Partida Rol por web

Felipe se reune con Sergio en su piso.

Barnacity, el futuro

Alejo Primero, un librero demente, amo y señor de la voluntad y el espíritu de Philip K. Dick conquistó Europa implantando su propia religión a Dick. Todo el entretenimiento fue prohibido: No se permite leer manga, no se permite leer comics, no se permite jugar a rol, no se permite ver películas de acción, no se permite escuchar música dance.

Después de subyugar a la población con sus tropas de élite denominadas Fanhunters y sus tropas de asalto conocidas como Tintín Macutes, multitud de fans pidieron a gritos que se luchara contra la tiranía. Ahora vosotros sois nuestra última linea de defensa.

Bienvenido al reino de Alejo.

Bienvenido a Barnacity.

Baila o muere.

Sábado 23 de Junio del año 2012 de la era de Dick.

Es un caluroso y veraniego día en el que el sol castiga con crueldad a los Barnacitenses, quienes luchan por cada aliento ayudados con abanicos de colores y miniventiladores comprados en las tiendas de Todo a MegaDick.

La ciudad revosa de la actividad cotidiana, con sus Fanhunters mirando mal a cualquiera que masque chicle y los Tintín Macutes mirando con cara de cenutrio a cualquiera que les mire mal a ellos. Con el típico ir y venir de sus sencillas gentes que aguantan un día mas el opresivo régimen al que Alejo Cuervo tiene sometida a la ciudadanía.

Un día como cualquier otro, en el que que se pueden ver noticias relacionadas con los atentados cutre-salchicheros de la Resistencia, y la incomprensible ineptitud de los Fanhunters para darles caza (no así la ineptitud de los Macutes, que es perfectamente comprensible dado el nivel intelectual de estas putas tropas de invasión gabachas).

Un día en el que todo el mundo se encuentra ajeno a los planes que tiene la cúpula de la Resistencia para su proximo gran golpe contra el Papado y que podría cambiar el curso de los acontecimientos (he dicho que podría, no que vaya a hacerlo).

Sergy se asomaba a la ventana, vigilando la actividad policial, después de haberse realizado el rutinario (y doloroso) chequeo matutino para comprobar que ninguna Agencia Internacional-Conspiranoica le había implantado neurófonos subdermales en el ojete.

Después de un rato, y tras activar su Inhibidor de Señales de marca BlackMarket, se dedicó a pasear por su piso, comprobando que tanto sus chorra-frikadas [léase muñecos de acción, pósters, cómics...] como sus chorra-detectores de intrusos [hilos tensos en cajones, cáscaras de pipas en el rellano, y todos los truquitos lo que se puedan encontrar en una novela barata de espionaje] seguían en su sitio.

"Oh, ¡Maldiciones del Multiverso!, casi lo olvido" -musitó, para poco después empezar a caminar rápidamente (Bueno, todo lo rápidamente que su sobrepeso y su dolorido recto le permitían) por el piso rebuscando algo.

Finalmente, se echó una mano al bolsillo, y una sensación de alivio apareció en su faz. Al sacarla, su mano contenía un mechero Zippo bellamente adornado con el logotipo de alguna película de Tarantino.

Después, Sergio prendió su encendedor y acercó la poderosa llama a un par de velitas rojas que estaban situadas en lo que parecía ser una parodia bastante bizarra (con Cómics en lugar de carta y cuencos con forma de cabeza de Darth Vader en lugar de platos) de una merienda-cena romántica para dos personas.

Sí, ya estaba todo listo para su llegada.

Joskins aparcó su scooter encima de la acera y procedió a atarla firmemente a la farola con una gruesa cadena. Satisfecho de su pericia, miró a lado y lado disimuladamente y luego se dirigió como quien no quiere la cosa hacia la entrada del edificio donde Sergio (Sergy para los amigos, pensó orgulloso) vivía.

