Partida Rol por web

Aina y María llegaron a casa destrozadas. Eran ya las once de la mañana cuando pudieron dormirse y aunque se durmieron casi enseguida por el cansancio acumulado, no fue un sueño demasiado reparador. Ambas se fueron despertando a cada hora o incluso menos. Miraban el reloj y las horas iban pasando sin que ellas pudieran descansar como debería. Tenían cerrados los ojos, pero no podían dejar de darle vueltas a lo que había sucedido en las últimas horas. 

Fuera como fuera, a media tarde ambas ya estaban despiertas y después de almorzar algo ligero, alrededor de las 18:00 horas, decidieron ir hacia la Jefatura para ver como estaban las cosas. Cierto era que el Inspector todavía no les había llamado, pero el nerviosismo les ganaba y las ganas de seguir adelante y resolver el caso eran superiores a su voluntad de permanecer en casa descansando como les había dicho Mate.

Damián Tur estaba de central esa tarde. Al ver como llegaban las dos compañeras las saludó de forma muy cordial. Su sonrisa perpetua y sus ganas de bromear no estaban por ninguna parte. Ese joven agente no era el Damián Tur que habían conocido. Sin duda estaba afectado, como el resto de hecho, por lo que le había sucedido a Campaner. No era para menos de hecho, pues el asunto estaba muy pero que muy caliente en Llanura del Buenpaso y es que además de lo sucedido, nadie tenía la certeza de que no volviera a pasar hoy mismo algo similar.

Y aunque Aina y María no lo sabían, el suceso que había tenido lugar en su municipio, ya había salido por toda la prensa y no sólo la local, sino toda la prensa nacional y también parte de la internacional. Aquel caso, junto al que ya removió la consciencia años atrás con los atentados durante las fiestas en el concierto del polígono industrial, habían puesto el municipio en el mapa, pero para mal.

Quien parecía que no había descansado nada era el Inspector. Nada más entrar ellas por la puerta del cuartel, él salió de su despacho hablando por teléfono y con unos papeles en la mano. Al azar la cabeza las vio.

- Un momento... - Le dijo a su interlocutor al otro lado del teléfono. - Iba a llamaros. - Confirmó. - No nos dan la orden. - Les hizo una seña con la cabeza para que entraran en su despacho y continuó hablando.

Aina y María entraron en el despacho de Mate y se sentaron frente a su escritorio. Unos cinco minutos después, él entró en su oficina todavía con el teléfono en la mano.

- ...buenas tardes señoría. - Dijo al teléfono. - Adeu...

Mate parecía preocupado. Se pasó la mano por la cara, tomó aire, resopló. Acto seguido miró a las chicas y chasqueó la lengua, para acto seguido sentarse sobre la esquina de la mesa muy cerca de María.

- Era la jueza que lleva la instrucción del caso. - Comentó. - Dice que no le parece que haya indicios suficientes como para autorizar una entrada y realmente no los hay, pero... - Apretó los puños. - ¡Joder, tengo la corazonada de que esa posesión es la clave! - Exclamó fastidiado. - Además... - Miró a María con preocupación. - El detenido pasó a disposición judicial y... - Se rascó la cabeza. - Te están investigando por lo sucedido. - Le miró a los ojos. - Tenemos que resolver esto cuanto antes. ¿Qué pensáis? ¿Qué podemos hacer? Un muerto, un agente herido, varias jóvenes desaparecidas... - Bufó. - Estamos jodidos...

Llegar a la casa y encontrarme con Aina habia sido bueno. Me alegraba tanto no haber cometido una estupidez, o mejor dicho otra, que realmente me hacia sentirme en control de mi misma, pero eso no era suficiente para descansar. No fue hasta que pude darme un baño y haberle dados varios puñetazos a la pared que me pude relajar.

Tambien me habia tomado dos dedos de whiskey, pero no se lo diria a Aina.

De todas maneras dormir y descansar no era lo mismo y me habia despertado 80 veces hasta que al final me levante con dolor de cabeza.

Ambas dimos algunas vueltas en la casa casi sin sentido solo para terminar en donde debiamos. La oficina oculta de Aina. Era mejor estar haciendo algo, aunque volver a revisar los mismos papeles una y otra vez no nos daria ninguna respuesta.

