Los hábiles dedos de Willow doblan una pieza de alambre que ha sacado del bolsillo de su túnica, convirtiéndola en una ganzúa. En menos de un minuto, oyes el «clic» de la cerradura y sigues a la kender a la habitación contigua. Entráis en un comedor clásico, presidido por una magnifica mesa de reluciente madera de ébano. Adosado a la pared hay un aparador a juego, cuyas puertas de cristal protegen una colección de delicados servicios de porcelana y de plata; y en el extremo derecho de la estancia se yergue otra puerta cerrada. Bajo la rica luz de la lampara de araña, estudias el intenso colorido de otros dos tapices que representan los mismos temas siniestros de dragones y sus víctimas.
-"¡Bern! ¡Ven a ver esto!"
La diestra kender está agachada junto a un cajoncito del aparador, escudriñando su interior. Kegan y tú dejáis los tapices y os reunís con ella. Dentro del cajón veis un cofre abierto, con tres viales de cristal transparente que contienen pequeñas cantidades de líquidos de colores. Estiras el brazo para cogerlos, pero Willow te detiene.
Sección 103
Pasa a la sección 41.
-"¡No!" Exclama Willow. "¡En el cajón hay una aguja envenenada, es una trampa! Deja que lo haga yo."
Saca la caja de ébano del cajón con mucho cuidado, conteniendo la respiración. Cuando sus manos ya no tocan el cajón, inhala profundamente y te ofrece el cofrecillo.
-"Son pociones, pero ignoro de qué tipo." Te advierte. "Las dos lechosas, podrían ser ungüentos curativos, ya que el blanco es el color habitual de los medicamentos; pero nunca he visto nada similar a la poción de color rojo intenso."
-"¡Tienen que ser muy valiosas si Verminaard las escondió en un cajón con trampa!" Dice Kegan excitado.
Willow le sonríe y asiente con la cabeza antes de contestar, encogiéndose de hombros:
-"O eso, o las guardó aquí y se olvidó de ellas. En cualquier caso, no le interesan, pues de lo contrario las habría utilizado hace tiempo. Me las llevo."
Gruñendo, meneas la cabeza. Sabes bien que no hay forma de discutir con una kender. Vigilas inquieto la puerta mientras Willow sigue registrando la estancia, del modo más despreocupado que cabe imaginar. La kender se acerca a la segunda puerta cerrada y la abre con tanta facilidad como la primera. Apostando a Kegan como centinela en el comedor, sigues a Willow a la habitación contigua. Al entrar compruebas que se trata de un enorme dormitorio. Observas que en el muro de enfrente hay un soberbio escritorio, cubierto de rollos de pergamino. Cuando traspasas el umbral Willow está examinando un extraño mapa.
-"¡Es el plan de batalla de Verminaard!" Exclama, muy excitada. "Parece que ha concentrado la mayor parte de sus ataques en Qualinesti."
Empiezas a compartir la excitación de la kender y revuelves los pergaminos y papeles del escritorio en busca de más detalles. Te dispones a desatar la descolorida cinta roja que sujeta un pequeño rollo cuando Willow te detiene.
-"Debes llevar cuidado con lo que lees en el estudio de un clérigo." Te advierte. "Sobre todo pergaminos como ese. Ignoro a qué fuerzas oscuras sirve Verminaard, pero, a algunas cualquiera puede invocarlas al leer un conjuro maldito."
La intensidad de la mirada de la kender despierta en ti un vago presentimiento. Antes de que puedas hacerle más preguntas acerca de tan poderosos pergaminos, Kegan irrumpe en la estanca, sus brillantes y oscuros ojos denotan temor.
-"¡Hombres-dragón!" Exclama. "¡Salgamos de aquí!"
Pero llega demasiado tarde. El umbral ya se halla invadido de monstruos alados, blandiendo cada uno su espadín y ataviados con armaduras metálicas. Entran en el dormitorio de su señor, con las armas desenvainadas. Debes actuar rápidamente antes de que se lancen contra ti.