La lechuga había sido muy especifica acerca de la hora de la reunión y Joskins esperó dos minutos hasta que su reloj, sincronizado automáticamente cada mañana, marcó la hora correcta. Entró en el siniestro vestíbulo, algo menos digno de lo que habría esperado de un miembro de la resistencia como Sergy, y empezó a subir las escaleras hasta el segundo piso.

La puerta blanca y anodina no tenía ninguna señal identificativa pero Joskins sabía que al otro lado le esperaba un universo de posibilidades: aventuras sin límite, como en las pelis de Stalone, conspiraciones, maquinaciones... la Resistencia, en fin, en mayúsculas.

Llamó con los nudillos, usando código morse para describir la fórmula del benceno. Sergy sabría descifrar el significado del mensaje.

La señal convenida. Sergy se acercó a la puerta, PERO, antes de abrir, hizo una pregunta que un Fanhunter nunca podría responder correctamente sin que le reventara la cabeza por auto-herejía frikérrima:

- ¿Cuantos robles roería un roedor, si los roedores royesen robles?

Joskins meditó la pregunta unos segundos sin saber como responder. Era obvio que esa pregunta no estaba en el programa pero gracias a muchos años de práctica había aprendido a hacer frente a ese tipo de problemas.

-Mogollón de robles -respondió en voz baja.

Vaya. Eso era simplemente excelente. "Joskins" no había necesitado pasar por los necesarios pasos lógicos para deducir la respuesta.

Con un "¡Ah, cállate!", que era la respuesta final para terminar el bucle conversacional que podría generarse, Sergio abrió la puerta, no sin antes pasar una tarjeta de crédito por el quicio para comprobar que no había cables concetados a cargas de goma-3.

Tras abrazar efusivamente a su amigo, lo hizo pasar para explicarle el tema. Miró el reloj...

Sergio tardó unos segundos en descifrar la hora (110:111011)que su reloj le devolvía en binario. Había tiempo para explicarle la pesca...

Hace unos tres días, Sergio recibio un mensaje cifrado en idioma Wookie muy intrigante. El mensaje, básicamente decía lo siguiente:

Uooooieo, ooooieee, Guaaaiooeeeo, oooooe Guoooieoe aaaaieeeeeeeoiee, Goueoooie
oooooe oooooe Guaaaiooeeeo oooooe GuaaaiooeeeoUooooieo aaaaieeeeeeeoiee
Goueoooie oooooe Goueoooie Uooooieo

Firmado: Guoooieoe

Tras pasar el mensaje por el traductor de miliforcios de su laboratorio, Sergy supo que la Resistencia le reclamaba para una reunión urgente en uno de sus pisos francos del Suburbio, en la calle del Estofado numero 13 piso 3B ese mismo Domingo a las 11 de la noche. Además le instaba a que se encontrara con su amigo Felipe "Joskins" Santos, para ir juntitos en plan de la mano. La Resistencia los necesitaba para algún tipo de trabajo importante.

Una vez explicado esto, unas partidillas de Playchupigüeistation, para echar el rato?

Joskins se sentía como en un sueño. Por fin, después de muchos esfuerzos dirigiendo partidas y pasando comics de contrabando, la Resistencia se fijaba en él. Oleadas de orgullo le azotaron incontroladamente mientras sonreía como un bobo. Había llegado su momento, estaba seguro.

-¡Muy bien! Ahí estaremos, sin duda.

Pasaron las siguientes horas jugando con la consola en silencio. Sergy le apalizó una y otra vez pero a Joskins no le importaba. Al fin sus sueños se convertían en realidad.

Pues nada, larguémonos, cada uno en su flamante motocicleta. Sergy aconseja a Felipe -por razones de seguridad paranoica- que partan por separado, en un intervalo de 10 minutos, siendo Joskins el primero, que LeFrik tiene que recoger la casa.

(en caso afirmativo, partamos ya, leñe, que ya estamos ralentizando demasiado la acción)

Pues quedamos pa mañana a la misma hora en el lugar indicado