Vió como una flecha pasaba encima de su cabeza silbando el aire. Giró el cuello hacia atrás y la vió impactar en el guardia. Fue un magnifico disparo sin duda. Otto llegó al fin al barco en aquella inestable barcaza. Saltó al muelle de atraque del barco y se coló dentro rapidamente. Se sentó sobre unas cajas y secó el sudor de su frente y miró como el puerto se hacía cada vez más pequeño. Uf! Había faltado bien poco.