Partida Rol por web

-Y tu el primer humano que logra herirme en siglos.-Espetó de vuelta mientras se preparaba para esquivarte, pero pareció subestimarte recibiendo otro poderoso golpe por tu parte que la dejó sin aliento. No pudo evitar mirarte con sorpresa…en todos esos años ni un humano había conseguido hacerle un rasguño y ahí te tenía, dos veces la habías golpeado…eras un animal, un berserker, algo insólito.

-Maldito…entonces a ver si esto es de tu agrado.-Gruñó cabreada antes de conjurar una bola de fuego en tu dirección, aunque no parecía ni por asomo algo terrible, ¿tal vez estaba desconcertada por tu poder y fuerza?  

-Hay que ir a por Farnad...el estaba en el festival...-Murmuró Astrid.

La princesa trató de ponerse de pie como tan buenamente pudo, pero le fallaba un poco las fuerzas...necesitaría descansar. Aún así, llamaste rápidamente a unos los cuervos para preguntar por Farnad. Estos no tardaron en aparecer y sobrevolar la zona, graznándote de vuelta y entendiste claramente que el caballero estaba en un aprieto.

¿Era posible que le estuvieran atacando a el también? No podías dejar ahí a Astrid, pero tal vez podías ayudarla con tus pociones y cataplasmas.

Atelie se mantiene atenta al cielo durante unos momentos mientras espera la respuesta de los cuervos. Una vez la escucha, les agradece profundamente su ayuda y se gira hacia la princesa.

- El caballero se encuentra en problemas también, pero usted no se encuentra en condiciones de ir de inmediato. Un momento, por favor. -

La druida ayuda a la princesa a sentarse y mete mano en su macuto. Se dedica a tratar heridas y a preparar un antídoto para lo que afecta a ambas. Ahora que tiene tiempo y tranquilidad, el tener el cuerpo un poco dormido no debería ser problema: Simplemente deberá ir más lento de lo normal.

Planea ir a por Farnad junto con Astrid en cuanto acabe.

Farnad era un guerrero en esencia, y aquel combate le subía la adrenalina, puesto que era el primer combate realmente desafiante al que se había enfrentado hasta la fecha, y cuando vio como su segundo ataque conectaba, fue consciente de que quizás, solo quizás, sería capaz de ganar sin necesidad de su espada...

Jezubella en su desesperación cometió un error fatal... atacar a Farnad con fuego... - Este es un error que vas a lamentar demonio... - Farnad se lanzó con una velocidad endiablada contra la demonio, ¡atravesando la bola de fuego sin siquiera esquivarla! Justo momentos antes de entrar en contacto con la bola de fuego, el cuerpo de Farnad estalló en llamas debido a la activación de su arma secreta. - ¡¡AVATAR DE FUEGO!! - el caballero trató de aprovechar las llamas de la propia bola de fuego para dar más potencia a su golpe...

- Veamos si eres capaz de resistir esto... - alcanzó a decir antes de que perdiera el control sobre si mismo al liberar tal técnica

Tras preparar un antídoto las dos os sentisteis con un poco más de energía y vigor, así que empezasteis a avanzar en dirección al festival.

Pronto llegasteis a una plaza antes de los peldaños del templo y la gente parecía asustada.

-Hay un demonio arriba…

-Mentira, hay dos demonios y están peleando como animales.

-¡La maldición ha caído sobre nosotros!

-Si no se celebra el festival…la desdicha afectará a todo el pueblo ¡y a las montañas!

Desde luego el gentío parecía muy nervioso y es que si mirabas hacia arriba, se veían llamas, como si hubiera un combate trepidante, peligroso y…mortal.

Astrid te miró aún adormecida, pero apretó los dientes y los puños.-Hay que subir y ayudarle…no sabemos que puede estar pasando, ¿y si le dañan?.-Dijo con decisión.-Tenemos que ir Atelie, ¡vamos!.-Bramó antes de empezar a subir los escalones.  

La demonio abrió exageradamente los ojos al ver que usabas el fuego que lanzó sobre ti para transformarte y lanzarte contra ella como si fueras un berserker asesino.

Ella trató de esquivar como pudo…pero tu eras más rápido y no tardaste en lanzarte contra ella y tirarla contra el suelo, golpeándola con ambos puños como si de un saco de entrenamiento se tratara. No podía hacer nada, la tenías atrapada y eras demasiado fuerte para ella…  

-Agh...por favor...-Murmuró tratando de que te detuvieras, pero era imposible. 

