-Seguro que sí. -Aseveró el informático. Por un momento dudo si insistirle a Daedar para seguir jugando, esos créditos les vendrían bien para llenar las manos que fueran necesarias y conseguir la información que habían venido a obtener, pero la verdad es que estaba cansado de estar ya en el casino y era hora de volver a juntarse los cuatro de nuevo.