Partida Rol por web

Cuando te acercaste a Paku, el susodicho parecía un tanto reticente a acercarse a ti, parecía asustado…posiblemente porque vio como actuaste contra Ghorros. No le gustaba esa vena depredadora que te salía cuando alguien dañaba el bosque, simplemente daba miedo y le alteraba, a fin de cuentas aún era un niño por así decirlo.

El animalito te observó desde las ramas con cierta cara de circunstancia hasta que finalmente decidió saltar sobre ti otra vez, escondiéndose tras la flor de tu pelo.

      V...vale... e...entender - comentaría perdiendo gran parte de ese frio semblante, por uno un tanto mas avergonzados al leer la actitud de mi pequeño hermano  - P...pero deber enseñar.... si no, repetir y con mas ganas - mentaba intentando quizás a modo de escusa, pero tras ver toda la escena mas calmada y la sangre por allí y por allá... era normal que el estuviera ligeramente alterado.

   Tras sentirle saltar a mi cabeza, no dudaría en hacerle un par de mimos mientras comenzaba a caminar algo mas tranquila por el poco amigable sendero que podía llegar a ser nuestros dominios.

    Que dices Paku, ¿ vamos a por desayuno ?  - mientras nos encaminaba hacia la zona en donde vivían las Driades. 

Le explicaste a tu pequeño hermano adoptivo que tenías que actuar de esa forma para así poder enseñar a quienes hacían gamberradas o mostraban desprecio al bosque. El parecía comprenderlo, pero no quitaba que fuera una escena de lo más cruenta y más viendo a su hermana que de normal era dulce y atenta convertirse en un depredador de sangre fría.

Tras darle algunos mimos a Paku comenzaste a emprender tu marcha hacia el interior del bosque, ahí en el gran árbol habitaban las dríades…Madre Brote y Prudence, también el resto de su linaje, peeero…era con quienes mejor te llevabas, la verdad.

El bosque comenzaba a despertarse a medida que andabas y para cuando llegaras todo estaría despierto y ajetreado, como de costumbre.

Pronto llegaste ante el gran árbol, un enorme tronco que debía de medir varios kilómetros de largo y otros tantos de ancho, una auténtica maravilla, pero lo más importante era que los humanos nunca habían llegado a semejante lugar, ni desde el principio de los tiempos, eso te aseguraba Madre Brote cuando contaba sus historias.

Prudence, estaba esperando al pie del árbol, junto a la entrada formada de raíces que llevaba a su interior. Parecía un tanto molesta y no dudó en lanzarte una nuez.-¿Se puede saber que horas de llegar son estas?, ¿Dónde estabas, a ver?

      B...bueno esto -  intentando hilar ligeramente una idea, pero lo cierto es que tenia razón, si no hubiera sido por los desvío que tuve que hacer... debería haber llegado hace mucho tiempo,  normal que su recibimiento fuera acompañado de aquella nuez - Ha....había un perro.... uno gordo... c...con juguetes urbanista i... b...botaron arboles jóvenes y...b...bueno - mientras las hojas de la flor no dejaba de agitarse de un lado hacia otro -desviarnos un poquito.... 

    Para mirar con el mismo tono nervioso a Prudence e intentar fingir algo de confianza.

   E...entonces.... q...que tal ?

Prudence estaba realmente molesta, sus hojas se agitaban violentamente mientras pisoteaba el suelo con nerviosismo, preparada para coger otra nuez y tirártela a la cabeza.

-¿Qué tal?, madre Brote está muy molesta, has desaparecido y desde luego que se ha enterado de lo de los gnolls.-Madre Brote tenía ojos en todas partes, era imposible evadirla, sabía todo lo que ocurría en su bosque, en todo momento.-No puedes tomarte la justicia por tu mano, ¿Qué pasa si te hubieran hecho daño, eh?, has de ser más consciente y menos agresiva, si te hubiera pasado algo habríamos perdido a la guardiana.-Bufó molesta al menos hasta que soltó un largo suspiro que hizo salir humo por su enorme boca de madera.

