Ver a Johan entre las llamas me puso casi al borde del histerismo, para mi propia sorpresa. Afortunadamente, Alex y K9 consiguieron, aprovechando el momento de confusión, lanzarlo por fin fuera del avión, mientras Johan se revolvía en el suelo para intentar apagar el fuego.
Instintivamente, me lacé también al suelo para ayudarle, cogiendo un extintor para rociarle con él y acabar con las llamas.
-Johan, Johan. Dime algo. ¿Estás bien? -le pregunté, agachándome a su lado para determinar cuánto daño había sufrido -. Oh, lo lamento muchísimo. Es que... ese malnacido iba a entrar en el avión y estaba convencida de que una vez lo hiciera, no tendríamos ninguna oportunidad. No esperaba que te saltaran las llamas.
Me parecía que no estaba tan mal como había sospechado, lo que me hizo soltar un suspiro de alivio y detenerme unos segundos a calmarme. David lo había hecho bien; era culpa mía que Johan se hubiese llevado lo suyo. Claro que al menos, ya podíamos volar tranquilos.
-Ven, deja que te ayude. Tiene que haber un botiquín de primeros auxilios por algún sitio -comenté, mientras le ayudaba a sentarse -. Eliana, ahora sí que podemos ir todos a Mallorca. ¿No crees? Aunque me parece que deberíamos comunicarnos con Zora antes de nada, para que sepa que nos dirigimos hacia allí.
Uso un beni para curarle la herida.
Eliana apagó la música. Y segun lo hizo, y soltó las manos del control, estas le temblaban aunque jamás lo admitiría. No sabía cómo seguían vivos, pero sí que tenía que seguir haciendo lo que sea que estuviera haciendo si querían llegar vivos a Mallorca. Porque estaba claro que iban a Mallorca.
Pasar Página les había vendido. Algo que ya sabían que podía pasar porque solo les interesa la guita. GNomer no se darían por vencidos porque, después de todo, solo eran mercenarios. Los rabiosos daban mucha pasta. Ninguna de las dos empresas quería dejar eso atrás. Incluso podían tener los mismos inversores detrás.
Dejó conectada la cabeza del androide mientras se cambiaba de gorra y volvía a ser médido en lugar de piloto y se sentaba al lado de Johan con un bote de antiséptico en spray.
—Esto va a escocer... —le advirtió.
Hizo la pausa de rigor para que se preparara antes de rociarle todo el brazo con él. Sabía que escocer había sido un poco ligero por la cara de su compañero. Pero era lo único de lo que disponían ahora mismo. Después, le cubrió las quemaduras con un ungüento que aliviaría ese dolor, y por último vendó.
Motivo: sana sana
Dado de rasgo (1d10): 2 = 2
Dado salvaje (1d6): 2 = 2
Total: 2+(2) = 4
Dificultad: 4
Resultado: Éxito
Quien dice un rato dice al día siguiente :D
Había conseguido herir al cyborg zombie, cosa que parecía a priori imposible. Si bien creía que con el ataque podía haberle hecho soltarle de la nave, siguió amarrado a ella. Escuché a Cristina avisarnos de que nos pusieramos a cubierto. Me era imposible moverme de donde estaba y a continuación me ví envuelto en llamas. Por puro instinto eché a rodar por el suelo.
Habría comprendido que aquella idea hubiera venido de David, era impulsivo y le gustaba actuar sin pensar en las consecuencias. Ya lo había hecho antes. Pero la idea la tuvo Cristina, una mujer que había destacado por mantener la calma y tener siempre las mejores ideas a la hora de actuar.
Ella comprendió que había cometido una insensatez y, en seguida, intentó ayudarme apagando las llamas que me cubrían. En un primer momento no la podía ni mirar, pero vi en sus ojos y su voz, que realmente estaba arrepentida. Cogí su mano con la mía. -No te preocupes, estoy bien. El dolor iba por dentro.
Cuando ví a Eliana acercarse, me tranquilicé. Si como piloto había demostrado ser buena, no era nada comparado con las habilidades que tenía como doctora. Estaba en buenas manos. Cogí aire e intenté permanecer impasible mientrás me curaba. Pero el dolor era demasiado fuerte y se pudo reflejar en mi cara. Después de las curas necesitaba un pequeño descanso.
-Eliana creo que deberías hablar tú con la doctora Zora. Y como bien ha dicho Cristina, pongamos rumbo a Mallorca. Mallorca, hacía mucho tiempo que no volvía a la isla y no me traerían buenos recuerdos.
Tras embestir al ciborg rabioso, Alex se vio suspendido en el aire por un momento, viendo como su enemigo caía al vacío. Aunque sus ojos se fueron instintivamente hacia el distante suelo, mientras las pelotas se le subían a la garganta, pero por suerte las correas de sujeción hicieron su trabajo y le mantuvieron dentro del vehículo.