Farnad no parecía consciente de ello, pero aquel último hechizo hizo que perdiera el control sobre sus acciones, solo reteniendo en su cabeza una sola idea, acabar con su enemigo... y eso fue lo que hizo en un principio... una vez Jezubella estuvo indefensa en el suelo el caballero (si se le podía seguir llamando así en ese estado) la golpeaba una y otra vez con sus puños imbuidos en llamas...

No hablaba, no exigía, no demandaba saber nada sobre sus viejos compañeros, aquello estaba atrás, ahora solo era él y un acérrimo enemigo al que quería eliminar, costase lo que costase. Solo en el momento en el que la joven demonio apagase su consciencia sería que Farnad parase de golpearla, si es que no llegaba nadie antes a contemplar aquella deshonrosa escena.

Atelie asiente a Astrid. - ¡No podemos demorarnos! -

Sin dudarlo, la joven corre y sube tras Astrid. No está en mala forma al tratarse de una joven que se pasa muchos días paseando por los bosques, ¡pero comparada con Astrid, le falta mucho ejercicio! Hace lo posible por no quedarse atrás.

Revisa su macuto mientras se mueven. Ya ha usado una pócima, y también le ha dado una a Astrid... Eso significa que, si no quiere efectos adversos, no debería ni beber otra ni dársela a la Princesa. El caballero, sin embargo, aún podría beneficiarse de una. ¡Cuanto antes llegue a él, mejor!

Rápidamente empezaste a subir acompañada de Astrid…era una misión casi imposible, pero aguantaste…y la princesa también. Cuando llegasteis a la cima…si que visteis algo sorprendente, una escena de lo más preocupante.

Farnad estaba de una pieza, si, pero estaba sobre algo que parecía ser un demonio humanoide, golpeándolo de forma incontrolable a pesar de sus súplicas de rendición. Parecía que el caballero estaba fuera de si.  

Atelie llegó a la cima exhausta y cubierta de sudor. Sí, tiene experiencia en hacer senderismo, e incluso montañismo, ¡pero una cosa es un paseo bonico, y otra subir corriendo a contra-reloj! Lleva su nueva espada en la mano izquierda (porque aún no ha conseguido una funda para ella, ¡que no ha tenido tiempo!), y el báculo en su diestra.

En cuanto llegó arriba, sin embargo, se cubrió la boca con sorpresa y se mantuvo observando la escena con ojos enormes. Tomó varios segundos en reaccionar, pero finalmente se acercó y dejó caer su báculo al suelo para apoyar una mano en el hombro de Farrand.

— ¡Caballero! Lo que nos separa de los demonios es el honor y la piedad. —

Farnad seguía sin escuchar nada, pareciera que alguien se acercaba, pero en ese momento el caballero era más demonio que humano, sumido en la ira y locura tras desatar su carta más arriesgada, pero consiguiendo en ultima instancia su objetivo, a pesar de las consecuencias.

Las palabras de Atelie cayeron en saco roto... a pesar de hacer alusión al honor, aquellas palabras no fueron suficiente para sacar a Farnad de su trance que seguía golpeando sin ninguna piedad a una Jezubella que cada vez estaba más cerca de la muerte, y nos ería cualquier muerte si no conseguía Farnad recuperar el control sobre si mismo...

Consciente de ello, solo pudo bramar con fuerza una advertencia a Atelie: ¡LARGO DE AQUÍ! AHORA MISMO... APENAS PUEDO CONTROLARME... ALEJAOS LO MÁS POSIBLE DE MI... - gritaba mientras intentando controlar su furia golpeaba más a la demonio, tratando de concentrar su ira en un solo punto y así evitar herir a alguien inocente.

— ¡Entendido! —

Atelie da un paso atrás y mete mano en su macuto. Saca de allí algunas hierbas distintas y las cruje juntas dentro de sus manos, haciendo que juntas liberen un suave aroma. Luego les dedica unos suaves susurros en una lengua que solo las plantas saben escuchar.

— Respira esto, ¡te ayudarán a calmarte! —

Tras darle el aviso al caballero, ¡Atelie se lanza sobre su espalda! Lo abraza por detrás para intentar retenerlo aunque sea un poco, y acerca esas hierbas a su nariz.

