Partida Rol por web

La montaraz hizo algo que no tardó en arrepentirse, cogió algo que no le pertenecía. Ignoré el motivo de aquella reacción, y antes de que cualquiera pudiera reaccionar una sorpresa más se sumaba a las anteriores. Nunca imaginé que nos encontraríamos con la propietaria de aquellos restos, Milandree, la elfa de noble corazón que fue víctima de una enfermedad pasada que quizás tenga alguna relación con la actual.

Para nuestra suerte, Odnan se apresuró a dedicarle unas palabras de disculpa haciendo alarde de su magistral labia haciendo notar su profesión. Solamente esperaba que su discurso sonara lo suficientemente convincente para evitarnos una desagradable represalía.

La situación es un tanto delicada mi señora, nos hemos adentrado en su territorio para enfrentarnos al mal que asola estas tierras. Espero que nos disculpe por tal atrevimiento pero requerimos de su consejo. - Añadí a lo dicho por mis compañeros en tono sereno, tan característico de mí. Al fin y al cabo estaba hablando con una caída, una víctima, una de tantas que habían sufrido en sus propias carnes los efectos de una enfermedad. Por tanto se merecía todo mi respeto.

La elfa se sonrojó al ver como sus compañeros le defendían... esperaba esa actitud del bonachón del gnomo. Siempre tan servicial y bondadoso. Preocupado más por los males que atañen al resto más que a los suyos propios. Sintió otra vez ese pinchazo en el corazón, ese ápice de ternura que aquel individuo despertaba en ella. Casi le hizo sentir que eran parte de la naturaleza y la empatía que estos seres le despertaban. 

Las palabras de Odnan no eran menos profundas. Un humano... que don tiene. Su lengua es su mejor arma. Y tan buena que sacó unos coloretes. Un rubor que nunca había sentido por un hombre. Igual sí por Isillöme, pero el elfo no tenía aquella labia, aquel atractivo que estaba despertando el humano. Juro que me repelía aquel humano, pero...Ahgh... Ni lo pienses desde luego el hombre de hojalata tiene mucho que aprender. Y para colmo su armadura esta abollada. pensaba mirando los golpes en la armadura de Áraman.

La elfa se limitó a mirar a otra parte, como si el asunto no fuese con ella. Y a esperar la respuesta de Milandree. Si no responde siempre podemos volver a coger el arco... Muchos podían interpretar esta frase como una broma, pero en sus labios parecía ser efectivamente lo que pretendía. Coger el arco para que contestase, parecía ser a lo único a lo que reaccionaba aquella mujer....*

La elfa no sólo se manifiesta oralmente sino que un ente etéreo aparece ante vosotros con lo que parece el aspecto que tenía hace 400 años. - Bueno, tenéis suerte que en general parezcáis respetuosos. Pero mantendré vigilada a la elfa. Suelta una risita cuando se dirige a ella. Decidme, ¿Qué queréis que os diga? No sé qué relación podría tener la plaga que asoló mi pueblo con la vuestra. Ha pasado muchísimo tiempo ¿no? Os percatáis que es posible que desconozca el tiempo transcurrido pues no debe haber salido de aquel sitio en el cual descansa. 

Y, como si estuviera meditando, deambula flotando por la sala. - Yo fui una de las pocas que no murió por ella. Morí en combate pues algunos de los caídos se levantaban contra nosotros. Aquel que provocara la plaga no merece la paz eterna y haré lo posible para que así sea.

La aparición le sobresaltó, hizo acopio de su entereza para mantener la calma y con una voz afectada por un inmenso respeto se dirigió a la etérea visión: "Tenéis razón señora 4 siglos han pasado ya desde que caíste en defensa de esta comarca, me tomaré el atrevimiento de informarte cuanto sé para ver si en ello encontraís algún indicio que vincule nuestro actual predicamento con la plaga que combatisteis vos..." a continuación en un breve relato condensó como Osfahlt los convocó a todos para unirse a la empresa, de los informes que sus hermanos del gremio habían recopilado sobre una misteriosa enfermedad que asolaba los bosques circundantes, del desolador panorama que hallaron nada más internarse en el bosque, de las misteriosas criaturas que los atacaron en la superficie donde Nakai perdió la vida (sin descifrar el misterio de que arrasó con la vida de su poblado) y remató tendiendo su mano en cuya palma reposaba aquella gema que tanto le intrigaba "...y tras mascullar algo incomprensible para nosotros aquel árbol se desvaneció tan de súbito como apareció, cerca del cadáver de nuestro compañero caído hallé esta gema, me dicen que es una especie de contenedor de energía vital. Estando afuera percibí que el origen de aquello que aqueja al bosque tiene origen mágico así que sospecho que más que a una enfermedad nos enfrentamos a una maldición, y ya que vuestra gracia mencionó haber enfrentado no-muertos me atrevería a especular que tal vez todo esto se deba a las malas artes de algún nigromante que tras 4 centurias decide continuar con su nefasto proceder."

