por ruidos similares a risas, apenas audible, te dice, en un exquisito élfico silvano, similar al élfico Teangä que tú hablas pero no idéntico:
- Chäneïläm feäräthäcòmhläl riütmäthaön chuïdhütfhèïn nöairsönäbhïth beösäntsaoghälseölön.
- Esa bruja jijiji no es buena jijiji.
- No hay nada que disculpar, Vitûr- digo con una sonrisa.
Veo a mi Capitán conversando con una druida. No quiero interrumpir su conversación, aunque le pediré más tarde que me ponga al tanto de su conversación.
Observo las volutas de humo de colores sobre el Túmulo, a la espera de ser llamado de nuevo.