Sección 41
Si decides enfrentarte a los draconianos, pasa a la sección 60.
Si prefieres beberte una de las pociones, pasa a la sección 145.
Si lees el pergamino que tienes en la mano, pasa a la sección 27.
El cuarto esta lleno de cosas increibles, posiciones y manuscritos, Willow te aconseja prudencia pero sus ojos se llenan de avaricia por un momento. Sin embargo todo se rompe en un segundo
-Mierda- dice Bern cuando Kegan entra y pronuncia esas palabras. El mundo se viene a sus pies y la seguridad de su hermano es lo que prima
Solo un segundo te separa de la muerte, un instinto y una adevertencia antes dada por Willow, por lo que sueltas el cintillo rojo que lleva el pergamino, lo abres y lo lees en voz alta.
No nos queda mas opción, perdón Kegan y Willow, piensa mientras termina de leerlo
Muertes: 0
Final Inesperado: 1
Paso a la sección 27
Perdón master copie y no cambie la sección a la que iba. Mil disculpas
¡Los draconianos irrumpen en la alcoba tan precipitadamente que la fuga es imposible! Son siete enormes criaturas, todas provistas de armaduras y blandiendo bruñidos espadones. Forman la guardia personal del señor de los dragones, y en seguida comprendes que sería inútil enfrentarse a ellas. Arrojas el cofre de las pociones sobre el lecho, desviando su atención el tiempo suficiente para desenrollar el pequeño pergamino del escritorio de Verminaard. Está escrito en lengua vulgar antigua, como la que utilizaban los eruditos oficiales y otros sabios en Haven. Empiezas a leer en voz alta el descolorido rollo, saltándote algunas de las palabras que no entiendes.
-"Con estas palabras, ¡oh poderoso Anthraxus!, tu fiel servidor invoca tu magnífico poder, para vencer a sus enemigos en tu presencia. Azota tu implacable ira a aquellos que tratan de acallar a tu sacerdote..."
-"¡Basta, Bern!" Exclama Willow. "¡Estás invocando al protector demoníaco de Verminaard!"
Sección 27
Pasa a la sección 49.
La advertencia de la kender llega demasiado tarde. La alcoba del señor de los dragones se llena de un fétido olor, demasiado horrible para describirlo. Los adornos que cuelgan de las paredes se agitan, aunque no sientes en tu rostro el efecto de ninguna brisa. Oyes un lejano jadeo, pero no relacionas su procedencia. El jadeo crece progresivamente en intensidad, hasta que logras entender algunas palabras. Entre los guardianes y tú aparece de la nada una figura refulgente, que se materializa por momentos. De repente el pergamino se enciende, quemándose en cuestión de segundos.
-"¡Eres un necio, hombre!" Ruge una espantosa y burlona voz.
Cuando tus ojos se recuperan del cegador destello del pergamino, ves el terrible rostro del que habla. Su forma material parece ser la de un humano de gran estatura, ataviado con ajadas ropas grises, podridas y enmohecidas por el húmedo hedor de la tumba. Pero aún es más detestable la cabeza del demoníaco ser. En vez de humana, la cabeza del diablo es de carnero enfermo. La piel se extiende muy tirante sobre su faz animal, surcada por fisuras y llagas que rezuman pus y sangre sobre la sucia lana del hocico. Tiene los negros cuernos retorcidos hacia delante, casi juntos sobre sus brillantes ojos de tonos ámbar.
-"¡La muerte y la esclavitud eterna sobrevengan sin dilación a aquel que osa llamar a Anthraxus el Putrefacto en sus dominios sin tomar la mínima precaución de presentarle un pentagrama! ¡Ven a mi mortal! ¡Ahora!"
Te sientes impotente para resistirte al control mental del diablo. Oyes gritar a lo lejos a Willow denunciando el robo de tu mente, pero sus palabras carecen de sentido. Das un paso hacia adelante; los poderosos brazos del demonio te envuelven, mientras su hedionda carne te lleva al reino de tu nuevo señor, en el Llano Inferior.