Le mande unos mensajes a Sofia disculpandome por la falta de anoche y le prometi compensarla, aunque no sabia cuando.

Al final antes de salir me detuve en la puerta de la oficina.

- Aina, por casualidad no tienes una pistola que me puedas prestar? La verdad me da mucha mala espina andar desarmada. Te prometo no dejarmela quitar esta vez. 

Aquello trato de sonar como un chiste pero ninguna de las dos sonreia.

- Por cierto no me dijiste si pudiste averiguar algo en el Club aunque asumo que no, o ya me hubieses dicho. Lamento que el interrogatorio no haya sido de mucho ayuda, te juro que me costo no estrangular a ese mal nacido. Dije con rabia al final.

Al final las dos nos fuimos a la Jefatura donde un cansando Inspector nos esperaba con no muy buenas esperanzas. 

Por un momento pense en al club de paisanos, pero habiamos perdido demasiado tiempo. Si ya era publico haber encontrado el cuerpo de Vich y aquellos criminales sabian de la perdida de Juan y Jose, posiblemente ya estaban borrando sus rastros, aunque no tenian porque saber que sabiamos la direccion de aquel lugar.

- Señor, creo que por lo pronto podemos detener unas patrullas en ambas vias para cerrar el paso. No podemos entrar pero podemos evitar que alguien salga o ver quien entra, no?

Y me encogi de hombros sabiendonos con las manos atadas. 

- Tambien podemos dar una.... Entonces algo hizo click en mi cabeza.

- Y si usamos un dron? Quiero decir, uno de esos juguetes con camara, se que no sera oficial, se que no serviria para pruebas, pero nos puede dar algun indicio, podemos ver que autos hay dentro o incluso caras y si podemos encontra a algunas de las victimas?

Eso tenia mas sentido que pedirle a EEUU que nos prestara un KH, unos de sus satelites espias. Maldije para mis adentros las novelas de Tom Clancy.

Un dron podiamos comprarlo y usarlo rapidamente. O al menos dar una vuelta por el perimetro de la propiedad con la esperanza de encontrar algo. Mire a Aina y supe que en mi mirada entendio que una Jueza no nos iba a impedir que entraramos a hurtadillas.

Aunque no debiamos meternos en mas problemas.

Esperaba que ellos tuvieran mejores ideas que las mias.

El sueño no había sido muy conciliador, siquiera reparador, pero menos era nada. Aina se sentía inquieta y sabía que el resto de los compañeros en el caso lo estaban también. Esperaba realmente poder salvar alguna de las chicas secuestradas, lograr que alguna vida no se perdiese le parecía un buen incentivo, algo que podrían celebrar todos.

Escuchó las palabras de María, y revisaron todo lo que tenían en su oficina particular, la de la casa de Aina. El cansancio podía hacer mella pero debían ser fuertes. Un café y a la comisaría de nuevo, pues los minutos sumaban horas y las horas días, por lo que no tenían tiempo que perder.

-No, no encontramos nada que relacionase el lugar con el caso... empiezo a pensar que se trata más de la gente, ¿quizás alguien invitase a Vich al club? Imagino que alguien ya habrá informado a su madre de lo sucedido, tal vez ella estaría dispuesta a contarnos todo lo que pueda arrojarnos algo de luz- pero ella también sabía cosas que callaba, como un secreto oscuro, sin serlo realmente, porque en cierto modo era un secreto a voces, pero solo María sabía algunos detalles.

Ya en la comisaría a Aina le cayó como un jarro de agua fría que les negasen la orden para registrar aquella posesión, pero para rematarlo Mate alertaba de que María estaba siendo investigada por lo sucedido aquella noche pasada. Mierda Si ella no le hubiese alentado... 

