Partida Rol por web

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   La agonía continúa, mientras intentáis que Gaizka no abandone este mundo, pierde mucha sangre, pero más o menos mantenéis, aunque la cosa pinta mal...

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   Los minutos pasan eternos, mientras, más por suerte que por habilidad tratáis las heridas como podéis, pero se ve que pierde más sangre que la que podéis reterner.

   Entonces, cuando ya parecía todo perdido, Xuan señala las heridas principales y sugiere como mejor se podría intentar cerrarlas y Goyo, tal vez por inspiración divina, con gran tranquilidad y sin más herramientas que un cuchillo, trozos de tela, una pequeña lumbre y algo de alcohol obra el prodigio y cierra todos los boquetes, detiene la sangría, recoloca los huesos rotos e incluso consigue que recupere Gaizka la consciencia e incluso sea capaz de ponerse en pie vacilante. De tal manera que incluso tiempo después de esto, fuera Goyo incapaz de dar respuesta de como pudo obrar semejante milagro.

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   Desde luego hay alguien que vela por la suerte de Gaizka, pues tras haber estado a las puertas de la muerte, sólo una enorme cicatriz dejará constancia del engendro que estuvo a punto de hacerle papilla.

   Terminado el combate el párroco Beltrán ver reforzadas sus convinciones religiosas, mientras Brais ve que las incluso las más extrañas criaturas pueden ser derrotadas con la fuerza de las armas lo que le hace replantearse algunas cosas. A lady Jimena el encuentro no parece haberla afectado y Gaizka, Goyo, Tedoro y Xuan ven tambalearse sus creencias en un mundo ordenado y tranquilo tras la experiencia.

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   Toso y me levanto escupiendo sangre, todo está muy confuso, recuerdo el combate y al monstruo abalanzándose sobre mí... y luego oscuridad. Estoy cubierto de improvisados vendajes y me duele el pecho como si lo tuviera roto, pero cuando me palpo, parece estar todo bien. Más o menos.

   - Eskerrik asko... gracias... -

   Me levanto con cuidado apoyándome en la pared.

   - Salgamos de este agujero infernal. -

Suspiro de alivio al ver recuperarse al hombre después de unos agónicos minutos.

- ¡Pol amor del cielu! - digo mirando al techo.

Acto seguido me levanto y vuelvo a agarrar uno de los picos.

- Venga Goyo, vamos tirar ya esta pared - dije retomando el picar de la pared.

Al ver que Gaizka se incorporaba, me dejo caer al suelo, totalmente deshecho Gracias Dios mío todopoderoso, gracias digo alzando las manos hacia arriba Graciaaaaaas, gracias doy besos al crucifijo antes de incorporarme.

Salgamos de aquí, aunque quizás podríamos quemar todos estos cuerpos por si la enfermedad se extendiese....la frase la dejé sin acabar, consciente de la necesidad de salir de allí echando ostias.

Vamos por ella-Cojo el pico y empiezo a agrandar el agujero esperando encontrar la salida de esta mina del infierno.

Ya queda poco, puedo sentirlo, ya noto el aire, no podemos habernos equivocado. Esta es la salida que tanto ansiamos encontrar.....o eso espero.

Que coño murmuró Don Teodoro y ese tercer hijo de un Duque se arremangó, cogió un pico y se puso a picar con los plebeyos, que prefería el escarnio de siendo noble realizar un trabajo manual a pasar un minuto más en esa mina infernal.

   Sientes una extraña tranquilidad como si alguna molestia inexplicable hubiera desaparecido, hasta te parece que los candiles brillan con una luz más limpia que antes.

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   De pronto te sientes rebosante de energía, como si despertaras de un sopor y agarras el pico con energía inusitada, pronto el agujero se hace más y más grande...

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    Dejando atrás el inmenso corpachón de la serpiente gigante, empezáis a picar la pared, aunque sólo hay dos picos, os vais turnando entre Xuan, Goyo y Don Teodoro y pronto agrandáis el agujero y empezáis a derrumbar la roca. Queda pronto claro que sólo una pared de roca os separa de sea lo que sea lo que esté al otro lado.

   Dos horas después de cansado y acalorado trabajo, habéis tirado parte de la pared de roca abajo, dejando un agujero lo suficientemente amplio para que una persona pueda pasar, por corpulenta que sea. Habéis creado una galería irregular de unas dos varas de longitud, que era el tramo más grueso, y vara y media o así de altura y anchura. Aunque no está apuntalado y ser roca blanda, Xuan cree que aguantará unas pocas horas antes de colapsarse, tiempo suficiente. Al otro lado sólo hay oscuridad.

   Cogiendo uno o varios de los candiles de las galerías, junto con vuestras propias fuentes de luz, os adentráis, Goyo y Don Teodoro a la cabeza, Brais y Xuan cargan con el cadáver de Aritz y tanto Gaizka como el párroco Beltrán se arrastrán dando traspies como pueden, estando ambos muy malheridos de su paso por la mina, auxiliados por Lady Jimena.

   Estáis en lo que parece una cueva natural, desde luego no es parte de la mina y por un momento albergáis la esperanza de hallar una salida. Al cabo de unos minutos de cauta marcha en la semioscuridad rasgada sólo por las débiles luces que portáis la esperanza se transforma en certeza al sentir en vuestros rostros una ráfaga de aire.

   Apresuráis el paso y con gran alegría se confirma que la cueva tiene una salida a la ladera de la montaña. En las horas que habéis pasado en las profundidades de la mina, ha caído la noche y la terrible tormenta parece haberse disuelto ya, pocas nubes quedan, tapando las estrellas.

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-Vamos, mis valientes, ¡aguantad! Ya queda muy poco para salir de este averno, ¡aguantad! -anima la viuda a Gaizka y al párroco.

Los demás picaban la piedra y ella, con el vestido rasgado, se veía capaz de ayudarles mas prefirió estar atento a los dos hombres.

Estoy un poco perdido estos días, la verdad. 

No se muy bien si queda algo pendiente, o ya ir a casita

Es por no parecer que no digo o haga nada jajajaja

Menos mal. Ahora le tocará a Don Teodoro ir a misa mucho a ver si se recupera. :p