Partida Rol por web

El cuerpo del hombre lagarto encontró descanso en aquel lugar. Me era insuficiente unas plegarias, por desgracia mis limitadas capacidades no me permitían llegar más lejos.

Permanecí en silencio hasta que el bardo, que había recogido algo del suelo, me realizó aquella pregunta. Mis pasos me acercaron hasta estar a su altura. 

- ¿Me permites que lo examine? - Pregunté con curiosidad y con una mirada analítica en mis ojos, escudriñando aquel objeto que en principio tenía un aspecto seguramente de una joya. 

Seguramente posea relevancia con el asunto que estábamos investigando, por desgracia mis conocimientos no eran suficiente para descubrir su verdadera naturaleza. Después de invertir vanamente en vano, lo dejé estar. 

Negué con la cabeza, antes de responder. - Lo siento, no he podido averiguar nada. ¿Creéis que tenga alguna conexión con el malestar actual del bosque? - Aquella cuestión que realicé al resto su respuesta podría estar fuera de nuestro alcance al menos por el momento. En cualquier caso era imposible de ignorar.

- Quizás sea el momento de reorganizarnos junto con el otro grupo. - Mis pasos, suaves pero poseedores de determinación hasta completar mi destino siguieron a nuestro guía.

La generosa actitud de Odnan y de Alainnheïn, repleta de respeto hacia el caído, le hizo sentirse más a gusto entre aquel grupo que cualquier otro de los acontecimientos ocurridos desde que dejaran atrás Shamfh. Sin embargo el tiempo podría ser un factor importante, y no quería dejar a Hwestadîn y a los otros sin apoyo. Así que cuando vio que Isilöme iniciaba la marcha hacia el interior de la cueva se apresuró a seguirlo, aunque no sin antes echar un vistazo de pasada a la gema que acababa de recoger el bardo. No veía de qué forma aquella cosa brillante podría servirles de ayuda, y en todo caso ya se encargarían otros más versados que él en lo arcano de probar a descifrar su supuesto misterio. Por su parte, no quedaría tranquilo hasta no comprobar con sus propios ojos que la elfa se encontraba a salvo.

La reunión de todos los integrantes del grupo supondría probablemente un asalto a la madriguera que habían encontrado, lo cual sería mucho más peligroso que estar parado en el umbral de acceso a la misma. Sin embargo a Osfahlt empezaba a costarle ya concentrarse en cualquier cosa que no fuera el más absoluto presente.

-Sería mejor que no os entretuvieseis aquí con esa gema. Estando todos juntos, nuestras fuerzas se multiplicarán. Y puede que los demás puedan aportar algo a lo que estáis tratando de descifrar -dejó en el aire como sentencia final para su estancia en aquel claro del bosque, antes de seguir a Isilöme.

Bajais por el túnel, que para algunos ya es conocido. Aquellos que no entraron antes, que también son los más altos y corpulentos del grupo, encuentran la situación angustiante en algunos momentos en que se estrecha llegando incluso a oprimirles el pecho y hombros. Por suerte aquello no se mantiene. El túnel pronto se abre a una cavidad mayor en la que parece que el grupo movió tierras para desvelar otro túnel por el que avanzar. De uno en uno van bajando, pues es descendente aunque no en exceso, por la nueva rampa. El olor a humedad y algo que ni el ser con más fino olfato del mundo podría distinguir qué es se adueña de vuestras mucosas. Es realmente desagradable, entre algo sulfatado y putrefacto.

Los dos compañeros que ya habían bajado anteriormente reconocen el lugar como la sala donde dejaron a los otros tres. Sólo que allí ya no hay nadie. De haberse movido de allí tuvieron que tomar uno de los tres caminos posibles, descartando por el que veníais. El de la derecha tiene una ligera aunque perceptible pendiente ascendente, el del centro se abre a una cavidad algo mayor a simple vista y el de la izquierda parece seguir adentrándose en la cueva por un túnel exactamente del mismo tamaño que aquel por el que veníais.

Tras quedarse con la incógnita sobre si aquella gema seria alguna pieza clave sobre la misteriosa enfermedad o el súbito ataque del cual fueron objeto en el bosque, se adentraron en la tierra siguiendo a sus compañeros por el tortuoso, y en ocasiones, asfixiante túnel. Finalmente llegaron al punto en el que esperaban hallar al resto del grupo una bóveda algo mas amplia donde el camino se bifurcaba.

Aprovechó el hecho que sus sentidos y se hallaban habituados a la oscuridad en que se hallaban y observo con detenimiento buscando una pista del rumbo que habrían tomado aquellos que se internaron en las entrañas de la tierra antes que ellos.

Hay huellas que se adentran en todos los caminos excepto por aquel que parece subir. No hay nada más visible en la sala en que estáis. Las huellas parecen corresponder con los tres compañeros que se quedaron atrás.

"Amigos míos, de los 3 caminos el único que no tiene huellas de nuestros compañeros es el de la derecha, yo  apostaría a que si hay algo de interés debe estar en la galería más amplia, tal vez tomaron el tunel estrecho y al no encontrar nada regresaron y tomaron el camino central...aunque es solo una suposición la verdad las huellas no dan mucha información sobre el paradero de los demás"

Esperó la reacción de sus compañeros ante su hallazgo y sus suposiciones sobre el rumbo que tomaron los demás aventureros, entretanto asomandose por los tuneles en los que habia rastro del paso de sus compañeros escuchó con atención con la esperanza de percibir alguna pista audible.

Nadie dice nada y de pronto como si acudieran a tus súplicas los tres compañeros restantes aparecen por el sendero de la izquierda.