-¿Un dron?- dijo mirando a Maria de repente. Le había negado el arma, sabía que el inspector le podría dar una temporalmente, como habían hecho al principio, cuando llegaron para las practicas. -Hacen mucho ruido, y creo que hacen falta permisos de algún tipo para sobrevolar terreno edificado... quizás pudiésemos vigilar con prismáticos. Pero si decidís lo del dron... bueno, no es solo comprarlo, hay que saber manejarlo- Desde luego Aina no sabía hacer eso -Dani tiene uno, ya sabe que todo lo que tenga motor le llama la atención... - dijo mirando a Maria mientras se encogía de hombros. No sabía hasta qué punto era buena idea implicar a un civil... pero bueno, sabía que a veces se había hecho, al menos en las series y películas -... Y esa posesión, ¿cuál es? ¿de quién es la propiedad?- Preguntó al inspector. Quizás ella pudiese tirar de algún contacto para poder acceder, aunque igual no oficialmente.

-Sí, estamos jodidos...- repitió las palabras de Mate mientras entrelazaba inquieta sus manos. Habían cosas que podrían ayudar... lo sabía, quizás ella...

-¿Se ha mirado en la casa de Vich?- hizo una breve pausa. Lo que estaba dudando de añadir le costaba mucho, era delicado, pero podía marcar una diferencia. Habían archivos que ella no había visto, nada de lo oficial en el caso de su hermano, pero ahora... ¿y si les ayudase a resolver el caso? Dudaba de que nadie más supiese que estaba relacionado.

- Lo del dron... - Ladeó la cabeza. - Podría darnos cierta idea de lo que puede estar haciéndose en ese lugar aunque... - Chasqueó la lengua. - No nos serviría como prueba. En este país cualquiera puede aportar un video grabado con el móvil como prueba en un juicio, pero un policía, si no tiene el curso que le habilita para volar un dron, no puede hacerlo para recabar pruebas y son directamente invalidadas. No se admiten a juicio. - Se encogió de hombros.  - Una mierda... - Resopló. - Pero para hacernos una idea... - Asintió con la cabeza. - Podemos tenerlo en cuenta.

Mate automáticamente se puso a teclear en el ordenador. Momentos después giró la pantalla hacia las dos agentes.

- En la base de datos del catastro se muestra esta fotografía. Es una posesión antigua, estuve una vez allí como os he dicho esta mañana. - Comentó. - No estaba exactamente igual como en la fotografía, pero si muy similar. Había un centro de yoga y mierdas de esas new age.

Entonces agarró el ratón del ordenador e hizo click sobre una carpeta. Momentos después se abrió un archivo que contenía unos datos personales.

 Nombre: Samuel Darin Número de identificación: Y6728301D Fecha de nacimiento: 13 de marzo  de 1973 

Nombre de los padres: Ezequiel y Ramona Lugar de nacimiento: Buenos Aires (Argentina) Domicilio: Polígono 2 Parcela 78. Finca Binineu.

Localidad: Llanura del Buenpaso.

- Estos son los datos de propietario actual de la posesión. La compró en 2012. - Comentó y tenemos una foto. - Le conozco. Nunca hemos tenido problemas con él. De hecho, alguna gente le conoce por aquí como "Phausto", aunque no se porqué. - Desveló. - Es la típica persona que cree en la reencarnación, el karma y todas esas cosas. El tipo de persona que sin conocerte de nada, empieza a hablarte sobre temas esotéricos y pretende que entiendas a la primera y sin explicación alguna de por medio, de que está hablando. 

No podiamos ir por las malas, pero y si ibamos por las buenas?

Obviamente aun estaba embotada, porque el cerebro no me daba para mas aunque hubiesemos estado en casa unas horas. Me hervia la sangre por escurrirme en el lugar y hurgar cada habitacion posible pero habia que hacer las cosas bien o ....

No vas a ir a escondidas.

Me reproche a mi misma. Mire a Aina nerviosa como si pudiera leer mis pensamientos. 

- Y si vamos para alla....

Pensaba fingir que era un cliente, que me gustaban esas cosas energeticas y demas, pero no estaba segura de sugerir nada otra vez.

- Tal vez sea mejor buscar al Señor Darin y ver si nos enseña la propiedad de buena fe, si le gusta tanto su ""arte"" tal vez se muestre de buena fe o veremos al menos si tiene algo que ocultar con su actitud, no? 

Mire a Aina con la esperanza de que ella pudiera decir algo mejor. Tambien podiamos buscar quienes eran los clientes e interrogarlos a ver si alguno habia visto algo extraño, pero eso tomaria tiempo y no teniamos mucho. Habia que actuar rapido para que no supiesen que estabamos sobre ello y se defendieran o ocultaran de mejor manera.