-Ve ahora mismo a dentro, Madre quiere hablar contigo y tu no puedes ir Paku, es cosas de mayores.-Comentó extendiendo una mano hacia tu cabeza. Paku dudó, quería quedarse contigo, pero las normas eran las normas, así que finalmente saltó a la mano de Prudence.

-¿Has desayunado ya?.-Preguntó con seriedad a Paku y finalmente te volvió a mirar.-A dentro del árbol, venga, no pierdas tiempo.

   P...pero si...todo estar controlado - comentaba con un evidente nerviosismo dificil de ocultar - tal vez... no muy gracil.... y tuviera que recurrir a mis garras p...pero l...les espante, e...eso vale... ¿no ?

   solo para verle soltar aquel bufido y saber desde ya... que la cosa era sería

   P...pero...? ¿pero.... ? - buscando algo mas con que escusarme de tener que charlar con Madre, solo para notar una vez mas la mirada de Prudence y no poder mas que agachar la cabeza derrotada.

   _{^{yo tampoco e comido nada.....}}- musitaría al escucharle preguntar aquello a Paku, solo para empezar a caminar rapido al interior antes de que su atención se volviera a posar sobre mi ser.

   Por lo que sin perder el poco tiempo que me quedaba hasta el siguiente regaño, comencé a caminar lo mas rapido que pude hasta el nucleo central del bosque... un sitio totalmente virgen a los ojos de cualquier criatura que mostrara signos de intentar sobrepasar la naturaleza para su beneficio.

   H...hola... M...madre...

El interior del árbol era enorme, un santuario lleno de todo tipo de vida, flores, hongos, plantas, insectos, pájaros, incluso alguna que otra ardilla correteaba en su interior persiguiendo a pequeñas hadas.

Justo ahí, regando e infundiendo de vida las diferentes presencias del árbol, se encontraba madre brote, alta, imponente y terrorífica para cualquiera que no la conociera. Al verte sonrió tras su máscara, pero se la veía claramente preocupada por ti.

-Hola Ubara…pasa, ven.-Te invitó mientras alzaba un brazo para alcanzar una rama cargada de frutos, tranquilamente agarró uno y lo extendió hacia tu dirección.-Tienes que comer para mantenerte fuerte.-Comentó tranquilamente.

   Siempre era una maravilla el poder contemplar este lugar, pues era mi principal motivante del por que había decidido tomar con tanto orgullo aquel puesto de la protectora que Madre había elegido hace tanto tiempo. Aunque bien... eso era en los tiempos normales, ahora.... igual~igual.... debería medirme si no quería desatarle la ira.

    ¿  S...se...segura ? - con nerviosismo me acercaba a ella, casi imitando los mismos pasos que hace unas Horas Paku me dedico al no saber como reaccionar ... T...todo es cíclico dicen... , solo para ver el como me acercaba una especie de baya morada del tamaño de la cabeza de paku ... b...bueno... quizás no fue la mejor comparación .... - G....gracias p...por el gesto... - y aunque podía sentir como mi boca se hacia agua dada el hambre que llevaba, justo cuando tenia los dientes sobre la piel de la fruta, no puedo evitar el quedarme con la boca abierta sin llegar a avanzar un centímetro mas, no sin antes.... preguntar lo que tenia que saber - ¿ Problemas.... estar ?

La baya tenía una pinta buenísima, de esas que se deshacían en tu boca como si de un maravilloso néctar se tratara. Pero aún así no te dejaste llevar por el dulzor de la fruta ofrecida por Madre y la mantuviste a un escaso centímetro de tu boca antes de preguntar si estabas en algún problema.

Madre Brote suspiró tras su máscara de madera y te miró con preocupación.-Ubara…¿Qué te dije de atacar a intrusos y desconocidos?.-Preguntó tranquilamente antes de acercarse a ti y acariciarte el rostro.-Eres la última de una raza extinta por las guerras, las cazas y las enfermedades. Tienes que ser cuidadosa, eres la naturaleza hecha carne.-Susurró.

