Partida Rol por web

Ya con el soldado fuera de juego, Lock hizo un gesto al médico para que se pusiera en marcha, mientras sus manos rápidas se ponían a rebuscar lo que hubiera de interés en aquel soldado.

Valla, así que nuestro amigo de ojitos simpáticos, no tiene sentido del humor, que novedad en un medico.

Fuera lo que fuera, había ganado cierta información. De la cual, se creía solo la mitad. Sin embargo, parecía que el cabeza-tentáculo había encontrado una forma de discernir si era verdad o mentira.

Una habilidad interesante, que tendría que tener en cuenta a partir de ese momento.

Cuando acabo de coger las cosas de interés, echo un último vistazo a su alrededor. No sentía más curiosidad de la necesaria. Ahora su vida dependía de que pudiera salir de allí vivo, y luego regresar a… bueno, eso importaba bastante poco también.

Movámonos, puede que los atacantes aun anden dando guerra. Y esta estructura no tiene pinta de que vaya a durar mucho.

Corristeis en dirección hacia donde indicó el soldado. Mientras os movíais, comprobasteis que efectivamente acababais de pasar una barrera protectora que ahora se encontraba desactivada, realmente haber intentado escapar sin la suerte de aquel ataque por parte del exterior hubiera complicado demasiado las cosas.

Un atisbo de luz que provenía del exterior os dio a entender que no os encontrabais en una base en el espacio, estabais en Farstey y no en su órbita, pero de repente, justo cuando estabais a punto de salir de aquel lugar y en un ambiente donde pequeñas explosiones y disparos "animaban el ambiente", una figura apresurada entró en escena.

Dicha persona en cuanto os vio, perdió el equilibro y calló al suelo, iba armado con un rifle blaster, pero no llevaba ningún tipo de armadura o traje imperial.

El hombre se masajeó la espalda, parece que la caída le había hecho un poco de daño. En cuanto alzó la vista y os vio a los tres (desde el suelo imponíais bastante) no dudó en tragar saliva.

- Oh oh... espero que no seáis violentos - comentó mientras dejaba el rifle a un lado y alzaba las manos -

- ¿Sois los prisioneros? - dijo algo titubeante

Tú eres del grupo de rescate. O eres del grupo de, bueno, el otro grupo. El de los folla panteras de arena colleriana.

Luego miro a sus compinches. Señalo primero al Nautolano y luego al médico.

Este es violento, y este está completamente loco. Habla rápido que estamos escapándonos.

El Cathar estaba divirtiéndose. Ningún tipo que se cayera el solo podría ser peligroso. Y si se trataba de los misteriosos atacantes. Habían tenido mucha suerte. Porque cualquier soldado inconsciente parece más peligroso que el tipo aquel.

Parecía que el arma se la habían dado para que no se sintiera mal. Quizás sus órganos reproductores fueran pequeños. Y por eso necesitara todo un rifle para él solo.

Había escuchado y visto cosas aun más raras.

-Yo no soy violento -empezó el nautolano- pero cuando vives en constantes guerras por el territorio, te endureces -se encogió de hombros mirando al tipo en el suelo-. ¿Porqué preguntas por los prisioneros? ¿Venías a liberarlos?

Miraba fijamente al humano, si esa era su única esperanza para escapar, con lo torpe que parecía, hubiera sido más fácil escapar haciéndose amigos de los guardias. Pero eso no importaba ahora, tenían una ruta de escape.

Isseriol recoge el rifle del extraño ser. Por muy torpe que parezca, a esa distancia era difícil fallar con el blaster. Tras poner el seguro le dice al humano.

Tenemos poco tiempo y tu tienes aún menos tiempo para dar una explicación de por qué estás aquí. Y esperemos que sea satisfactoria...