Era frustrante que Aina tampoco hubiese podido hacer nada en el Club, debia haber encontrado algo.

Y si no me queria decir que habia encontrado?

Por que no me lo diria? yo no tenia mayor apego emocional a este caso que ella. Tenia que dejar de pensar tonterias, o me iba a volver loca. Habia algo que no estabamos viendo?

- Si, es una posibilidad, pero tened en cuenta algo... - Intervino Mate. - Son gente del municipio y vosotras dos, precisamente, no llamáis poco la atención. Sin duda sabrá que sois policías y si no lo sabe... - Alzó las cejas. - Es que no tiene ojos. Le he visto alguna vez por el pueblo. No es un ermitaño. Tampoco es que pase mucho por aquí, pero lleváis tiempo ya en el cuerpo. - Ladeó la cabeza. - No sé si me estáis entendiendo... - Mate se rascó la barbilla. - Espero que si. - Sonrió levemente. - Siempre podemos vigilar el camino de alguna forma. Podemos montar un control cerca del lugar y controlar quien va y quien viene... - Dejo caer.

Yo no me referia de ir de paisana, al contrario, mientras mas oficial nos vieramos mejor, porque de esa manera sabriamos si Darin titubea o trata de esconder algo, si no nos atiende, o incluso si se niega, y el control en la via era mas que necesario, sobre todo de noche, porque si necesitas mover algo que mejor momento que en la noche o mejor aun simplemente patrullar la zona cuando salgo un auto o alguien vaya a la posesion le detenemos por cualquier excusa y si tenemos suerte......

Pero no dije nada.

- Bueno, podemos patrullar la zona y ver si hay suerte de algo.... Dije desanimada.

Ya sabia yo que si me dejaban patrullar iba a terminar dentro de la Posesion investigando. 

No! no lo haras. Ahhhh sabes que si. Por Aina no lo haria. Y si ella me acompaña!!!!

Joder!

Era muy dificil no romper las normas estos dias.

Aina estuvo escuchando seria, tan seria como siempre o incluso un poco más. No estaba dispuesta a cometer más fallos como el de la noche anterior, un compañero había salido muy mal parado por una decisión suya. Más valía hacer las cosas con buena letra, tal vez los atajos no eran la mejor forma de abordarlo.

-Esas mierdas de las energías y los rollos místicos son para engañar a quienes tienen un momento bajo- Su madre le había intentado llevar a ver a un tipo una vez cuando ocurrió lo de su hermano. Pero Aina se había cerrado en banda, estaba convencida de que de haber accedido ahora sería una drogadicta sin dónde caer muerta. -Está muy de moda pero son poco menos que sectas, eso pienso yo. Y para convencer a los demás debes creerte tus mentiras tú primero, así que no estoy tan segura de que no sea un buen actor...- Desde luego su peluquero es un farsante -...Opino que tal vez lo mejor sea montar el control, ver quien entra y quien sale, y quizás también observar desde lejos. Si encontrásemos alguna prueba mejor que sea de un modo que valga legalmente- 

Miró a Maria, ellas habían visto muchas películas, y desde luego que se veía con MaMi protagonizando una de esas. Eran chicas de acción, pero esto era la vida real, y la vida real era mucho más metódica, aburrida y con la ley dando pol saco.

Mate accedió a lo dicho por Aina. Montarían un control, esa misma tarde. Iniciarían el control sobre las 20:00 horas y él mismo, Aina y María entrarían de horas extra por tal motivo. Mate se puso inmediatamente a hacer gestiones y logró que un par de agentes más de la nocturna acudieran antes al trabajo por tal motivo y contactó con la guardia civil para que se unieran a dicho control. Sabían a lo que iban, pero se montaría como un operativo rutinario. Un  control conjunto en el que se pediría documentación del vehículo y se realizarían pruebas de alcoholemia, pero en el momento en que fuera necesario, se actuaría con la contundencia debida.

Aina y María se uniformaron y en pocos minutos estuvieran listas para el servicio. Mate asignó una pistola P-2000 a María mientras que la suya estuviera retirada a expensas de lo que pudiera determinar la autoridad judicial y el tribunal que tramitaría el expediente de la agente. No estaba acostumbrada a ese arma, pero mejor era eso que nada.