- TU AVENTURA TERMINA AQUÍ -
Sección 49
Espero que te haya gustado la aventura. Ahora hay dos caminos posibles a elegir: dejar la partida sabiendo que Bern ha ido al Infierno o volver a empezar de nuevo en una sección anterior que elijas.
¡Tú decides!
El cuarto esta lleno de cosas increibles, posiciones y manuscritos, Willow te aconseja prudencia pero sus ojos se llenan de avaricia por un momento. Sin embargo todo se rompe en un segundo
-Mierda- dice Bern cuando Kegan entra y pronuncia esas palabras. El mundo se viene a sus pies y la seguridad de su hermano es lo que prima
Solo un segundo te separa de la muerte, un instinto y una adevertencia antes dada por Willow lo hace cambiar de parecer un segundo antes de soltar el cintillo. En su cas, coje una de las posciones esperando que le de algun poder magico. En base a lo hablado toma la roja.
No nos queda mas opción, perdón Kegan y Willow, piensa mientras termina de abrir y tomar el contenido.
Muertes: 1
Final Inesperado: 1
Regreso a la sección: 41
Paso a la sección 145
Probaré un camino mas y ya no te molesto con esta partida y me quedo solo con la de Thalion
"¡No!" Exclama Willow. "¡En el cajón hay una aguja envenenada, es una trampa! Deja que lo haga yo."
Saca la caja de ébano del cajón con mucho cuidado, conteniendo la respiración. Cuando sus manos ya no tocan el cajón, inhala profundamente y te ofrece el cofrecillo.
-"Son pociones, pero ignoro de qué tipo." Te advierte. "Las dos lechosas, podrían ser ungüentos curativos, ya que el blanco es el color habitual de los medicamentos; pero nunca he visto nada similar a la poción de color rojo intenso."
-"¡Tienen que ser muy valiosas si Verminaard las escondió en un cajón con trampa!" Dice Kegan excitado.
Willow le sonríe y asiente con la cabeza antes de contestar, encogiéndose de hombros:
-"O eso, o las guardó aquí y se olvidó de ellas. En cualquier caso, no le interesan, pues de lo contrario las habría utilizado hace tiempo. Me las llevo."
Gruñendo, meneas la cabeza. Sabes bien que no hay forma de discutir con una kender. Vigilas inquieto la puerta mientras Willow sigue registrando la estancia, del modo más despreocupado que cabe imaginar. La kender se acerca a la segunda puerta cerrada y la abre con tanta facilidad como la primera. Apostando a Kegan como centinela en el comedor, sigues a Willow a la habitación contigua. Al entrar compruebas que se trata de un enorme dormitorio. Observas que en el muro de enfrente hay un soberbio escritorio, cubierto de rollos de pergamino. Cuando traspasas el umbral Willow está examinando un extraño mapa.
-"¡Es el plan de batalla de Verminaard!" Exclama, muy excitada. "Parece que ha concentrado la mayor parte de sus ataques en Qualinesti."
Empiezas a compartir la excitación de la kender y revuelves los pergaminos y papeles del escritorio en busca de más detalles. Te dispones a desatar la descolorida cinta roja que sujeta un pequeño rollo cuando Willow te detiene.
-"Debes llevar cuidado con lo que lees en el estudio de un clérigo." Te advierte. "Sobre todo pergaminos como ese. Ignoro a qué fuerzas oscuras sirve Verminaard, pero, a algunas cualquiera puede invocarlas al leer un conjuro maldito."
La intensidad de la mirada de la kender despierta en ti un vago presentimiento. Antes de que puedas hacerle más preguntas acerca de tan poderosos pergaminos, Kegan irrumpe en la estanca, sus brillantes y oscuros ojos denotan temor.
