Partida Rol por web

El fuego parecía estar abriéndonos un pasillo por el cual escapar de aquella ratonera y por sorprendente que resultara, los mismos rabiosos, debido a la confusión y el dolor, se apartaban unos a otros mientras se debatían entre apagarse el fuego mutuamente o intentar capturarnos.

A mí me bastaba con aquello y me lancé hacia el corredor con las pocas fuerzas que me quedaban. Parecía como si aquel lugar estuviese a punto de caer sobre nosotros, así que lo único que podíamos hacer era correr y correr. Una voz me hizo volverme cuando todavía no habíamos salido. Teo estaba empezando a sufrir los efectos de la radiación. ¿Pero acaso teníamos otra opción que seguir adelante, a pesar de todo?

Eliana cargaba con el muchacho y no había tiempo para esperar demasiado, ni por él ni seguramente por nadie, pero me retrasé unos instantes para ayudarla.

-¡¡Venga, vamos!!

Cuando llegamos arriba, empecé a recibir la señal de David, pero ninguna comunicación, y al ver el todoterreno volcado me temí lo peor. Pero no estaba allí; lo busqué casi esperando verlo aplastado bajo las ruedas o con el cuerpo agujereado, pero suspiré aliviada al no encontrarlo.

Alex intentó tranquilizarme y a pesar de que en aquellos momentos la adrenalina me impedía calmarme, además de sabernos en una clara inferioridad, asentí con la cabeza.

-Claro, larguémonos de aquí. Su señal viene de allí -indiqué, apuntando en la dirección de la cual provenía la señal.

Conseguimos escapar de aquel infierno de llamas y zombis corriendo como pocas veces lo habíamos hecho. Esquivamos a la bestia que nos perseguía, que se quedó entretenida encargándose de los rabiosos que quedaban en pie. Cristina intentaba contacatar con David, pero no había respuesta alguna. Al llegar al vehículo, el alma se me cayó a los pies. Estaba totalmente destrozado. Tendríamos que seguir corriendo para alejarnos de la central.

Recibimos la señal que emitía David y me dió cierta esperanza de encontrarle con vida. Pero no sabíamos si estaría solo o había podido proteger a la niña. Recé porque así fuera. -No hay un minuto que perder. Tenemos que encontarle y espero que Mariluz se encuentre con él.

—Vamos, chaval, aguanta. Cuando lleguemos al vehículo podré tratarte la radiación. Aguanta un poco, que ahora te llevamos con tu madre. 

Pero cuando llegó arriba y vió el vehículo, no pudo evitar gritar: 

—¡No! ¡Mariluz! —dijo mientras se acercaba corriendo, con Teo encima, a ver el vehículo. 

¿Había sido el mecanozombie que les había seguido por el montacargas? El Vehículo estaba para el desguace. ¿Y si les habían seguido los desgraciados del Gnomer? Esperaba que al menos Cristina llegara con la llave USB a salvo a Mallorca. 

Pero necesitaban a la niña. Y a David, porque seguro que sin el chaval tampoco Cristina se iba a ir. Con Teo en ese estado, tenían un problema. 

Se limitó a avanzar liderando la marcha, agudizando los sentidos por si tenía que proteger al grupo de cualquier peligro. Por suerte pudieron avanzar sin ningún inconveniente a través del camino que se había formado entre las llamas.

Sin embargo, la suerte terminó cuando salieron al exterior y descubrieron el vehículo destrozado. K9 se aseguró de levantar bien altas las orejas y pegar la nariz al suelo, olfateando cualquier rastro que pudiera indicarles donde se encontraban Mariluz y/o David o quién había causado éste desastre.

Eliana y K9 son los primeros en verlo al salir a examinar el coche: El tanque de G-Nomer girando la esquina de la central en dirección hacia el vehículo volcado. La suerte ha querido que todo el equipo viera el tanque antes de que sus tripulantes pudieran verlos a ellos, dándoles tiempo a esconderse tras el todoterreno.