Espectante, por cuanto pudiera significar su relato al espectro guardó silencio.

Áraman relajó un poco la tensión que había adoptado ante la aparición de aquel espectro. Al ver que era amigable se retiró el yelmo. Dejó que el bardo hablara y cuando acabó dio un paso adelante, haciendo sonar su armadura.

- Nos has mencionado las arañas y a los muertos que se levantaban de nuevo. Para llegar aquí, además de lo dicho por mi compañero, hemos tenido que enfrentarnos a una extraña araña. Hablaba un idioma oscuro e ininteligible y controlaba el cadáver de un enano.- No dijo más y esperó ver si el espectro podría aclararles algo del embrollo en el que se había visto metido.

Aquella voz, un sonido venido de un mundo totalmente distinto, no solo eso si no también se manifestó, mis ojos pudieron verla, una silueta, la presencia de la difunta elfa se mostró. La suerte se encontró de nuestro lado, ya que las palabras rebosantes de respeto hacia ella surtieron efecto para calmar las posibles ansías de represalías que pudieron surgir al haber interrumpido un descanso que tenía que haber sido eterno.

No tenía mucho más que decir al respecto, ya estaba todo dicho por parte del bardo. Mis labios permanecieron sellados ya que por el momento me pareció adecuado escuchar todo lo que nos podía contar sobre la amenaza en forma de plaga que ocurrió hace bastante tiempo. Si era la misma, era complicado de decir, pero aquella posibilidad existía. Una amenaza cuya naturaleza se escapaba de nuestra comprensión.

Llevé mi mano derecha a mi mentón, como si aquel gesto me facilitara el pensamiento, y sin romper el silencio esperé pacientemente.

Aliviado de una parte por la comprensión que demostraba Milandree, y conforme de otra con las preguntas formuladas por sus compañeros de fatigas, el gnomo decidió dejarse mecer por los ritmos de la nueva conversación que acababa de comenzar. Era de esperar que la dueña de aquel lugar pudiera darles información acerca de los misterios que Odnan y Áraman habían planteado. En caso contrario... Sería duro volver sobre sus pasos y reconocer que aquellos combates, las heridas recibidas, y la muerte del breve Nakai habían sido completamente en vano.

Guardaba la esperanza, sin embargo, de que Hwestadîn se esforzase en estrechar lazos con el espíritu de Milandree, o que quizás Isilöme interviniese. Compartiendo ellos esa misma raza que en ocasiones puede resultar tan cerrada a inferencias de otros pueblos, era posible que con ello la actitud de Milandree fuese ya enteramente favorable.

La elfa se dedicó a observar el arco *mientras sus compañeros acosaban a Mialandree, dejaría que ellos tomaran la batuta. Desde luego aquel humano extraño tenía buena porte y educación. Hasta los bosques aceptarían a un humano como él. Claramente la esencia poceros de Mialandree también lo aceptaría...Debió ser una elfa poderosa para poder materializarse así. Debió tener una conexión fuerte con la naturaleza. Sus raíces llegarían al corazón de Obad-Jai.. empezó a pensar la elfa, que dejó de mirar el arco para centrar su atención en la elfa.
Tras la respuesta de la elfa a Odnan** Hwestadîn escasa de modales y un poco ruda a veces, dio un par de vueltas alrededor de la aparición. Observándola con detenimiento. Entonces sus compañeros le parecieron  rudos y escasos de modales... su meditación le había llevado a esa conclusión. Hwestadîn se postró ante la aparición e hizo una reverencia escasamente apreciada en la ciudad, con una elegancia y fragilidad nunca vistas por sus compañeros. Mostraba un gran respeto y un buen hacer jamás vistos en la guardabosques. La elfa esperó a ser correspondida para abrir la boca.
***Oh! Gran espíritu de los bosques... Perdonar que interrumpamos vuestro descanso. Nos regocijamos ante tu aparición.  Sea Obad-Hai alabado y permítenos disfrutar de tu sabiduría. Que sea tu verdad la que cure a los bosques y que tu muerte no sea en vano. Permítenos el honor de triunfar en vuestro nombre. Recibiendo así vuestro verdadero descanso en el corazón de un bosque hermoso. dice la elfa con solemne respeto. 

