Viendo que al fin quedaban todos en silencio, hube de continuar.
- Imaxino que non será aquesto lo que más comúnmente hayades visto, empero, siendo vos, si es que sodes tal, conoscedor d'antiquas linguas, quizá pudiérenos ajudar.
Saqué el medallón y el pergamino, aquellos que tantos quebraderos de cabeza habían venido a darnos, y le mostré el primero de ellos al sacerdote, esperando su respuesta.
- ¿Alguna vez vides aquestos símbolos? Letras latinas non son.
El pergamino me suena que me lo quedé yo (al quedarme en la cueva mientras el resto huíais). El medallón no recuerdo quién lo recogió, diría que también yo (no creo que se lo dejase a Roderigo, eso seguro xD).
Nada más entrar en Zamora Richard pidió el pergamino a Charles para ojearlo, por lo que lo tiene Charles. El medallón llevaba en todo momento Álvaro (de hecho se lo dieron a él en aquel "limbo").
No, letras latinas no... ni más antiguas -dijo tomando los objetos y comparándolos entre sí-. Ésta grafía es propia de los acertijos, de los acertijos de una gente muy especial... los Caballeros del Temple.
El pergamino lo tenía Charles, y el medallón, Álvaro.
¿Véis? -dijo con cierto orgullo Richard-, ya os dije que los caballero de Montesa, según leí, escribían también enseñas ocultas. ¿Y qué más, padre? -preguntó el escocés-.
¡Calla, y déjale hablar, Richard! -le espetó Charles de Lupo interesado-.
La conozco, tiempo ha que leí caracteres muy parecidos. Si os fijáis, cada elemento, líneas y puntos, corresponden con una pareja de letras del alfabeto -resumía-. La importancia de la existencia de puntos o no en algunos revela la toma de la segunda letra de la pareja... El caso es que... aquí señala:
En el templo de Zamora, en San Cipriano... el muro... -entonces hizo una pausa, levantando la vista hacia una de las paredes, la que estaba en la zona sur del templo. Luego acabó de leer el mensaje, ahora como habiendo encontrado una revelación.-... el muro sur hablará nuestra palabra.
¡El muro sur! ¡Entiendo! -parecía haberse dado cuenta de algo-. En mis pocos años aquí ví unas marcas... que continúan existiendo. Jamás las presté atención.. ¡Vayamos!
Acto seguido, cruzásteis el templo santo, dejando a uno y otro lado a los heridos. El médico, que se apellidaba según lo nombró el padre como "De la Cruz", practicaba la costumbre musulmana de sajar los bubones de peste de los vencidos, bubones de sangre y pus. La escena os repugnaba, pero finalmente os condujeron hasta el muro de la parte sur.
¡Miren, señores! ¡Allá arriba! -hubísteis de levantar la vista, mirando por encima de una cristalera, un conjunto de inscripciones sobre relieves, sin cierto órden lógico, y que parecían bastante antiguos (como si aquella pared y grabados pertenecieran al templo original, es decir, una iglesia más antigua). Estaban a unas cuatro o cinco varas de altura. Acto seguido mandó a Roderigo y a Nadir (al que miraba de manera un poco extraña, tal vez porque sabía que era judío), a que se internaran en la sacristía contigua y trajeran una escalera, la cual utilizaban para limpiar el interior de la iglesia.
Tras hacerlo*, el tipo apoyó su extremo justo por debajo de los relieves, a cierta altura. Y comenzó a subir. Mientras lo hacía, os seguía hablando.
Nunca creí que... pero ahora que lo veo más cerca... esos grabados poseen caracteres -se paró en la escalera, a media altura, y se giró hacia vosotros, como parar miraros dudoso de quiénens seríais tras venir preguntando por algo por lo que él mismo estaba sorprendiéndose-. Una vez arriba, leyó en alto, recitando, lo que allí ponía:
Exul ego clericus,
ad laborem natus
tribulor multotiens
paupertati datus
Veniat in brevi,
Iesu, bone Deus,
finis huius evi,
annus iubileus!
