Partida Rol por web

Salgo corriendo echando leches cuando veo los cascotes caer.

La ostiaaaaa pienso cuando veo que la escalera empieza a derrumbarse. 

Mi alma ya pertenece al señor, por lo que el cuerpo es solo algo pasajero de lo que me han dejado que posea y si tenía que hacer esto para combatir con el mismísmo diablo, no era yo nadie para dudar de él.

Viendo que las escaleras se venían abajo, intenté acelerar el ritmo, pero mis piernas ya no estaban para correr. Hacia mucho que no lo habían hecho y no lo iban a hacer ahora. Estos pensamientos fueron los últimos que pasaron por mi mente antes de caer sepultado por piedras.

Teodoro iba pensando en su armadura y mirando los escalones cuando de repente escuchó el estruendo e intentó correr para superar la caída de cascotes.

Me cagó en la putaaaa....

- KORRIKA* ARITZ!!

   Las rocas caen encima de vosotros, a Pascu lo perdéis de vista. No sabéis si ha sido arrastrado por el derrumbe o se ha salvado al estar en lo alto del pozo.

   Goyo va primero y hace gala de una rapidez endiablada cuando la situación pintan bastos y desciende veloz como un lebrel el pozo y se interna en un pasadizo. El caballero va después pero cargando con sus pertrechos no puede bajar a la suficiente velocidad, no sólo eso, sino que al ir más lento retrasa a los demás, así que menos Goyo todos reciben golpes de rocas y tragan tierra y polvo.

   Teodoro recibe varios golpes en los riñones mientras baja agachado y a duras penas consigue llegar al fondo y salir tropezando por las rocas del suelo y se interna en el pasadizo minero que conecta la escalera.

   Pero los demás siguen, Gaizka es empujado por la tierra que cae contra la pared y baja unos cuantos escalones raspando su brazo izquierdo contra las aristas de la pared del pozo y una enorme roca puntiaguda cae sobre la espalda de Aritz haciéndole una tremenda brecha por la que cae sangre. Uno de los tablones arrancados por el derrumbe golpea con tremenda fuerza la pierna de Lady Jimena lastimándola, varias rocas caen sobre el brazo derecho con el que el párroco se cubre del derrumbe y a Brais que va último le caen multitud de rocas sobre los hombros y la espalda haciendole bastantes cortes y contusiones.

   Al fondo veis un túnel minero por el que se internan Goyo y a trompicones le sigue Teodoro, ya casi estáis, ya casi estáis, sólo un pequeño esfuerzo más.

Me pongo de pie como puedo, me vuelvo para ayudar a incorporarse a Aritz mientras no paro de toser, y emprendo la marcha cuanto antes para salir de allí, pero parece que algo va mal.

   Las rocas caen sobre vosotros y la tierra empieza a caer por todos los lados, junto con enormes trozos de roca, el retumbar del pozo empieza a atronaros los oídos.

   Gaizka intenta correr, pero no puede mantener el ritmo e impide que los demás escapen de esta trampa infernal, por pura suerte consigue salir empujado por el la tierra que cae, pero el resto no tiene tanta suerte. Las riada de rocas y tierra que rueda por la escalera y que tan oportunamente te ha empujado fuera ha lastimado y dañado al pasar por la derecha la pierna de ese lado a Jimena, Aritz y Brais. Beltrán que se había retrasado se lleva lo peor del derrumbe y aristas afiladas como cuchillas se clavan en la baja espalda y el abdomen.

   Tanto Aritz como el párroco Beltrán sangran abundantemente y están en serios apuros. Aritz consigue ponerse a la par de Jimena.

   Con el pozo a punto de colapsar Brais y Jimena salen corriendo del mismo y se reunen jadeantes con el resto en la seguridad del tunel.

   Pero Aritz, boqueando sangre no puede mantener el ritmo y las rocas y tierra que caen lo arrastrán arrojándolo contra la dura pared del tunel donde queda aplastada su pierna derecha bajo una roca final que cae. Se derrumba gritando de dolor, veis que tiene una tremenda herida en la espalda y el pecho ensangrentado.

   El párroco que había intentando sin éxito ponerse en cabeza, al sentir a su espalda que el tunel ya se colapsa del todo, a la pata coja y a saltos baja como puede la escalera y entra en el tunel jadeando, un dolor agudo le sale de la espalda a la altura de los riñons y siente que sangra abundantemente.

   Con un gran estampido a vuestras espaldas el tunel se colapsa y el vendaval de tierra y aire apaga las luces que tenéis en la mano. Luego silencio. Y oscuridad.

   Saco una pequeña lámpara de aceite y consigo con algo de esfuerzo encenderla. Cuando la luz ilumina el tunel me espanto de lo que veo.

   - ¡Cielos, el párroco y el chico están sangrando! ¿Goyo, puedes hacer algo por su heridas? -

   Mientras os recuperáis de la ordalía que acabáis de pasar poco a poco vuelve poco a poco el color a vuestras caras. Espantados sois conscientes de la situación, que ahora estáis enterrados en vida en las profundidades de la mina, salvo que encontréis otra forma de salir.

   Es en ese momento, cuando desde algún punto muy lejano en las profunidades de la mina, se oye un alarido de dolor, y seguido como un eco se oye otro grito de angustia y pánico.

   Luego la mina queda en silencio una vez más.

Mientras tanto...

   El suelo tiemba y con gran espanto ves que el pozo empieza a colapsarse hacia dentro, ¡empezando desde donde tú estás arriba! Rápidamente te echas hacia atrás cojeando antes de que la riada de rocas y cascotes te arrastre y retrocedes a la seguridad del tunel. Cuando el temblor pasa y el polvo se posa ves que el extremo del tunel donde estaba la escalera está totalmente sepultado por el derrumbe.

   Nada puedes hacer aquí, rezas porque tus compañeros de viaje estén vivos y puedan haber sobrevivido al derrumbe, pero albergas dudas. Poco a poco, vuelves hacia atrás renqueando y sin pararte en la cámara de la masacre. Con gran esfuerzo escalas por los podridos escalones poniendo gran cuidado en escoger los que no están podridos.

   Vuelves al principio de la mina donde están los animales, y te dejas caer junto a ellos con esfuerzo y te envuelves en una manta. Afuera la tormenta truena y un vendaval tremendo azota la montaña pero prefieres esperar aquí a que pase la tormenta. Esperas que alguno de tus compañeros consiga salir vivo de esta infernal mina, pero la Mina del Padrún te ha derrotado y para tí, esta aventura a llegado a su...

   FIN.

No podía correr, eso estaba claro. Dios había querido que mi virtud no fuera el aspecto físico, pero ostia, parecía que los que llevaba delante eran peores que yo. Y entonces ¿cómo iba a pasar por delante de ellos, dejándoles a su suerte?

Levantando los brazos intenté cubrirme de las piedras, esquivándolas torpemente mientras intentaba salir de esa ratonera.

Finalmente, logré salir, tambaleándome, agarrándome el costado que sangraba profusamente, medio mareado

Jesús, María y José, ¿quién puede trabajar en un lugar como este? ¿estás bien? a pesar de estar semiinconsciente, mi preocupación por el resto era real y palpable.

En ese momento, levanto la cabeza oyendo el grito de angustia no tenemos tiempo que perder, debemos de ir rápido ni me había preocupado de cómo salir, pensando seriamente que mi destino estaba aquí abajo, librando al mundo del mal que aquí yacía. Con esa idea espoleaba mi espíritu y hacia que los músculos reaccionaran.