- Lo es, créeme. Pero no te contaré nada de él. Mejor que lo descubras tú solo. Eso sí, tiene problemas con la tecnología y le estoy enseñando al igual que yo le consulto sobre otros temas que no controlo, pues es evidente que su sabiduría no es la misma que la nuestra. Además, es bueno tener a un ángel de verdad a tu lado. - Le guiñé un ojo pues en este caso me refería a él, no a Nate.
- Entonces es que no te gustó su trasero. - Bromeé con ello, queriendo quitarle importancia al tema. - Pero lo importante es que sé que al menos tengo a un guía para el bosque, que ha sido soldado y que sabe coser heridas y mal que bien poner inyecciones. No me extraña que Ash te quisiera preparar para este mundo. Eres un filón, un diamante en bruto al que solo hay que pulir. - Aunque la verdad es que yo le haría otras cosas y por ahí acabó desviándose el tema.
- Jim, esa rabia no me asusta, porque he visto cosas peores y sabiendo canalizarna no es un problema. Si mi difunto marido hubiese sido como tú, quizás aún mi familia viviría. Por lo tanto mira lo mala que me parece esa rabia. - Cuando contó lo de la mujer, me sentí algo celosa. Eso no era bueno para nada. No debía implicarme emocionalmente con nadie y lo estaba haciendo con él a un paso que no podía controlar. - De aquí a que salgamos de este pueblo, acabaré enamorada de él, tengo que frenar como sea.
- ¿Puedo serte muy sincera y directa? - Le pregunté mientras pensaba como decirle aquellas palabras. - Me da miedo abrirte de manera exclusiva mi pista de baile por lo que pueda pasar en ella. Pero si quieres entrar, sabiendo lo que sabes, puedes tirar la puerta abajo sin problemas... porque ahora mismo para ti es solamente una puerta de cartón. - Y le miré a los ojos aprovechando que estábamos en un semáforo.
- No sé si debí decirte esto, porque lo mismo complica todo. - Añadí al final arrepentida de mis palabras tan claras y directas. - Pero que sepas que cuando esté trabajando, me vuelvo fría y suelo hablar poco. De hecho siempre suelo hablar poco y no bromear si quiera. Te lo digo para que no pienses que me he enfadado ni nada. Simplemente es que me meto en lo que soy y... de donde no suelo salir casi nunca. - Le dije a Jim dándole a entender claramente que si había salido de mi zona de confort había sido por él.
- Suelo ser una cazadora, Van Helsing para mis enemigos, a tiempo completo. Estar de este lado, te aseguro que casi no se ha visto en estos últimos cinco años. - Y con eso guardé silencio, porque mi interés por él estaba más que claro. Aproveché para guardar las bengalas y los petardos en bolsas que irían en mi cinturón y el zippo donde no lo perdiese.
Antes de guardarlo lo miré. Pasase lo que pasase entre ambos, sería un buen regalo de despedida para él.
Lo tendré en cuenta. Supongo que desde la nube celestial es difícil seguir los adelantos tecnológicos - sonríe por la broma de Scarlett - Si sigues subiéndome el ego tendremos que pedirle a él que lo busque ahí arriba.
Baja la puerta posterior de la pick-up para que Scarlett pueda meter lo más voluminoso de su compra - Eso te hace diferente a la mayoría de personas que he conocido. Te has enfrentado a cosas mucho peores que un tío con problemas de ira y has salido adelante. Tengo muchas preguntas que hacerte sobre los monstruos contra los que has luchado y espero que tengamos la oportunidad de hablar largo y tendido.
Cierra la puerta y se dirige hacia la parte de delante - No te imagino de otra forma. Si te sirve de consuelo yo tampoco estoy seguro de a dónde nos llevará esto, pero sí tengo claro que me interesa de verdad, y ése es el mejor primer paso que se puede tener.
Asiente con vehemencia - Por eso no te preocupes porque yo trabajo igual. En mitad de un combate haces lo que tengas que hacer para sobrevivir tú, y si puedes haces lo que sea para que tus compañeros salgan con vida. No hace falta que me cuides tanto ni tampoco te arriesgues a que te maten por mí. Deja que me zurren y que yo les zurre a ellos. Quiero ver hasta dónde puedo llegar peleando sin contenerme...
