Partida Rol por web

Os encontrais en el interior de esa enorme mole de metal y chatarra que crepita bajo vuestras pisadas.
Aqui dentro de esta nave estrellada, no sufrís el terrible azote de la tempestad. Pero fuera preferible, ya que la seguridad de ese lugar era muy discutible.
La nave se encontraba en la loma de un saliente que amenazaba de ceder y precipitarse al vacío de la gran garganta del cañon.
Maxi, el ingeniero jefe de los constructores, había hecho un buén trabajo apuntalando la zona, aunque eso no era suficiente garantía.
El ordenador de Tyrol indicó el modelo de la nave: Invictus. Un destructor de la armada del Principe. Solían ser usados en misiones de reconocimiento ante posibles amenazas.
En esos momentos os encontrabais en la popa de la nave. Donde se encontraba el puente de mando.

Ryusei era uno de los constructores que acompañaban al ingeniero mecánico Tyrol. Tal y como había indicado el Dr Bohr, teníais que ncontrar la caja negra del aparato.

Al caminar por los los oscuros pasillos que tramaban los intestinos de aquella nave de guerra, os dais cuenta de un hecho escalofriante; No había restos ni evidencias que allí hubiese habido alguien. Ni cadáveres, ni evidéncias de vida... Las cápsulas de escape se encontraban todas en sus lanzaderas. Nadie había abandonado la nave, pero sin embargo no estaban dentro tampoco. Todo estaba oscuro y vacío en un siléncio sepulcral.

Al cabo de un rato llegais al puente de mando. Dos grandes ventanales se repartían ante vuestros ojos. Os imajinais miles de estrellas y mundos vistos através de esas ventanas. Los mandos y monitores se repartían a lo largo y ancho de la sala, como si del cerebdro de un cadáver se tratara.

Éste no era un trabajo cualquiera, bien lo sabía. El aire estancado de la nave se mete por todos los poros de mi piel y me provoca unos continuos escalofríos. No sé porqué me sacaron de la sección Lambda, allí estaba más tranquilo, sin complicaciones...

La sala es gigantesca e impresionante pero algo hace que me detenga.

- Sr Tyrol, mire ahí....

Entonces fué cuando, justo debajo del panel de control que había frente la silla de pilotaje, parpadeó una luz. Justo debajo se encontraba la caja negra.
Al parecer la nave guardaba algo de energía.

 Karl dió una palmada de aprovación a Ryu, -bufff, ¿si es un perro me muerde!- Karl había estado distraido pensando en temas que no tocaban ahora.

Se dirigió de inmediato a acabar el rescate de la caja negra, ahora solo importaba cogerla y salir con vida de aquí. -ven chico, ayudame- dijo a Ryu apremiandolo. -mientras menos tiempo estemos en esta nave fantasma, mejor- echó mano a su cinto en busca de las herramientas básicas.

Karl nunca había sido demasiado supersticioso, pero su intuición de mecánico le hacían fiarse más de que los trabajos de Maxi resistieran la tempestad, que de lo que fuese que había pasado aquí. 

En el panel de control parpadeaba una luz bajo un letrero: CONTENEDORES MAGNÉTICOS
Suponeis que ese sistema estaría retroalimentado y, apesar de que la nave estaba desconectada y sin energía, aquel sistema la mantendría durante años.
Extraeis la caja negra. Se trataba de un aparato no mas grande que un maletín pero de considerable peso. Entre los dos lo conseguís arrastrar.
Encima del panel podíais conectar la caja negra para sacar la información.

De repente un crujido hace que toméis consciéncia. El temblor que lo siguió os puso la carne de gallina.
-La tormenta ha empeorado! no creo que aguante mucho mas...- Suena la voz de Maxi por el intercomunicador. Aunque, justo después, otra voz hablo:
-Tonterías, debeis acabar con la investigación.- Esta vez habló Mike.

Miro a Tyrol como esperando una respuesta. Después de todo, él decide. Pero no parece tener intenciones de que una tormenta deje a medias su trabajo.

Empiezo a buscar en la caja de herramientas el cable necesario para conectar la caja negra al panel y una vez lo encuentro, se lo alargo al técnico.

- Aqui tiene.- me levanto y apoyo las manos en mi cintura esperando a ver que es lo que ocurre.

El vello de su nuca estaba erizado desde que tomo consciencia dentro del Invictus y eso no era bueno, nada de lo que hiciesen era ni mucho menos prudente.

-Tal vez sería mejor largarnos y mandar a paseo a Mike.- Miró a Ryu severo.

-No me gusta Mike, no me gusta estar en una nave que esta a punto de despeñarse y no te imaginas como me pone de nervioso la Invictus en sí, pero parece que la curiosidad es mayor que el miedo, ¿no?- Entonces sonrió y se dispuso a compartir con su equipo el secreto que guardaba la caja negra.