María y Aina siguieron lo que restaba de tarde investigando en los archivos del cuartel, así como por internet, aunque no encontraron nada demasiado relevante, ni que pudieran conectar de forma inequívoca con el caso sobre el que estaban trabajando. No obstante, cuanto más se acercaba la hora del control, más ansiosas se encontraban ambas.  

En el turno de tarde se encontraba de servicio el oficial M-5, Rubén Fernández, junto con Tur, Muñoz y la agente en prácticas Marina Ruitort. Fernandez y Ruitort se unirían al Inspector, Aina y María al control, pero también vendrían Ernesto y Álvaro, su viejo compañero de promoción, para reforzar el control. Así como también el cabo Jiménez, Carles Ferrer, Malco y Mantas acudirían como componentes de la guardia civil.

Siendo las 20:00 horas, el Inspector se puso al frente de sus hombres, dos oficiales y cuatro agentes y tras explicar el cometido del control, se pusieron en marcha camino del punto acordado con la guardia civil a los mandos del furgón de atestados, un vehículo para detenidos y tres motocicletas. El punto era el cruce entre la carretera MA-20133 y el desvío hacia Binineu en la MA-20133B. Una vez llegaron al punto acordado, la guardia civil ya estaba en el lugar.

El objetivo era detener a todos los vehículos, por ello, habría cuatro agentes filtrando, dos por sentido de circulación y otros seis en el punto de detención de vehículos realizando las pertinentes comprobaciones y uno en el interior del furgón realizando pruebas de alcoholemia, que, aunque no era la función real del control, servía a la perfección como tapadera y para que si detenían a alguien que pudiese tener algo que ver con lo sucedido, no sospechara que andaban tras la pista de la secta de Azrael.

Álvaro se situó junto a Carles, María y Aina en uno de los puntos de detención de vehículos. Tenían que tener especial atención en los vehículos que giraban en dirección Binineu. Comprobar a la perfección quien iba en cada vehículo y pasar nombre y apellidos a la central de la guardia civil para que comprobara sus antecedentes penales, algo que les podría poner sobre la pista, si es que alguno de los encartados tenía algún tipo de antecedente que pudiera arrojar luz al asunto.

- Vaya movida, ¿no? - Le dijo Álvaro a María. - Pobre Campaner. - Chasqueó la lengua. - Lo último que han dicho es que está estable dentro de la gravedad, ¿no? - Se acercó a María un poco más. - ¿Qué cojones paso anoche, María?

Mientras conversaban, iban parando coches en el control, aunque lo cierto era que pocos eran los que se dirigían a Binineu. La mayoría de ellos coches con magrebíes que vivían en la zona y aunque normalmente hubieran sido a quienes debiera de hacérseles un registro más exhaustivo, en ese caso era todo lo contrario, pues su perfil no encajaba en el de la secta de Azrael o como se hicieran llamar.

María se emparejó con Carles a la hora de revisar vehículos. Detuvieron un par de coches. Uno de ellos estaba siendo conducido por un joven y portaba tres pasajeros. Todos ellos de no más de veinticinco años de edad. El olor a marihuana y alcohol era evidente, por lo que se conminó al conductor a hacer las pertinentes pruebas y por supuesto dio positivo en alcohol con una tasa de 0'85 miligramos por litro en aire espirado y también en cocaína y marihuana, por lo que pasó al furgón de atestados a realizar las pruebas evidenciales, mientras que ellos seguían parando más vehículos.

- ¿Cómo está tu compañero? - Le preguntó Carles a Aina justo después de despachar a un vehículo conducido por un marroquí. - Aún no me quito de la cabeza lo sucedido... - Dijo mirando al infinito. Aunque estaba bastante mejor, era evidente que todavía seguía afectado.

Habían montado el control, todo parecería normal a ojos de quienes no sabían lo que buscaban realmente. Aina estaba seria como de costumbre y dispuesta a realizar un trabajo exhaustivo y minucioso. Deseaba encontrar algo, un indicio, una prueba irrefutable que les guiase para dar con lo que buscaban. Quería rescatar a aquellas chicas, las cuales cada vez tenían menos esperanzas de estar vivas, y necesitaba respuestas sobre el destino de su hermano. Se sentía tan cerca y a la vez tan lejos, con la posibilidad de que todo se escapase entre los dedos, que le sudaban las manos.

