Partida Rol por web

- Parece que si, jijiji - brota la voz del pixi, desde su invisibilidad, mientras vuelve a apoyar la jarra en la mesa

Payvin parpadea rápidamente ante el truco del pixie, como si toda la escena fuera fruto de un mal sueño.

Su voz es entrecortada y se denota por sus palabras que, lo que quiera que le paso a su tripulación, sigue afectándole.

Oh, sí, mi tripulación. Se marcharon. Pero no os creáis lo que dice todo el mundo, que se fueron por una paga mejor. Mi tripulación era leal, especialmente mi segundo, Henry. Había estado conmigo desde la sequía del 43. Nunca se marcharían porque sí; no, señor. Les aprehendieron. Alguna bestia maligna. Exacto, demonios, fueron demonios los que les atraparon, o no soy un capitán de barco. Os diré lo que vi y podéis juzgar vosotros mismos.

Cuando estuve seguro de que todos estaban a bordo de la Perla, ordené que Henry subiera por la tabla. Le dije que no dejara bajar ni subir a nadie hasta que yo volviera. Se veía una niebla flotando sobre el río, cubriendo el agua. Entonces no me fijé en ella. Cuando finalmente acabé de cerrar los tratos con el representante del gremio de mercaderes ya era noche cerrada. Paré aquí para echar un trago rápido y me dirigí hacia donde la Perla estaba amarrada.

Cuando llegué al borde del muelle, la niebla era tan densa que no podía verme ni la punta de la nariz. Llamé a Henry para que pusiera la tabla. Silencio. Le llamé de nuevo. Silencio de nuevo. Me imaginé que los chicos estaban divirtiéndose a mi costa, y no me hacía mucha gracia. Podía ver parte de la proa gracias a un fanal que colgaba en un mástil, así que tomé carrerilla y salté. Sí, señor; lo conseguí, aunque quizás hubiera preferido caer al agua.

Empecé a mirar alrededor mientras llamaba, 'Henry, ¿Dónde te metes, hombre? Me gustan las bromas, pero tenemos los papeles listos para zarpar'. Silencio. Me extrañó mucho no encontrar a nadie arriba, pero no encontrarles abajo fue demasiado. Casi me vuelvo loco. Estaba solo, mi tripulación me había abandonado. Volví a cubierta y empecé a gritar a pleno pulmón.

Y entonces fue cuando lo vi. Era como un movimiento arriba. En medio de la niebla que me envolvía flotaban dos ojos. Ojos como pozos de las profundidades del abismo, como dos lápidas parlantes, dijeron '¿También buscas tu final, carne mortal? Tu sangre es dulce, pero el Devorador consumirá lo mismo tu alma'. Sentí un miedo atroz y me lancé por la borda del barco al agua. Os lo digo, nunca he estado tan asustado en toda mi vida. Oí risas cuando volví a la superficie para respirar en medio del agua helada, perdido en esa maldita niebla. Entonces juré que si salía de allí con vida nunca volvería a poner los pies en un barco, así que aquí estoy."

Tornet , cabecea cuando sus comapñeros intervienen en la conversación ... sus metodos no son precisamente amables ni ortodoxos pero muchas veces la educación no abre todos los coroazones ni salva todas las almas.

La niebla de nuevo murmura ... ¿y eso cuando fue buen señor?.Hace una pausa sopesando si la información que va a darle a su interlocutor será beneficiosa o lo hundira mas en su depresión . Bueno solo decirle que efectivamente su tripulación no se fue por propia voluntad y que ahora descansan al lador de Pelor que los ha acogido en su santuario.

Despues reflexiona intentando recordad si eso manera de actuar la ha visto antes o la ha leido en algun viejo tomo del templo . Ademas intenta recordar si ha escuchado algo del Devorador.

El maestro abjurador guarda silencio mientras el tipo les relata lo sucedido, pero no puede evitar una clara mueca de asombro cuando Payvin menciona la parte de los ojos en la niebla.

Mientras deja que sea el sacerdote, mucho más diplomático y elegante, el que lleve las riendas de la conversación, Númer frunce el ceño y se mesa la punta de la barba.

Puesss... - dice Payvin visiblemente perjudicado por el alcohol y el cansancio - De esto debe hacer ya una semana, como les digo... No... Les he contado todo lo que sé, todo lo que ví. No sé en qué más podría serles de ayuda.

