- Espero que las prendas sean de su agrado, hemos corridos graves riesgos y combatido a una fiera bestia para conseguir estos ropajes. - hace un gesto con la mano, como si detuviera a alguien que hablara.
- No, no nos lo agradezcais, es nada menos que nuestro deber para vosotras, jovenes damas. - concluye con tono orgulloso.
Sarah había estado por un momento con la mirada perdida, todavía aferraba con fuerza la bolita que le había entregado Lady Luthien. Pareció volver de sus ensueños y miró a sus amigos como si no les hubiera visto antes. Entonces se dio cuenta de las ropas que allí estaban comprobando y una sonrisa asomó a sus labios.
- ¿Habeis combatido? ¿Qué ha ocurrido? - Preguntó la joven mientras observaba con mirada crítica el vestido que le habían ofrecido. Quizás sería mejor que nada, pero llevar un velo cubriendo el rostro seguro que sería incómodo. Le devolvió la bolita a la elfa y cogió dicho vestido para poder verlo mejor mientras escuchaba al caballero perruno explicar sus aventuras.
Espero que Sir Didymus le exagere le cuente sobre su lucha y seguimos jaja
- Así es, mi dulce dama - dice Sir Didymus - Una fiera bestia trató de devorar al valiente Sir Hoggle, y he aquí que, armado tan solo con coraje y mi fiable báculo, reté al engendro del averno a un duelo como no habrían visto los tiempos. - El caballero hace una pausa dramática.
- Sin embargo, el impío animal se limitó solo a gruñir, rechazando el honor de batirse en el campo del honor, de modo que tuvimos que retirarnos para evitar ser descubiertos. - remata casi con tristeza Sir Didymus
Disculpad el retraso, estos días el trabajo no perdona :p
Hoggle miró a Sir Didymus y a veces miraba hacia arriba, con la expresión de "¡qué exagerado que es!" pero se limitó a escucharlo. Cuando terminó escoltó a Sarah ya cambiada y Luthien, también, hacia la orilla en donde estaban las barcas para cruzar al pueblo.
-Señoritas, pasad primero. Sir Didymus y yo utilizaremos los remos para encauzar a la barcaza a la orilla del pueblo. Allí veremos qué hacer, lo importante es salir de los bosques linderos del castillo del Rey. Eso solo cuenta.
Y Hoggle esperó que todo el mundo subiera a la pequeña embarcación de madera y comenzó a remar. Las aguas, aunque de color lodoso, estaban tranquilas.
A partid de ahora contestad el turno éste y los que sigan en la escena de "El Pueblo Sumergido"