El humano no tardó en responder mientras observaba como le quitabais el rifle

- Mi... mi nombres es Clev, y por vuestro aspecto no hay duda que vosotros erais los prisioneros imperiales... no hace falta más que ver que no sois como ellos... - tragó de nuevo saliva, no sabía si estaban desperdiciando sus segundos

- Llevamos varios días planeando este asalto, estáis en una prisión imperial... como decirlo... "especial", no sé que le habréis hecho al imperio pero estaban muy interesados en teneros con vida, nosotros estamos haciendo todo lo posible por sacaros de aquí, pero... pero veo que os valéis por vosotros mismos - Clev intentó levantarse lentamente, siempre y cuando le dierais su aprobación.

- Somos la resistencia, queremos darle donde más le duele a esa escoria imperial, el universo debe ser libre y debe saber que hay gente que se opone, por favor, no tenemos mucho tiempo, han muerto muchos de nuestros hombres y han derribado uno de nuestras naves y casi destruye toda la base, confiad en mi si queréis salir de aquí, pero más vale que sepáis usar bien mi rifle, porque no será fácil -

-¿Varios días? -preguntó algo asombrado- ¿Que fecha es hoy?

Siguió escuchando las palabras de Clev, cada vez más desconcertado, ¿qué le había hecho él al imperio? Más bien era al contrario, lo que el imperio le había hecho, y no iba a quedar así.

-Armado y cargado -dice dando un par de golpecitos al rifle-, guíanos hacia fuera y allí nos pondremos al día. Espero que sepas por donde andas y a donde nos llevas -sonó casi como una amenaza, pero era un tono normal en él-

Con una sonrisa y mirada felina, Lock mira al doctor, y le pide el arma. Luego se la tiende con una mirada fija al supuesto rescatador.

Resistencia. Que nombre más original, me parece que no sois ni los más listos ni los más originales. Pero gracias. Esa nave estrellada ha sido todo un detalle.

El Cathar se quedo con la sensación de que habían mandado a buscarlos al tipo más tonto de toda la banda. Pero tampoco se podía pedir más. Para luchar abiertamente contra el nuevo Imperio Galáctico había que estar completamente loco.

Azuzo a Clev y al Nautolano, había que salir de allí. Sabían bien por donde. Pero había cosas que no terminaba de entender. Si era una cárcel especial, porque dentro solo había un par de guardias.

Donde estaba todo el mundo. Sin duda, tendría que tener más protección. O si no, el sitio tenía que ser secreto y seguro. Lo que supondría un objetivo más difícil para una banda de piratas atontados espaciales.

Había muchas cosas que quería saber. Pero la curiosidad, ya se sabe. Ahora tenía que salir de ese lugar.

Y qué tiempo dices que hace en Farstey, no me he traído el paraguas.

A ver si la información cuadraba. No se fiaba más de Clev que de los dos reclusos. Pero no tenía tampoco motivos para atacar a nadie. No era un tipo violento. No si no era necesario.

El médico entregó el blaster sin oponer queja alguna, realmente no era buen tirador y aunque le hacía sentirse algo más seguro, el análisis de la situación le hacía comprender que tendrían más posibilidades si lo empuñaba alguien con entrenamiento y puede que el torpe humano lo tuviera.

Mientras los tres compañeros armados avanzaban, él comenzó a seguirlos tranquilamente y mientras, sacó el comunicador y se dedicó a barrer las frecuencias, a ver si se enteraba de algo...

El muchacho os agradeció enormemente que le devolvierais el rifle. No dudó en intentar contestaros.

- Pues no sé a que día estamos exactamente, no llevo el control de las fechas en este planeta alejado de la mano del hacedor, demasiado será con saber que estamos en el año 30 ¿no? - después se quedó ajustando el rifle

- Sois unos tipos extraños y hacéis preguntas extrañas, pero supongo que es normal, vivimos en tiempos extraños... con respecto al exterior, tenemos como previsión meteorológica lluvia de ráfagas blasters y tormentas con explosiones - dijo bromista

- Seguidme, pero tened cuidado, debemos ser rápidos, una vez en la nave supongo que os darán más detalles, ¡vamos, vamos! - tras aquellas palabras Clev se puso a correr por el pasillo, rumbo a la salida. Ahora tocaba saber si era plausible confiar en el y seguirle...

