Partida Rol por web

El soldado que quedaba se había quedado parado, sin duda no esperaba nuestra entrada medio-triunfal. Con una sonrisa en mi rostro, quizá imperceptible para alguien no rodiano, apreté de nuevo el gatillo y otro haz láser salió en dirección al soldado. No conocía el desenlace de ese disparo, pero el hijo de Pittien es probable que acabase con el ayudándome en mi disparo. O bien, al fin, Kemlo ayudase con sus juguetitos.

Kemlo volvió a mirar la situación desde su perspectiva. Y se dio cuenta de que la cosa no estaba funcionando como debía, así que abrió la tapa del zurrón y rebusco dentro algo que lanzar, sin embargo, termino con las dos manos dentro y la cabeza asomada buscando algo, o revisando algo.

No se podía estar seguro. Pues nadie tenia claro qué o cuánto de que había dentro de aquella bolsa de cuerpo y plástico.

El disparo de Petch impactó en el pecho seguido del láser de Dompa. Ambos habían hecho saltar trozos de armadura blanca que se esparcían por el suelo, junto a los dos soldados muertos. Había sido rápido y fácil. 

Ahora solo había un problema, la granada que lanzó antes Kemlo no había explotado, pero seguía allí, esperando en el suelo a que alguien la recogiera...

Pittien Dompa, así te llamabas.

La cabeza te daba vueltas. Abriste los ojos para intentar que esa sensación se estabilizara centrándote en algo pero tu visión estaba borrosa. Alguien te arrastraba. A tu lado, el sonido metálico de B-1 rozando su chasis contra el suelo metálico te despertó un poco más. También estaba siendo arrastrado. El técnico del puesto de guardia lo arrastraba sin compasión por los pies rozando la pintura de su espalda y cabeza por el suelo. Un brillo en lo que se supone eran sus ojos te indicó que debía estar en un estado similar al tuyo, consciente pero sin poder moverse. Su fuente de energía había permanecido activa para obtener información, pero era insuficiente para moverlo.

El Almirante te arrastraba. Sonrió al verte consciente, indefenso. Los efectos de la carga aturdidora no pasarían hasta un rato después. Lo sabías muy bien, así capturabais antes a los rebeldes para interrogarlos. Que destino tan cruel os esperaba. Por lo menos a B-1 no le dolería que le reprogramaran.

El momento de acción contra aquellos soldados había acabado, pero algo no iba bien en mi cabeza, al menos. Había visto algún objeto arrojadizo volar sobre nuestras cabezas, seguramente uno de los explosivos de Kemlo, pero no había llegado a haber deflagración.

- ¿Qué pasa? - dije señalando la granada del bith - ¿Va a estallar o qué? - pregunté algo nervioso - Si esto vuela por los aires, nos va a ser muy complicado pasar - le advertí.

Si al menos hubiera explotado y hubiera ahorrado trabajo con los soldados, pero no solo no habría ayudado, sino que además, podría complicar la huida, y estaba seguro de que Pittien y B-1 necesitarían ayuda.

-Que el experto en explosivos se encargue-. Dijo el hijo de Pittien mirando a Kemlo. 

Dompa estaba con la cabeza totalmente ida. Veía aquellos pies, pero no entendía porque los estaba mirando. 

Aquellos ojos que brillaban con un fondo de entendimiento lejano... ¿de quién eran? Espera. 

¿B-1? Espera, si... 

- ¿Ho... hola? ¿B-1? ¿Me... oyes? 

El Bith levanto la cabeza y miro el pasillo, era cierto que ningún sonido alegre había venido desde la posición de los soldados, y eso era extraño.

Miro a ambos seres durante un segundo y luego echo una carrera corta para agarrar el aparato y comprobar la espoleta. Aquel día su equipo y su puntería estaban dejándolo en evidencia. Y seguramente la culpa era de no haber volado nada por los aires en tanto tiempo.

- Sigamos.-

Y siguió andando en la dirección en la que marchaban, al rescate, encabezando el la comitiva. 

El almacenamiento secundario de energía había redirigido la suficiente potencia como para activar los sentidos de vista y escucha.

-Afirmativo-. Contestó el droide. -B-1 operativo al 9.85%.

La espoleta estaba bien...

El detonador no había cortocircuitado...

Ah, el interruptor de ajuste de tiempo estaba dañado. En vez de cuatro segundos había puesto el máximo de tiempo, sesenta segundos. Aunque no sabrías decir ahora mismo cuantos habían pasado hasta que la desactivaste. Más de treinta seguro y menos de sesenta también. Eso era lo que te encantaba de los explosivos, eran impredecibles. 

Me giro a mirar a mis acompañantes, y les hago un gesto de urgencia. Porque se habían parado. Por una granada de fragmentación de nada. Qué gente más poco animada.

El Bith encabezo la marcha y fue orientándose por el complejo, que tenia cierto parecido simétrico en ambas alas. Con un poco de suerte los disparos les llevarían directos al rescate del resto de grupo de “rescate” que había accedido a las instalaciones.
 

Solté una bocanada de aire cuando Kemlo dio luz verde para continuar, como si hubiera estado conteniendo el aliento, aunque no era para menos, aquella granada podría haber echado al traste esa vía de escape o peor, dañarnos intentando huir.

- Venga - le indiqué al Dompa hijo.

— Atención: Derivaciones de emergencia estan activas. Sistemas operativos al 9.85%... informe de daños: perdida de la mayor parte de la energía que se extrae de la fuente de poder debido a components dañados y en falso contacto, circuitos sobrecargados quemados. Procesador central y discos de memoria intactos. — Emitía el B-1 modificado en un tono debil y monotono. — Reparaciones son requridas con urgencia.

Ambej  se encogió de hombros y siguió al rodiano hasta donde se encontraba el bith para reanudar la búsqueda, pero en ese mismo instante una de las puertas se abrió apareciendo un oficial algo mayor, con una chaqueta de uniforme blanco, arrastrando...¡A Pittien Dompa! Y a su lado un tecnico imperial arrastraba por los pies y de mala gana lo que parecían los restos del droide.