Partida Rol por web

Tuvisteis suerte, los gritos de Drazhar y las palabras de Farnad detuvieron al enano, el cual dejó caer el cuchillo y salió corriendo, por suerte el puente estaba aún lo suficientemente estable como para que pudierais pasar.

El ser de sombra no tardó en llegar al principio del susodicho a la vez que el caballero cortaba la cuerda de un fuerte espadazo. Además de hacer que empezara a arder claro. La simple luz molestó al demonio de sombra, el cual se refugió en las sombras del túnel, mirándoos desde la oscuridad mientras sus palabras volvían a resonar.-Os atraparé a los dos…estaréis juntos en ese cofre…y no saldréis nunca más…-Murmuró antes de que la cueva comenzara a temblar de pies a cabeza, como si hubiera un terremoto.

El alivio por ver al enano poner pies en polvorosa sin dejarnos en la estacada, además de ver el puente arder, frenando al carcelero, me duró bien poco. Malhazzar tenía muy mal perder, y bien prefería enterrarnos a todos, incluido él mismo, que reconocer la derrota.

“¡Oh, venga hombre!”, espeto, quejándome pero de buen humor. “Malzi, llevas demasiado tiempo aquí metido. Necesitas salir, socializar y echar un polvo, o cuarenta…”, añado empezando a ver, y sentir, lo que pretendía el condenado.

“A correr, caballerito…”, le digo al humano, procurando mantener el equilibrio toda vez que perseguía al enano. “A menos que quieras hacerle compañía a ese amargado…”.

Farnad ignoró las palabras de Drazhar, ahora toda su atención se centraba en el demonio que los perseguía... la madera del puente no tardaría en consumirse y dejar el paso abierto al demonio... pero si conseguían llegar a la posada allí habría suficiente luz para luchar con aquella criatura en condiciones... puesto que parecía que no iba a cejar en su empeño por atraparlos...

- ¿Puede saberse que hiciste para tenerlos tan enfadados? - pregunto con cierta ironía... aunque por como se expresaba podía imaginárselo...

Mientras seguían avanzando, cayó en la cuenta de que iban a parar a la bodega de la posada... quizás allí habría suficiente aceite como para bloquear con una buena explosión la entrada de la cueva, por no hablar de la llamarada que causaría, que posiblemente dañase a aquel ser...

La cueva temblaba con fuerza mientras corríais hacia la salida, el enano…no había rastro de el, ¿tal vez sus pequeñas piernecitas le llevaron a la salida?...pero aquello comenzaba a ser extraño. Farnad pasó por esos túneles hace un rato…y ahora…ahora parecía que estaban…¿corriendo por el mismo camino? Se repetía una y otra vez el mismo pasillo, cada vez que girabais una esquina se repetía.

Aquello tenía pinta de magia…y el único ser que querría mataros ahora mismo, se encontraba en la zona del puente, aunque podíais escuchar sus quejidos y palabras, como si estuviera conjurando.

“Nada del otro mundo. Tan solo me ligué a la Princesa Demonio de por entonces, y claro, la gente no soporta que uno tenga tanto éxito…”.

Desgraciadamente, mi buen humor y la sonrisa al recordar tales flirteos empezaba a desaparecer. Malzi estaba haciendo de las suyas y, en ésta ocasión, haciéndonos dar vueltas por el mismo sitio mientras él se dedicaba a lo que mejor sabe: fastidiarlo a uno.

“Ese cabronazo picha-floja está haciendo de las suyas…”, le digo al humano. “A menos que tengas algún has sobre la manga que lo vaporice en el acto, hay que molestarle lo suficiente para que se desconcentre y podamos seguir…”.

Volviendo a recuperar la sonrisa, me encaré a Malhazzar desde la distancia. Dándole una segundo la espalda, me bajé los pantalones un poco, enseñando el trasero y dándome unas tortas.

“¡Ey, Malzi! ¿Tan flojucho estás que no puedes atraparme con tus propias manos y usas trucos baratos?”, le grito, burlón, buscando provocarle. “Estás ya para jubilarte, ¡carcelero de tercera! ¡Normal que todos se largasen y te dejasen sólo!”.

- Ya veo... - dijo de forma parca Farnad al escuchar las batallitas de su nuevo compañero...

- Tenía un plan... pero ahora se ha ido al traste... - no imaginaba que aquella criatura tuviera la capacidad de envolverlos en ilusiones... lo cual suponía un importante revés... - ¿Tan poderoso es? ¿Crees que entre los dos no podríamos hacerle frente? - preguntó el caballero al demonio mientras ignoraba en medida de lo posible su obsceno comportamiento...