Renko se quedó mirando a Clev, que no el aportó ninguna información que no se pudiera deducir, si estaban atacando, era lógico que los láser de los blaster estuvieran por todos lados. No podía hacer más que confiar en aquel tipo algo torpe para salir de allí, aunque si había entrado, sabría salir.

Miró hacia atrás, donde estaban sus compañeros de celda y siguió a Clev por el pasillo, esperando que no ocurriera ninguna desgracia por el camino, ni nada que tuviera que lamentar. Llevaba el rifle en las manos, cargado y preparado para disparar si así fuera necesario.

El felino no las tenía todas consigo. Ahora lo importante era salir de allí, tanto le valía un cabeza de bote, como una guía turística.

Lo que tenía claro era que seguro que iba a haber disparos. Y seguro que alguien cometía el erro de dispararle a él.

Se movía ágil por los pasillos, y como el recluta iba abriendo la expedición, dedicaba más tiempo y asegurarse de que no se le caería el techo encima, o que no hubiese alguna trampa, que a mirar por donde iban.

Sencillamente, no pensaba volver sobres sus pasos, así que no le valía una mierda saberla la distribución de aquel lugar.

De repente cayó en cuenta de un detalle, y lo comento también.

Bueno, nosotros hemos obtenido ayuda de un soldado imperial, a base de darle leña, y le hemos dejado inconsciente. Como se porto bien, le prometí que lo comentaría, por si alguien puede ir a salvarle el culo. No me gusta que muera gente, así porque si.

Luego pensó algo para el mismo, y siguió.

Y como tú eres alguien, y ya te lo he dicho, en tu mano queda ayudar a ese pobre soldado imperial desvalido e inconsciente.

Cuando pensaba que no volvería a dentro de aquellas instalaciones, lo decía en serio. Ni por salvar la vida de aquel soldado. Cierto era que las muertes sin valor no le producían ningún placer. Y cierto era que había dado su palabra de que buscaría ayuda.

Pero si Clev y los suyos eran la ayuda, estaba claro que el soldadito iba a morir enterrado en escombros. Pero claro, eso ya no era problema suyo. El había dado el recado. Con eso había más que suficiente.

Mmmm, creo que ese soldado lo tiene mal le encuentre quién le encuentre. A sus superiores no les agradará saber que nos ha dejado marchar y si le encuentran los atacantes no creo que pregunten primero si es el imperial que nos indicó la salida...

Comenta el arkaniano que camina tranquilamente tras el resto. En vez de mirar al frente se dedica a trastear con la emisora, barriendo las frecuencias en busca de algo que les pueda ayudar. Si hay problemas, poco podrá hacer estando desarmado y probablemente un arma tampoco sería de mucha diferencia, así que confía en sus compañeros para los aspectos menos intelectuales de la huida.

Clev os miró a todos y después miró el pasillo por el cual habíais venido. Su rostro caracterizaba preocupación, como si estuviera en un debate interno. Fue entonces cuando frunció el ceño, perdiendo ese aura de "torpeza" e "inocencia".

- Escuchadme, debéis seguir un poco más recto y salir por la única puerta grande que hay abierta, no sé que os encontraréis fuera pero mis compañeros estarán probablemente intercambiando disparos con los imperiales, hay una nave de transporte bastante fácil de identificar, tendrá el muelle de carga abierto, dirigíos hacia allí sin dudar, yo iré a por ese soldado, si veís que tardo demasiado decidle que he muerto en vuestro rescate, ¿eso queda bien, no? - os dejó su fusil blaster, creyendo que os sería de más ayuda a vosotros, y emprendió la búsqueda del soldado inconsciente.