Partida Rol por web

Kemlo siguió el pasillo que os conduciría al hangar, donde robaríais un transporte imperial y podríais salir de ese planeta. Antes de que la puerta del pasillo se cerrara, una explosión os alertó de la llegada de mas tropas imperiales, y de que, de no ser por la trampa de Kemlo, habriais tenido que lidiar con más soldados de asalto.

Una intersección después os subisteis en otro ascensor que os llevaría hasta el nivel más alto, y de ahí al hangar. Antes de que el ascensor terminara de subir una alarma sonó por el complejo, una alarma distinta a la de antes. Los tres Dompa se miraron al unísono para soltar conjeturas acerca de un ataque rebelde a las instalaciones, pero entonces el ascensor se abrió, revelando una gran actividad.

Pilotos de cazas salían de pasillos y ascensores para correr a introducirse en uno de los cazas y hacer frente a la amenaza. Por suerte vuestra presencia había pasado inadvertida gracias al ajetreo, pero tendríais que cruzar el hangar hasta una de las naves de transporte, y después lidiar con las numerosas tropas Tie que estaban afuera, en pleno combate con cazas rebeldes.

Parecía que habíais vuelto al principio.

Seguimos a Kemlo. Mientras ascendíamos con el ascensor yo no me encontraba muy a gusto con aquella situación ¿Habría entendido el Bith a que hangar me refería? ¿Estábamos metiéndonos en la boca del lobo? Parecía que todo el conjunto del equipo estaba de acuerdo con salir por aire, en vez de por tierra y que sería más sencillo hacerlo de aquella manera.

Al llegar al hangar la realidad nos golpeó en la cara. Una buena guarnición de pilotos TIE corría de un lado para otro de aquel hangar en dirección a sus cazas para hacer frente al ataque aéreo que estaba sufriendo la base.

- Al maldito hangar terrestre - dije entre dientes y luego soltando un suspiro -. Bueno, ¿a que transporte podemos acceder?

Busqué con la mirada una nave de transporte, algo que pudiera ser rápido y ágil, que no fueran a usar en combate... que estuviera, probablemente, libre. Miré a Pittien.

- ¿Cuál podemos usar? - le pregunté.

Pittien señaló con la barbilla el único transporte que había en el medio del hangar. No tenía armamento de combate, no tenía buena maniobrabilidad y por lo tanto, estaba desatendida. Nadie la vigilaba.

-Esa-. Contestó francamente. -Aunque necesitaremos un codigo de autorización para bajar la rampa.

-¿No pensasteis en que los rebeldes ahora nos confundiran con enemigos intentando huir?-. La inquisitiva pregunta de la mujer de Pittien era mordaz.

-Esta bien, del código me encargo yo. Vosotros solo cubridme.-

La mujer de pittien comenzó a caminar hacia la lanzadera clase Lambda. Era lo único que podia sacaros de allí, asi que no había otra opción mas que seguirla.

Alguien dejaba claro porque había mencionado yo el garaje, y era, nada más y nada menos, que la mujer de Pittien.

Levanté mi rifle y me puse detrás de ella.

- Vamos todos juntos, estad atentos a todos los flancos, si hay alguien que se percata de nuestra presencia, no dudarán en venir a por nosotros - advertí.

El Bith empezó a moverse y sus manos se movían frenéticas dentro del zurrón, sopesando cuanta carga para una explosión de un caza, y como seria el efecto en cadena. 

Pero llego a la conclusión de que no le iban a dar los minutos necesarios para hacer explotar nada. Aunque al menos intento agrupar diversos explosivos para poder hacer un gran bumm disuasorio.

— En cuanto despeguemos deberíamos volar lo más cerca del suelo posible, para alejarnos de la mayoría de otras naves. — Intervino el droide mientras seguía al grupo en la marcha hacia la nave de escape. — Señor Kemlo, usted a demostrado una adaptavilidad a los cambios de entorno y situación de vuelo un 12% más eficiente de lo que mi programación actual es capaz. Sea usted el piloto, yo le apoyaré como co-piloto.

