Skinner guarda la foto, que le tiende la mujer delicadamente, en su cartera. Acto seguido la guarda, en los bolsillos interiores de su gabarina. Sus gestos son rápidos y automatizados, como si fuera algo que acostumbraba a hacer, tanto, que es difícil seguirlo a la vista.
Su mirada se torna algo triste, y meditabunda, decidiéndose entre la verdad y la mentira, como si por un lado deseara desahogarse hablando con aquella belleza, mientras que a la vez no quería que se supiera de su situación.
-Mi hermana...está...con la Familia...si, con la familia. Aunque espero que dentro de poco se vaya a vivir conmigo.
-Y...- su cara se entristece- dudo que, si lo pudieran ver, mis padres se sintieran orgullosos de los dos. Nuestra vida no ha sido del todo fácil. Sin embargo, y como le he dicho, espero terminar pronto. Si todo sale bien, en cuanto termine el curso, mis problemas mayores habrán acabado- dice con una sonrisa final en su rostro, como si ya estuviera vislumbrando su vida tranquila.
Por muchas cosas malas que hagamos nuestros padres se siguen sintiendo orgullosos sonrio y suspiro cogiendo una cucharilla de metal el curso no es de un unico año, los profesores deciden cuando estas preparado para marcharte y dudo que en un año lo llegues a estar. te vas fijando que la cucharilla se va doblando poco a poco y luego vuelve a estar normal. Piensas que es una ilusion, nadie puede hacerlo y menos delante de ti
-Así lo espero, Adrianne, así lo espero...- le devuelve la sonrisa a la joven, mientras se ajusta el sombrero, durante unos instantes, momento en el que la mujer coge una cucharilla.
-Señorita Adrianne, un año es mucho más de lo que espero estar aquí. No infravalore mis capacidades de aprendiz...- se queda sin palabras, al ver atónito como la cuchara empieza a doblarse.
Se frota por un segundo los ojos, mientras los cierra fuertemente, con la mano enguantada. En cuanto los abre, la cuchara está absolutamente normal.
-Estoy demasiado cansado...debe ser eso...el viaje...
Se lleva la mano, al bolsillo interior de su gabardina, y saca el bote con las aspirinas. Lo abre y saca una.
-Si no le importa Adrianne, creo que mi mente necesita descansar un rato. Parece que e viaje me ha agotado.
Sostiene su copa, y tras ingerir la pastilla, da un largo sorbo. El líquido le ayuda a tragarla. Acto seguido, se acomoda en su asiento.
-Perdone que vaya a aceptar la llamada de Morfeo, mi querida Adrianne...
Posiciona el sombrero, de forma que le tape los ojos, inclinándolo un poco. Tras unos minutos se queda dormido...
Claro puedes descansar, llegaremos enseguida a la escuela...se queda pensativa y camina hacia la puerta de la cabina Creo que no aprenderas lo que deseas en un solo año. Disfruta de los calidos brazos de Morfeo te despertare cuando llegemos
Caballero ya hemos llegado a su destino dice un hombre mayor con uniforme a tu lado mirandote. Adrianne no esta ahi ahora, la ves hablando con el piloto del avion y se acerca Adrianne todo esta listo, la esperan en ese lugar. El pajaro esta listo
Gracias Jonas sonrio y cojo un maletin que hay en uno de los guardamaletas sobre nosotros Acompañare yo al señor Skinner hasta su dormitorio en la escuela te miro y camino hacia la salida Por favor, si me haces el honor
Estais en aeropuerto en un bosque y hay un coche que conduce ella hasta el colegio
Skinner se despierta algo sobresaltado en su asiento, al oir la voz del hombre. Había tenido una extraña pesadilla, con su hermana, en la que él corría tras ella, pero esta se alejaba siempre. Unas finas gotas de sudor frío corrían por su frente.
Con una mano, se coloca bien el sombrero, de manera que no lo tape los ojos. Así mismo, se seca rápidamente las gotas de sudor, para que nadie las nota.
Mira con ojos tranquilos al hombre de porte serio y forma, que hay a su lado. Era algo mayor, sin embargo su trajeada presencia y su carácter aparente le hacían aparentar más años.
