Partida Rol por web

La mujer se había perdido un poco con eso de los bosques, las violaciones y no sabía cuántas cosas surrealistas ya, pero lo que sí que tenía claro era que parecía que habían conseguido su libro y que ahora, teniéndolo... ¿ por qué no se lo habían llevado a ella?

- Vale, hasta ahí lo he pillado.. - dijo mintiendo claramente, pero tan magistralmente que ninguno de sus esbirros se dio cuenta ( y aunque lo hubieran hecho no hubieran dicho nada). - ¿ Vuelto a preguntarte por qué no está aquí mi libro?

Empezaba a tranquilizarme por haber unido un poco las piezas tan subrrealistas, en ese momento vuelvo a sentir la perversa mirada de mi ama sobre mi cogote, tembloroso, vuelvo a quedar postrado a sus pies.

-Deje que zu buen Mozquito le de por fin buenaz notiziaz, apuezta e iluztrizima zeñora. No todo zon bozquez zilenciozos, coco-patoz, ni locoz come-uñaz... verá...

Si le dabamos todo el rato malas noticias al final se enfurecería mucho, mejor hacerle ver que no somos tan tontos, aunque en verdad lo seamos. 

Yo llevaba zu poderizizimo libro. Como fielez ezbirroz y lacayoz, noz puzimoz en marcha en buzca de zu Caztillo para entregarzelo. Y azí fue como nueztroz pazoz noz llevaron hazta la entrada de un lugar curiozo y aterrador.

Tardamoz un buen rato en dezcubrir que noz habiamoz metido en un laberinto, y para cuando lo dezcubrimoz, ya noz era cazi impozible recordar el camino para zalir. Condenadoz a pudrirnoz en aquel lugar, zin poder cumplir loz dezeoz de nueztra ama.

Permanezco en silencio unos segundos, los pensamientos se atropellan en mi mente buscándo la forma de salir de esta situación, si una cosa o virtus me caracterizaba, es que a pesar de ser débiles alimañas, casi siempre encontramos la forma de sobrevivir.

¡Y entonzez ze me ocurrió una gran idea!. Haze tiempo un viejo amigo me contó que loz laberintoz ze rezuelven zi ziempre vaz hacia la mizma dirección. No zé zi ezo zon gilipollezez o qué, pero el cazo ez que funcionó y acabamoz en la manzión del creador del laberinto.. Era un pequeño vampiro que no encontraba zu ozito..

Miro a mi único compañero, para cargarle un poco el marrón.

Triki le contará, mi zeñora, zi... el podrá hazerlo mucho mejor que yo.

Una sonrisilla maliciosa se dibuja en mis labios.

Sí, vuestra ama no podía negar que eso del laberinto era lo más ridículo que había escuchado nunca, pero no quiso decirles que eran estúpidos de nuevo, por mucho que hubiera funcionado, así que su vista se posó en el monstruo azul esperando a que le contara eso del vampiro.

- No me dirás que un vampiro te ha confundido con un oso, porque que yo sepa no son daltónicos..

Al menos, esa clase de vampiros no existían que ella supiese.

Traga saliva. La última vez le dolió mucho y parecía que justo iba a decir algo que la iba a enfurecer aún más. Aún tenía los huesos doloridos por la paliza, y había escuchado apenas sólo el final de la historia, y la crítica de la Señora.

- Pues... daltónico no sé.. pero un poco miope sí era. Nos asomamos a la ventana antes de entrar. Aún estábamos perdidos, y quizás, si no era muy antipático podría guiarnos. Pero nos encontró. O más bien se fió en Mosquito, que desde la distancia debía parecerse a un osito. Bueno, estamos casi seguros que se refería a él. - No creía que fuera  a él, Triki es azul, y los demás no parecían peluches. - Quizás fuera por los dientes. No son colmillos, pero algo se parecen.

Rememora todo lo que pasó después. La verdad es que era todo un poco lioso.

- El caso es que el vampiro se enamoró de Mosquito. O se encaprichó de él. O algo así. Empezó a correr hacia nosotros, hacía el gritando que si había revivido, que si ahora era un vampiro cómo él, que por fin iban a ser amigos... Algo muy raro. Yo por si acaso empecé a correr hacia el laberinto de nuevo, y creo que lo demás me siguieron...

No pude evitar romper a pequeñas carcajadas por el cabrón de Triki, la había tomado conmigo y de repente todos se habían convertido en una especie de violadores que querían romperme el culo. Quizá no era sólo un ardilla hija de puta, si no la que más buena estaba de todo el planeta.

Cuando todo parecía tomar un poco de sentido me adelante al bicho azul, dándole un disimulado codazo por la excusa que le había contado a nuestra malvadísima Señora.