Conforme se va a acercando, los de Pasar Página pueden ver las amplias manchas de sangre y las numerosas abolladuras en blindaje. Las ametralladoras de un lado están torcidas a causa del vuelco durante la persecución en la ciudad, y entre los cañones pueden verse los restos del tronco y la cabeza de un infectado que manotea los cañones intentando liberarse. Sin embargo los cañones del otro lado todavía humean con las bocachas enfriándose después de haberse abierto paso a tiros entre centenares de infectados.

El suelo tiembla cuando el tanque pasa junto al todoterreno, pero los de G-Nomer no muestran mayor interés en él. El vehículo se mueve despacio y con la torreta girada hacia el edificio. Parecen estar buscando algo.

Al poco tiempo de estar agazapados tras el todoterreno se escucha la voz de David por la radio.

Intento número... bueno, a quién ...ones le im... No ...da mejor que hacer ¿Cristi...?...

El interior del todoterreno hiede a sangre, pero los cibersistemas olfativos de K9 filtran los olores hasta encontrar los que a él le interesan: los de David y Mariluz. Por lo que el perro puede entender la niña sangró un poco por sus heridas cuando el coche volcó, pero después tanto ella como David consiguieron salir del todoterreno y alejarse.

La transmisión de David confirma lo que K9 ya sabía pero con una diferencia: el sí es capaz de encontrar a David y Mariluz siguiéndoles el rastro...

La sensación de que todo se estaba torciendo por momentos rondaba por mi cabeza como un maldito mosquito por la noche, zumbando sin que pudiera saber en dónde se encontraba ni se estuviese quieto el suficiente tiempo como para librarme de él. Cuando vimos el tanque del otro equipo asomando por la calle, supe exactamente qué era lo que mi instinto me estaba intentando decir.

Mierda.

Aunque no podían vernos, siempre eran capaces de disparar a nuestro pobre vehículo solo para ver como explotaba, así que allí detrás no estábamos seguros. Me satisfizo comprobar que les había costado llegar hasta allí, pero ahora teníamos un nuevo problema contra el cual disponíamos de pocas soluciones.

No tenía ni idea de lo que íbamos a hacer.

Y entonces, me llegó un mensaje de David, incompleto y cargado de estática.

-¡David! David, ¿qué sucede, dónde estás? -le pregunté, pero sabía que seguramente no podría oírme. Al menos estaba vivo, y seguramente también estuviera con la muchacha, pero no podíamos permanecer allí sin hacer nada y esperar a que nos mataran los rabiosos o los de G-Nomer.

Sin perder tiempo, intenté arreglar las comunicaciones. Fuera lo que fuese que estaba interfiriendo, si no nos cordinábamos no haríamos nada.

Con la nariz pegada al suelo, K9 olfateó los alrededores del todoterreno e incluso se metió dentro como buenamente pudo para olfatear hasta el último rincón del vehículo. Aquello tenía un propósito, y es que su olfato junto a su implantes cibernéticos con softwares de última generación (K9 SIEMPRE tenía al día las actualizaciones de sus software, incluso si tiene que actualizarlos con datos en lugar de que con wifi) era capaz de almacenar una enorme cantidad de aromas superior a la de cualquier can y le era infinitamente más fácil trazar un rastro hasta su origen. Y por supuesto, fue capaz de trazar un rastro hasta la posición de David y Mariluz.

- ¡Wrohhh...! - Soltó uno de esos ladridos que estaba a medio camino a un gruñido, K9 quería llamar la atención del grupo pero no del tanque de gentuzos que querían acabar con ellos.

Como las palabras humanas no eran lo suyo, optó por tirar de la manga de Cristina, a la cual había identificado como a la hembra alfa del grupo, así que si ella le entendía el resto del grupo les seguiría, ¿verdad? ¡Pues claro que sí, qué perro más listo! Tiró un poquito más de su manga mordiéndola con el máximo cuidado posible (¿recordáis a los rabiosos decapitados por K9? ¡pues eso!) y cuando tuvo su atención, dejó su manga y avanzó hacía adelante unos cuantos pasitos, agazapado en el suelo en su mayor intento por ser sigiloso. Cuando el tanque se fuera, sin duda guiaría al equipo hacía los compañeros desaparecidos.

