Creo que seria mejor ir a la pueblo y a la comisaria. En la comisaria tendríamos más armas y más posibilidades de avisar a alguien.
En cuanto a la luz, no se que pensar. Hasta ese momento todo eran dudas, no había ninguna certeza de que eran esos bichos y lo que podían hacer.
Muy bien... pero llevemos todos linternas, al menos. Y algún arma, por si acaso. Sophia fue a la cocina y cogió el cuchillo más grande que vio.
Si alguien no tiene linterna y podemos encontrar suficientes en la casa (rápidamente, sin tardar media hora), me aseguro de que todos tenemos una antes de salir.
Sophia encontró fácilmente las linternas que necesitaban y pronto dejaron el lugar.
La noche era más oscura que nunca. Las hojas de los árboles danzaban al compás del ulular del viento. Algunas se desprendían de sus ramas y dibujaban delirantes figuras en el aire. El cielo comenzaba a nublarse y tenues destellos aparecían fugazmente bajo las nubes. Todo parecía indicar que se avecinaba una tormenta.
Continuamos en la siguiente escena.