El marinero está visiblemente afectado y parece sincero.

Torneth viendo que de ese pobre diablo no se puede sacar nada mas decide dejarlo en paz sumido en su bebida y su desdicha .

Recuerde buen hombre , la bebida nunca es la solución , si necesita ayuda segura que en el templo de Pelor le recibira encantado para ayudarle .

Despues junto con sus compañeros les cuenta que no sabe nada del Devorador.

Lo siento no recuerdo haber leido nada sobre ese Devorador , no se si sera algun tipo de hombre del saco del lugar o algun viejo terror que algo intenta aprovechar o si es algo real . Deberiamos de buscar a alguien que no pueda decir algo sobre ese nombre .

- Pues yo tampoco se de que se trata - acota la voz del pixi quien finalmente, decide volverse visible sin pensar en que puede pensar el viejo borracho

- Pero podemos intentar averiguarlo. Quizás en la taberna donde dormimos sepan algo de eso - propone, pensando que la buena impresión que causaron puede ser beneficiosa - O aquí. O más probablemente podríamos intentarlo con la guardia. Después de todo estaban interesados en averiguar que había pasado. Y si quieren respuestas quizás puedan darnos alguna, jijiji -

- Yo es que de esas cosas no sé mucho, pero un ser que amenaza con comer tu alma me da que que debe ser un ser tirando a malvado, solo por suponerlo... y los que saben cosas sobre seres malvados suelen ser los clérigos del bien. Quizás debiéramos buscar a los clérigos locales, seguro que hai alguno...

El marinero alza la vista, aún desconcertado.

Hay varios sabios en la ciudad, y quizás alguno de ellos podría ser capaz de descubrir algo sobre el significado de ese nombre.

Después vuelve a decaer.

Lo que es seguro es que mi verdadera intención es no volver a poner los pies en un barco nunca más y, si pudiera, me quedaría toda la vida aquí...

-Nada, hombre--consuela el viejo arcanista al borracho poniéndole una cálida mano en el hombro--El alcohol consumirá pronto lo que te queda de vida, por eso tú no sufras. 

-En fin, habrá que seguir investigando--propone Númer dirigiéndose ahora a sus compañeros--La cosa no pinta demasiado bien, la verdad. 

A la mente de Númer acuden varios nombres que pueden ser de utilidad en vuestra tarea de encontrar información. Todos esos nombres de investigadores y sabios son, o al menos eran, ciudadanos de Kalstrand.

El primer nombre de la lista es el del sabio Petre. Petre vive en un distrito residencial repleto de bonitas casas de piedra, al parecer moradas de mercaderes ricos.

Después de sopesar varias opciones y tras desechar un par de intentos para comenzar a hablar, el maestro abjurador al fin parece decidirse:

-Eh... No, no. Mejor no. Y... No, ése tampoco. ¡Mmm!

-Pues... hay un tipo que igual puede ayudarnos. Es un remilgado de clase alta llamado Petre. Vayamos al distrito residencial a hacerle una pequeña visita.

Este barrio, más alejado de los muelles, parece mucho más cuidado y protegido que el resto de Kalstrand. Las casas están construidas con sumo gusto y la mayoría tiene un pequeño jardín alrededor. El aroma a plantas y flores es agradable, comparado a la inmundicia y la pestilencia del pescado podrido de los muelles.

Allí está la residencia del Sabio Petre, un hombre de unos 60 años que identificçais perfectamente, se encuentra regando sus flores, bastante relajado.

Tras escuchar al arcanista, el pixi sobrevuela a sus compañeros, manteniéndose invisible durante la marcha y analizando cual será la mejor forma de conseguir que el sabio les de la información que necesitan.

Al llegar a la vivienda, la pequeña fata se coloca a espaldas del sabio y comenta sin mostrarse - Parece que ese grupo quiere hablarte. Aunque parezcan raros son buena gente -. Intuitivamente, poco dispuesto a ser ubicado cuando no quiere serlo, mueve sus alas y se aleja hacia un lado, esperando ver la reacción del tal Petre a sus palabras, a la presencia del grupo y al pedido de información

-Tampoco se vive mal aquí--ironiza Númer al pasear por el adinerado vecindario--¡Ah, mirad! Ahí lo tenemos. Es el hombre ese que filosofa con las flores.