Y por si aquello no fuera suficiente, K9 compartió un mapa al implante ocular de Boris para que pudiera visualizar un plano creado en base a su olfato con las posiciones aproximadas de Mariluz y David.

Entré en el vehículo para comprobar si podía encontrar algo que nos sirviera de ayuda. No vi nada que me pudiera servir y del mismo modo salí del vehículo, ocultándome junto al resto.

El tanque pasaba de largo, por suerte, y teníamos una oportunidad de salir de allí sin ser vistos. Había que esperar el momento preciso para abandonar del escondite.

La voz de David volvió a escucharse por la radio. Seguía vivo y eso era una gran noticia. K9 parecía que había captado algo y el perrete no se equivocaba cuando detectaba un olor. Una vez más había que seguirle para encontrar nuestro próximo objetivo.

Al perecer David seguía vivo y seguramente estuviese aun con la cría, porque no parecía haber rastro de ella tampoco en el todoterreno. Entonces por su sistema óptico entró una señal proveniente del perro, había encontrado su rastro y sus sistemas lo había traducido a una especie de geolocalización, no demasiado preciso pero ya sabían hacia donde ir si se libraban del maldito tanque.

De repente escuchó unos sonidos familiares que provenían del hangar por el que habían salido, algo se estaba abriendo paso a la fuerza y estaba casi seguro de quien se trataba.

—Preparaos para correr hacia allí—. Señalo en la dirección hacia la que debía estar David según la información de K9. —En cuanto esos hijos de puta empiecen a disparar.

Mientras los demás hablaban, Eliana se centró en el pequeño Teo. Se lo bajó de la espalda y sacó su kit médico. 

Con palabras calmadas, le fue explicando los pasos de lo que estaba haciendo y qué iba a sentir. 

La figura que aparece por el portón reventado es la de un musculoso Rabioso equipado con una gran profusión de implantes cibernéticos. Una minigun humeante sustituye a su brazo derecho, alimentada por una tolva de munición encajada en la espalda.  De su antebrazo izquierdo surge una hoja monofilamento teñida de sangre a medio coagular. Su mirada se dirige el tanque de G-Nomer, cuya escotilla superior se desliza a un lado. El oficial Lagos asoma medio cuerpo del vehículo y mira hacia el ciborg Rabioso.

Ya era hora, maldito zombie de los cojones ¿Dónde coño está el puto crío?

El ciborg tuerce la cabeza hacia un lado, como si le costase entender las palabras. Lagos suelta un bufido furioso.

¡EL OBJETIVO, COÑO! ¡TEO ELGIN! ¡OBJETIVO! ¿LO HAS ENCONTRADO, ME CAGO EN...?

La potente ráfaga de minigun silencia las palabras de Lagos, quien a duras penas logra refugiarse dentro del blindaje del vehículo. El ciborg Rabioso se lanza hacia el tanque sin dejar de disparar. El conductor levanta una nube de gravilla cuando acelera las ruedas del tanque al máximo y lo hace salir disparado hacia las vallas metálicas, que atraviesa sin apenas esfuerzo.

Los estimulantes de Eliana consiguen mitigar las náuseas y la palidez de Teo, pero tanto él como todo el equipo necesitarán pasar un largo período de descontaminación...

¡COÑO, CRISTINA! - Dice David por la radio - ¿Estáis todos bien? Mariluz y yo conseguimos escapar a duras penas. Primero llegó ese pedazo de superzombie cibernético que volcó el todoterreno con nosotros dentro, y luego esos psicópatas de la G-Nomer nos tirotearon por si acaso conseguíamos darle la vuelta. Esto no mola, hermana. A esos capullos de G-Nomer les han dado más y mejores juguetes que a nosotros. Pero si puedes rastrear mi señal hasta origen creo que he encontrado algo que equilibrará las cosas. Pilla tu pack de herramientas del todoterreno ¿Vale?...

Ahora entendía todo. Como aquellos cabrones habían podido crear y controlar una criatura como aquella, resultaba un misterio, pero afortunadamente nos habíamos largado a tiempo. Pero al ver como eran atacados por ellos mismos, sonreí, satisfecha. Verdaderamente era difícil de controlar.

