Una vez abajo, Magnus no vio a nadie. Aprovecho eso para dirigirse hacia el punto donde fueron desplegados el y su compañero para ver si así podría ponerse en contacto con Cain y Galatea desde el transporte que los trajo a la zona. Había memorizado el mapa de la zona, por lo que para volver, eligió una ruta que pasaba por estrechos callejones por los que un knightmare tendría problemas para seguirle. Mientras se dirigía a su destino, Magnus estaba atento por si veía algo que le pudieras ser de utilidad.
Lo sabia.-susurre entre dientes. Odiaba tener razon en esas situaciones. Quería llamar a Hell para ver que no estuviese en ningun apuro pero por el momento tenia que acabar con ese tío antes de que me descuidase y diera la vuelta a la tortilla
¡Todavía más! ¡Aquella gente no paraba de llegar! ¡¡Pero si acababa de destrozar el techo para que no pudieran alcanzarles!! Chasqueó la lengua, molesta por tanta interrupción. ¡¡Tenían ahí a Zero!!
Ni hablar. No pienso fallar la misión. Si con esto se acaba la guerra...
Se interpuso entre el su compañero, el Knightmare rojo y todos los demás. Abriría aquella compuerta y matarían a Zero aunque tuviera que dar su vida. Además, al acabar la guerra terminaría con el peligro sobre Helen.
Acciones: ¡¡¡¡ABRIR LA COMPUERTA!!!!
Se había puesto en marcha como si el Knightmare fuera su segunda piel, una a la que se acostumbraba con extrema facilidad a pesar de ser sólo la segunda vez. Era extraño pero gracias a aquello podía dejar atrás el lastre de su cuerpo maltrecho y avanzar con libertad, moverse con agilidad y hacer retroceder el dolor a un rincón de su mente, convirtiéndolo en un eco, un recuerdo de lo sucedido y una promesa de futuro.
Nadie diría que el piloto del RPI-11 Glasgow estaba en realidad malherido cuando llegó a escena deslizándose sobre el asfalto, captando la situación con un rápido análisis. Su mente, en lugar de paralizarse, empezó a dar vueltas a mil revoluciones por segundo como si toda la rabia, el miedo y el dolor se pusieran de acuerdo, focalizándose en aquella escena. No tenía ni idea de quién ocupaba el Knightmare rojo pero sí sabía quién ocupaba los otros dos: enemigos.
Pues no sé, si puedo escoger le lanzo un slash de estos al brazo del que está delante y apunto con la metralleta al piloto que se puede entrever en el otro.
Estaba nerviosa. Nerviosa pero tranquila. Pero nerviosa otra vez. ¡¿Qué narices pasaba?! ¡¡Joder!! El Knightmare iba cayendo pieza a pieza.
-¡¡Menuda mierda de aparato me han dado!! ¡¡Con lo que molaba al principio!!- pasaba de pensar. Eso de pensar estaba pasado de moda. Y plop. Se quedó sin luz.
-¡Me cago'en la puta! ... - miró a su alrededor. No veía. ¡¿Cómo iba a ver algo sin luz?! -...- notaba que estaban intentando abrir la compuerta. No podía escapar. No había salida salvo la que estaban abriendo -solo tendré una oportunidad si esos lentos no se dan prisa. O ni eso...
Sacó la pistola que tenía por si la necesitaba... o más bien por si le era de utilidad mientras se preparaba para salir a la mínima oportunidad por el hueco que dejasen y por el que pudiera pasar.
-Cabrones... no pienso ser una víctima más...- Tendría que salir por patas.
Los tres Knightmare de los rebeldes comenzaron a disparar, pero el RPI-11G Glasgow se colocó entre su aliado y los rebeldes, parando los disparos con su costado para que las balas no entrasen por la grieta que había en su torso, para seguidamente apuntar a estos con la palma de su mano y eyectar el brazo que le quedaba completamente, generando una gran nube de humo entre su aliado y los rebeldes, entrando él en esta.
Era densa y no se veía nada en su interior e incluso a pesar del aire que pudiese hacer, no parecía disiparse lo más mínimo. El piloto que se encontraba dentro dijo entre sádicas risas desde el altavoz de su Knightmare:
- ¡Entrad en mi terreno mis presas! ¡Hoy… moriréis sin ver a vuestro verdugo!
Finalizando con una risa que podía helar la sangre.
Con la ayuda de su aliado, el RPI-11W Glasgow logra abrir el Knightmare rojo que tanto les había costado alcanzar.
Y al abrirlo lo que encontró fue una chica bastante guapa, armada con una pistola y con una mirada con mucha determinación. ¿Ella seria quien se oculta tras la máscara de Zero?
¡¡Una mujer!! ¡¿Zero era una mujer?! Tampoco le extrañaba. Las mujeres tenían grandes capacidades intelectuales, probablemente mejores que las de los hombres - véase la princesa Cornelia- pero debía admitir que fue una sorpresa. La voz que siempre había escuchado era de hombre. ¿Habría sido por aquel casco que en otras ocasiones le tapaba la cara?
Sea como fuere, si era Zero como si no, debía acatar las órdenes. Cogió con su brazo libre y único a la chica, sujetándola con firmeza de manera que no pudiera escapársele y sin más salió corriendo de allí.
El dolor seguía clamando por su atención pero ésta estaba demasiado concentrada en su rabia como para distraerse. Había pasado mucho tiempo sumida en serena contemplación, aguantando una y otra vez como los Britannian los menospreciaban, cómo se alzaban sobre ellos, esperando su momento, esperando el día en que su venganza se haría realidad. Aquel día todavía no había llegado, seguía lejos de poder saciar su ira, pero sí que era la primera vez, al mano de aquel Knightmare, que permitía que todos aquellos sentimientos que había estado ocultando en su corazón surgieran.