Marchasteis hacia el transporte entre el revuelo y las prisas de una batalla inminente. La mayoría de los imperiales no repararon en vosotros, excepto un controlador del hangar, el cual daba via libre a los cazas Tie que pasaban volando a vuestro lado, demasiado concentrados en sus asuntos como para prestaros atención.

Mientras tanto, Salya Dompa había llegado al pie de la lanzadera y conectó su computador de bolsillo al terminal de entrada tecleando intentando romper el código que bajara la rampa del transporte y os dejara subir. 

Pttien vio al controlador y, vestido todavía con el uniforme imperial, se adelantó al resto dirigiéndose hacia el técnico del hangar.

-Misión de prioridad uno-alfa. Se ha ordenado la evacuación de esta mujer, clave en los ficheros técnicos de instalaciones clasificadas, con cazarecompensas alienígenas para no levantar sospechas. Código de autorización 1135/8.- 

Pittien se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia el transporte sin mirar atrás. El técnico se lo quedó mirando un momento y después se concentró en su cometido, sacar los cazas sin que se estrellaran unos contra otros antes de salir.

Se van moviendo procurando no llamar la atención y finalmente entran en una especie de carguero, Kemlo es el segundo en entrar, y cogiendo a Pittien del brazo se lo lleva a la cabina. 

- Vete dicíendome todos los símbolos del imperio y los protocolos que sepas, no quiero que esta bañera nos deje tirada porque no pulse alguna estupida combinación de botones.- 

El mercenario fue pasando las puertas hasta llegar a la cabina, echo un rápido vistazo, y siguiendo ciertas indicaciones, como su conocimiento general, comenzó a encender todo lo encendible de aquella nave, desde las luces, hasta los motores. 

Al poner mi culo sobre el asiento del especialista en armamento, dejé mi arma a un lado, colgada de mi hombro y comencé a preparar las armas para abrir fuego en cualquier momento.

- Salgamos de aquí rápido, intentaré mantener a nuestros enemigos a ralla - dije mientras observaba al resto -. Preparaos también para avisar a nuestros aliados, es posible que crean que somos enemigos e intenten abatirnos.

El droide acompañó al bith y se sentó después que él en el asiento a su lado. Accesó a los parametros de usuario para ese modelo de transporte guardados en sus discos de memoria e instantes después se puso a monitorizar todo lo que Kemlo encendía. Algunas cosas tuvo que apagarlas justo después de que el bith las encendiera y otras las calibró.

— No hay aliados. — Le respondió a Petch. — Nosotros no estamos afiliados con ningún bando. Aunque estemos en una nave Imperial, al vernos huir los imperiales podrían intentar dispararnos junto con los rebeldes. Deberemos tomar una decisión: abrir un canal de comunicaciones con alguna nave rebelde para que el hijo del señor Pittien intente convencer a los rebeldes que nosotros estamos de su bando, o que Pittien intente aplicar con exito lo mismo que aplicó al técnico del hangar. — Dicho eso, B-1 ejecutó un pequeño analisis de estado de la nave para estar más al tanto de sus caracteristicas actuales. — Señor Kemlo, usted tiene control sobre los cañones laser gemelos directamente desde su consola de mando. Señor Petch, señor Pittien, ustedes estarán controlando baterías de cañones blaster. Desde mi consola tengo control sobre un cañón blaster. Para ser una nave de transporte de pasajeros esta bastante bien armada. El poblado al que nos dirigimos esta a unos 300 kilometros, a velocidad máxima, en vuelo dentro de una atmósfera, esta nave es capaz de llegar en 20 minutos.

-Por suerte para vosotros tengo los códigos de identificación que nos permitirán pasar a través de mis amigos.- dijo Anbej mientras se abrochaba el cinturón. -Aunque al emitirlos pasaremos a ser blanco de los imperiales inmediatamente.-

- Sinceramente B-1, parece que en este combate, hemos elegido bando - le advertí al droide después de que el hijo de Pittien diera su parecer acerca de los códigos -. Esperemos un poco a tener la lanzadera encarrilada, en ese momento podremos avisar a tus amigos para que nos obvien, y a la vez podremos comenzar a abrir fuego para ayudarles.