Moriar, ne videam
Antipapae frameam
Ceci cecos precipitant
implume aves volitant
brunelli chordas incitant
boves in aula salitant...
Era latín, no había duda. El tipo se quedó mirando los grabados, como extasiado, con los ojos muy abiertos, allá arriba, sobre la escalera...
¿Pero qué diantres...? -masculló-.
Roderigo: te dejo que te lleves algo de la sacristía de valor... pero tal vez tengas que buscar. Si me pasas una tirada de Descubrir (malus de -25%) puede que encuentres algo de valor.
Llevó Roderigo la escalera como le habían ordenado, mas por ver si había algo de valor que por otra cosa obedeció, pero nada encontró en esta iglesia. Incluso le daba cosa robar con tanto moribundo por todos lados.
Cuando el sacerdote leyó lo que allí ponía se quedó igual, no era Roderigo de latinajos. PEro algo le hizo reaccionar y echó Roderigo mano al estilete, por si acaso tenía que hacerle hablar o callar. Miró al de Ulloa esperando una señal y preguntó al sacerdote como si no pretendiese pasarle a cuchillo-O que pasa?
Motivo: descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 37-
Resultado: 81(+25)=106 (Fracaso)
Nada, jo :C
Los acontecimientos se precipitaban, mas nada podía yo extraer de semejante montón de latinajos. No era yo hombre de letras, y desde luego tampoco sabía Latín.
- ¿Pudieres trasducir aquestas palabras? - díjele - En el su significado pode estar la respuesta de nostro viaxe.
Entre tanto, miré a Roderigo. ¿Pretendía acaso acuchillar al sacerdote? O era otra cosa lo que había visto, y se preparaba para un ataque. Presto, alcé la vista hacia donde miraba el hombre, temeroso de alguna desgracia.
La reacción del monje me puso alerta, pero no dije nada. Mis compañeros ya habían hecho todas las preguntas pertinentes y solo me tocaba esperar a que fueran respondidas por nuestro interlocutor. Francamente, esperaba que su contenido no fuera demasiado comprometedor para nosotros.
Sí, claro... Veamos... -entonces el padre Crisagón volvió a leer desde el comienzo de los caracteres, entre los relieves, traduciéndoos al castellano a medida que pasaba la vista por ellos a tan alta altura-.
Yo clérigo desterrado/ -decía- nacido para penar/mil veces atribulado/abocado a la pobreza/Venga en breve/Jesús, mi buen Dios/el fin de este mundo/tiempo jubilar/Y muera yo, para no ver/ la espada del AntiPapa/ Los clérigos despeñan a los ciegos /vuelan sin plumas las aves/los borricos tañen la lira/los bueyes triscan por las clases.
El tipo, se quedó pensando, al igual que vosotros. Parecía no tener nada sentido, y algunas cosas eran realmente incoherentes. ¿quién era ese "clérigo" que decía todas aquellas cosas y que allí las había grabado? Acto seguido, el padre recibió una petició del médico De la Cruz, a traves de una voz desde el otro extremo de la sala. Necesitaba ayuda con los enfermos.
¡Ya voy! -entonces comenzó a a bajar. En cuanto estuvo abajo os habló de nuevo-. No sé si ello os reporta algo, señores. He de ayudar a quien verdaderamente lo necesita. Pueden quedarse a orar, si quieren.
Entonces se marchó con el médico al otro extremo del templo. Vosotros quedásteis allí, pensando en lo que os había dicho. McCormak, que se había hecho en los últimos tiempo más cascarrabias, refunfuño (al ver que era otro enigma a resolver...).
Haced una tirada de Descubrir (PER) (bonus del 25%).
Álvaro, tú haz también una tirada de Memoria (PER)
Medité sobre lo que acabábamos de descubrir, preguntándome como íbamos a resolver esto...
