Partida Rol por web

17 de Octubre, 1891

Tragedia en el Crystal Palace

En horas de la madrugada, un evento imprecedente tuvo lugar en el Ala Norte del Crystal Palace, en donde se encontraban almacenados y custodiados más de cincuenta gatos de distintas razas. Estos felinos habían sido presentados la pasada noche por sus dueños para la preparación del Show Gatuno, que iba a tomar lugar en la última semana de Octubre.

Un número de éstos felinos fueron encontrados en el piso del Crystal Palace, la gran mayoría de ellos sin vida, los supervivientes con graves heridas. Se cree que pudo ser el acto de una o varias personas con un motivo incierto. De momento se busca al señor Joseph Wayland, quien estaba encargado de la vigilancia de este área y el cual no fue encontrado en su puesto al momento del descubrimiento.

Las razones por las cuales...

La noticia se extendía un poco más por el periódico pero no agregaba nada de importancia. Entre los gatos supervivientes habían encontrado a Bismuto, Nikolai, Mister, y Behold Teufel, siendo notificados sus respectivos dueños para ser recogidos. El evento, por supuesto, había sido cancelado por ese año, y se había abierto una investigación.

El señor Merriweather se encontraba en el salón de su hogar, apoyándose sobre un bastón. Exceptuando algunas marcas en su rostro y sus manos, nadie que no estuviera al tanto de lo ocurrido la noche pasada podría saber de las heridas que había sufrido. Observó a aquellos que habían decidido saber más[*] y que se encontraban ahora reunidos en el salón.

-Primeramente, quiero aseguraros que cumpliré en su totalidad con los términos de nuestro contrato.- Dijo. Su voz aún mostraba cierta debilidad, sin embargo no había perdido la firmeza y confianza que mostrara la primera vez que hablara con cada uno de ellos por separado. -Respecto a lo que vieron anoche... Existe la historia de que en hace cientos de años, cuando el sol se ocultaba, una monstruosa criatura rondaba y se alimentaba de las pobres almas que encontrara a su paso hasta que el sol volviera a salir. En aquel entonces, hombres que poseían capacidades mágicas pudieron contener a esta criatura. Más este tipo de magia viene con un coste, un sacrificio. Admito que no soy más que un aprendiz.- Llevó su mano al medallón en su cuello. -Y con el ritual realizado anoche parte de mi poder y energía fue consumido para poder llevarlo a cabo. Esto... tendrá secuelas, no sólo en mi, sino en el señor Knight y el señor Popov. Sin embargo tened por seguro que el objeto se encuentra ya a salvo, escondido, contenido, hasta encontrar la forma de destruir a la criatura en su interior. El trabajo de personas como la señorita Grant es esencial, pues al crear una red de luz alrededor del mundo, tendremos quizás más oportunidad de vencer a las criaturas que se ocultan en las sombras. Quizás incluso un día logremos matarlas de hambre.-

Apoyó su peso sobre el bastón. -Me interesa poder saber que, en caso de necesidad, pudiera contar con vosotros en el futuro. Especialmente me convendría la compañía de alguien como el señor Falkenhorst o el señor Knight. Aunque respecto al señor Knigth, entenderé que prefiera dedicar su vida a la familia... También considero que tanto las habilidades y conocimientos del señor Popov como de la señorita Grant podrán ser de gran ayuda.- Se mantuvo en silencio un momento, antes de mostrar una sonrisa. -Ahora, haced lo que hacen los ingleses: Recomponeos, recuperaos, levantad el labio superior, y continuad vuestras vidas.-

Había sido un día largo, pasado entre el sueño, los cuidados de Karen y promesas de contarle todo cuando esté seguro de haberlo resuelto. Promesas que no sé si podré cumplir. A fin de cuentas ¿Cómo podía creerlo? Bastante tuve ya con contener el impulso de romper todas las ventanas y espejos de la casa. Ya he contratado los servicios del mejor psicoterapeuta de la ciudad, pero ni con su ayuda creo que pueda volver a mirar un cristal sin sentir ganas de romperlo.

Con todo, acudí al salón de Merryweather vestido con un sobrio traje chaqueta, abrigo largo, guantes y bufanda que disimulaban la mayoría de apósitos y vendajes que cubrían las numerosas heridas que me provocó aquella cosa. Quiero... más bien necesito entender qué fue lo que pasó anoche. Si evitamos una gran catástrofe o sólo la retrasamos. La explicación de Merryweather sugiere algo a medio camino: evitamos el desastre pero no eliminamos su causa.

Entiendo entonces que el recipiente de piedra contenía a esa criatura, y que al haber permanecido cerrado en todo momento no llegamos a verla. Siendo ése el caso ¿Podría explicarnos qué fue lo que vimos? ¿Qué era aquella aberración sombría que nos atacó?...

Había disfrutado mucho del corto paseo hasta la casa del señor Merryweather. Mi vestido de entretiempo me permitía ocultar los moratones que se me habían formado y varios cortes que tuve que curarme, pero un largo baño caliente me había permitido deshacerme de los dolores y tensiones de lo que había pasado. Por lo menos de los físicos.

Saludo con amabilidad a nuestro contratante y al señor Knight, que ya se encuentra en la habitación cuando yo llego. Me siento en una silla y escucho atentamente lo que dice el señor Merriweather. En un momento determinado incluso empiezo a asentir con la cabeza.

Cuando el señor Knight hace sus preguntas inclino la cabeza, yo también estoy interesada en eso. Pero hay algo de lo que ha dicho que me ronda por la cabeza.