-Me alegro que al menos Pasar Página no haya llegado a eso, aunque no creo que tarden mucho en hacerlo -comenté.

En ese momento, me llegó la comunicación al auricular.

Era David.

-¡David! ¡Por fin! -exclamé, sonriendo sin darme cuenta -. Estamos bien. Tenemos a Teo pero debemos salir de aquí. Sí. De acuerdo, nos reuniremos con vosotros en cuanto podamos. Quedaros a cubierto, ¿de acuerdo?

Después me volví hacia los demás.

-David y  Mariluz están bien. El zombie volcó el todoterreno y tuvieron que huir al aparecer los de la G-Nomer. Dice que ha encontrado algo pero que lleve el pack de herramientas, así que tengo que entrar a buscarlas. Dadme un momento.

Rápidamente, busqué la entrada del vehículo para entrar y recoger las herramientas.

Aquello que nos perseguía salió al exterior y le pudimos ver perfectamente. No sabía como reaccionar. Sólo tenía claro que no podía salir de la cobertura del todoterreno para que no nos vieran. El zombie se volvió en contra de sus propios creadores y así nos quitamos todos los problemas de una vez. Me alegré de no tener que enfrentarnos a ese bicho. No lo hubiéramos tenido nada fácil.

-Así aprenderán a no experimentar. Aunque me daba que esta no era la última sorpresa que nos íbamos a encontrar.

Después del ataque del zombi podíamos movernos sin problema para buscar a David. Cristina nos había dado buenas noticias del estado de su hermano y de la niña. En cuanto estuviera lista podíamos ir en su busca.

Al final resultó que aquella cosa era una creación de los hijos de puta de G-Nomer, pero por suerte resultó no ser tan fiable como ellos esperaban y el experimento les exploto era la cara, y justo cuando Cristina consiguió contactar con David.

—Bien, pero date prisa. Con esos disparos no creo que tarden mucho en salir los rabiosos del puto Isidro.

Alex salió de la cobertura del todoterreno y se encaró hacia la central, si los rabiosos salían tendría que ganar tiempo para la pelirroja.

Cuando vio al rabioso ciborg, K9 bajó la colita y las orejitas, su instinto le decía a gritos que se alejara de aquella bestia, una sensación similar a la que tuvo con el tigre del zoológico. Se quedó agazapado junto al todoterreno y cuando se largó levantó las orejas y su mirada se iluminó. ¡Sí, se ha pirado!

Se reincorporó y avanzó junto a Boris, con su olfato encontrarían a David y Mariluz en un periquete y si algunos malos se acercaban por delante, ¿quién mejor que K9 para darle apoyo? ¡Claro que sí, era un buen chico y defendería a sus amigos!

Sin embargo, antes de abandonar su posición, se sentó como buenamente pudo y empezó a darse mordisquitos y lametones cerca del pompis, tenía un picor ahí insoportable... - Ntntntggh...

Eliana apretó los dientes al ver el enorme todoterreno. Iban a por Teo, eso era completamente nuevo. ¿Cómo sabían de su existencia? ¿Qué se había perdido? ¿No la buscaban a ella? 

—Eh, Teo, ¿te suena de algo G-Nomer? —preguntó mientras recogía a toda prisa las medicinas y le hacía un gesto para que empezaran a moverse—. No deberían de saber de que existes. 

La mirada aún medio desenfocada de Teo se fija en Eliana - Mis padres mantenían videoconferencias con ellos y con Angelus desde el laboratorio de la central nuclear. Les ayudaban a buscar la cura para el virus Rabioso... Luego Papá fue atacado por Isidro y Mamá vio que no podía seguir ella so... ¡HOSTIA!

Teo se aplasta contra el coche al ver el movimiento de los primeros Rabiosos de Isidro saliendo de la central en su búsqueda. En ese momento Cristina sale del todoterreno siniestrado llevando su mochila de herramientas.

Hora de abandonar aquellas ruinas radioactivas...