La estancia permanecía oscura, fría y lóbrega. En su interior dos figuras observan un holograma arrodillados...
- Ya me he hecho con el primero, pero su estudio me llevará más tiempo del estimado. Os encargaréis del de Vodran por mi. No me falléis.
Las dos figuras asintieron en silencio, hasta que uno de ellos decidió hablar.
- ¿Que ocurre con el holocrón jedi maestro? -
Unos segundos de silencio hasta que de nuevo la grave voz de su maestro contestó.
- Ya me he encargado de eso, centraros en vuestro cometido -
La imagen del holocrón desapareció, haciendo que la poca iluminación de la sala desapareciera, sumiendo a las dos figuras en la oscuridad.
Los pasos resuenan por los brillantes pasillos del crucero imperial. Anuncian la llegada de un soldado de asalto, uno de tantos. Su destino... la sala de interrogatorios. La entrada permanece custodiada por dos de sus compañeros, que se le quedan mirando a través de sus blancos e impolutos cascos.
- Traigo un mensaje para Lord Vader de parte del Gran Moff Lazruck -
Los dos vigías cierran filas en la entrada.
- Lord Vader nos ha dado órdenes claras. No permitir el paso a nadie bajo ningún concepto durante el interrogatorio. -
Los diez segundos que los soldados permanecen frente a frente son largos y silenciosos. Finalmente el soldado da media vuelta; aunque se detiene antes de seguir su camino.
- ¿Que tipo de interrogatorio está haciendo que no se escucha ni un grito? -
Los pasos resuenan de nuevo, distantes... lejanos... silenciosos.