-Zin dudarlo yo también zalí de allí mi Zra. no me van mucho loz vampiroz como ya dije, quizá tuviera algo que ver con aquella vampira de la tetaz, ¿ze acuerda?.

Ez igual, no debería zer improtante.. juzto al zalir encontramoz a nuestro zalvador para ezcapar de allí y volver a zu Caztillo. Mmm menudaz piernaz que tiene nueztra Zeñora, eztá máz buena..

Sacudí un poco la cabeza sin que nadie supiera a que cuento venía y nombré a nuestro salvador.

Era Ezpiderman, ¿verdad Triki?, o al menoz ze le parezía a él..-

Sí, la mujer recordaba perfectamente la descripción física de la vampira esa de la que hablaba Mosquito, pero seguía pensando que ninguna mujer era tan tremendamente atractiva como ella, así que simplemente levantó la cabeza como cuando una mujer escucha algo sobre otra y no la agrada demasiado hacerlo. Y fue una suerte, porque por mucho menos había castigado a alguien.

- A ver bicho azul... ¿ Qué pasó con ese Spiderman?

Así no iban a llegar a ninguna parte, cuando a ella lo único que la importaba era su libro y por qué no lo tenía.

¿Bicho azul? No era mal insulto. Todo lo que fuera azul molaba.

- Sí sí, señora yo se lo contaré. El vampiro nos perseguía, bueno a Mosquito, pero llegó la araña a salvarnos. Y si me permite decirlo... no me extraña que tantos elefantes pudieran balancearse en su tela, por que ¡menuda araña aquella!. Seguro que tenía galletas, si no se las había comido ya, claro.. ¡¡¡GALLETAAAAAS!!!.

Hacía ya bastante que estaba sin galletas, necesitaba más... ojalá todo terminase pronto y nos diese aunque fuera una limosna por nuestros esfuerzos. Aunque eso lo veía cada vez más lejos.

- Pues apareció de la nada, con la intención de "devorar" a todo el que pillase. Incluidos nosotros, el vampiro, y hasta el libro si se ponía. Pero algo nos salvó. El amor incondicional del vampiro hacia su oso. Sé que usted odia al amor, pero tiene que reconocer que a veces es muy útil, sobre todo si lo puedes usar para tus fines...

Pone una pequeña sonrisa, recordando aquella vez que hizo que la Preysler se enamorara de él para que le regalara Ferreros, que no son galletas pero para el paso valían.

- Bueno, continúo. Los dos seres empezaron a pelear. El vampiro primero lo hizo para salvar al oso, pero cuando vio la cantidad de sangre que manaba de ése hombre, no pudo parar. Y Spiderman... bueno al principio lo hizo por pillar comida, y luego ya por venganza. Así que con los dos peleándose entre ellos, pudimos continuar... hasta que nos dimos cuenta que no teníamos el libro...

- ¿ Que el amor es útil? No cuando os mandan a por un libro y venís sin él... !!

Aquella palabra rebentó a la mujer y no pudo contenerse puesto que el estallido de una bola de fuego fue lo último que vio aquel azul esbirro, saliendo rebotado incluso Mosquito, quien se quedó inconsciente durante un rato, pero cuando abrió los ojos la mujer estaba sentada en su trono y no había rastro de ningún esbirro más a su alrededor.

Su ama levantó la vista y lo miró cabreada...

- Sal de aquí antes de que me deshaga de ti también!!

El pequeño esbirro ni se lo pensó y salió corriendo tan rápido como pudo.

Un intento apenas perceptible de cerrar mis ojos, y la presencia de nuestra Sra. se movió. Fugaz, rápida como las sombras, de las que formaba parte. Así terminó con todos mis compañeros, y casi también conmigo.

Corrí nada más escuchar su advertencia, tropezando graciosamente y resbalando por el suelo pero sin llegar a importarme. Me deslicé en el último instante por el suelo con mi fusil para escapar de su castillo.

Desperté sobresaltado. De inmediato observé a la luz y miré alrededor, jadeante. -Tranquilo. No era necesario... ¿necesario el qué?. Maldito sueño, y maldita mierda.. casi me quedo sin ver a mi repollito. Si estuvieras aquí repollito mío..- Era ya de día cuando recordaba a mi espléndida ardilla-mujer. Me dolía todo, sobre todo la cabeza. Tenía la sensación de haber dormido fatal. Sentía los pies fríos.

¿Perdía el sentido?, ya era hora. Mi mente se desvanecía con la excitante imagen impresa en la retina de la Sra. Oscura. Algo me decía que las verdaderas pesadillas aún tenían que comenzar.