La secuencia de preguntas desconcierta a la elfa y sin dirigirse a nadie en concreto os responde a todos. - La teoría del nigromante es cierta, al menos en lo que se refiere a mi plaga, descubrimos un asentamiento y acabamos con él. Yo morí en aquella batalla. Señala el relieve que pudisteis apreciar al entrar. -El nigromante también así que dudo que esté relacionado. En cuanto a la plaga poco pudimos hacer, se extendía como si fuera una enfermedad que degeneraba los cuerpos en vida y los mantenía en muerte con aquel aspecto. La mayor parte de la población murió y los que quedaron con vida decidieron abandonar la ciudad y sepultar a los pocos caídos que hubo. Os puedo decir que la plaga no era una enfermedad corriente. Como he mencionado mantenía los cuerpos intactos, bueno casi, cierto es que desprendían un olor inconfundible a putrefacción y su aspecto era mucho menos agradable que en vida... pero no se parecían en nada a otros no-muertos que haya visto y creedme, durante mi vida he visto bastantes y ahora que estoy muerta... pues como supondréis también. Sin ir más lejos una de esas momias a las que os referís. Las crean las arañas, con las cuales tenía un pacto pues son seres inteligentes y para nada malvados. Si os pareció que hablaban un lenguaje extraño es porque no debéis conocer el silvano, lengua que hablan con fluidez, o al menos una de ellas y para nada oscura. Y parece ofendida ante semejante afirmación. Pero si os atacaron a vosotros sería con un buen motivo. Seguro que se os ocurre algo. Dice con cierto tono de reproche aunque parece no manifestar de ninguna otra forma su descontento.

En cuanto al árbol que mencionáis no tengo conocimiento alguno de él, y por lo que habéis mencionado, no podría deciros más sobre ese contenedor que poseéis, excepto que los usos de esos contenedores se limitan a la magia. O bien para hacer bien con ella, o bien para hacer mal. Supongo que dependerá del lanzador de conjuros que lo utilice, ¿no?

Por último se dirige a la elfa, la última en intervenir. - No es necesaria tanta parafernalia, por como miras ese pedazo de madera se notan tus intenciones. Fíjate bien, fíjate. Y es cuando tus sentidos parecen responder. Vislumbras un pedazo de madera normal envuelto de una leve ilusión que le hacía atractivo a tus ojos y a cualquiera codiciosos. - Ciertamente mostraban lo que querías ver. Para ti un arco para otros cualquier otra cosa que desearan. ¿Soy la guardiana crees que iba a dejar que cualquiera pudiera coger semejantes tesoros? ¿Dime joven elfa, por qué creéis que estoy todavía aquí? ¿Cual sería mi cometido para permanecer a la espera hasta que se me necesitara? Dejad que la joven responda, tengo curiosidad.

En cuanto notó que el rubor encendía sus mejillas Ármanan " El bravo" se puso de nuevo el yelmo para evitar que los demás lo percibieran.

Arañas y no muertos, bah, si eso no es magia oscura que venga el mismo Corellon Larethian y lo vea.

Ocultarse tras la armadura era algo adictivo. Es verdad que limitaba la visión y la percepción de los otros sentidos pero, a cambio,  protegía del daño y de las miradas penetrantes de los lectores de rostros. De esta manera pudo sonreír ante la magia del espíritu que había hecho creer a Hwest que un palo era un poderoso arco. Y todo ello sin  represalias de la salvaje elfa pues no podía verle sonreír tras su metálica careta.

 ¡Un palo, un palooooo!

Esperó a ver qué contestaba la guardabosques.

Repentinamente Hwestadîn recuperó esa solemnidad exacerbada de los elfos. "Vaya cambios de temperamento los de esta mujer" pensó. Tras la breve intervención de Milandree se dedicó a examinar con mas detalle los relieves que adornaban el recinto.

Uhm... La elfa siguió mirando el arco, sin duda aquel recuerdo del pasado parecía astuta. Le gustaba ser altiva y no iba a dejar que cualquier borrón del pasado hablara tanto y con esas formas. Es lo que tienen los muertos... dijo fría y duramente. Nunca olvidan sus fracasos. terminó diciendo para reincorporarse y dejar de observar el arco o el palo o lo que fuese aquella ilusión creada por aquel espejismo del pasado. Me es indiferente por lo que estés aquí, pero si llevas tanto... sólo es porque eres un recuerdo. Un recuerdo de tu continuo fracaso. De tu continua ineptitud como elfa. He sido yo quien te ha despertado de tu letargo tocando aquel palo con el que tanto te diviertes creyendo que me engañas. Un palo, sólo es un palo hasta que un anciano lo coge y lo convierte en su callado. No es más que un auxilio para un sabio. Y con un palo se puede hacer un arma que derribe al más fiero de los oponentes, cogido diestramente por el más diestro guerrero... ¿Eres un sabio, un guerrero o tal vez ambos?¡Si has venido ayudar habla y si no vuelve a tu inmerecido descanso! ordena la guardabosques.