No se dio cuenta de que las lágrimas brotaban de sus ojos mientras guiaba al Knightmare hacia adelante, con los dientes apretados con tanta fuerza que parecía que fueran a saltársele. Le daba igual aquella nube de humo, se acercó hacia adelante con toda velocidad, sin dejar de disparar a ciegas con la metralleta hasta que por fin se encontró a unos veinte metros de distancia, momento en que disparó los dos slashes en dirección a donde había visto por última vez al Knightmare rojo, intentando sacarlo de la neblina.
Lo primero que hizo nada más ver la luz fue intentar salir por patas. Pero claramente el brazo del Knightmare enemigo fue más rápido de lo que ella había pensado, apresándola con fuerza. Pensaba que quizás contaba con algún factor sorpresa... pero nadie salió para cantar el "cumpleaños feliz".
Lo único que podía hacer era intentar desasirse de la mano que le apresaba, moviéndose cual pescado sacado del agua, pero no había forma. La tenía demasiado bien cogida.
-Maldita sea...- masculló entre dientes tratando de ver en la carrera del Glasgow que le había apresado cómo iba la batalla.
Magnus estuvo andando durante largo rato hasta que finalmente logró encontrarse con un grupo de apoyo de Britannia, que estaba buscando soldados heridos en aquella batalla que estaban perdiendo.
Con ellos encontró a Slaine o lo que quedaba de él… le contaron que lo encontraron entre los restos en llamas de su Knightmare. Solo pudo ver su cara pero lo reconoció rápido y cuando informó de que le había visto, cerraron la bolsa de plástico negro en la que se encontraba y guardaron sus restos en un vehículo, con los de muchos otros.
Poco después pudo partir en otro vehículo a la central para reportar su informe.
FIN CAPITULO 1.5
Rulé disparó sus slash cada uno a un edificio, elevando su Knightmare en el aire y esquivando así la carga de su enemigo y disparando una ráfaga contra él desde arriba, causándole grandes daños.
Pero el enemigo aún no se rendía y disparó sus slash a los hombros de Rulé, que sorprendida del ataque lo recibió en estos y se rompió el cable de uno de sus slash, cayendo así de costado contra el suelo.
Pero aun así, Rulé podía continuar luchando y con otra rafa de su arma en el pecho de su enemigo que se acercaba cargando contra ella, logró destrozarlo y obligarle a eyectar.
Tras esto, pudo levantarse y reclamar su nueva arma.
Se movió por el resto de la zona de batalla y a pesar de que encontró restos de aliados y enemigos por muchos sitios, parecía que se había enfrentado a uno de los últimos y que los Britannian ya se habían retirado del lugar.
A pesar de los daños recogi contenta mi nuevo arma y continue mi camino con mas precaucion. Aproveche para llamar a Hell para saber como se encontraba y preguntarle por la situacion.
Tanto Naoki como sus dos aliados, frenaron en frente de la nube de vapor que les bloqueaba el camino, pero no sonaba como que acertasen a ningún enemigo. Ella disparó los Slash sin golpear a nada mientras que los disparos de metralleta solo impactaban en suelo, pared o se perdían.
Poco después se comenzó a disipar el vapor, y lo visto le sorprendió. No había rastro del enemigo que estaba abriendo el Knightmare rojo el cual se encontraba abierto, mientras que el Knightmare de tonos grises y negros se encontraba allí… pero de una forma muy ingeniosa, estaba a uno de los lados con el único slash que le queda clavado en la pared de enfrente, dejando el cable cruzando la calle, mientras que el Knightmare, a parte del vapor producido por el puño y la explosión de este, también tenía abierto el sistema de refrigeración de las piernas, perdiendo la capacidad de moverlo pero generando así más vapor aún.
Pero al piloto no parecía preocuparle, pues no se encontraba en la máquina, si no que la cabina se encontraba vacía y abierta.
Al encontrase a un lado, no había recibido ningún disparo, por lo que al decidir disparar desde fuera había logrado su objetivo, que era ralentizarlos allí mientras se iban. Y si hubiesen entrado en la nube de vapor, se habrían enganchado con el cable del slash y por la velocidad a la que iban se les habría venido el Knightmare encima, que les habría causado unos daños mínimos, pero habría ralentizado igualmente el tiempo suficiente para irse ambos…
Quien fuera que pilotase ese Knightmare negro, no era tonto.
Poco después, recibieron una llamada de que las tropas de Britannia se habian retirado y se les convocaba a todos para una reunión.
FIN CAPITULO 1.5
Hel respondió la radio y comenzó a contarle.
- La batalla ha terminado… parece ser que hemos logrado rechazar su ataque a si que la reunión se reanudará. Hemos perdido a muchos aliados pero… una victoria así en el campo de batalla es el camino a la victoria contra Britannia. Por ahora, será mejor que vengas al nuevo lugar de reunión, ahora te mando las coordenadas.
Poco después, recibió un correo de Hel con una dirección cercana.
FIN CAPITULO 1.5
Pero Naira no pudo hacer nada, su cuerpo estaba apresado en esa mano metálica, que la oprimía el cuerpo y la dejaba adormilada… ya se encontraban abandonando el campo de batalla y Naira se dio cuenta que su arma se había caído en algún lugar de las ultimas decenas de metros… o quizá continuaba en su mano pues al estar aprisionada en esa mano se le estaban durmiendo los miembros.
Cuando llegaron a una zona donde se encontraban muchos más soldados de britannia, Naira se dio cuenta que su posibilidad de salir de ahí o de usar su pistola si quiera en el caso de que estuviese en su posesión aún, eran nulas.
FIN CAPITULO 1.5