Partida Rol por web

Salen de la posada-Taberna y, una vez Gryg ha pasado por su caballo, se dirigen hacia el establo, siguiendo las indicaciones del tal Mark, el encargado de La Vela Muerta.

Llegan al lugar tras un corto tiempo caminando. El establo está convenientemente cerca del camino que lleva a la salida de la gran ciudad y, en este caso beneficioso para ustedes, sobre el camino que lleva a Middenheim.

Entran y el que parece ser el encargado los atiende

Buenos días señores - dice el hombre con una sonrisa en el rostro - ¿En qué puedo ayudarlos?

Hola, deseabamos un par de buenas monturas para mis dos compañeros, que puede ofrecernos le digo al encargado señalando a mis compañeros

No soy hombre de muchas palabras, asi que me quedo observando que hace....

Bueno, puedo ofrecerles dos caballos ligeros con silla y alforjas por 100 piezas de oro ¿Qué me dicen?

El hombre mantiene su sonrisa y alterna su mirada entre los integrantes del grupo

Me parece bien digo dejando care el dinero sobre la mesa, ahora montemos y dirijamonos donde nos dijo el cliente que ya es hora de empezar les digo a mis compañeros

He tirado para saber si el precio es adecuado o excesivo, también me gustaría comprobar que los animales están sanos y demás y que el trato es correcto si he de tirar alguna cosa más comunicalo... :P

Tremens coge por la riendas el animal y después lo inspecciona tal como si fuera un experto en caballo para comprobar que el trato era el adecuado, después de unos instantes asiente con la cabea.

 - Está todo como debe estar...  Seguidamente se monta encima.- Vayamos enseguida... 

El hombre coje con rapidez el dinero y, con la misma velocidad, lo guarda en algún bolsillo de su ropa.

Que tengan un buen viaje señores - dice con una sonrisa en el rostro para seguidamente ponerse a cepillar un caballo -

Partamos pues Dice Gryg haciendo que su montura empiece a galopar mientras es seguido por Tremens y Mortaz hacia donde el viejo les dijo que debian poner rumbo para proteger el libro

Monto y espero por Tremens para comenzar el viaje...

Los tres montan en sus respectivos caballos y se encaminan por el sendero en dirección a las puertas de la ciudad capital del imperio. En tan sólo unos momentos, alcanzan la muralla, las puertas están abiertas debido a la hora del día, aunque, como siempre, guardias la vigilan, estos los observan con miradas penetrantes y cargadas de desconfianza, pero, por suerte, no los detienen.