-Dicen que está estable, pero todavía no fuera de peligro...- respondió Aina a Carles mientras apretaba ligeramente los puños y los labios. -...me siento culpable... Si no les hubiese dicho que siguiesen adelante con aquella loca idea...- Se abrió a Carles, y sabía que debía quitarse aquellos pensamientos de la cabeza, pero resonaban como un eco que se alejaba para luego volver con fuerza.

No le dejaré colgado, ni a él ni a su familia, algo podré hacer por ellos...

Miró fijamente a los ojos de Carles y María, como si tan solo con aquella mirada les pudiese comunicar sus pensamientos e inquietudes. 

Fue en ese preciso momento cuando el primer coche cayó en el control. Uno de los agentes detuvo a un vehículo a pocos metros de distancia y lo hizo pasar a la zona de detención, donde Aina y Carles estaban conversando sobre todo lo sucedido. Se trataba de un Mercedes-Maybach Clase S de la reedición de 2022, que aunque ya tenía algunos años, seguía siendo un vehículo lujoso y ostentoso y se veía impoluto, como si acabara de salir del concesionario. 

Lo primero de lo que se percató Aina, fue de que se trataba de un vehículo extranjero, con matrícula alemana. Se trataba de un coche que ya tenía visto. Quizás fuera del pueblo, pero no lograba recordarlo, pero lo cierto era que un coche como ese era difícil de encontrar, pues no era el típico utilitario. Ese coche no bajaría de un precio de unos 150.000 euros, lo que era una burrada.

Al detenerse donde Aina le indicó, la ventanilla del conductor se bajó y mostró como quien conducía era un chófer muy bien vestido que portaba gorra de plato y guantes blancos. Cuando Aina se le acercó, éste realizó un saludo pseudo-militar llevándose la mano a la visera de la gorra.

- Buenas tardes, agente. - Saludó el conductor. - ¿Qué sucede? - Preguntó en un marcado acento alemán.

Si bien volver al trabajo devolvia cierta normalidad a mi cerebro, tampoco es que estuviese muy y cuando Alvaro me agarro desprevenida con aquellas preguntas realmente no sabia como responder aunque me habia hecho miles de veces la idea mental de como reaccionar y sobre todo a no sentirme culpable frente a mis compañeros que seguramente me juzgarian de una u otra forma.

Conocia a Alvaro desde hace años y eso no facilitaba las cosas. El queria detalles, todos conociamos a Campaner, todos nos conociamos entre todos. 

Mi primera respuesta a mi compañero fue la version oficial, mientras Alvaro me devolvia aquella mirada incredula donde obviamente pensaba que era una estupida al tratarlo como si fuera una periodista o alguien que no debia meterse en esos asuntos, nuestros asuntos.

- Alvaro..... simplemente la cague, vale!! Que quieres que te diga? Detuvimos a un par de sospechosos y me deje desarmar por estupida y dispararon a Joan, como crees que me siento????

Si bien hablaba en voz baja se podia notar que estaba a punto de gritarle a los cuatro vientos.

- Se que fue mi culpa, y joder, si pudiera cambiar mi lugar con el lo haria mil veces, pero no puedo hacer nada, no puedo cambiar nada, no puedo reparar nada asi que no me preguntes mas....

Tal vez habia sido demasiado dura con el, pero sencillamente no estaba con la calma y tranquilidad suficiente para no tomarme cualquier comentario como algo personal. Tal vez despues me disculparia con el.

Voviendo al trabajo me enfoque en lo que hacia mas para mantenerme ocupada que otra cosa aunque sentia que todo era una verdadera perdida tiempo. Hasta que finalmente Aina detuvo a aquel Mercedes. 

Yo seguia en lo mio, pero no podia quitarle los ojos de encima a aquel auto.

Álvaro se echó atrás un par de pasos. No esperaba la reacción de María. Se le notaba afectada y no era para menos. Hasta ese momento, Álvaro únicamente conocía la versión oficial, pero saber que todo había sido por un fallo de María... eso realmente le dejó descolocado. No sabía como se encontraría él de haber sido el culpable de que alguien disparara a un compañero. Aunque era evidente que ella no había apretado el gatillo, el sentimiento de culpa era evidente.