-No puedes ir tras Gnolls, ni tras los enormes osos de piedra o tigres sombra. Son peligrosos y queramos o no forman parte del gran ciclo.-Añadió.-Si, algunos se adentran y ponen en peligro el bosque, pero es parte de la naturaleza, del destino…¿entiendes?.

Madre Brote la verdad es que era muy calmada con esos asuntos, no parecía darse cuenta de que tanta manga ancha al final atraería problemas. 

Era normal que se sintiera así, amaba a todo ser, pequeño o grande, todos eran parte del gran ciclo. 

  Quizás fuera por que la reacción de Paku en la mañana igual me llamase bastante la atención, pero aunque esta no era ni el primero ni mucho menos el ultimo reto que iba a recibir de Madre Brote... por alguna razón me sentía ligeramente mas culpable de lo normal.

   L...lo se... - comentaba ante la mención de ser la ultima ... hasta el momento tampoco es que haya conocido a un macho que considerar algo mas que presa... - Lo se... - seria mi respuesta tras señalar a los últimos depredadores con los que había tenido el placer de enseñarles una u otra lección ... tontos tigres y su gusto por pensar que cualquier cosa puede ser su comida... - Lo... -estaba apunto de replicar por tercera vez, solo que su mención del ciclo me saca del modo reprimenda, para pasar a uno un tanto mas defensiva.

   P...pero si esto no tener que ver con el ciclo normal - exclamaba, claro sin llegar en apretar mis manos por miedo a que la fruta se rompiera en mis manos -Los Gnoll estar dejando sus tradiciones... recurrir a juguetes y placeres Urbanitas... - decía a la vez que con mi cola cogía la fruta, lo que me permitía tener mis manos libres - Y peor... no medir el daño que ellos hacer... Brotes jovenes tener toda una larga vida antes de volver al ciclo... pero si ellos arrebatarles ese derecho...privar a toda una generación de las ricas experiencias e historias que desafortunado brote ya no poder contar.

Madre brote escuchó tu explicación con atención, asintiendo con suavidad a medida que ibas hablando, pero cuando paraste empezó su turno.

-Los gnolls siguen siendo animales y partes del ciclo vital, carroñeros, guerrilleros, asesinos y destructores, está en su naturaleza, muy parecida a la de los urbanitas.-Señaló.-Que usen sus armas o herramientas es inevitable, ¿Qué me dices de los gorros rojos?

A esos los conocías bien…bélicos como ellos solos, asesinos, malos, traidores…usaban ardillas, ratas y otros roedores para desplazarse por el bosque, vivían bajo el, en túneles y madrigueras…no respetaban nada, pero formaban parte del ecosistema.

-No miden el daño que hacen al bosque porque no han abierto los ojos aún.-Comentó agachándose para acariciar una flor marchita del suelo, la cual no tardó en volver a cobrar vida, volviéndose radiante y resplandeciente.-Los depredadores comen a la presa y la presa se alimenta de lo que no puede comerle.-Sonrió acercándose a ti y acariciándote cariñosamente la cabeza.

-Aún no habías nacido cuando la lluvia de fuego asoló el bosque. Los humanos y nosotros volvimos a dar vida a nuestro hogar…son jóvenes, alocados y despistados, no se dan cuenta de el mal que pueden hacer talando y dejándose llevar, pero no lo hacen con mala intención, como los gnoll.-Añadió mientras posaba su mano ahí donde Ghorros te golpeó, haciendo desaparecer el pequeño moratón en un abrir y cerrar de ojos.

-¿Entiendes que trato de enseñarte Ubara?

      No necesitar recordar - comentaba con cierta pesadumbres pues de esas alimañas aun era incapaz de enseñarles aun bien el como tratar al resto del ciclo debida a su escurridiza existencia  ... solo escarmentarles lo suficiente... como para que aprenda a respetar a esa parte de la manada que utilizan mas por sus habilidades.... - Tener claro que preparar para ellos...