-"¡Hombres-dragón!" Exclama. "¡Salgamos de aquí!"
Pero llega demasiado tarde. El umbral ya se halla invadido de monstruos alados, blandiendo cada uno su espadín y ataviados con armaduras metálicas. Entran en el dormitorio de su señor, con las armas desenvainadas. Debes actuar rápidamente antes de que se lancen contra ti.
Sección 41
Si decides enfrentarte a los draconianos, pasa a la sección 60.
Si prefieres beberte una de las pociones, pasa a la sección 145.
Si lees el pergamino que tienes en la mano, pasa a la sección 27.
Probaré un camino mas y ya no te molesto con esta partida y me quedo solo con la de Thalion
No me molestas, xD! Juega todo lo que quieras.
Un grupo de siete draconianos, blandiendo sus espadones, irrumpen en la alcoba de Verminaard. Son demasiados para enfrentarte a ellos, sobre todo en un aposento tan estrecho. Tiras el pergamino del escritorio y, con un rápido movimiento, te apoderas del cofre que contiene los viales. Las pociones no abundan en Solace, pero has oído hablar de los efectos prodigiosos, algunos mortíferos, que producían los antiguos magos con sus poderosos brebajes. Decides que tu situación es lo bastante desesperada para arriesgarte a tomar una poción desconocida, pero vacilas un instante antes de elegir entre las tres.
Sección 145
Si decides beberte una de las pociones lechosas, pasa a la sección 143.
Si ingieres la poción roja, pasa a la sección 183.
LA situacion lo amerita.
Bern desesperdo toma de la caja la posción roja.
Las blancas pueden ser curativas, piensa mientras destapa la roja y sin mediar consecuencia alguna se la bebe
Muertes: 1
Final Inesperado: 1
Paso a la sección 183
Si Willow tenía razón y las pociones blancas son curativas, ahora no surten efecto alguno. Quizá más tarde necesites un elixir con estas propiedades, pero lo que precisas en este momento es algo que te ayude a combatir a los draconianos. Arrancas con los dientes el corcho del vial que contiene la sustancia roja y engulles el oleoso brebaje. La poción es salada y sientes náuseas al ingerirla, pero logras sobreponerte. Los guardianes te miran extrañados, tratando de comprender qué haces. Al fin deciden acercarse y acorralarte en uno de los rincones de la alcoba.
Ya empezabas a poner en duda los efectos de la poción, cuando un agradable calor mana de tu estómago, extendiéndose hacia tu pecho y extremidades. La sensación crece rápidamente, llenando tus músculos de súbita energía. La poción también afecta tu cerebro, y un poder extraño y absoluto toma posesión de ti. Emitiendo un fiero grito de lucha, cargas de cabeza contra el asombrado grupo de draconianos. Te mueves entre ellos como un berserker, blandiendo y agitando tu espada con tal rapidez que su hoja acerada se hace casi invisible. Forjada por artesanos en el corazón mismo de una vena montañosa, su temple danza en el aire acuchillando, arrancando miembros y abatiendo sin piedad a los asustados draconianos. Tus enemigos intentan defenderse, pero tus músculos parecen saber el momento exacto en que deben esquivar sus golpes. La poción te ha convertido en un luchador invencible, al menos por ahora, y no pasa mucho tiempo antes de que los draconianos supervivientes decidan escapar de tu solitaria matanza.
Cruzas la estancia a la velocidad del rayo, alcanzando en el umbral a los dos supervivientes y abatiéndoles con dos certeras incisiones de la ensangrentada hoja de Rayo de Fuego. Das media vuelta, buscando más hombres-dragón que matar, pero no queda ninguno con vida. De pronto, los cadáveres de los monstruos empiezan a hervir y a humear, disolviéndose en pocos segundos; no queda de ellos más que un oleoso charco de ácido, tan corrosivo que incluso sus espadas y armaduras se desintegran ante vuestros ojos.
Sección 183
Pasa a la sección 54.
