Partida Rol por web

Jareth estaba en la zona neutral esperando a Christian. El rey gnomo estaba sentado sobre una roca pensando en que los goblins no habían empezado el muro; se habían "olvidado" de la orden. Si no fuese porque Jareth tenía demasiado en su cabeza, hubieran recibido un buen castigo. Pero quizás en otro momento.

Christian apareció y Jareth se paró.

Ambos hombres estaban a un metro de distancia, frente a frente, en ese lugar en dónde había una especie de armonía tácita entre el Laberinto y el Reino Oscuro.

Llegué de muy mal humor a la reunión mis estúpidos goblins olvidaron construir el muro, cuando volviese les iba a dar una buena lección.

Intenté olvidar el asunto por el momento, tampoco me convenía comenzar la reunión de mal humor, por fin apareció Christian y me levanté para hablar.

- Saludos Christian… ¿Cómo estas? - le dije de forma cortés.

Me puse una mano en la barbilla mientras caminaba de un lado a otro – El motivo de esta reunión es que me he apercibido de que tu reino ha avanzado invadiendo una parte del mío, unos metros… pero entenderás que es algo que no puedo permitir… - me detuve y lo miré esperando su reacción y respuesta

Christian miró a Jareth. Hacía mucho tiempo que no se veían, quizá demasiado. Ya no recordaba cuándo había sucedido la última reunión.

- Bueno, eso deberíamos matizarlo... Sabes perfectamente que las tierras colindantes con el Pozo del Álamo Torcido son mías. El árbol, por supuesto que es tuyo... Por lo que yo me pregunto: ¿no lo habrás lanzado ahí tú para echarme las culpas, verdad?- dijo Christian, remarcando el "tú" de la última frase.

Después de una breve pausa prosiguió:

- Porque, ten por seguro, que si quisiera declararte la guerra lo haría directamente.

- ¿Qué he lanzado el árbol? ¿Para que iba a hacer yo eso? Yo no necesito un trozo de tierra más, ya me vale con la que tengo, pero tampoco quiero que me lo roben - lo que dijo Christian me trajo una cosa a la mente

Me llevé la mano a la barbilla – Si bien es cierto que han aparecido cosas raras en mi territorio…

Caminé de un lado a otro indeciso, hasta que se me ocurrió una idea – te voy a conceder el beneficio de la duda… pero solo se me ocurre una manera de estar seguros, cada uno que realice una medida de distancia de un punto fijo hasta la frontera, nos pasamos esa distancia, que sea publica, que me dices ¿Te prestas a colaborar?

Meditó un largo rato. No era mala idea. De todas formas, lo que le interesaba era otra cosa...

- No me parece mala idea- comentó.- Pero, ¿qué era eso de aparecer cosas raras en tu territorio?

La situación pintaba cada vez más extraña.

La postura de mi cuerpo se relaja un poco con su respuesta – Bien, pues eso haremos…

Luego pareció interesarse por las cosas que aparecían, dudé sobre si decírselo pero quizás el me podía decir si a el le ocurría algo similar – Si, uno de los míos me llevó a un sitio donde había aparecido un extraño objeto, pequeño y redondo… ¿A ti te ha ocurrido algo similar? ¿Han aparecido cosas en tu territorio? A parte del árbol…

- No, solamente el árbol. Me alegra saber que, al menos, no me veo como el únco que ha sufrido esas "apariciones"- después añadió.- Creo que deberíamos informarnos mutuamente de esas situaciones, al menos seremos 2 recogiendo información. ¿Qué me dices?

Parecía ser que no era sólo su territorio el que estaba patas arriba, pero no sabía si enterpretarlo como un buen signo, o por todo lo contrario.

Hice un ademán con la mano – Si, bien, de acuerdo… - ¿Quizás me había acostumbrado demasiado a la magia? ¿Por qué no le había dado tanta importancia a esto de las apariciones? Debía de haber algo detrás de todo esto, pero no podía adivinar que podía ser

– Bien, pues por mí creo que ya está todo… - la reunión me había dejado más incógnitas, pero no había ido mal del todo

Por mí también: ya ha quedado totalmente demostrado que Jareth se dedicó, con total alevosía, a comer melocotones y tirar los pipos a mi terreno. Si su servicio de recogida de basuras está en huelga, la culpa no es mía XDDD