-No he podido evitar fijarme en que anoche el uso de los faroles nos concedió una gran ventaja a la hora de combatir esas...cosas.- Dirijo una mirada dubitativa a los caballeros que me rodean. Sé que la magia es ciencia que aún no entendemos, pero para mí eso no es impedimento para mi curiosidad.- Los faroles actuales son poco fiables en caso de que...eh...- intento ser delicada.- tengan que ser usados a la carrera. Al llegar a casa pensé en que un dispositivo portátil que generase luz quizás sería de ayuda...- echando la mano a mi bolso quito una pequeña libreta donde he esbozado un par de prototipos de mi variación del modelo Stirling, pero a una escala mucho más pequeña. Cada una de las piezas está cuidadosamente nombrada y dimensionada.- Esto es un farol eléctrico de bolsillo. Le he puesto de nombre “Vera Lumine”, y aún tengo que construirla. Pero estoy segura de que puede funcionar.- Dirijo una mirada medio avergonzada a mis acompañantes.- Ayer no fui capaz de dormir...pero me gustaría mucho ayudar en la medida de mis posibilidades a que...lo de ayer no vuelva a pasar jamás.

El señor Popov acudió a la cita como era debido, eso no significaba que no se doliese de las heridas aún no sanadas pero ocultas por su nuevo traje.

Sentía la irrealidad de ver como el mundo había seguido girando, las peticiones de remedios, anticonceptivos que no matasen a las desdichadas mujeres y hasta maquillaje sin plomo, aún muchas mujeres de los barrios pobres usaban "el espíritu de Saturno" o las  "Arsenic Complexion Waffers" de América debido a su reducido precio.

Había presenciado una pelea a navajazos sintiéndola algo trivial, desde luego puede que no se hubiese vuelto loco, se había psicoanalizado a falta de algún psicoanalista válido que conociese, pero sus valores habían cambiado enormemente en solo una noche. ¿Era algo bueno ver como una persona acuchilla a otra a navajazos y no sentir el mismo miedo y prevención que antes?

Seguramente si, la fortaleza mental de evitar ser consumido por el miedo le ayudaría en su cometido sin duda, además no tenía familia ni muchos amigos que acusasen su cambio de personalidad ni lo pudiesen criticar.

Con todo esto se sentó en el salón y escuchó tanto las palabras del señor Merryweather, el señor Knight y la señorita Grant con cierta curiosidad. Tenía sentimientos encontrados hacia ellos, pues aunque habían sobrevivido, también ignoraron sus palabras sobre como salvarles y se habían dejado llevar por el pánico.

Alexey era consciente de que ese era el comportamiento habitual y era él quien resultaba una excepción, pero eso no evitaba que pasado el peligro sintiese cierta incertidumbre y decepción si tenía que trabajar con gente que resultaría inestable cuanto menos.

Pero eso no significaba que fuese a demostrar su desdén o a perder la cortesía así que habló con voz suave y sin casi acento ruso -cuando habláis de secuelas, ¿qué tipo de secuelas podemos esperar? Y si solo sois un aprendiz, ¿quien os enseñó? ¿podría enseñar...nos a nosotros?- hizo una breve pausa antes de incluir a los demás que parecían deseosos de continuar.

A él le importaba un ardite la diferencia entre ciencia y magia, sabía que ambas formaban un todo y que era imposible aspirar a comprenderlo todo, a veces era suficiente con que funcionase algo aunque no se supiese el porque. Sin embargo ansiaba aumentar sus conocimientos sobre un mundo que apenas había empezado a vislumbrar y picaba en su placer por obtener nuevos saberes.

Solo dedicó unas palabras adicionales a la señorita Grant -quizá recordéis mis sales, son seguras, fáciles de transportar y no pueden generar ningún incendio ni accidente.

Eso no era del todo cierto, pero para un profano en química y alquimia lo que había hecho el señor Popov bien podía ser llamado magia y eran raros los componentes que hiciesen reacciones con los que proporcionaban luz, por lo menos en estallidos o llamas.

El señor Merriweather se tomó unos momentos antes de contestar primeramente al señor Knight. -El nombre de ese ser no puede ser pronunciado por bocas humanas sin llevarlas a la locura. La traducción más cercana aparece en manuscritos escritos por monjes de la Hermandad de Likir, ubicados en la India, más especificamente en Ladakh: se le llama "La Villa de los Guerreros Hambrientos". No se me ocurre cómo pudo haber sido despertado, pero podemos dar gracias de que no llegó a abandonar las paredes del Crystal Palace. Ahora que habéis abierto los ojos a lo desconocido, no os será difícil de entender la arquitectura tan poco común de ese museo. Con sus paredes de cristal y su armatoste de hierro es, dicho de un modo simple, una habil trampa para mantener encerrados a aquellos misterios que de ser descifrados liberarían los monstruos y pesadillas que una vez habitaron nuestro mundo.-

A la intervención de la señorita Grant, se pudo ver como una sonrisa de aprobación y admiración se dibujaba en el rostro del hombre. -Sabía que no me había equivocado al contrataros, señorita Grant. Me encargaré personalmente de que recibáis la financiación necesaria para que podáis continuar con vuestro proyecto, y puedo ayudaros con los contactos necesarios en América si decidís acompañar a vuestro padre.- Hizo una pequeña reverencia en su dirección, antes de cambiar su atención hacia el señor Popov.

-Temo que en ese punto sólo puedo especular. Podría manifestarse como una dolencia física de la cual no pareciera existir un motivo lógico, o quizás se presentaría en forma de lagunas mentales, que se irían ampliando con los años. Espero que no llegue a tal extremo.- Su mano se apretó en el puño del bastón, más no hizo otro comentario al respecto. A la última pregunta, le dirigió una misteriosa sonrisa de labios cerrados a todos. -Ah, sobre eso... Será una historia para otro día, señor Popov.-

FIN