Partida Rol por web

Te es imposible seguir el rastro de tu hermano durante mucho tiempo, y te das cuenta que alcanzarle sin alejarte demasiado ni ausentarte del Cónclave de mañana te supondrá un gran esfuerzo. Decides abandonar y dar media vuelta, confiando en sus capacidades de supervivencia, que son bastantes.

A las pocas horas vuelves al campamento, pronto amanecerá. Ves cómo tu séquito ha sido mermado poco a poco hasta quedar reducido a tus más fieles y cercanos. Samaj, Gü, Naesän, Gü, un bárbaro y la mensajera, te reciben. Lämh debe estar ya oculta en los alrededores del Túmulo, tal como le ordenaste. Samaj tiene un obsequio para ti, entre ella y el bárbaro han conseguido capturar a uno del séquito de Anelûk, como también les ordenaste.

Traen a un enano anciano, al parecer un sabio, vestido con una elaborada armadura enana de plata.

Vrindûn Siljammer

- Mi Tenebrïs, hemos capturado a un enano. El séquito del Vitûr también ha sido mermado y se han dividido. Un grupo armado ha salido del campemento. Una unidad de combate compuesta por el mismo Vitûr, su amante Eynja, un maestro anciano, cinco guerreros enanos y una de esas máquinas animadas con magia, un golem de guerra. En el campamento quedaron dos ancianos enanos con dos guerreros como única escolta, y la otra máquina desactivada. Hemos capturado a uno de los ancianos, al que creemos más valioso, Vrindûn Siljammer. El otro es capaz de animar a esas máquinas, usando magia azul, pero no pudimos cazarle.

La visión de Samaj, junto al enano, hizo que mi rostro esbozara una sádica sonrisa.

—Bien hecho, Samaj —le apremié—. No esperaba menos de ti.

Sin embargo, antes de... ponerme a trabajar, tenía que hablar con Samaj, Gü y Naesän en privado. Así que, tras garantizarme de que el enano estuviera bien atado, y tras darle indicaciones al bárbaro para que estuviera alerta para que aquel asqueroso comepiedra no intentara nada, salí de la tienda para reunirme con ellos en privado.

—Imagino que Gü os ha puesto al tanto. Si no, os lo diré yo: nos han traicionado. Los hechiceros no eran quienes decían ser. Sirül está muerto... sin embargo, Amina ha logrado huir —miré a Gü—. ¿Qué pudiste oír? ¿A quién servían? ¿Eran enviados del Príncipe del Kaos? Cualquier información que pudieras escuchar, necesito que me lo cuentes ahora. No omitas nada.

La situación no podía ser menos adecuada: No sólo tenía que lidiar con conseguir el Artefacto con mi séquito ahora mermado hasta un punto irrisorio, sino que además tenía que protegerme del Príncipe. Si eso no fuera poco, Amina había logrado huir... Era probable que avisaría a quien fuera para quien trabajara sobre lo que había pasado. Si el objetivo era el Artefacto, tendría apenas unas horas para hacerme con él antes de que volviera... acompañada con mejor escolta que esos mercenarios de poca monta.

—Pronto el campamento dejará de ser seguro; además, no tenemos posibilidad de defenderlo. Mañana al alba, desmontaremos todo y nos esconderemos en el bosque. Luego procederemos con la misión...

El tiempo premiaba... debíamos ser precavidos.

Finalmente, llamé al mensajero y le entregué una nota en la que avisaba al Barón de la traición de Sirül y Amina, de la información recabada por Gü y de la ruta que había tomado la hechicera en su huida, así como las suposiciones de que el Príncipe del Kaos podía estar detrás de todo esto. Omití incluir que, según Gü, me buscaba a mí...

El Barón debía estar avisado al respecto, y alerta por lo que pudiera ocurrir en las fronteras...

...

Fuera como fuese, tras escuchar todo lo que tuviera que decirme Gü y tras asegurarme de que el mensajero partía con el mensaje, volví a internarme en la tienda donde estaba el enano. Luego di indicaciones al bárbaro para dejarnos solos.

—Bienvenido a mi campamento —dije, educadamente, mientras desplegaba con cuidado sobre una mesa todo tipo de artilugios para la labor que tenía por delante, entre ellos... el manual—. Los enanos sois directos. No os gustan las palabrerías, y eso es algo digno de elogiar... Así que, para que te sientas en la comodidad de vuestra asquerosa montaña, seré yo también directa contigo: vas a contármelo todo. Creeme, lo harás. Quizás al principio tengamos una relación fría y distante... a todos os pasa al comienzo, pero precisamente para romper el hielo he traído algunas... cositas —de entre todos los artilugios, cogí un unas tenazas que puse al fuego de una pequeña hoguera que había mandado preparar, comenzaría suave con él—. Es por eso que al principio me costará creerte, pero... tranquilo... porque cuando esté a punto de acabar, tendremos una relación casi fraternal.

Mi rostro esbozó una mueca... trataba de asemejarse a una sonrisa, sin embargo era una mueca grotesca y desfigurada... Posteriormente, acerqué las tenazas al rojo vivo hasta sus manos para que notara el calor que desprendían. Estaba dispuesta a arrancarle las uñas una a una... Gracias al calor, no sangraría... sino que sus heridas se cauterizarían al instante.

Después de las uñas, irían los dedos... aun así, dejaría los suficientes como para que pudiera portar un arma.

—Seré sincera contigo: adoro mancharme de sangre enana. No te lo tomes como algo personal, es un... placer mío. Algo que no puedo controlar. Como te lo puedo explicar para que entre en tu cabeza de piedra... ¡ah! ¡sí! ¡como a vosotros os gusta esconderos bajo las montañas como ratas huidizas! Exacto. Así hasta tú puedes entenderlo, ¿verdad? Pero, hagamos un trato... contigo seré benevolente: sólo debes decirme para qué quiere el Reino de Anelûk el Artefacto, y qué planea hacer el Vitûr para conseguirlo... Cuál es su estrategia. Si me lo dices, no sufrirás. Piénsalo bien... sólo tienes una oportunidad.

Hablase o no, le torturaría hasta garantizarme de que... de verdad no me mentía.

- Sirven al Príncipe del Kaos, Tenebrïs.

Es todo.

La mensajera parte de inmediato hacia Anodiräs con el mensaje:

Una nota en la que avisaba al Barón de la traición de Sirül y Amina, de la información recabada por Gü y de la ruta que había tomado la hechicera en su huida, así como las suposiciones de que el Príncipe del Kaos podía estar detrás de todo esto. Omití incluir que, según Gü, me buscaba a mí...

El enano te cuenta muchas cosas. El Poder de la Gema de Beory lo usarán para animar un ejército de konstrûktos de jerra, cientos, de distintos tamaños, con distintas habilidades y de distintos materiales. Es un ejército muy poderoso, pero que actualmente está inanimado por la carencia de una gran fuente de poder mágico.

Te cuenta también que el Vitûr no tiene estrategia alguna. Vrindûn considera a Rupert muy débil, y no comparte el haberle encomendado esta misión con Firjammer. Sin embargo está obligado a obedecerle y a responder ante él. Cree, sinceramente y muy a su pesar, que no conseguirá la gema para Anelûk.