- Solo te digo lo que veo y siento ahora mismo... y sí, se te nota que casi no sales por la puerta antes, menos mal que es doble. - Bromeé con aquel tema con Jim. - Pero, ¿para qué mentirte cuándo no sé ni cuanto tiempo estaré aquí? Además, ya miento demasiado en mi trabajo. Si quiero llevarme algo bonito de este lugar, como un buen recuerdo tuyo, prefiero que sea todo sincero desde el principio. Si te hubiese mentido durante la comida, ahora no estaríamos aquí hablando de nada de esto.
Pasamos al segundo plato, el de los monstruos y una conversación pendiente sobre ellos. - Lo que quieras y necesites. Sabiendo lo que sabes ya gracias a Ash y viendo que es verdad, ya me imaginaba que tendrías cientos de preguntas que hacer. No soy una enciclopedia con piernas como era él y seguro que algunas cosas las he olvidado, pero trataré de satisfacerte en todo lo posible.
Y sus siguientes palabras me parecieron las más importantes de todas las que me había dicho hasta ahora frente a lo que podría pasar entre los dos. Porque habló como si de una realidad se tratase, donde él tenía interés. Al menos mi exceso de sinceridad dio sus frutos, aunque veía que aún estaba lejos de recogerlos, pero ya era un buen empiece. Su mirada y su sonrisa me hicieron babear por él, metafóricamente hablando, como hacía años que no lo hacía por nadie.
- Me alegra ver que apuntas un poco más alto que yo ahora mismo. Me reconforta esa idea realmente y espero que pronto sepamos a donde vamos. Más que nada porque no sé si es que tengo tanto miedo que no quiero mirar o porque no quiero hacerme ilusiones de más o que hace tanto tiempo que me cruzo con nadie tan especial como tú que no recuerdo que viene ahora... pero me alegro de que al menos el primer paso sea el mismo para ambos. - Ya nos encontraríamos por el camino o el miedo me haría alejarme de él como una niña de un lobo.
- Te daré cuerda, pero la justa Jim. A fin de cuentas para mí va a ser complicado de por sí darte un mínino de cordel, porque solo pienso en protegerte ahora mismo, más que a cualquier otro civil. Y bueno, a parte de la situación en sí de combate, me vuelvo muy gruñona cuando algo sale mal. O más bien me vuelvo como realmente soy... sin alguien como tú delante.
Y tras aquella nueva confesión, donde yo solita me había arrojado contra las cuerdas, guardé silencio para no meter más la pata con él. Pero algo me decía que precisamente todo lo valoraba en mí... aunque no sabía si se tomaría a bien que era una maldita gruñona... y que él era quien me estaba haciendo ser... distinta.
Jim sube a la furgoneta y arranca el motor - Bien, me alegra que lo hayamos hablado. Ahora estoy deseando meterme en faena. Vayamos a buscar a tus colegas y veamos qué secretos se guardaba Ash y a partirle la jeta a algún demonio...
Lo siento, pero no se me ocurre cómo seguir esta conversación sin repetirme. De todos modos ha sido muy entretenida y he sacado unas cuantas ideas para futuribles episodios de Sobrenatural - Legado.
¿Sabes una cosa curiosa? Estuve tentado de llamar a la serie Supernatural - Legacy, pero acabé decidiendo que qué pollas, que en español suena mejor XDDD
Jim estaba conforme con la conversación y la verdad es que era de agradecer, pero yo tenía mis dudas y mis miedos. - ¿Estás seguro de que no te importará que de golpe me convierta en un sargeto con malas pulgas y que grite a todos? Porque es como suelo reaccionar cuando todo va mal y... - Suspiré. - No quiero que nada vaya mal contigo a partir de... cuando te conocí... hace solo... - Miré el reloj. - Ni dos horas.
Ni dos horas y ya había perdido media cabeza por él por no decir que la cabeza completa. - Espero de verdad que mis compañeros no te asusten o disgusten, digamos que ser raros viene unido a ser cazador. Lo viste con Clarke, lo estás viendo conmigo, que no sé quien es el Terminator ese... lo verás con ellos. - Le dije tras subirme en el vehículo y ponerme el cinturón de seguridad, eso sí, con la chaqueta quitada y marcando el pecho de nuevo. Según él le atraía, pero no le había visto mirarme ni una sola vez el cuerpo en sí. Era algo que se me hacía raro.