-"¡Salgamos de aquí!" Exclama Willow, guiando a Kegan entre las charcas de líquido corrosivo, que están en plena expansión.
Saltas con facilidad sobre los chisporroteantes riachuelos y sigues a la kender y a tu hermano a la habitación contigua. Apenas has entrado en el comedor, cuando los efectos de la poción se desvanecen tan rápidamente como se originaron, te quedas agotado. La estancia parece girar a gran velocidad y tienes que apoyarte en una mesa para no desmayarte.
-"¡Ánimo, Bern!" Dice Willow. "Te necesitamos para poder salir de este lugar."
La kender te rodea con sus brazos y te deposita suavemente en el suelo. Su medallón curativo roza la piel de tu pómulo, provocando un agradable hormigueo.
-"Pásame el talismán por la cabeza, Willow." Murmuras, casi sin fuerzas para hablar.
La muchacha asiente y ciñe el medallón a tu cuello.
Sección 54
Dispones de una tirada curativa. Tira 1D6 y suma el resultado a tus puntos de impacto.
Pasa a la sección 194.
Cuando notas que la fuerza vuelve a ti, devuelves el talismán a Willow y te levantas. Kegan te observa sobrecogido, recordando la furia de tu ataque, pero Willow se limita a menear la cabeza exclamando:
-"¡Si tuviéramos un par de litros de ese brebaje, limpiaríamos Pax Tharkas en un abrir y cerrar de ojos! Claro que quizá no sobreviviéramos a la resaca."
-"Me pregunto qué eran esas pociones." Dices lentamente.
-"Nunca lo sabremos. ¡Han caído en uno de esos charcos de ácido draconiano!" Responde la kender. "Pero basta ya de charla. Debemos irnos antes de que tengamos que luchar contra más criaturas sin un trago del mágico elixir."
Sección 194
Pasa a la sección 100.
Atravesáis a toda prisa los aposentos de Verminaard y franqueáis la puerta. De pronto recuerdas a los dos hobgoblins que hay en el exterior de la sala de audiencias. Los enormes centinelas están apostados con sus lanzas preparadas para el ataque y te dispones a luchar una vez más. Willow prescinde de tu advertencia y avanza hacia los hobgoblins.
-"¡Acaba de ocurrir algo espantoso!" Exclama. "¡Se trata de los draconianos! ¡Han desaparecido!"
Los centinelas intercambian una rápida mirada preguntándose si deben abandonar sus puestos para investigar la historia de la kender.
-"¡Que vaya uno de vosotros mientras el otro cuenta lo ocurrido al señor Verminaard!" Sugiere la muchacha con gran excitación. "¡Rápido!"
Sección 100
Pasa a la sección 178.
Los hobgoblins obedecen confusos la orden de Willow, como si fuera su capitán. Cuando se van, la kender emprende la carrera hacia el extremo de la sala.
-"¡Vamos, seguidme al sótano!" Exclama, con tono quedo.
Coges a Kegan de la mano y vas a reunirte con Willow. Cuando oís los gritos de los guardianes, ya estáis en la escalera.
-"Ellos necesitaban instrucciones y nosotros una ventaja inicial. ¡Bajemos esa escalera!" Susurra la kender.
Sección 178
Pasa a la sección 131.
-"Tenemos que arriesgarnos y volver al sótano." Ordenas presuroso. "Los guardianes saben que estamos en la torre y no tardarán en subir. ¡Rápido! ¡Busquemos un lugar donde ocultarnos!"
La kender asiente y se dirige a la escalera, con su cobrizo cabello flotando en torno a su excitado rostro. Oyes en el pasillo las agitadas voces de los hobgoblins y los draconianos, y empujas a Kegan por el hombro para que se apresure a bajar al sótano. Cuando llegáis al descansillo, ves a la kender aguardándoos al pie de la escalera. Está delante de una estrecha puerta guardada por un pesado travesaño.
-"Esta es la despensa." Dice la kender. "¡Quizá podríamos escondernos aquí!"