— Pero el esfuerzo lo tendrás que hacer tú. —

Astrid estaba claramente asustada y con razón…no comprendía muy bien que ocurría, por eso mismo, cuando de repente vio que Atelie se lanzaba sobre la espalda de Farnad para ayudarle y retenerle mientras le acercaba esas hierbas a la nariz, ella no dudó en tratar de agarrarle para que resultara más sencillo pararle.

-¡Tranquilízate Farnad, tienes que volver en ti!.-Pidió la princesa mientras trataba de retenerlo, pero el veneno del Merodeador le seguía haciendo efecto...estaba débil y podía notarse con aquel agarrón tan leve que hacia en el caballero o tal vez era porque no quería dañarle...

Farnad ahora veía su ira centrada en sus dos compañeras de viaje...no quedaba más que luchar o tratar de que la magia de Atelie tuviera efecto.

Farnad sentía como aquellas hierbas lo tranquilizaban, pero estaban lejos de conseguirlo del todo... aquella ira no menguaba, ya fuese porque su hechizo de Avatar del Fuego fuese demasiado poderoso, o por el odio que lo consumía hacia aquellos demonios que no habían parado de hostigarlo a él y sus compañeros. Fuese cual fuese la razón Farnad no conseguía retener la cordura, y agarró a Atelie de la ropa y la lanzó con fuerza contra un árbol cercano, en un intento de alejarla al mismo tiempo que se la quitaba de encima.

- D... DEBO MATARLOS A TODOS... TODOS ESTOS DEMONIOS... EL MUNDO... SOLO ESTARÁ A SALVO SI ACABO CON TODOS ELLOS... - el caballero se llevaba las manos a la cabeza como si esta le fuese a estallar mientras golpeaba con fuerza el suelo tratando de controlarse, pero por el momento parecía que era imposible.

¡Atelie es lanzada por los aires! Hace lo posible por atajar su caída y hacerse el menor daño posible, pero la pobre se lleva un golpe un tanto feo contra el suelo.

- Ngh... - se queja por lo bajo. Ya iba algo tullida, para colmo, así que le cuesta un poco incorporarse.

- ¡Caballero, deténgase, esta no es la manera! - insiste con preocupación, pero ahora no se atreve a volver a acercarse. Si no han funcionado sus hierbas, no tiene otro método con el cual ayudarle.

El golpe causado por Farnad fue doloroso, Atelie no pudo protegerse de el y lamentablemente el caballero no volvía en si, enfurecido como si nada. La princesa, Astrid observó aquello con preocupación. Su agarre no tuvo ningún efecto y cuando el caballero lanzó a la druida, esta terminó apartándose, pero aun así,  no dudó un segundo en ponerse en guardia, alzando los puños y apretándolos.

-Ya me has salvado varias veces Farnad…ahora me toca a mi ayudarte.-Gruñó antes de lanzarse a por el caballero con intención de golpearle mientras Meina recuperaba la compostura y trataba algún otro método para frenarle, ¿ella era la druida verdad?, algún hechizo o pócima tendría en su mochila para resolver aquella situación.

La princesa cargó alzando el puño en dirección al rostro del caballero.-¡Vuelve en ti maldita sea!.-Dijo antes de impactar…de forma bastante lamentable. Por mucho que intentara hacerse la fuerte…el veneno seguía haciendo de las suyas.

Farnad seguía tratando de mantener el control, pareciendo que recuperaba algo la cordura, pero todavía seguía presa de su propia magia. Astrid en un vano intento por detenerlo trató de golpearlo, pero el golpe fue débil, muy débil, ante lo que el caballero, aun en medio de su frenesí, se sorprendió... suponiendo que quizás el otro siervo del Rey Demonio la hubiesen herido...

Todos sus instintos le susurraban que golpease a cualquiera que estuviese a su alcance... ¿pero a Astrid? ¿el objeto de su protección? ¿tras todo lo vivido?... El caballero prefirió golpearse a si mismo con fuerza salvaje, clavando su frente en el suelo con un cabezazo que hizo temblar el suelo e hizo que grandes cantidades de sangre recorrieran su rostro.

- Por... favor... no os acerquéis... no sé si podré seguir controlándome... - dijo ya casi sin fuerzas tras semejante golpe...