- Y dime Jim, a parte de una supertienda donde hay de todo, un restaurante donde se come de lujo y no sale caro y un hombre tan encantador y sexy como tú, ¿qué más tiene Thirteen Pines para ser un lugar turístico? Porque ya sabes que no ha sido el turismo lo que me ha traído aquí y realmente no sabes lo que agradezco haber dado contigo. Sobre todo por mi Dama, que dormirá calentita esta noche con buena compañía... que a saber que me espera en el Autumm ese donde han cogido habitación estos sin mirar. - Iba con segundas todo aquello. No iba a meterme en su casa y menos aún en su cama sin invitación previa, pero tampoco quería forzar nada aunque sabiendo que algo había entre los dos, me sorprendía que aún no nos hubiésemos tocado.
Y Dios. Nadie mejor que yo sabía lo que era necesitar un abrazo de alguien como él. No por su físico, sino por lo que notaba que sentía por él en sí. Me daría lo que nadie más en estos últimos cinco años habría logrado darme. Y me acomodé en el asiento, mientras Jim conducía. - Creo que debí cogerle más chuches a Jessy... - Dije cuando la tienda ya había quedado atrás. - Espero que ella lleve, sabe que no pueden faltarle... es por la magia. - Le expliqué a Jim. - Imagínate que es diabética y de las que necesitan insulina, ya sabes, que el azúcar en sangre les cae en picado... pues a ella le pasa algo similar cuando usa la magia y necesita las chuches para estabilizar su cuerpo. Espero que no tengas que verlo, pues eso implicaría que las cosas no van bien.
Yo hubiese sido más rara, hubiese llamado a la partida: Sobrenatural: Legacy simplemente porque me gustan más esas dos palabras, que Supernatural parece que va a venir Superman a socorrernos en cualquier momento y Legado... me suena soso comparado con Legacy.
Si con eso evitas que me maten, no me importa que te conviertas en la Sargento de Hierro - contesta Jim - O en la teniente O'Neil.
Tuerce un poco el gesto - Mientras ninguno de ellos me salte al cuello al grito de "¡Allahu Akbar!" todo debería ir de maravilla. Os dedicáis a cazar demonios, así que no espero encontrarme con la pandilla de Scooby Doo ni tampoco con personas que tengan aspecto de poder ganarse cómodamente la vida en un trabajo de nueve a cinco.
Se rasca la barba pensativo - Bueno, está el bosque con rutas de senderismo de todas las dificultades que quieras. Y zonas de acampada cerca del río Arrowhead, donde en primavera se pueden pescar unas truchas moteadas enormes. También está la piedra de los Barrett, que atrae a los aficionados a lo sobrenatural con las teorías más locas que te puedas imaginar, desde portales a todos los mundos que quieran a puntos de contacto con los alienígenas. Como mínimo una vez al mes viene algún chiflado a intentar demostrar su teoría sobrenatural. Sabiendo lo que sé supongo que han tenido suerte de llevarse un chasco.
Señala con una mano el edificio de dos plantas al que se dirigen - Ahí tienes el Autumm Goddess. La gente dice que está limpio y es muy cómodo, pero si lo prefieres puedes venir a mi casa y te ahorras la cara de vinagre de la señora Bates.
Pone expresión extrañada por lo de Jessica - Nunca he visto a nadie hacer magia de verdad, así que me creeré tu palabra. Si hace falta tengo una pequeña nevera con cervezas y Coca-Cola, cada una con sus quince cucharadas de azúcar bien disueltas...
- No voy a permitir que nadie te mate, Jim. Eso tenlo muy claro. - Le dije muy seria. - Al menos mientras pueda evitarlo. - A pesar de sus siguientes palabras las cuales no pillé, quizás porque hacía referencia a algo que yo desconocía. - ¿Teniente O'Neil? ¿Quién es ese? ¿Algún mando tuyo? - Pregunté con toda la ignorancia e inocencia del mundo por el desconocimiento del mundo del cine.
Entrecerré los ojos con lo de la pandilla de Scooby Doo y le di un codazo de broma. - ¡Oye! ¡Que no somos tran frikis como aquellos! - Mi voz se agrió un poco. - A mis hijos les gustaban esos dibujos. - Le dije con dolor en mi palabras.
- Bueno, no tengo ni idea de pescar, pero puede que en primavera, si me dan un respiro, pueda pasarme unos días por aquí para aprender. - Le tiré a Jim, dejándole de alguna manera claro que me gustaba tanto que me daba igual tener que irme y volver más adelante para estar con él, pero sin ser descarada, tras su explicación de lo que había allí que atrajese a la gente. Yo tenía claro que no iba a ir a pescar... salvo que fuese a él.
