Tommy se echó a reir.
-¿Seguro que lo has entendido? ¿Crees que esto era para demostrarte que no debes estar enfadado?
El hombre negó con la cabeza al tiempo que cogía la pala y se apoyaba en ella.
-No quiero que expulses tu Rabia ni que te la tragues, Donny. Lo que quiero es que aprendas a utilizarla. Que la canalices. Eres un guerrero, un Ahroun, como yo. Somos los que vamos en vanguardia. Y si no hacemos otra cosa que estallar, llegará un momento en que andemos cortos de ella, o que ataquemos a nuestros aliados en frenesí.
Le palmeó el brazo con afecto, y al mismo tiempo, observando su reacción.
-Eres fuerte. Cualquier otro no habría podido cavar tanto tiempo. Quiero que aprendas a pelear, a desarrollarte como guerrero y a destrozar al enemigo. Y quiero que aprendas cuándo debes usar la fuerza y cuando la cabeza. Esa chica no estaba preparada. Podrá haber matado a mucha gente, incluso a algunos de los nuestros. ¿De qué sirve un cachorro muerto antes del cambio, Donny?
Tommy se puso la pala en el hombro y caminó hacia una de las cabañas.
-Ven. Tendrás ganas de tomarte un chocolate caliente.