-"Después de examinarlas atentamente, creo que las huellas están demasiado enmarañadas para averiguar cuáles fueron hechas primero." Anuncias a los otros. "El rastro de la derecha es la única secuencia clara de pisadas, y no se aprecian señales de lucha. Si no encontramos una salida en esa dirección, siempre podemos desandar lo andado e intentarlo de nuevo."
La kender agita con gesto impaciente sus trenzas.
-"Yo creo que da lo mismo un camino u otro. Pero una cosa es segura, no podemos dividirnos porque todos necesitamos la luz mágica de Essa. ¡Guíanos guerrero!"
Utilizando la aureola mágica para no perder las débiles huellas en el polvo, las seguís a lo largo de unos cien metros hasta el punto donde el pasillo se ensancha, convirtiéndose en una enorme cámara. La luz encantada de Essa os permite ver sombras fantasmagóricas en las profundidades de la sala subterránea, que corresponden a altas columnas similares a las del corredor guardado por los zombis. Algunas de estas columnas yacen rotas en el polvoriento suelo, pero la mayoría permanecen intactas, sosteniendo los gráciles arcos de un antiguo techo. En la pared de enfrente veis un magnífico tronco de granito, flanqueado por dos gigantescas estatuas esculpidas en el mismo material. Son centinelas de piedra, guerreros elfos con los espadones desenfundados. Pero no son las monstruosas estatuas las qué atraen tu atención, sino la figura momificada que aparece sentada entre ellas en el macizo trono.
Sección 84
Pasa a la sección 198.
Ni siquiera los siglos de polvo y putrefacción pueden ocultar los nobles rasgos elfos del esquelético cadáver. Una capa de piel macilenta cubre la calavera y su mortal sonrisa parece burlarse de vosotros. Los raídos harapos de lo que fuera un exquisito manto de armiño rodea sus huesudos hombros, destruido por la acción del tiempo y de las ratas. En torno a la piel reseca que envuelve la frente de la fantasmal figura, una tiara de argénteo metal brilla en la aureola de Essa, despulida por los siglos de abandono. En el regazo de la momia yace una enorme espada de doble filo, con la empuñadura incrustada de piedras preciosas.
-"¡Kith-Kanan!" Exclama Essa, sin aliento.
La hechicera se arrodilla a los pies del trono y sus bellas facciones de elfa se iluminan llenas de magia mientras contempla sobrecogida los restos del que fuera gran príncipe de los elfos de Qualinesti y fundador de Pax Tharkas.
-"¡Entonces, la espada de su regazo debe ser la famosa Wyrmslayer!" Exclama Willow.
La impetuosa kender da un paso hacia el trono, incapaz de contener su curiosidad respecto a la mítica arma utilizada por Kith-Kanan para expulsar a los dragones rojos del bosque de Qualinesti.
-"¡Detente, kender!"
La voz de Essa se ha tornado penetrante y sus ojos verdes refulgen con tanta fiereza que hasta Willow titubea. La muchacha se aparta del trono y contempla, con más sorpresa que temor, a la hechicera.
-"El cuerpo del eminente Kith-Kanan no debe ser profanado." Dice Essa, con serena autoridad. "Este es el santuario sagrado de los elfos de Qualinesti y sólo un guardián real de Qualinost puede osar acercarse al acero de Wyrmslayer. Debe permanecer oculta hasta que Kith-Kanan permita que se empuñe contra las fuerzas malignas de este mundo."
Willow escudriña la salvaje expresión de Essa, comprendiendo la seriedad que imprime a sus palabras.
-"¡Relájate, Essa!" Dice con petulancia. "¡Y luego criticas las leyendas de los kender! ¿Cómo podría Kith-Kanan entregar su espada a nadie en semejante estado? Si ésta es de verdad Wyrmslayer, tenemos que llevárnosla para luchar contra Verminaard. Tú eres el guerrero, Priince. ¡Debes cogerla!"
Sección 198
Si piensas que la espada es demasiado valiosa para continuar sin ella y decides llevártela del Sla-Mori, pasa a la sección 77.
Si temes que la espada de Kith-Kanan encierre algún encantamiento y prefieres no tocarla, pasa a la sección 201.
-errrr.... - miro a ambas totalmente indeciso. No entendía mucho de muertos y sus cosas mágicas... pero sí había visto a Essa sacar un muro de fuego capaz de achicharrarme vivo si no hacía lo que pedía con respecto a sus ancestros. Más que miedo a un encantamiento tenía miedo a que ella se quisiera vengar con un fogonazo en toda la cara!
-Bueno... siempre podemos regresar a cogerla ... debido el momento? no, Essa?...
Temo que la espada de Kith-Kanan encierre algún encantamiento y prefiero no tocarla, paso a la sección 201.
La determinación del rostro de Essa te convence de que su advertencia sobre Wyrmslayer es más que una simple superstición. Hasta ahora no habías conocido a ningún elfo de Qualinesti, pero has oído hablar de su valor y sabiduría. Además, la atractiva hechicera posee más poderes mágicos que los que nunca has presenciado, y parece estar dispuesta a utilizarlos para proteger la más sagrada reliquia de su pueblo.
