Te encuentras en la esplendorosa ciudad de Altdorf, capital imperial y fortaleza inexpugnable según algunos...
Estás paseando por una vereda un poco derruida alejada del centro de la ciudad... Parece que esta parte de la ciudad no está muy bien mantenida, aunque la infraestructura sí destaca por su calidad que, aunque antigua, aún conserva su "encanto"...
Las calles están bastante vacías ya que la noche ya se cierne sobre tu cabeza... Durante el día, has escuchado que un semiorco llamado Gryg está buscando interesados para formar una banda de mercenarios... El tal Gryg ha dejado su mensaje en varios establecimientos y, al parecer, los interesados que no puedan dar con él deben dirigirse a la taberna La Vela Muerta, a poca distancia de aquí, para dejar el mensaje al tabernero, quién se encargará de entregárselo al semiorco...
Esto te ha llamado bastante la atención y quizás puedas darte una vuelta por el establecimiento...después de todo, no todos los mercenarios son malvados y aún no tienes un lugar donde dormir...
La joven elfa sabía encontrar en cada lugar su propio encanto y misterio particulares.
Sabía muy bien que en lugares desconocidos no debía distraerse y bajar la guardia, que debía permanecer en alerta constante y ver las cosas que una persona normal pasaría por inadvertidas. Analizar cada detalle y ver claramente. De esa manera, había aprendido a sobrevivir con sus propios métodos junto a las enseñanzas de su Maestra, en este cruento mundo lleno de sorpresas.
Pero simplemente… no podía dejar de observar aquellas ruinas que tanto encanto desprendían, y dejarse hechizar por la noche que comenzaba a abrazar todos sus sentidos.
Miró hacia el cielo estrellado por unos instantes. Amaba observar aquellos luceros de la noche tan magistrales. Cada vez que lo hacía, captaba la conexión entre su pequeño mundo y el Universo, el canal por donde lo eterno e infinito, hace el amor con lo terrenal y finito, y dan hijos sobrenaturales, encarnados en ciudades llenas de encanto y enigma como la que se encontraba ahora mismo.
Caminar, transpirar, reconocer el terreno, buscar información y regocijarse en las trivialidades. Era lo que había estado haciendo todo el día.
Quitó la vista del cielo y regresó a su realidad. Pensó en un nombre que había estado rondando por su mente durante largo rato desde que lo escuchó por la tarde. Gryg. Se detuvo unos instantes para analizar la situación. Lo que había escuchado había atraído su atención pero aún no había decidido que camino tomar.
¿Una Banda de Mercenarios?... Me pregunto quién será ese tal Gryg. No puedo dejar pasar esta situación, algo me dice que debo ir a esa Taberna, mi instinto ha sido seducido y quiero averiguar por qué… además necesito un lugar en donde pasar la noche… Será mejor que apúre mi paso para llegar a ese lugar… ¿La Vela Muerta? ¿Qué clase de nombre es ése? Como sea…
Decidida, dejo guiarse por su instinto y partir hacia la Taberna lo más aprisa posible.