Partida Rol por web

Edgar apretó los dientes... él seguía en homínido, así que podía hablar perfectamente con Roland. Pero no había mucho que hablar. Ya estaba todo dicho... y lo que debía hacerse no era bonito, pero era necesario. Era lo que debía hacerse. Punto.

- Estás muerto ya, Roland... te mataron cuando te convirtieron en lo que eres ahora. Estás viviendo en tiempo prestado, y eso no estaría tan mal... si no fuese porque ese tiempo se lo robas a niños. Niños que no han podido elegir.

Miró a los demás, a sus compañeros de manada, aunque no fue capaz de mirar a Ashley directamente. No quería imaginarse lo que estaría pasando... No sabía lo que había habido entre ella y McGregor, no sabía si lo había amado de verdad, pero con que sólo se acercase un poco a lo que ella sentía por Dana, y a lo que estaría dispuesto a hacer por ella, por protegerla, si fuese ella la que se encontrase en el lugar de Roland... miró al suelo, más por necesidad de fijar la vista en algun sitio que porque realmente hubiese algo que mirar.

- Tenemos que terminar con esto. Yo no voy a volver al clan a decir que hemos dejado que un vampiro que se alimenta de niños coja un bus hacia vete a saber dónde. Es tan simple como esto: ¿debe morir él, o deben morir decenas, centenares de niños de los que irá alimentándose durante toda su "vida"? Joder, incluso si no fuese un vampiro, incluso si no tuviese ninguna culpa, una vida vale menos que muchas.

No le gustaba tener que ser así, tener que valorar fríamente quién merecía vivir y quién no. Pero la vida no es como nos gustaría que fuese. Nunca lo es. Nunca.

-¡Ashley! -chilló el chico al ver que lo acababan de condenar a muerte-. No dejes que lo hagan. ¡Por favor! ¡Yo no haré nada de eso y lo sabes!

Las lágrimas de sangre fluían libremente, empapando el jersey que vestía el vampiro. La luz titiló.

Ashley sabía lo que dirían. Lo había sabido desde que David les había contado que su hermano era un vampiro. Y sabía que iba a tener que enfrentar esa decisión. Ella era la alfa, lo había deseado y pedido. Y aquí estaba, tomando decisiones importantes de verdad, no si el color de la semana era el verde o el morado, o puntuar a los chicos más guapos del instituto. Ahora tenía que decidir si se mataba o no al chico con el que más a gusto se había sentido nunca, con el que incluso había considerado perder la virginidad. Y sus compañeros de manada habían dicho que se merecía la muerte.

Dejó caer la cabeza. No quería que viesen que estaba llorando, aunque era fácilmente deducible. Salió de la habitación y cerró la puerta tras de sí. Hécate estaba allí, pero no la miró. Se convirtió en Lupus bajó por la escalera al trote.

-Salid -ordenó Donny, aunque Ashley y Hécate ya estaban fuera.

Se bastaba él sólo. Y pensó que si le fueran a ejecutar no le gustaría que hubiera gente mirando. Vigiló a Roland, por si acaso se le ocurría alguna brillante idea para intentar salvar la vida.

-Oye... no sé, lo siento -dijo con torpeza. No sabía qué decirle a alguien a quien iba a matar.

Pero era mejor terminar cuanto antes. Cambió a Crinos, llenando gran parte del espacio libre de la oficina, y agarró a Roland del cuello. Le arrancó la cabeza antes de que tuviera tiempo de suplicar demasiado. Aquella no era la cacería llena de júbilo que había deseado.

Después de unos instantes, Donny salió de la oficina en forma homínida y cerró la puerta tras de sí. Tenía las manos manchadas de... bueno, de Roland.

-Ya está. Vámonos -dijo, sin mirar a nadie.

-Yo me quedo -desafió Viviane.

No es que no se fiase de las capacidades de Donny ni nada por el estilo, pero por si las moscas. La verdad es que Roland daba auténtica lástima así, tan indefenso y patético. Los Ancianos, los libros y las películas pintaban a los vampiros mucho más terroríficos e inhumanos, como auténticos depredadores, a sí que había esperado que todos fuesen más o menos como David. Tal vez de esa manera se hubiese sentido menos mal cuando Donny lo despedazó, pero se obligó a sí misma a mirar, porque era una guerrera y no podía tener compasión a la hora de combatir el Wyrm. Era su deber.

Encontraron a Ashley en los alrededores del almacén. Seguía en forma Lupus y se negaba a hablar. Pero fue con ellos de nuevo hasta el Túmulo, su hogar. Y allí fueron recibidos al alba por sus Ancianos. Relataron la historia de la cacería y contaron lo que sabían sobre los vampiros. Presentaron la herida de Hécate y los Ancianos la alabaron por la Gloria que conllevaba. Explicaron el modo en que Edgar había engañado al vampiro y lo alabaron por su Sabiduría. Narraron el modo en que Donny había combatido y cómo había acabado con el monstruo que los había atacado. Hablaron de la astucia de Viviane y el modo en que se había resistido al control mental de David, y del apoyo de Kate a sus compañeros. Y contaron la difícil decisión de Ashley y el Honor que le otorgaba mantenerse fiel al Clan por encima de todo.

Flecha de escarcha aulló al amanecer y los demás se unieron a ella. Lysandra afirmó que habían cumplido con su cometido. Dom reconoció la astucia de la manada a la hora de separar a sus contrincantes. Y Leda contestó a la pregunta que llevaban haciéndose desde que habían descubierto acerca de su herencia. ¿Quiénes eran? ¿Qué eran?

Garou. De pleno derecho.