Partida Rol por web

Tu acompañante se queda en la puerta, viendo tu cara cuando entras. Deja que te muevas por todo el cuarto, disfrutando de tu nuevo entorno de trabajo. Cuando empiezas a hacer sugerencias, Freire empieza a tomas notas frenético en una pequeña agenda, hasta que se de por vencido.

-Ponlo por escrito, no puedo con todo eso.- dice con una sonrisa -lo mío es el diseño, no la parte de la forja. Pero empezaremos mañana a acondicionarlo, por la cuenta que les trae, tardarán lo menos posible.-

Sus palabras resuenan en las paredes, como muchas antes lo han hecho.

-A ver, mañana llegarán los obreros, ellos te ayudarán a lo que necesites. El yunque lo pediré hoy mismo, creo que se donde encontrarlo. Tengo un amigo en Toledo que nos ayudará.-

-Bueno...me gustaría estar con los obreros...si la forja no tiene parte de tu sudor, algo de lagrimas y sangre de alguna herida que te haces al trabajar...no es una buena forja jajaja.

Me gusta su reacción de intentar tomar notas, aunque mis palabras no iban dirigidas a que así lo hiciera, más bien tenía que decirlas en alto par que las pudiera escuchar yo mismo y además así Freire podría ayudarme a recordar.

-Lo de Toledo me parece buena idea...si fuera más urgente te diría que lo buscáramos en un pueblo de por aquí, pero en lo que tardamos en acondicionar el taller, seguro que llega.

Me dirijo hacia Freire y le pongo la mano en el hombro.

-Muchas gracias por todo!, no me imagino como podré pagarte el apoyo que me estás dando.

Miro con luz en los ojos. Con la luz de quien ya ve el resultado final.

-Empezarán esta tarde mismo.- dice Freire mirando desolado el taller -espero que vaya bien. Y el yunque lo tendemos aquí mañana, o pasado como muy tarde. Sólo tengo que llamar para que lo metan en un avión, nada más.-

Te mira agradecido ante tus palabras. Se acerca para darte lo que tu padre siempre definió como un "abrazo de hombre". Te da unas pequeás palmatidas en la espalda antes de separarse.

-Tenemos a la Iglesia católica detrás. Eso quiere decir que puedes hacer lo que quieras. Tienes fondos casi ilimitados y fama. Disfrutalos a tu aire.- se queda pensativo unos instantes -escogimos bien, Jürgen lo disfrutaría demasiado. Llega dentro de dos días, tenía que ir a hacer noseque.-

Me es grata la amistad que se está forjando entre el padre Frire y yo. Sin duda alguna es un buen hombre y si todo sigue igual será un año del que sacaré muchas cosas buenas.

-Bueno...no pretendo derrochar los fondos de la iglesia y la fama...-muestro mi disguto echando una nueva mirada al taller-la fama podria regalarsela a otro...no me vendría mal.

Sonrio cuando hace el comentario sobre Jürgen y asiento levemente.

-Bueno, Jürgen tiene aficioines distintas a las mias jajaja, aunque él si que habria sacado mas provecho a la fama que yo jajaja. Cuando venga, espero verle, sus consejos siempre son a tomar en cuenta.

Dicho esto salgo del taller. Observo la salita que hay, tal vez para un pequeño descanso si la temperatura sube en exceso.

-¿Algún sitio que visitar antes de comenzar con la tarea?

Espero la respuesta de Freire. No hemos esquivado a todo el mundo solo para venir aquí, asi que espero que almenos nos quede otro momento para visitar algún lugar interesnte antes de introducirme en la rueda diaria de trabajo y agobio por las miradas de la gente.

-Vamos a hacer turismo vigués, después iremos al museo.-

Empieza volviendo al centro de la ciudad, donde vais a comer a la Rúa das Ostreiras, una calle cubierta, llena de mesas, en las que os sirven tipos de mariscos que no sabías no que existiesen.

La siguiente parada es un paseo por el puerto naútico de la ciudad, desde donde te muestra las Islas Cíes. -Iremos pronto, tienen las mejores playas del mundo. Una vez fuí de excursión. Me marché al agua y, cuando volví, las gaviotas habían conseguido abrir la mochila y llevarse mi comida. Aún no se como lo consiguieron.-

Disfrutais de un pequeño circo al aire libre, con payasos y malabares.

-Tendremos tiempo de ver más cosas otro día. Como ves, la ciudad tiene muchas posibilidades pero la periferia... digamos que esto solo es una pequeña parte protegida por muchas fuerzas policiales. Los barrios no controlados son un peligro.- dice con pesar.

Cogeis el coche otra vez. Freire se muestra un poco misterioso a la hora de revelarte el destino, disimulando con una enigmática sonrisa. Al fin llegais a un pazo bastante grande. -Nada, he conseguido que nos dejen ver las piezas del museo.-