Partida Rol por web

Disfruto de la velada hasta que de pronto aquellas gentes empiezan a tocar y cantar, o al menos a intentarlo. Me levanto sobresaltado al oír desafinar y destrozar aquella canción. Camino frente a ellos y con un gesto de la mano les indico que paren.

Detenganse buenas gentes, este es mi oficio. Les digo a la par que empuño mi laúd y comienzo a representar el Cantar de Mío Ignacio, una gesta Estaliana que habla de un guerrero que fue expulsado de la corte y aún así siguió sirviendo a su rey.

Asalte con avaricia la comida, pues hacia varias horas que no probaba bocado, además de que nos habíamos saltado la cuarta comida del día, por lo que estaba realmente hambriento. Pero al ver que nuestro compañero Erick se disponía a demostrarnos su arte momentáneamente a un lado los cubiertos y me puse a dar palmas con las grasientas manos al son de la canción del poeta.

Las notas y versos del juglar no terminaron de cuajar en la taberna. Su música era más acorde a los nobles y los banquetes, nadie quería oír las gestas de un héroe de Sigmar sabe dónde. Rendido ante la situación, Erick optó por algo más popular y conocido el No ha llovido este verano. Con esa canción sí que se animaron los presentes, el que más y el que menos se sabía parte de la letra, especialmente el estribillo.

¡No ha llovido este verano pues salgamos a beber!

Las cervezas y las cartas iban y venían, algunas monedas cayeron a los pies de Erick

No le deis importancia herr Erick, no todo el mundo está preparado para entender el buen arte. Por no mencionar que tras un viaje como el nuestro incluso el mejor trovador de la corte del emperador tendría dificultades para sacar un simple verso. Y vos lo habéis hecho realmente bien le comento al artista al ver que sus esfuerzos no habían obtenido la recompensa que se esperaba.

¡Ouuuuuuuaaaaaaaaahhhhhhh! Bueno compañeros, creo que deberíamos ir pensando en retirarnos a nuestras alcobas, pues algo me dice que mañana el trabajo empezara pronto digo tras un largo bostezo mientras me estiro subido sobre la silla.

A la mañana siguiente fueron despertados por un chico de unos ocho años, el patrón ordenaba a todos los empleados presentarse en el campamento para la asignación de tareas. Y allí fueron. Los trabajadores estaban desayunando unas galletas y tostadas con mantequilla y azúcar mientras algunos de sus compañeros eran aseados en baldes llenos de agua mientras un anciano y un grupo de chicos les restregaban algo semejante a una escoba por el cuerpo. Una vez terminado el baño les entregaban aquel colorido uniforme y les asignaban su labor.

A Pieter, cómo no, se le asignó un puesto en los fogones de la carpa junto a Erick, que trabajaría divirtiendo a los comensales con sus artes, pero Schiller le había ordenado que hablara lo mínimo imprescindible con los clientes, nada de charlar mientras se trabajaba.

Los dos mercenarios se ocuparían de la puerta, prohibiendo la entrada a los indeseables y ayudando en todo lo posible a los clientes del festival.

Buenos días muchacho. Le digo al chico que me despierta llevandome la mano a la cabeza, Quizá esa última cerveza debí haberla dejado llena. Sonrio y me levanto, pasará antes de que me de cuenta.

Parece que alguien necesitaba una ducha. Comento a mis compañeros cuando vemos como limpian a algunos de los trabajadores. Creo que intentaré ducharme por mi mismo estos días, al menos una vez a la semana, el evento lo merece.

Una vez el patrón nos da las ordenes deseo suerte a mis amigos. ¡Vamos a darlo todo el primer dia amigos!

Joooo mama, déjame quedarme un ratito maaaaaaas digo mientras me giro en la cama cuando el chico se acerco a despertarme, completamente adormilado. Pero todo el sueño se me paso de golpe al escuchar las sonoras carcajadas del chaval ante mi reacción.

Completamente enrojecido de pies a cabeza fui a darme una ducha para quitarme toda la suciedad que pudiera llevar encima, pues lo primero que aprende todo buen cocinero es que la comida solo se debe de tocar una vez que se está totalmente limpio y aseado.

Y una vez terminada la ducha me dirigí al que iba a ser mi puesto de trabajo en los próximos días, a comprobar el estado de los ingredientes y las cacerolas. Y bien, ¿se tiene ya pensado algún meno para los próximos días o vamos a tener que ir improvisando poco a poco?

Cuando el crío zarandeó a Carlo para despertarle, el mercenario, rápido como el rayo abrió los ojos, empuñó su daga y se la puso al cuello mientras intentaba despertarse del todo. Cuando se dió cuenta de que solo era un inocente crío, la bajó un poco, pero no del todo.

Con su único ojo entrecerrado y lanzándole una aterradora mirada le dijo:

- Fillo de puttanna-

y ya pasando al Reikspiel:

- Espero que hayas aprendido la lección, muchacho, hay dos tipos de hombres: los que duermen con un acero al lado y los que cierran los ojos confiando en que sus miserables dioses les protegeran. Supongo que habrás deducido cuáles sobreviven en este mundo de mierda ¿no?.-

le dijo mientras le dió un empujón y enfundó su daga. Tras eso, se vistió y fue con sus compañeros al lugar donde le asignaron un puesto en la puerta junto con Ulrich.