El viaje llegaba a su fin. Aquel era el Autumm Goddess. Un edificio de madera que se alzaba frente a nosotros. No tenía mal aspecto, así que por una vez Dexter acertó. Y en ese momento me habla del lugar y me hace una invitación que me pilla por sorpresa a la cual añade al final cervezas y coca cola.
- Hombre, pues... teniendo en cuenta que mi moto va a estar como una reina en tu garaje, te aseguro que no me importará nada, siempre que no sea molestia, ir a tu casa mejor que estar aquí. No me disgusta el sitio, pero creo que tu garaje será más cómodo incluso que una de sus habitaciones. - Bromeé con aquello, pero la era verdad. - Y para ver una cara de vinagre, prefiero ver la tuya... al menos me alegras más el día y la vida, Jim... y no es solo porque vea una cara bonita, eso te lo aseguro.
Yo te cubro, tú me cubres. Así se funciona mejor. Los héroes solitarios quedan muy bien en las películas pero en la vida real no suelen durar mucho.
Enarca una ceja - Tú yo tenemos muchas visitas pendientes al cine.
Se arrepiente de haber mencionado esos dibujos - Lo siento, metida de pata - Se recupera ante el plan de pesca - A mí me gusta bastante. Hay que estar tranquilo y en silencio, así que nada de móviles, I-pods ni nada de cacharrería electrónica. Solo tú, yo y un par de cañas.
Detiene la camioneta en el aparcamiento del hotel - No me molesta si a ti no te molesta el desorden de una casa de soltero - bromea - No hace falta que te quedes en el garaje. La casa está un poco patas arriba pero sigue habiendo sitio para otra persona...
- La verdad es que... - ... yo sí que te cubría... pero de otra manera... - ... no me ha ido mal en estos últimos cinco años. Quiero decir que no he muerto ninguna vez, así que tan malo no es. Pero claro, lo importante es saber pedir ayuda cuando se necesita y no ir de héroe suicida. - Aunque yo lo había hecho en alguna ocasión, sobre todo cuando el dolor por la pérdida de mi familia me superaba. - Pero tranquilo, no sé porqué tengo la necesidad de cubrirte el trasero. ¿Quizás porque la cazadora soy yo y tú el apuesto guía al que no quiero que pase nada malo?
Cada vez tonteaba más con él, cada vez me sentía más apegada a él y no le conocía, pero sentía que llevaba media vida a su lado. Quizás nos conocimos en otra vida y nos hemos reencontrado en esta...
Veo como enarca la ceja y cada vez me gusta más ese gesto suyo. - ¿Qué es un cine? - Pregunto seria para luego romper a reír. - Tranquilo, sé lo que es. Y si son tantas visitas pendientes, creo que me tendré que quedar por aquí una temporada más larga de lo que tenía planeado. Me imagino que ropa y mudas las venderá Hunt, ¿o hay tienda de ropa? Y cine... por lo que dices de este lugar me da que el cine como no lo monte Hunt por las noches en su tienda...
Y es que aquel hombre parecía tener de todo. - Tranquilo, no lo sabías y no suelo hablar con nadie de ellos. - Le dije frente a la metedura de pata con los dibujos de Scooby Doo.
En cuanto al plan de la pesca le miré y le sonreí. - ¿Cuándo dices que empezamos? Aunque creo que llevaré mal estar callada contigo a mi lado... juro que no hablo nunca tanto. Pero puedo hacer el esfuerzo por probar algo nuevo para mí contigo.
Me molesta llegar a nuestro destino, aunque trato de ocultarlo. - No te preocupes por eso. Seguro que mi piso está peor que tu casa. Además que me dejes entrar en ella y no dormir en la cochera es todo un detalle por tu parte. Seguro que ya tienes en mente donde dormiremos cada uno. - Miré a Dexter y Jessy, ya tocaba salir. - Y no me vengas con la caballerosidad de "yo en el sofá y tú en la cama que eres la invitada", porque te advierto que acabaremos durmiendo los dos en el sofá.
Lo cierto era que esta vez no buscaba tontear, pero salió así y es que me daba rabia cuando la gente te dejaba su cama y se iban al sofá a dormir cuando pasabas una noche o dos en su casa. A ver, si estuviese herida vale, pero si me quedo en casa de alguien donde no va a pasar absolutamente nada más que dormir, prefiero que el anfitrión se quede en sus aposentos y descansar yo donde sea.
Incluso en el garaje, aunque ese ya estaba descartado.