Motivo: Descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 49-
Resultado: 33 (Exito)
Roderigo vió al sacerdote marcharse y empezó a husmear entre donde había mirado este. Tenía que haber algo, cualquier cosa que les indicase el camino a seguir. Algo que les sacase de esta ciudad de una vez por todas y dejasen de respirar este nauseabondo aire.
Motivo: descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 37-
Resultado: 28(-25)=3 (Exito)
Quedé absorto en sus palabras, mas no perdí ocasión de agradecer la ayuda al sacerdote.
- Gracias por vostra colaboración. - dije - Sed con Dios, e que pase la plaga.
Luego medité sobre lo que había dicho. La espada del antipapa... ¿podía ser la hoja que viéramos en aquella cripta? Trataba de hilar, mas no encontraba un sentido a todo aquello.
Motivo: Descubrir (+25)
Tirada: 1d100
Dificultad: 40-
Resultado: 64 (Fracaso)
Motivo: Memoria
Tirada: 1d100
Dificultad: 10-
Resultado: 71 (Fracaso)
Fueron más bien aquellos dos hombres, Roderigo y Jaume, quien parecieron darse cuenta de lo que acababa de pasar. Aquella transcripción no hacía sino mostrar lugares interiores de la misma iglesia de San Cipriano:
Los clérigos despeñan a los ciegos /vuelan sin plumas las aves/los borricos tañen la lira/los bueyes triscan por las clases.
Aquellas palabras hacían referencia (o eso les pareció a los dos citados) a los capiteles interiores del templo. Cuatro de ellos, en concreto, representaban a una pareja de ciegos, el esqueleto de un ave de rapiña, un borrico tañendo una lira y un buey con toga de maestro en un pupitre...
Fue entonces cuando Richard McCormak se acercó a uno de los capiteles, lo observó y vió una rendija justo en su esquina interior (la zona de contacto entre la columna bajo el mismo y el muro que la albergaba). Era el capitel de los dos ciegos, y colocando su mano (pues era una persona alta) sobre ellos, hizo fuerza (cuando no estaban mirando el padre o el médico del lugar). Para su MAYÚSCULA sorpresa el relieve de la figura del capitel... cedio hacia dentro unos centímetros...
¿Qué hacéis?
Roderigo no se lo pensó dos veces, allí abajo se imaginaba que habrían grandes tesoros, además de lo que estában buscando. De modo que fué el primero en bajar, el primero que lo ve, el primero que se lo queda pensó Roderigo, que por si acaso iba con el estilete en la mano por si había algo "raro" allí abajo. Que no debería, pero ya habían presenciado tal cantifdad de cosas que no deberían ocurrir en este mundo que el de Lorca prefirió avanzar armado.
Con gran cautela, observé el interior de aquel lugar en el que Roderigo ya se adentraba (sin duda con obscenas intenciones). Miré a los demás, mientras con la yema de los dedos acariciaba el mango de mi hacha. Muchos peligros nos habían de aguardar ahí dentro, sospechaba yo.
- Credo que est hora de entrar, e plantar rostro al destino nostro. - dije - ¿Habedes una antorcha?
La oscuridad no sería, sin duda, la mejor aliada en la lid a la que nos enfrentábamos. Más valdría andar cautos y preparados, pues en aquello podía irnos la vida.
No sé si se ve algo dentro o no. Don Álvaro se adentrará en la gruta, pero tomando precauciones primero.
Chicos, os estáis confuendiendo. El capitel ha cedido un poco (como cuando, por ejemplo, pulsáis una tecla de vuestro teclado y se hunde en el mismo). No es que haya una puerta ni nada parecido :(
Con gran sorpresa, observé el modo en que aquel trozo de roca habíase desplazado, como si fuere arte de magia. Y tal vez fuéralo aquello, pues grandes prodigios estábamos contemplando en las nuestras andaduras.
- Acercad un candil, o algo que pueda dar más luz en aqueste lugar.
