A pesar de la heridas el agente de policía aun conservaba fuerzas para poder romper el capullo que aprisionaba a Lily.
Motivo: Accion
Tirada: 1d6
Resultado: 5
Entre Robert y Sophia pudieron liberar fácilmente a la chica de aquel capullo asqueroso. Ni bien estuvo libre, Lily se puso histérica.
-Tengo que salir de aquí. Ya viene. Me va a comer! Me va a comer!
Antes que pudieran reaccionar, la chica salió corriendo por uno de los túneles y la perdieron de vista.
En otras circunstancias, tal vez habrían intentado buscar a Lily. Pero no había tiempo para eso. Los pasos se sentían ya muy cerca. Entonces se voltearon y lo vieron. Big Smokey, ahora sí, hacia honor a su nombre. Ya era tan grande como una casa de dos pisos. Apenas cabía en aquel túnel. Avanzaba con pasos pesados haciendo que el suelo vibre bajo sus patas. Había visto toda la escena. La expresión en su rostro lo decía todo. Le habían quitado SU comida. El rugido que le dedicó a nuestros héroes resonará en sus pesadillas por mucho tiempo.
Ahora si. La confrontacion final.
¡Rápido! Hay que correr hasta el camión para que así encuentre toda la comida. Dijo el policía girando rápidamente sobre sus talones y agarrando de la muñeca a Sophia. ¡Hay que correr!
Sophia corre con Robert mirando hacia atrás de vez en cuando para vigilar la situación de Big Smokey. Coge algunos puros del bolsillo y los tira, para ganar tiempo mientras van a coger la comida.
Gracias a los cigarrillos que arrojaba Sophia, big smokey se entretuvo lo suficiente como para no poder alcanzarlos hasta que llegaron al camión. Una vez allí, continuaron con el mismo juego, pero reemplazando los cigarrillos con carne.
Big smokey los seguía y se iba comiendo la carne que arrojaban desde el camión. Pudieron ver como se inflaba y se le abrían nuevas heridas, que ya no podía tapar. Pero el monstruo era tan glotón que seguía comiendo, a pesar de sus heridas. Se infló, se infló y se infló. Llegó a ser tan grande que incluso comenzaron a temer que nunca pararía de crecer. Pero llegó un punto en que ya no pudo más. La expresión de su rostro entonces cambió. Se dio cuenta demasiado tarde que se estaba sintiendo mal. Emitió un último rugido, esta vez no de ira, sino de dolor.
Entonces su cuerpo reventó como un globo de baba asquerosa, bañando el camión. La tierra estaba a salvo.
Unos metros más adelante encontraron a Lily, vagando sin rumbo por el campo. Se detuvieron a ayudarla. Estaba en estado de shock y tardaría un tiempo más en recuperarse, pero estaría bien.
Cierro esta escena y pasamos al epílogo.