Cristina se lanzó rápidamente a subsanar su error, ayudando a pagar las llamas que envolvían a Johan, así que el ciborg simplemente echó un vistazo para asegurarse de que todos estaban bien mientras Eliana salía de la cabina para atender al herido.
—¿Y para que llevábamos a la hojalata si ya teníamos una piloto de primera?—. Dijo dando una palmada en la espalda de la medico mientras pasaba a su lado de camino a la cabina. —Pues vamos a Mallorca, diría de pasar por Ibiza, pero creo que ya no es lo que era. Voy a comprobar las armas de este cacharro, que al parecer los de G-Nomer también tenían un transporte aéreo y no sabemos que ha sido de él.
Zora Elgin no tarda en responder en el circuito de comunicación segura.
Hola, señorita Melgar. Me quedé un poco preocupada tras el último cese de comunicaciones. Dígame ¿Han conseguido encontrar a Teo? ¿Qué hay de nuestro acuerdo?
Mientras tanto Alex descubre que las cintas de munición del cañón Gauss están lejos de acabarse. La nave no se encuentra en condiciones de rehuir ninguna pelea, pero sí de dar una buena...
Parecía que todos estábamos de acuerdo en marchar a Mallorca, aunque en aquellos momentos, solo me preocupaba Johan. Hasta que Eliana no puso el piloto automático y tomó el relevo, encargándose de él, no me quedé tranquila. Por mucho que Johan hubiese intentado restarle importancia, la había tenido.
Si bien estaba acostumbrada a tomar decisiones difíciles, y aquella la había sido, no estaba segura de que no hubiese alguna diferente que nos hubiera permitido librarnos del gigante, pero al menos, había servido para algo, aunque solo porque Johan estaba a salvo y Eliana se estaba encargando de él.
Esbocé una sonrisa muy leve y entonces me alejé para dirigirme hacia el panel de comunicaciones. Era el momento, tal y como había dicho Johan, de comunicarse con Zora.
-Eliana tiene ahora bastante contigo. Yo lo haré -le respondí, iniciando la comunicación.
Zora no tardó en responder y como no podía ser de otra manera, preguntó por su hijo. Yo me volví hacia Teo y le hice una señal con la cabeza para que se acercase.
-Hola, señora Elgin. Lo tenemos. En estos momentos nos dirigimos hacia Mallorca para llevarle con usted y si se espera unos segundos, él podrá hablar con él.
Me hice a un lado para que Teo pudiese colocarse delante del panel y hablar con sumadre.
Teo se acerca a la radio y coge el micrófono de manos de Cristina - Hola, Mamá.
¡Teo! ¿Estás bien?
Sí, mamá. Y Mariluz también. Se viene con nosotros a Mallorca. Está atrás jugando con el ciberperro.
¡Se llama K9! - protesta la niña desde la bodega.
Mamá, los de G-Nomer han intentado matarnos - dice Teo.
¿G-Nomer? No lo entiendo. Ni siquiera debían saber que yo había contratado al equipo de Pasar Página.
También buscaban a la doctora Reinosa - añade el chico.
No sé qué decir, cielo. Intenta ayudar al grupo de la señorita Melgar. Pónselo fácil. Y vigila a Mariluz. Aún no estoy segura de que lo que hicimos por ella sea suficiente...
Eliana levantó la mano, enseñando el pulgar, ante lo de poner a Teo a hablar con su madre. Era la misma idea que ella tenía. Además de porque así podrían tener una mejor noción de por qué G-Nomer ahora venía a por ellos, a estas alturas de la vida, porque tenía demasiados frentes que atender.
—Tranqui, Johan, despacio. Te he metido un calmante fuerte, no hagas movimientos no calculados, porque no vas a notar tu entorno y vas a irte al suelo.
—¿Y para que llevábamos a la hojalata si ya teníamos una piloto de primera?
Ante aquello, Eliana resopló.
—Créeme si te digo que ya somos dos los sorprendidos... —dijo mientras terminaba de guardar todo—. No me hagáis repetir eso, porque os juro que si lo pienso un poco más no me sale.
De hecho, estaba segura que había estado disociando un rato largo del trayecto.
Pasó momentáneamente a hablar con Elgin, pendiente aún de cómo iban las cosas con el piloto automático.
—Sé que me seguían la pista desde hace tiempo. Pero llevo con esta identidad ya los suficientes años. Si realmente no hay forma de que se enteraran y viendo que Pasar Página nos ha emboscado al coger el transporte, es posible que ahí tengamos el vínculo que falte. Pasar Página es todo por la pasta, ¿no?
Dicho esto, volvió a su puesto. Esperaba poder seguir enterándose de la conversación y que su suerte de piloto novata siguiera brillando.