Shinji mira con asombro a la reciente visitante, enmudece un poco y luego su mirada se torva con extrañeza. Portando unos pantalones cortos y una toalla terminando de secarse el torso, mira a la pureta cerrada, levanta una ceja y vuelve de nuevo la mirada a la visitante.
- ¿Cómo ha entrado, señorita? - Le respone en inglés.
- ¿Mi don?... Quizá, digamos que desde pequeño he sido bastante fuerte. Pero dejé de planteármelo hace tiempo. - Responde. - Y... ¿Es esa la única razón por la que irrumpe en mi habitación, señorita? - Le devuelve la sonrisa.
Shinji observa con asombro el hecho.
Dubitativo, se sienta en la silla, con la toalla apoyada en uno de sus hombros. Mira a la mujer y contesta.
- Bien, la escucho, señoritaaa...
Shinji levanta levemente una ceja al desabrocharse Adrianne la chaqueta. Mas da un pequeño respingo al escuchar su voz telepática.
Tranquila. Piensa sonriendo. Mi madre también hacía lo mismo.
- ¿Una escuela dice? - Contesta. - Pues hombre, asi de repente... ¿Podría darme más detalles...? - Entrecierra un poco los ojos.
Shinji se queda mirando al suelo, pensativo. Cierra los ojos un momento cuando menciona lo de sus padres.
- ¿Y dónde dice que está esa escuela? ¿El precio de la matrícula?
Shinji permanece callado, mirando fijamente a Adrianne mientras sale de la habitación. Después emite un profundo suspiro y se dedica a arreglarse, mientras piensa en la extraña proposición.
Shinji se encontraba en un pequeño viaje de placer, cortesía de su tío, así que no le importaba la idea de viajar a donde fuese con quien fuera. Y más si era tan buena compañía como parecía.
En cambio, con respecto al tema de la escuela, lo cierto es que Shinji no se había plateado aún un buen plan de estudios.
``Podría probarlo... al fin y al cabo, últimamente no tendré nada mejor que hacer´´ Pensó tras meditarlo un poco sentado en la cama.
Tras esto, coge sus gafas, se las pone y, ya arreglado, baja al comedor para encontrarse de nuevo con Adrianne.
Shinji se acerca a la mesa donde se encuentra, también con una sonrisa.
- Disculpe si la molesto señorita Adrianne... ¿Hay sitio para uno más en esta mesa?
El joven se sienta, esbozando siempre una leve y cordial sonrisa cuando le mira.
- Oh, en absoluto. Cualquier cosa estará bien. - Contesta. - Sabe, he pensado seriamente en su oferta, y he pensado que no estaría mal del todo.
Supongo que tendrán residencia para estudiantes, ¿Verdad?
- Me lo imaginaba. Oh, por cierto ¿Se podrá mantener el contacto con las familias, verdad?
- ¿En serio...? Pues en ese caso, acepto la oferta, Adrianne. - La mira con cortesía. - Y... ya que menciona lo de Japón. Si no es molestia podría acompañarla.
- Me parece bien. - Contesta contento. - Por cierto, una última pregunta, cuando llegue a Cardiff... ¿Cómo sabré qué barco coger? Pues según me ha dicho el paradero de la isla es... ``secreto´´...
- Eso espero. Bien, entonces no hay problema. - Dice con cierto entusiamso mientras sonríe.
- Me parece bien. - Dice mientras empieza a cenar, dando elogios a su buen sabor.
Cuanta generosidad. Piensa con aire extrañado.
- Muy bien, se lo agradezco de veras. Nos veremos mañana entonces. - Se despide con el cordial saludo oriental y sonriendo.
Shinji va a su habitación, para hacer su sencilla maleta y dormir con el despertador a una hora temprana para prepararse.
Shinji va con su maleta, vestido con su ropa habitual de camisa blanca y pantalones oscuros con sus gafas de siempre y su peinado estrafalario de punta.
- Bueno, supongo que tenemos el mismo avión. - Le comenta en el aeropuerto. - Haré una pequeña visita rápida a mis tíos y después iré a Cardiff. A no ser que quiera que vaya con el otro alumno directamente.
- Bien, Por cierto, ayer noche dijo que tenía que hablar con mis tíos. ¿Eso quiere decir que después de recoger al otro muchacho vendrán a mi casa? - Dice dubitativo.
- Entiendo. - Contesta con una modesta sonrisa, tras lo que hace una pequeña pausa. - Y... ese alumno japonés, ¿Cómo se llama?
- Supongo... - Contesta y se queda mirando la nada del paisaje de fuera de la ventanilla.