-"No." Replicas. "Verían que hemos quitado el travesaño y entrarían sin pensarlo dos veces. ¿Dónde más podemos ir?"
-"Podría llevaros a las mazmorras de las mujeres. Nunca os buscarán allí y yo puedo fingir que llevo toda la mañana encerrada."
-"Pero tomarán represalias contra las mujeres si nos encuentran. ¿Qué más hay?"
-"Sólo la sala de la guardia y las habitaciones de los enanos del abismo." Responde la kender.
Sección 131
Si crees que deberíais ocultaros en los calabozos de las mujeres, pasa a la sección 46.
Si prefieres pedir ayuda a los enanos del abismo, pasa a la sección 64.
Todo ha pasado muy rápido, la posción, la furia, el ataque y el cansancio.
Bern sigue a Willow mas que toma iniciativas hasta que llegan a las escaleras.
-No vamos a ir donde las mujeres, les podriamos causar problemas y tal vez alguna nos deleta por algo. Probemos suerte donde os enanos. Vamos rápido-
Motivo: Curación
Tirada: 1d6
Resultado: 5 [5]
Muertes: 1
Final Inesperado: 1
Paso a la sección 64
MAster saque 5, pero me parece que estoy full, así que creo que se queda así.
-"Si tratamos de ocultarnos en el calabozo de las mujeres, Verminaard y sus secuaces las acusarán de habernos protegido." Dices a la kender. "He visto cómo torturan los hobgoblins a las mujeres y no resulta nada agradable. La sala de guardia queda descartada por razones obvias, así que no nos queda más que los enanos del abismo."
-"Quizá tengas razón." Responde Willow. "Pero no confío en esas sucias criaturas."
La muchacha os conduce lejos del descansillo, mientras las fuertes voces de los centinelas se oyen cada vez más próximas. Pronto habrán registrado el nivel superior y sabrán que habéis bajado al sótano. El pasillo se prolonga en línea recta hasta una puerta cerrada y gira abruptamente a la derecha.
-"Esa es la sala de guardia, y los calabozos de las mujeres están en el interior." Dice Willow con un ronco susurro.
Sección 64
Pasa a la sección 35.
-"Las habitaciones de los enanos del abismo están por ese lado."
Girando a la derecha, Willow te guía por el pasillo. Pronto llegáis a otro corredor con una sola puerta. Te inclinas para observar a través de la cerradura y aunque no logras ver nada, oyes risas y un crujir de muebles en el interior.
-"¿Qué es eso?" Preguntas a Willow.
-"Tus amigos." Responde con fingida dulzura. "Supongo que están desayunando tranquilamente. ¿Nos unimos a ellos?"
Aunque te desagrada, empujas la puerta.
-"¡Cuidado!" Exclama Kegan, apartándote a un lado.
Sección 35
Pasa a la sección 109.
Un melón maduro se estrella contra la pared, en el lugar donde hace un instante estaba tu cabeza, salpicándoos con su rancia pulpa. Al otro lado de la estancia ves varias sillas volcadas y docenas de sucios enanos del abismo, apilados en un desordenado montón de puños y pies que se agitan en el aire.
-"No te alarmes." Dice Willow. "No es nada serio, sólo la batalla diaria por la comida."
Empiezas a arrancar con repugnancia el melón adherido a tu ropa, cuando de pronto uno de los enanos del abismo viene corriendo hacia ti. Al acercarse, ves que su barba es canosa y mucho más larga que la de cualquiera de los otros.
-"¡Eh, tú! ¡Basta!" Grita, señalándote con el dedo. "¡Si quieres desayunar, paga!"
-"¿Desayunar?" Preguntas, asombrado.
El enano señala la piel de melón que sostienes en la mano, e insiste, mirándote con furia:
-"¡Si comes, paga!"
-"Por nada del mundo me comería esta porque..." Empiezas, pero Willow te pellizca en el costado.