-"No, Willow." Dices a la impaciente kender. "Creo que esa decisión debe quedar en manos de Essa. El Sla-Mori pertenece a su pueblo. Ya hemos podido comprobar sobradamente los poderes de sus antepasados en la sala de los zombis. Hay cosas que incluso escapan a la comprensión de una kender."
Essa te mira agradecida y se vuelve hacia la kender, diciendo:
-"La noticia del descubrimiento del Sla-Mori y la tumba sagrada de Kith-Kanan harán que seas reverenciada por mi pueblo, Willow. A nuestro regreso, cuando portemos a Qualinost nuestro mensaje sobre la maldad del señor de los dragones, se te honrará como una heroína."
La hechicera parece mitigar la desilusión de Willow. Los misteriosos elfos de Qualinesti fascinan a todos los habitantes de Ansalon y, por otra parte, la promesa de una cálida acogida ha impresionado a la curiosa kender, aplacando su ira. La muchacha suspira, contempla un instante a Kith-Kanan en su trono y sonríe.
-"¡Muy bien, vamos a Qualinost!" Exclama. "¿Cómo salimos de aquí?"
-"Supongo que debemos volver al cruce y seguir por el otro pasadizo." Declaras. "Debe conducir a las montañas que circundan Pax Tharkas."
-"Me temo que os he engañado, amigos míos." Confiesa Essa, sonriendo pero turbada. "Reconocí el camino que mi pueblo llama «la Puerta» cuando nos detuvimos en la intersección, pero antes tenía que encontrar la tumba de Kith-Kanan. Ahora que he concluido mi misión, puedo llevaros a Qualinesti por el Valle Oculto que se extiende debajo de Pax Tharkas."
Las palabras de Essa al principio te encolerizan, pero recuerdas el arrobamiento que leíste en su rostro cuando se arrodilló ante la momia de Kith-Kanan y te calmas. Compruebas con agrado que Kegan y Willow también parecen comprender.
-"Te entiendo muy bien, Essa. A veces a mí también me resultaba difícil confiar en ti, en parte porque eres una elfa. Quizá esta amenaza de Verminaard y sus seguidores sirva para enseñarnos a confiar los unos en los otros."
-"Todos vosotros sois criaturas extrañas para mi pueblo." Dice la maga elfa. "En Qualinost nos enseñan que no puede confiarse en vuestras razas. Quizá de esta misión saquemos algo mucho mejor que acabar con la amenaza de Verminaard. Pero vámonos, ya es hora. ¡Seguidme hasta la puerta del Sla-Mori!"
No sólo has logrado escapar de Pax Tharkas, sino que además has salido de los temibles túneles del Sla-Mori con vida y tu honor intacto.
- TU AVENTURA TERMINA AQUÍ -
Sección 201
Espero que te haya gustado la aventura. Ahora hay dos caminos posibles a elegir: dejar la partida sabiendo que Priince no ha muerto o volver a empezar de nuevo en una sección anterior que elijas.
¡Tú decides!
Recompénsate con 2 PE la próxima vez que emprendas la aventura.
O eso quería creer... si no fuera porque....
Otro Happy ending!!
Pues no. A pelearme con esa Essa. XD
Pienso que la espada es demasiado valiosa para continuar sin ella y decido llevármela del Sla-Mori, paso a la sección 77.
La fiera expresión de los ojos de Essa te inquieta sobremanera, pero necesitas la espada.
-"Creo que deberías escuchar a Willow, Essa. No sabemos lo que puede ocurrir cuando salgamos de aquí. Esta podría ser nuestra única oportunidad de detener a Verminaard."
-"¡En efecto!" Corrobora la kender, volviéndose para agarrar a Wyrmslayer.
Un inesperado grito de Essa resuena en la cavernosa tumba de Kith-Kanan. Al instante se cierne la oscuridad sobre la cámara y comprendes que la maga ha pronunciado un hechizo mágico. La negrura es tan densa que parece asfixiaros. A tientas buscas a la hechicera, con la esperanza de obligarla a devolver su mágica luz a la tumba, pero no la encuentras. A la izquierda, oyes lloriquear a Kegan, pues el valeroso pequeño empieza a responder como el niño que es, a los horrores del Sla-Mori.
-"¡Essa, haz que brille tu luz encantada!" Ordenas.
-"No puedo." Responde una voz a tu derecha. "Sólo puedo invocar el don de la aureola una vez al día. No quería hacerlo, pero la tumba de Kith-Kanan no debe ser violada."
-"¡Eso es una locura!" Exclama Willow con voz ronca.
Por la procedencia de su voz, tienes la impresión de que se ha acercado a Kegan en la oscuridad; además, los sollozos del pequeño han cesado.
"¡No somos más que comida para las ratas! ¡Es como si nos hubiéramos quedado ciegos!"
