Eredhir salío de la posada de la Mancha de camino al Aboleth Tuerto poco antes del anochecer. Siguiendo las indicaciones de la misteriosa mujer, no tardó en encontrar dicha taberna.
Al parecer, el Muelle 19 es bien conocido desde que meses atrás una nube nauseabunda surgió de debajo del muelle que los lugareños conocían como el Garfio del Gusano y literalmente redujo a los tres pescadores que probaban suerte al final del mismo a un montón de carne fundida. Eredhir lo localiza rápidamente, pues todavía pueden verse parte de los aparejos oxidados al final del muelle.
Y enfrente, allí está: una posada de aspecto dudoso que parece desafiar a cada momento a que la fuerte brisa marina que la azote intente derribarla. Dos estibadores apoyados uno en el hombro del otro pasan al lado del inquisidor, apestando a alcohol barato...
Al entrar, el humo de varias docenas de pipas se mezcla con el proveniente de una pequeña chimenea al fondo. Varios parroquianos de razas diversas se giran al ver entrar al elfo durante un momento antes de volver a centrarse en sus jarras. En la barra, Lamya, todavía vestida con la armadura de esa mañana, habla en actitud indiferente con un corpulento humano. Al ver a Eredhir, empuja bruscamente al bruto a un lado y se acerca a Eredhir...
-Bueno, por fin has llegado. ¿Vas a quedarte ahí parado o vas a invitarme a una copa? dice mientras apoya su mano derecha sobre el pecho de Eredhir. Estoy harta de perder el tiempo con patanes de medio cerebro.
Ufff... no había visto este hilo... luego posteo, sorry :_)
Tranquilo, aquí estaremos...
-Cl.. Claro -titubeó- aunque tengo la impresión que si pido sidra me arriesgo a que me la estampes en la cara! -rió- Mejor aguardiente, no? -añadió esperando el gesto de confirmación de la mujer.
Recogió los dos vasos metálicos y la botella de brandy ustalaviano que el tabernero le había ofrecido y abrió pasó entre los parroquianos hasta una mesa vacía -No lo he probado nunca- le dijo mientras descorchaba la botella y servía el licor -Pero he oído que es de los mejores. Brindamos por algo?
-Tú decides. Lo único que me he tomado por ahora es una cerveza que no merecía tal nombre. Hoy me dejaré aconsejar repuso Lamya con una sonrisa.
La joven siguió a Eredhir miejntras éste se abría paso entre el barullo de la posada, acercándose a su espalda justo un poco más de lo necesario, de manera que el inquisidor pudo percibir un aroma exótico y dulce, como a especias. Al llegar a la mesa, se sentó enfrente y aceptó la bebida que se le ofrecía.
-En mi tierra se dice que el único brindis que merece hacerse es por el presente y por estar vivos para disfrutarlo. ¡Así que por nosotros! dijo la semielfa mientras golpeaba su copa con la de Eredhir. -Llevo en Thrushmoor menos de 24 horas y ya he visto que esta tierra es a la vez peligrosa y está llena de oportunidades para aquellos suficientemente ambiciosos para aprovecharlas. Mis compañeros y yo hemos tenido que viajar a sitios peores en algunos de nuestros anteriores trabajos. Esto es bastante diferente del ambiente en que solemos movernos...
Pero estoy hablando sin parar. ¿Qué trae a alguien como tú a este lugar dejado de la mano de Farasma? ¿Buscas trabajo? Siempre estamos buscando nuevo talento, sobre todo si tiene tan buen aspecto como tú... repuso la joven mientras entornaba sus verdes ojos.