En caso de extrema necesidad podría usar su baza... pero sería una apuesta arriesgada... ya que lo dejaría vulnerable tras utilizarlo...Y no pudo evitar acordarse de Eikatsu, de haber estado con elos, seguro que alguna de sus pociones habrían sido útiles en esta situación...

Malhazzar hizo temblar nuevamente la cueva.-¡Pasaréis la eternidad aquí!, ¡Dando…vueltas en círculos una y otra vez, hasta que muráis!, ¡yo soy eterno, soy inmortal!.-Gritó con voz ronca y enfadada.-¡Un par de cientos de años más son como el aleteo de un pájaro para mi…NADA!

Desde luego tendríais que encontrar una forma de romper ese hechizo. Al otro lado del puente roto, en el túnel podíais ver las sombras del demonio, meciéndose suavemente como si fuera obra de una brisa.  

“¿Qué parte de VOY CON LO PUESTO no pillas?”, le respondo, negando para mí. “Llevo siglos encerrado, sin armas ni nada, y por muy demonio que sea, no soy de esos que escupen bolas de fuego ni sueltan rayos por el culo”.

El caballerito parecía que no escuchaba a nada de lo que yo le estaba diciendo respecto a mi persona. A ver si le entraba en la mollera de una vez.

"No sé si es poderoso o no. Yo soy de evitar las peleas siempre que puedo, pero con semejante despliegue, como para poner en duda sus capacidades...".

Farnad no quedó para nada convencido con las palabras de Drazhar, y se giró para encarar al demonio sombrío... - Aquí me tienes demonio... Pero si me quieres tendrás que buscarme... - dijo a la vez que prendía su espada en llamas más vigorosas que las anteriores...

Una vez su espada se rodeó de las llamas, se puso en posición defensiva, agarrando la espada con ambas manos y apuntando hacia delante y arrojando la suficiente luz sobre el pasillo como para obligar a su enemigo a cargar de frente...

- Hablas mucho, pero te tomas tu tiempo para venir demonio... ¿acaso ya no estás tan seguro de poder atraparnos? - bramó el caballero provocando a la sombra que los perseguía...

Después de conversar entre ambos, Farnad se giró, encarándose con Malhazzar al otro lado del puente y enseñándole su espada llameante. No era el mejor fuego, pero lo suficiente como para imponerse ahí.

Cuando las llamas aparecieron, Malhazzar se refugió más en las sombras, no le gustaba el fuego, pero a aquella distancia…estaba seguro, nada podría hacerle daño.-Hablad lo que queráis estúpidos seres inferiores…las sombras son mi reino y esa estúpida espada llameante no puede tocarme…estoy a salvo y protegido de vuestro dichoso fuego. Cuando el humano muera…iré luego a por ti Drazhar y no seré tan amable como la ultima vez.

Ahora que os fijabais…podíais ver unos cuantos tablones de madera del puente, tal vez podíais usarlos de antorcha o arma contra Malhazzar, ¡así podríais abriros camino!.

Farnad agarró uno de los tablones y se lo lanzó a Drazhar con un movimiento rápido después de prenderlo con su espada... - Espero que sepas manejarte con esto... así puede que entre los dos podamos vencerlo, o como mínimo hacerlo retroceder... - dijo el caballero mientras volvía a avanzar hacia Malhazzar lentamente mientras agitaba algo la espada para sacarlo de sus sombras...

- ¡Vamos demonio! ¿no decías que acabarías con nosotros? - dijo provocando a la criatura para que saliese de su escondrijo y luchase contra ellos...

Malhazzar se retorció en las sombras cuando el caballero empezo a agitar la espada de fuego hacia el.
No le gustaba la luz, ni el fuego...aquello era su punto débil. Solo hacía falta un buen lanzamiento y seguro que asustado volvería al interior de la caverna. Pero tendríais que tener buena puntería...

Farnand, al ver la indecisión de Drazhar, tomo uno de los maderos nuevamente, solo que en esta ocasión para lanzarlo él mismo. Con un movimiento ágil, encendió el madero con su espada, para después cambiar de mano ágilmente las armas, para poder lanzar la improvisada antorcha con su diestra y tener más precisión...

- ¡Ocúltate en tu cueva y no vuelvas nunca más! - bramó el caballero según lanzaba el madero al otro lado del puente...

Cuando lanzaste la madera, tuviste bastante precisión, llegando a acertar a Malhazzar, el cual siseo de dolor y retrocedió hacia la oscuridad de su caverna, dejándoos libres y liberando aquel hechizo, el cual pareció desaparecer con un “POP”.

Era el momento de salir corriendo, ahora o nunca. Si no os apurabais, lo más seguro es que terminarais otra vez dentro de un hechizo…y Malhazzar no sería tan estúpido como antes. A vuestra espalda se encontraba el túnel si os apurabais, seguro que llegaríais a la superficie en un santiamén.