No quise adelantarme a las palabras de aquella alma atrapada, y su cuestión iba destinada a la exploradora cuya raza era la misma. Preferí esperar a su respuesta que tenía que ser bastante evidente. Nada más lejos de la realidad. Fruncí el ceño desaprobando la actitud arrogante, ese tipo de actitud que nunca lleva a nada y que no causa nada más que problemas. 

Sin obviar el hecho que fue la propia exploradora quien hace apenas unos instantes que le dedicaron unos respetos a la guardiana de hace cientos de años ahora es la misma elfa quien le falta el respeto. Medité durante unos valiosos segundos como intervenir en tan tenso momento sin con la finalidad de calmar las ansías por una enfrentamiento entre elfas, una viva, y la otra caída.

- Deberíais medir vuestras palabras, los caídos se merecen nuestros respetos. - Reprendí en tono seco aún sin alterarme lo más mínimo a la exploradora. La paciencia era mi mejor virtud después de todo. - Hemos venido con el único objetivo de acabar el mal que asola. No hay necesidad en hacer alarde de ciertos..encantos. -Desvié mi atención a la dama Milandree ya que había cierto detalle que me intrigaba. - ¿Cuál es vuestro motivo de mostrar un anzuelo para llamar nuestra atención? ¿con qué finalidad? ¿acaso para compartir conocimiento o es que hay alguna cuenta pendiente que requiere ser saldada? - Realicé aquella pregunta a aquella alma con respeto y una calma bastante evidente.

Otra vez intempestivamente Hwestadîn tuvo un súbito y radical cambio de talante, tras escuchar sus palabras debió esforzarse para contener la risa. "Primero se postra y pareciera que... ¡va a montar un altar y quemar inciensos en su honor! y luego le reprocha, obviamente le hirió en su orgullo el verse burlada por una ilusión".

Alainnheïm intervino con prontitud pretendiendo menguar el efecto negativo que las duras palabras de la ofendida montaraz, que en algo tenía razón Milandree no tenía descanso...más y más interrogantes

"¿Dime joven elfa, por qué creéis que estoy todavía aquí?" había preguntado el espectro, según Hwestadîn es porque el anima de la elfa sentía que había fracasado y por eso continuaba atada a este plano sin proseguir a otro más elevado...

"¿Cual sería mi cometido para permanecer a la espera hasta que se me necesitara?" y "¿Soy la guardiana crees que iba a dejar que cualquiera pudiera coger semejantes tesoros?" ahí le pareció ver una conexión...

Caviló de ese modo mientras Alainnheïm con sus palabras y su notoria serenidad atemperaba la dureza de las palabras de la elfa. Se aclaró la garganta y dijo: "Señora, como bien han dicho mis compañeros, aunque evidentemente no de la mejor manera" mientras decía eso miraba de soslayo a la impetuosa elfa del bosque "vuestra merced se encuentra ligada a este plano y no reposa pues siente que hay algo por terminar, si bien sacrificasteis vuestra vida para aniquilar al pérfido nigromante, como vos misma admitisteis ante la plaga poco fue lo que estuvo entre vuestras manos hacer. Por eso aguardáis mientras custodias algo que podría hacer la diferencia, pero que solo será para aquel a quien consideréis digno y no para cualquiera. Por eso humildemente os ruego que pruebes mi valía para que así determines si soy merecedor de aquello que tan celosamente guardáis"

- Vaya, parece que nos has dejado a todos boquiabiertos. No considero un fracaso haber defendido a mi pueblo hasta la muerte y más allá. Morí voluntariamente pues decidí acarrear con la carga de enfrentarme al nigromante yo misma, nadie me obligó. Dediqué mi vida y mi muerte a mi pueblo y no puedo estar mas orgullosa de ello. Me gustaría saber que habrías hecho tú. En su voz y sus gestos notabais un gesto de total desaprovación. Por suerte tus compañeros parecen entenderlo mejor. No tengo gran cosa, excepto mis posesiones y mi sabiduría, si os vale para algo.

Ante vuestra oferta, dice dirigiéndose a Odnan, tendréis tiempo de probar vuestra valía pues al abrir mi cámara habéis atraído alguno de vuestros enemigos. Pronto se manifestarán. ¿Crees que tus amigos están por la labor de ser probados también?

Le tomó por sorpresa la advertencia del espectro, no esperaba que la prueba fuera un desafío mortal. "Gracias por la advertencia señora, más vale estar preparado así que con vuestro permiso..." desenfundó el kukiri  y llevándoselo a la boca mordió la hoja sosteniéndolo así entre los dientes, cargó un virote en la ballesta y con su mano libre desenfundó y empuñó su songblade.

Lo que yo hiciese en esa hipotética situación no importa... Y ahora me prepararé para el combate. dijo solemne agarrando una flecha.