Me doy la vuelta, ceñudo, suponiendo que la voz del hombre que está en frente se dirige a mí. Me alzo cuan largo soy y meto ambas manos en los bolsillos del pantalón vaquero.
-Si querías hablar conmigo, seas quien coño seas, simplemente podrías haberte acercado, invitarme a una cerveza y comenzar una amigable conversación... Porque suele ponerme nervioso que me sorprendan por la espalda cuando estoy ocupado en medio de un callejón, ¿sabes?
Miro al tipo con ojos desafiantes, dando a entender que no me andaré con tonterías si pretende comenzar alguna hostilidad.
Enarco una ceja mientras saco un paquete de tabaco "Lucky Strike" de un bolsillo y un zippo del otro. Saco un cigarrillo y lo enciendo, sin dejar de mirar al tipo en ningún momento.
Aunque me muestro tranquilo, me provoca cierta inquietud que éste tipo al que no conozco de nada sepa de mi alter ego.
-Vale, tío... ¿Qué pasa con Emmerald Skull y por qué sabes nada sobre él?
Doy una larga calada al cigarrillo, meditando las palabras del extraño, para soltar el humo en un pequeño hilo que va difuminándose en el aire haciendo hipnóticas figuras.
Genial... Estamos apañados... Camino unos pasos hacia él.
-Bueno... De cualquier modo no pensaba quedarme mucho tiempo más en éste país... Tengo un trabajo que hacer en cierta escuela... Pero cuéntame cómo puedes saber tanto sobre mí... Y ya que estamos, ¿quién demonios eres?
-Que alguien peligroso va a ir a ella y que yo voy a ir allí para detenerla... Además, las dos personas más importantes de éste mundo van a ir para allí también... Y yo debo estar con ellos... Aparte de éso no sé más...
¿Por qué te intereso tanto yo y lo que sé acerca de ésa escuela, Bhalzhebu?
Continúo observándole con el ceño fruncido, aunque observo que no da muestra alguna de amilanarse... Cosa que me sorprende... Puede ser dos cosas: un estúpido muy seguro de sí mismo... o un tío peligroso que sabe que lo es...
¿¿¿De dónde demonios han salido ésas nubes??? Rápidamente me pongo en alerta, apartándome dos pasos del extraño individuo de demoníaco nombre. Mis ojos comienzan a brillar con un profundo color verde, que parece convertirse en llamas.
-Sí, irán allí... Y claro que podré detener a ése alguien peligroso... No me cabe ninguna duda... Y ahora vamos a ver qué tienes que proponer, porque empiezo a ponerme un poco nervioso con esto...
Me quedo en silencio por un momento, sin dejar de estar alerta ni un momento.
-No recuerdo haber mencionado nada de mis hermanos ni de unos terroristas... ¿Cómo cojones sabes tanto de mí? ¿Acaso eres de ésa escuela?
Me relajo un poco, aunque sin dejar de tener el ceño fruncido.
-Sí... ¿Cuándo iremos para allá y en qué va consiste ésa escuela exactamente? Y también... ¿Qué es eso de mis habilidades? Puedo transformarme a voluntad sin problemas... ¿Es que tengo más poderes que poder convertirme en Emmerald Skull?
-Bien... Vamos al bar... Me conocen, no habrá problemas y además nos invitarán a las cervezas.
Me adelanto, entrando en el bar con las manos en los bolsillos y cara de pocos amigos, como es habitual, esperando que Bhalzhebu venga detrás. Pido dos Budweiser y las dejo en una mesa. Acto seguido me acerco a la gramola e introduzco un dólar, para poner una canción. Después vuelvo a la mesa y tras encender otro cigarrillo y beber un trago de la cerveza, miro a mi acompañante a los ojos, a la espera de lo que tenga que decirme.
Pone ésta canción:
-No diré nada... Contesto, refiriéndome a la cuestión de la cerveza. Y a mí me vale con que sea un lugar seguro en el que mis hermanos puedan aprender y estar bien; un lugar en el que pueda estar con ellos... Por lo demás, no necesito saber nada... Aunque si es un colegio, como dices, yo no necesitaré aprender nada de lo que se enseñe... Tengo estudios primarios y secundarios, y nunca me planteé hacer una carrera universitaria... Así que quizá podría trabajar como empleado del centro... Si se necesita un mecánico, tengo varias nociones... La verdad es que lo prefiero... No tengo ninguna gana de estar metido en una clase rodeado de críos...
Suelto un ligero bufido, contrariado. No tengo una experiencia suficientemente buena con colegios como para que esto me acabe de gustar... Pero como dijo aquél: Hay que hacer de tripas corazón. Tras una nueva calada y un nuevo trago de cerveza vuelvo a mirarle directamente, midiendo mis palabras.
-Bien... Si no hay más remedio... ¿Cómo y cuándo voy o vamos a ponernos en marcha hacia ése lugar?
Aunque intento ocultarlo, en realidad estoy ansioso por poder ir a ése lugar. No por lo que me vayan a enseñar ni nada por el estilo... Sino por la perspectiva de poder volver a estar junto a mis hermanos.
¿¿¿¿Qué coño pasa aquí, también sabe eso???? Me levanto, siguiéndole, dejando la cerveza y el cigarro a medias.
-Bueno... Ya no sé qué es lo que está pasando, pero esto es como si un puto satélite hubiera estado encima de mi cabeza durante toda mi vida, y ésa idea no me gusta un puto pelo... ¿Qué sabes de lo que pasó aquella vez? Porque yo no saqué nada en claro, aparte de acabar inconsciente, tirado en un callejón, después de ver que algo muy extraño pasaba ahí...
-Sí... Me pareció ver a alguien tirado en el callejón y un anciano al lado... Con un brazo de metal, podría ser...
Me pongo aún más en alerta, consciente de que, tal vez, aquél día viera algo que no interesase a éste tipo, y ahora esté dispuesto a tomar medidas.
Mi naturaleza desconfiada me lleva a no relajarme en ningún momento, por eso espero cualquier reacción hostil para transformarme al instante y tratar de zanjar cualquier posible problema...
-Por raro que parezca siempre estoy dispuesto a jugarme unas cervezas... Aunque deberías saber que no me sorprendo con facilidad, y como me da la sensación de que eres un tío al que le gusta apostar sobre seguro... Bueno, tenlo en cuenta...
Frunzo los labios de forma que podría parecer una sonrisa por primera vez desde que la conversación ha comenzado. Otra cosa... ¿Podré llevar mi moto, verdad?
-Bien... Entonces perfecto. Iré al aeropuerto ya mismo... Tengo ganas de volver a Inglaterra, hace mucho que no voy por ahí... Ya nos veremos... Salgo del bar dejando en la barra un billete de cinco dólares, cojo la moto y pongo rumbo al aeropuerto más cercano, donde cogeré el vuelo indicado y haré que me envíen la moto directamente a Cardiff, ya sea en el mismo avión o por algún servicio de transporte.