-"Olvidas que yo aún puedo ver." Dice la bella maga. "El calor de vuestros cuerpos os hace visibles a mis ojos de elfa. Os guiaré hasta la salida del Sla-Mori si pisáis exactamente donde yo os indique."
-"¿Por qué habríamos de confiar en ti después de lo que has hecho?" Pregunta Willow.
-"Porque no tenéis otra opción. Soy yo quien no puede confiar en que respetéis los restos sagrados de Kith-Kanan. Da tres pasos a la derecha, kender. Lleva al muchacho contigo."
-"Obedece." Ordenas a Willow. "¡Tenemos que confiar en ella!"
Oyes un ruido de pasos cada vez más próximos y comprendes que Willow se dirige hacia ti. Cuando se detienen, extiendes la mano.
-"Coge mi mano, Willow." Dices a la kender.
Al sentir su cálida palma contra la tuya, la atraes suavemente hacia tu pecho y palpas el brazo de Kegan, bien sujeto a su otra mano.
-"¿Y ahora, Essa?" Preguntas.
-"Volveos despacio y avanzad en línea recta hacia mi voz." Ordena la elfa desde detrás.
Sigues atentamente sus instrucciones y continúas obedeciéndola hasta que llegáis a la entrada de un pasadizo.
-"Explora el muro de la derecha y camina." Ordena una vez más la voz de Essa. "Hagas lo que hagas, no apartes la mano de la pared."
-"¿Por cuánto trecho?" Inquieres, pero no obtienes respuesta.
-"¡Priince! Creo que se ha ido." Murmura Kegan, preocupado.
-"¡Pero apuesto a que no está muy lejos!" Exclama Wíllow, estrujando con indignación tu mano. "Ojalá pudiera ponerle las manos encima a esa criatura de orejas puntiagudas!"
-"Calmaos los dos." La interrumpes. "¿No comprendéis que está intentando ayudarnos? Sigamos el muro y veamos dónde lleva."
El sinuoso pasillo traza mil recodos en la oscuridad durante lo que se os antoja una eternidad, hasta que por fin divisáis una tenue luz. Guías a los otros con suma precaución y por fin veis una delgada línea luminosa en el muro terminal del pasillo. ¡Parece una puerta secreta!
-"Vais a salir a un valle que se extiende debajo de Pax Tharkas." Dice la voz de Essa en la penumbra
No sabéis cómo, pero se ha situado detrás de vosotros.
-"En las montañas vive un grupo de resistencia que lucha contra las fuerzas malignas de Verminaard. Preguntad por un hombre llamado Eben Shatterstone. No le conozco, pero sé que es su cabecilla."
-"¿Y qué será de ti?" Preguntas, deseando de pronto no haber escuchado a Willow en la tumba de Kith-Kanan.
-"Debo volver a casa e informar de mi descubrimiento."
-"Pero, ¿no será peligroso el viaje? Te acompañaremos."
-"No, Priince. No me atrevo a confiar en vosotros y en Qualinesti solo son admitidos aquellos que pueden demostrar lealtad absoluta. Adiós, Priince. Durante un corto tiempo llegué a pensar que mi pueblo se equivocaba y que había encontrado a un hombre en quien podía depositar mi confianza como en cualquier hermano de Qualinesti, pero era yo quien estaba en un error. Marchaos enseguida y llegaréis al bosque antes del anochecer."
A la tenue luz de la rendija de la puerta ves un repentino destello que refleja una extraña imagen y oyes pronunciar a Essa unas palabras en lengua elfa. ¡De repente se produce un movimiento y la puerta se desliza! Franqueáis juntos la salida secreta del Sla-Mori y os encontráis en una oquedad situada en la base de un singular risco, justo debajo de las torres gemelas de Pax Tharkas. La puerta secreta de la tumba de Kith-Kanan se cierra en silencio detrás de vosotros y comprendes que sería inútil tratar de entrar de nuevo.
Te duele haber decepcionado a Essa, pero ahora lo único que puedes hacer es llevar a Willow y Kegan lejos de Pax Tharkas. Juráis en silencio encontrar a Eben Shatterstone y uniros a los luchadores de la resistencia. Así por lo menos tendréis la oportunidad de liberar a vuestra tierra del malvado Verminaard.
- TU AVENTURA TERMINA AQUÍ -
Sección 77
Espero que te haya gustado la aventura. Ahora hay dos caminos posibles a elegir: dejar la partida sabiendo que Priince no ha muerto o volver a empezar de nuevo en una sección anterior que elijas.
¡Tú decides!
Has logrado salir con vida del temible Sla-Mori y de Pax Tharkas. La próxima vez que emprendas la aventura, adjudícate un punto de experiencia extraordinario.
Pues, creo que Priince ya ha gastado todas sus salidas. Así que supongo que puedo dejarlo aquí ya con él (que bastante tengo con el perdidísimo elfo en las catacumbas xD)
OK, has recorrido muy bien las secciones del libro. Gracias por jugar la partida.