  Ya.... pero dejarles estar tampoco les ayudara a ver mejor panorama... - comentaba con cierta agitación, pues era obvio que este tipo de situaciones siempre me ponian mas emocional de lo normal - Mas cuando las nuevas costumbres les permite llegar a sitios en donde antes no estar.... afectando las cadenas de especies endémicas en el proceso...

   Y aunque era obvio que aun podía tener mas y mas alegatos por mi parte, el sentir el acogedor tacto de aquella mano me hacia perder ligeramente el hilo, mientras mi mirada le seguía cual cachorro y una esfera de color, tal que... sin darme cuenta de cuando... podía sentirme mucho mas refrescada a la vez que el punzón de hace un rato desaparecía casi al instante.

       Lo....lo se - comentaba algo mas calmada - Pero no saber... el como hacerlo - ladeando ligeramente la mirada - dejarme llevar demasiado por mis principios... y no pensar bien... s...si ellos aprender lección.

A pesar de tener ideas fijas…no tardaste en entender a Madre Brote y confesar que te dejabas llevar por tus principios y no pensabas en si aprendían la lección.

La susodicha sonrió bajo la máscara y te volvió a acariciar el rostro para luego acomodar bien tu pelo, peinándote como si fueras hija suya.

-Lo aprenderás con el tiempo Ubara…no te preocupes, ¿de acuerdo?, pero no te pongas en peligro, eres parte de la familia, te necesitamos de una pieza.-Añadió antes de acercar su rostro al tuyo y posar los labios de la máscara sobre tu frente.

Tras eso se apartó y volvió a acariciar tu rostro de forma maternal. Quería protegerte, eras una más para ella…no quería sacrificios sin sentido.-Venga, ve a desayunar con Paku, yo aún tengo trabajo que hacer.-Susurró.-El bosque está despertando.

      Aunque desconocido pudiera haberse dejado intimidar por aquel áspero tacto que la mascara de madre pudiera proveer, lo cierto que para todas sus hijas ... incluida... podías sentir toda esa calidez fraternal renovando cada parte de nosotras, cual girasol recibiendo el primer baño solar de la mañana, permitiéndome estar mucho mas despierta y sobre todo, mucha mas centrada ... viendo desde una visión global... igual pude haber espantado de formas mucha mas eficiente a ese grupo de busca problemas...

    Entendido -comentaba animada, mientras mis ojos se iluminaban con aquel brillo dorado, pero no uno amenazante, si no mas bien energizado por una naturaleza mas dócil y complaciente a la vez que comenzaba a dar media vuelta, buscando volver con el resto de mi manada ... también llamado Paku... tentada en darle ya el bocado a la gran baya, solo que iba a esperar a estar fuera del gran arbol para no romper el tranquilo ambiente que Madre tenia en su templo.

Tras despedirte de madre Brote, no dudaste en ir en busca del resto de tu manada y ya con la boca agua solo pensando en lo buena que estaría la baya.

Una vez fuera, ahí esperaba Paku en el brazo de Prudence, comiendo animadamente unas pequeñas moras. Al verte, la hija de Madre Brote te miró con el ceño fruncido.-¿Y bien?, ¿Qué ha pasado?

A lo mejor estaba preocupada por ti, a fin de cuentas si Brote lo estaba…sus retoños también lo estarían.

    Para cuando llegue junto a Paku y la cascarrabias de Prudence pudieron ver como ya tenia parte del rostro cubierto por los jugos de la baya, pues como ya lo venia meditando no me iba a seguir esperando mas haya del gran árbol, tal que cuando escucho a Prudence y sus preguntas, pues le respondería.