Se levanta al procesar que el trayecto había terminado, y vuelve sobre los pasos que había dado antes, para recoger su maletín. Acto seguido, mira a la mujer que le habla y lo incita a acompañarla.
-El honor es mío Adrianne...- y sin decir una palabra más, la sigue con un porte elegante y calmado. Baja las escalerillas de acceso al avión, y camina tras la mujer hasta llegar al coche, que ella conduce.
Bueno, espero que tu estancia sea ...aparca en la puerta del edificio principal cuando un grupo de adolescentes se acercan al coche
Adrianne, ¿es cierto lo de los nuevos alumnos? los mira saliendo y sonrie Si, el es Rodney sera uno de ellos. Ahora todos teneis clase teneis que iros o se lo dire a vuestro profesor Todos sonrien y se marchan NOs veremos en clase profesora
Skinner permanece sentada en el asiento del copiloto, al lado de la bella mujer. El camino se hace ameno, y en poco tiempo llegan hasta la puerta, del que parece el mayor de una serie de edificios.
Sus ojos los miran sorprendidos, mientras su mente relajada piensa tranquila.
-Vaya es curioso...- mientras sus ojos repasan la construcción rápidamente-, para ser "gratis", parece un colegio de snobs al más puro estilo inglés.
Un grupo de alumnos uniformados, se acercan curiosos al coche. La primero impresión que les producen a Rodney, es que vestidos así, los chicos parecen estúpidos, y las chicas, señoritas de compañía.
Preguntan todos a coro, como si fueran un nido de pájaros piando. Achard les constesta tranquila, mientras sonríe cálida. Las palabras de los alumnos de nuevo, extrañan a Skinner.
Gira la cabeza lentamente, y mira a Adrianne a los ojos.
-¿Profesora? Quizás me equivoque Adrianne, o puede que resulte molesto, cosa que no querría. Pero, tengo curiosidad, ¿es usted profesora del centro, tan joven?
No me incomoda la pregunta mis ojos se reflejan en tus gafas de sol y sonrio apagando el motor soy profesora de la escuela y tengo 23 años
Los ojos de Skinner, tras el negro cristal de sus gafas observan con interés a la que había resultado ser una profesora del centro.
-Permítame decir, que es usted, Adrianne una auténtica caja de agradables sorpresas. La verdad es que será un humilde placer para mí, que sea usted quien me imparta alguna asignatura- hace una pequeña y sutil reverencia, con un movimiento de cabeza.
-Espero, que no le ofenda, pero, me impresiona que haya llegado a ser profesora de este centro a tan joven edad. Aunque si me permite decirlo, sinceramente hubiera dicho que erais algo más mayor, ya que su porte y elegancia no son como los de las chiquillas de 23 años que abundan por Inglaterra- esboza una tranquila sonrisa amable-.
Al percatarse de que el motor se para, desabrocha el cinturón de seguridad del coche, y mira a la profesora, como indicándole que va a salir. Agarra el asa de la puerta, y acciona el mecanismo que la abre.
Pone un pie fuera, mientras agarra el maletín con la mano libre. Acto seguido sale completamente del coche, y respira el aire fresco que inunda sus pulmones.
-No se preocupe, mi querida Adrianne, creo que podré llegar yo solo a mi habitación. No quiero seguir siendo una molestia para usted. Seguramente tendrá cosas que atender, y no quiero entorpecerla con mi presencia.
Hace de nuevo un gesto de reverencia, y un gesto con la mano enguantada.
-Adiós Adrianne, que tenga un buen día. Ha sido un placer conocerla, espero verla mañana- termina, para darse la vuelta y caminar erguido hasta la recepción, para preguntar por su habitación...
Es que me gusta ser una caja de sorpresas. nada mas me rio apoyandome en el volante antes de volver a arrancarlo digamos que yo no soy una de esas chicas clasicas britanicas, soy mas continental el coche arranca y se aleja pero escuchas en tu mente Mañana no, pero en un par de dias si. Tendre un lugar reservado para ti en mis clase.