La miras, lamentando no haberla escuchado cuando se mostró reticente en pedir ayuda a los enanos del abismo. La kender se encoge de hombros y sonríe, como queriendo decir: «Ya te lo advertí».
-"Gracias." Añades. "Pero no tenemos hambre. Veréis, intentamos escapar del señor de los dragones y necesitamos un lugar donde ocultarnos."
Los otros enanos del abismo interrumpen bruscamente su lucha por la comida y se apiñan a vuestro alrededor, decidiendo que sois más divertidos. Os tocan y aguijonean con sus sucias manos, arrancando risas de Kegan.
-"¿No coméis?" Pregunta sorprendido el enano que se ha dirigido a ti y, al ver que meneas la cabeza estira el brazo y agarra la piel de melón. "¡Entonces, no echéis a perder los buenos alimentos!"
-"Lo siento." Respondes, tratando de controlar tu frustración.
Mientras habláis, no cesáis de oír el ruido que hacen vuestros perseguidores.
-"¿Tenéis un lugar donde ocultarnos?"
-"Tendréis que pagar." Dice el enano, lanzando una mirada a los otros, que asienten entusiasmados.
-"No dispongo de din..." Empiezas, pero Willow te pellizca de nuevo.
Te vuelves y ves a la kender vaciando sus diversos bolsillos y bolsas, y esparciendo sobre el suelo todo tipo de objetos, a cual más curioso: cuerdas, cintas, un caballo de barro roto, tres dientes de leche, un anillo de latón...
-"¡Caramba!" Exclama el enano con los ojos muy abiertos, mientras los otros gatean por la estancia recogiendo la colección de objetos inútiles. "¡Eres muy rica! ¿Eres una reina o algo así?" Le pregunta a Willow.
-"No." Responde ella, sonriendo. "Sólo una kender. Y ahora, ¿vais a escondernos?"
-"¡Pues claro, sígueme!" El enano te coge de la mano y te arrastra por la sala llena de comida hasta un montón de sucias mantas. "Estírate encima de las mantas." Te ordena. "Es un buen escondite."
-"Bueno, ¿no crees que sería mejor que me estirara debajo?"
El enano te mira con respeto y responde:
-"¡Qué listo eres!" Se vuelve hacia los otros enanos y repite: "Esconderse debajo de las mantas." Mientras los otros asienten entusiasmados, auténticamente impresionados por tu ingenio.
Meneando la cabeza con un suspiro, Kegan, Willow y tú os introducís debajo de las malolientes mantas. Justo a tiempo, al cabo de un segundo alguien golpea la puerta con los nudillos y ésta se abre bruscamente, chocando con la pared.
-"Buscamos a unos prisioneros que se han escapado: un guerrero humano, una kender y un niño. ¿Les habéis visto?" Pregunta una voz ronca, que reconoces como de hobgoblin.
-"¿Prisioneros escapados?" Oyes decir al enano del abismo queriendo aparentar inocencia. "No los hemos visto." Añade, coreado por los otros enanos.
-"Muy bien, de acuerdo." Gruñe el hobgoblin.
Oyes pisadas de botas alejándose de la estancia y empiezas a respirar; pero de pronto te da un vuelco el corazón.
-"¡Sobre todo no hemos visto a prisioneros escapados debajo de las mantas!" Añade el enano, con tono solemne.
- TU AVENTURA TERMINA AQUÍ -
Sección 109
Espero que te haya gustado la aventura. Ahora hay dos caminos posibles a elegir: dejar la partida sabiendo que Bern ha sido capturado o volver a empezar de nuevo en una sección anterior que elijas.
¡Tú decides!
Gracias amigo por la aventura, me ha encantado, voy a buscarla para poder leerla nuevamente y con mas paciencia. Perdón por ser el mas demoron jajaja.
Nos quedamos con la de la abadia que creo que tenemos para un tramo mas y luego la del hobbit si la dirijer.
Gracias nuevamente