      (Ff)en... (Faf)re (fof)pren(fifa), sluuuurp - mascullaba entre mordiscos y sorbos al enorme fruto, mirando de vez en cuando a las ramas - e(Ff)a en(f)en(f)er mi im(ffwf)encia... - para meter toda mi cara contra el resto de aquella baya - (Mwfyjar) me(ww)r a(Ff)uar.... -y esta vez levantar la vista solo para mirar con una sonrisa a Prudence - Slurp... - quitando con el brazo la mayoría del exceso de jugo - Diploma... o algo así... e...eso que saber tu bien....

   Y tu Paku... que tal... riko desayuno ?

Prudence no tardó en alucinar mientras hablaba entre mordiscos, sorbos y demás ruidos. La verdad es que aquella baya estaba deliciosa, normal, teniendo en cuenta que estaba hecha con amor, cariño y cuidados especiales, cortesía de Madre Brote, incluso Paku parecía estar tan absorto en su desayuno que no te prestó atención del todo, al menos hasta que le preguntaste por la comida.

El lagarto se relamió con cuidado, queriéndote decir lo bueno que estaba aquello.

Por su parte, tu amiga y mandona de turno, no dudó en poner los brazos en jarras y mirarte alucinando.-¿Diplo…que?...-Murmuró confusa.-¿Cómo que yo saber bien?, desde luego…-Suspiró.-¡Has de ser más cuidadosa!, El bosque depende también de ti, ¿sabes?, hay que perpetuar el ciclo eterno.-Masculló antes de acercarse y comenzar a mirarte de arriba abajo, buscando signos de la pelea, moratones o heridas de las que no te hubieras dado cuenta.

-Tienes suerte…¿si te llegan a hacer daño que hubieras hecho, eh?

    E...eso  hacer tu.... hablar bonito - le comentaba aun depredando los últimos restos de la baya, obviando quizás los siguientes retos por parte de ella, aunque eso si... al escuchar lo ultimo en un ligero tono de preocupación, no puedo evitar dibujar una ligera sonrisilla inocentona - Ouhhhhhhhhhh.... preocuparte.... si quererme entonces - mientras entraba por unos instantes en modo caza para saltar sobre ella y achucharla como lo hacia de vez en cuando a Paku - Yo también querer - para frotar mi rostros contra su rostro vegetal - ser mandona... pero ser mi mandona....

Cuando te lanzaste a abrazar a Prudence, la susodicha se tensó y trató de apartarte, a fin de cuentas estaba jugando el papel de hermana gruñona y echándote bronca…pero no pudo evitar suspirar y dejarse llevar por su verdadero carácter rodeándote con sus pequeños bracitos y correspondiendo a tu abrazo.

-Yo también te quiero a ti…pero has de ser muy cuidadosa.-Tras eso miró a Paku.-Más te vale cuidarla y evitar que se meta en líos, ¿de acuerdo lagartija?.-Exclamó con su voz mandona a lo que el pequeño lagarto asintió y finalmente se lanzó a tu cabeza, escondiéndose bajo tu flor mientras se relamía los restos del desayuno.

Tras eso Prudence te apartó y te miró de arriba abajo nuevamente.-¿Tienes más hambre?

Sabías bien que tras el desayuno venían las tareas y en breve comenzarían, pero podías aprovechar que Prudence estaba tan calmada y comer algo más.  

      Cual infante Urbanita pelearía con la voluntad de Prudence, por ver si esta era capaz o no de soltarse, pero al notar como ya comenzaba a fruncir su ceño, lo entendí de inmediato antes de que un nuevo reto me callera encima ... pero es que es tan adorable cuando se pone estricta...

   Ohhh... bueno... - musitaba un tanto perdida al inicio por la duda, pero mientras mas lo notaba, mas y mas hambre comenzaba a presentarse en mi cabeza ... no ayuda a que parte de mi sueño y energías fuesen cortadas por mi hermanito.... - No hacer mal... una baya mas... - mentaba mientras me relamía ligeramente los labios casi por  instinto de solo nombrar tan deliciosa baya recién cosechada.