- Tranquila... - Le dijo acercándose nuevamente a ella.

Aunque enseguida supo que había sonado estúpido. ¿Cómo iba a estar tranquila después de lo ocurrido? ¿Lo estaría él? Lo dudaba. Es más, que él le dijera que se pusiera tranquila, tan solo podía ayudar a que su nerviosismo se incrementara. Finalmente se acercó hasta ella y le dio un abrazo, que aunque duró poco dado el lugar y el momento en que se encontraban, pretendía de alguna forma reconfortarla y decirle que estaba allí, que podía confiar en él y que seguía siendo su amigo.

Acepte el abrazo de Alvaro con buen animo, solo podia asimilar que trataba de comprenderme y que habia sido demasiada dura con el. 

- Lo siento.... susurre aun sin separarme de el. 

Cuando nos separamos respire profundo volviendo a mis cabales. 

- Vale, lo siento, simplemete estoy abrumada, ni Aina ni yo hemos dormido bien, y la impotencia nos carcome de encontrar...

Entonces me mordi la boca dandome cuanta que casi soltaba toda la sopa. 

- Quiero decir, encontrar a las chicas y al verdadero culpable detras de todo esto, pero despues te lo contare con mas calma, vale, despues de todo mereces saberlo. Todos conociamos a Campaner, de seguro todos tenian preguntas. Hasta yo.

Ahora un poco mas calmada volvi a mirar de reojo a Aina y el Mercedes que detenian. Estaba a punto de saltar y bajar a empollones al que estuviese sentado atras.

- Vamos Alvaro, tenemos trabajo que hacer.

Hice señas para que avanzara un nuevo vehiculo sin perder rastro de aquel Mercedes. Tal vez estaba demasiado ansiosa. Tal vez....

¿Qué pintaban unos alemanes allí? Esa fue la pregunta que cruzó la mente de Aina al escuchar al chófer. Después se sintió algo estúpida, pues que le chófer fuese, a primera vista, alemán, no significaba que sus pasajeros lo fuesen. Lo que sí tenía claro era que no se trataban de gentes sencillas, no con aquel coche, o en cualquier caso era posible que se dedicase a algo parecido a lo que hacen las limusinas en despedidas de solteros y solteras, cumpleaños y demás eventos. 

-Buenas noches- le respondió al fin sin devolverle el saludo aunque tampoco hablándole con un tono excesivamente duro. -No se preocupe, estamos realizando un control rutinario. Papeles del coche e identificación personal, por favor- solicitó mientras con cierto disimulo trataba de vislumbrar si había alguien en el asiento de atrás.

¿Dónde leches he visto yo este coche antes?

Trataba de recordar. 

María y Álvaro se encargaron de inspeccionar un vehículo de gama media. Se trataba de un turismo azul eléctrico conducido por un joven vestido con ropa de cocina. Dijo llamarse Albert Pla y tras comprobar su documentación tenía el carné de conducir en vigor y los documentos del vehículo al día. No era más que un cocinero que iba hacia Puerto de la Cabeza a trabajar, pues empezaba en media hora su servicio.

Mientras tanto, Carles comprobaba los mismos datos del vehículo que tenían detenido. Carles agarró el carné de conducir del chófer de hombre alemán, Gunnar Spiltzer, así como la documentación del vehículo. El agente de la guardia civil pasó los datos del conductor, así como la matrícula del vehículo a su central por tal de que los introdujeran en la base de datos y así comprobar si tenían "algo pendiente", como se solía decir en jerga policial.

Por su parte Aina se centró en descubrir si aquel chófer estaba llevando a alguien en el asiento trasero de su vehículo. Los vidrios estaban tintados y además, siendo de noche ya, le estaba resultando imposible descubrirlo. Utilizó la linterna para apuntar hacia las ventanas y aunque eso no le reveló la identidad de quien se encontraba sentado en los asientos traseros, si le indició que había alguien. Fue entonces cuando fue a agarrar la manilla para abrir la puerta y el cristal trasero del coche empezó a bajar frente a Aina.