Di aquella indicación, mientras observaba con detenimiento la roca en busca de alguna pista. ¿Qué símbolos eran aquellos? ¿Qué significado podían tener? Estaban sin duda vinculados a las palabras que el monje había leído en el muro de la villa. Acerqué también los dedos, tanteando la piedra, aunque con gran cuidado. ¿Sería posible, tal vez, desplazarla? Eso intenté, aunque procuré asegurarme de que no sostuviere nada que pudiere descalabrarme.
Motivo: Descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 15-
Resultado: 4 (Exito)
Cita:
Perdón, máster. Leí la escena y me imaginé una gruta, y luego vi que Roderigo había hecho la misma interpretación. Toma este post como el bueno, y si quieres borra el anterior.
En lugar de eso voy a inspeccionar el capitel con sumo cuidado (he pasado Descubrir :P), y, eventualmente, tratar de moverlo hacia algún punto. Pero siempre asegurándome de que no sostiene nada que vaya a caerme en la cabeza.
¿Podemos hacer alguna tirada antes de bajar para descubrir algo?
Roderigo en el momento que vió que se desprendió el capitel fué a pasar la mano por el agujero que había para ver si encontraba algo. Imaginaba que sería algún escondite para otro fragmento de lo que buscaban. Y si se trataba de eso, el quería cogerlo, y a ser posible quedárselo. Que al final todos tenían su "reliquia" menos el, y a la hora de rendir cuentas el quería tener algo que mostrar, no vaya a ser que acabase de nuevo en el agujero.
Motivo: descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 37-
Resultado: 26 (Exito)
Perdón por la confusión, ya imaginaba un pasaje secreto :/
Roderigo no descubrió nada al presionar el capitel, sólo que se hundía un poco. Sin embargo, fue Richard McCormak, que pese a mayor aún conservaba la viveza de su vista, quien también reparó en otro de los capiteles de los que hablaban los relieves. Tras acercarse a ellos, vió que también poseían una pequeña rendija, e hizo lo propio: apretar. Otro chasquido, al igual que el de Roderigo, se formuló en su derredor. Don Álvaro y Jaume entendieron que los capiteles de los que hablaba el relieve de la pared eran como pulsadores de algún tipo, y así apretaron los dos capiteles que faltaban, cuatro en total...
Entonces fue cuando lo oísteis y vísteis: bajo el gran relieve una losa de la mismísima iglesia se abrió, dejándose caer como de la nada y estallándose en el suelo. Al fondo, el padre Crisagón y el médico De la Cruz no se dieron cuenta de nada, pero vosotros sí. Tras acercaros a la losa caída vísteis el interior: un hueco oscuro en el que sólo un objeto sobreslía: un cofrecillo de madera y metal, oxidado y corroído.
Aquel cofre, sencillo y misterioso, parecía hasta el más misterio sagrado que jamás vísteis, y fue una de vuestras manos (no sabríais decier de quién de lo absortos que quedásteis al contemplarlo) que extendió sus dedos y logró abrir el interior. Allí encontrásteis otra sorpresa: una extraña figura sentada sobre sus extremidades, con cuerpo de hombre, pero rostro de macho cabrío y de cuernos. Ella refulgía con un brillo inconcebible, pues era dorada por completo. Los ojos de Roderigo brillaron a la par, abriéndose de alegría como cuando dan de beber por primera vez a un hombre que ha estado meses en el desierto...
No sabíais qué representaba aquella figura, pero uno de vosotros siguió extendiendo la mano hasta tocarla, tal vez por algún influjo de atracción sin igual. Sus bellas facciones habrían sido obtenidas por el mejor de los orfebres. ¿Porqué habría colocado Sebastien de Lyones aquella figura allí? ¿Habría sido él? ¿Era una prueba más de la unión del Cielo y el Infierno?
Si tiempo atrás (no sabíais cuánto) el Cáliz de Valencia os había conducido al Edén,
ésta figurilla os atrapó hasta haceros perder la visión, la consciencia y tal vez el alma,
llevándos (según creísteis después)
al corazón de
los mismísimos ...
...infiernos.
Fundido en negro.
Escena cerrada. Pasamos a la escena final.