La espera le serenó, relentizó su pulso y su atención se convirtió en su único estimulo.

Tal y como habíais descubierto hacía unos momentos, toda evidencia de vida humana se había desvanecido sin dejar rastro. Todo estaba en su lugar exceptuando, claro está teniendo en cuenta el aterrizaje, las placas del techo que se repartían por doquier y las deformadas paredes que daban la impresión de estar entre los fauces de un cadáver.

Tyrol coloca la caja negra en la consola y los datos empiezan a surjir. Un pequeño disco sobresale y empieza a grabar los datos en él. La información cae muy rapidamente, pero podeis leer parte de ella; al parecer toparon con el planeta hacía un par de meses. No pudiron escapar, algo les retuvo...

De repente sufristeis una nueva sacudida. Esta mucho peor, Que fué acompañada por un claro desplacamiento del monstruo metálico.
-Mierda!- Tronó la voz de Maxi. -¡Entro a por vosotros, os voy a sacar de ahi arrastras si hace falta!-
-Ni hablar!- Dice de nuevo Mike. -Salid de ahi, y traed los datos recopilados. Son de vital importancia!-

El movimiento no cedio y aumentó en violéncia. Hasta el punto que os obligaba a agarraros para no caer.
Aquello se venía abajo.

 Alzó la cabeza para comprobar que todo el equipo se encontraba bien y trazo un mapa de escape mental buscando la salida por el camino más rápido, se maldijo por la distración al entrar en la nave, no tenía clara la imagen de la entrada allí.

Agarró el disco de datos y gritó como un poseso -¡Salgamos de aquí!- Se volvió a maldecir por no tener tiempo para comprobar que los datos estuviesen grabados y señaló a Ryu para que les guiara fuera, (después de todo el chico parecía bastante despierto y sereno) -Chico, sácanos de aquí-

Karl corrió junto a Ryu durante el tramo que tenía claro para orientar al grupo, después dejó adelantarse al joven operario para intentar en segundo plano recordar sobre la marcha por donde diablos habían venido, después de todo habían estado deambulando por la nave y no habían seguido un camino directo al puente de mando.

Minetras corro detrás del técnico me pregunto porqué me llama 'chico'... no debe tener más de un par o tres de años más que yo... En fin, es curioso lo que uno piensa en un momento de estress.

Al final Tyrol se para y me deja avanzar. Llevo toda la vida trabajando dentro de estructuras de edificios y aunque esto es una nave, me sirve para poder orientarme con bastante exactitud, sólo hay un problema.

- Es por aqui, señor. pero... -me tomo un momento para plantear la frase- Después de este ultimo movimiento la estructura parece ser muy frágil, podría derrumbarse encima nuestro.

Miro alrededor y se me ocurre algo.

- Hay otra opción... pero deberiamos rodear la zona y no se cuanto tiempo aguantará esto... Usted decide señor - Los sudores frios recorren mi espalda.

 Estaba claro que el operario Boucher tenía iniciativa y sangre fría, hacía tiempo que no veía tales actitudes en nadie que a estas alturas no fuera jefe de algo. Asintío dando la aprovación y movió su brazo en alto para señalar al resto que haía que seguir por ahí.

-Si me sacas de ésta le pediré a Maxi que te traslade a mi equipo ...- Hizo una pausa para respirar, estaba en forma, pero Karl era algo corpulento. Después siguió hablando. Quizás no era el momento, pero ahora era la única manera de mantener la cabeza fría  -... ¡Porque nos habrás salvado la vida!- 

Entonces corrió todo lo que pudo, mirando atrás para que nadie se refagara, era responsable de todos ellos y no iba a permitirse dejar a nadie atrás. -¡correr!-

Arrancasteis a correr con todas vuestras fuerzas.
Justo ante vuestras narices visteis como se quebraban las estructuras que mantenían el casco de la nave. Entonces el metal se deformó emitiendo un sonido terrible. Como en una ultima agonía de aquel monstruo.
Poca cosa podeis hacer más que intentar agarraros a las barandillas que aún quedaban en las lomas de los pasillos.
La ingravitez provocada por la aída libre os hace notar el estómago en la garganta. Aquella sensación de ahogo y adrenalina. Solo os cabía esperar la desgrácia entre toneladas de chatarra.

Entonces fué cuando os visteis envueltos por una luminosidad cegadora. Entre aquella blancura dejasteis de sentir la caída y os sentisteis flotando enmedio de un universo vacío.
¿Significaría aquello que ya estabais muertos? Era preferible ante la imagen de vuestros cuerpos sepultados por el metal.