Partida Rol por web

Survival in Wonderland

Prólogo Laura y Paul

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14/03/2015, 20:52
Narrador

Nos encontramos a 18 de septiembre. Exactamente tu reloj marca las 18h. El cielo se está tornando rojizo, y el aire fresco se empieza a notar. El verano está dando sus ultimos coletazos mientras el suelo se llena de las primeras hojas caídas. La gente ya poco a poco sale con polos, chaquetas tejanas, y demas ropa para taparse. Tú sigues tu rutina diaria, sin mas preocupación en la que acabar el día, y volver a casa a descansar. Está resultando un día algo más cansado que de costumbre y cierta sensación extraña te corroe la mente. Como un sexto sentido te dice que algo te pasará, aunque no le haces caso. Sensaciones como estas en días malos ya has tenido muchas veces. Así que continuas tu rutina marcada.

Notas de juego

Escena de introduccion de los personajes. Podeis explicar que haceis en ese momento, solos o con algun PNJ. Podeis poner nombre al pnj que yo lo crearé.

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15/03/2015, 05:03
Paul Krause

Con ustedes el concertista más joven y talentoso de la actualidad, un fuerte aplauso para ... ¡¡Paul Krause¡¡. ¡¡¡Maestro de maestros!!! - se escucha al público aplaudir hasta que el presentador continúa con su discurso. -Hoy nos deleitará con su piano a través de un concierto estremecedor endulzándonos con su melodía. A disfrutarlo. -tras aquellas palabras un silencio inunda en el teatro, la expectativa es muy grande al ver a este joven de 19 años entregar su alma en cada nota. 

Las intensidad de las luces me paralizaban, solo en mi mente tenía presente aquella imagen del piano esperando por mi. No existía el público, es más ni siquiera me atrevía a escuchar los aplausos de las personas. Todo era un lenguaje inútil y me fastidiaba, una mera hipocresía de la raza humana evolucionada. 

Como siempre, lo cortés no quita lo valiente y al cruzar todo el extenso escenario que a simple vista parecía infinito me atrevo a realizar una reverencia a la nada, al eterno vacío que mis ojos se dignaban a desear ver. Una vez que tomo asiento deslizo mis largos dedos sobre las teclas de mi piano mientras la respiración poco a poco va normalizándose ya que era el momento oportuno de ser uno con él y la música. ¿Qué deseaba tocar? No lo sé, ¿Me interesaba la opinión de las personas? Nunca se me pasó por la mente. En ella existían las partituras y mi gran amor que seguro ni debe estar aquí, tal vez no desea verme la cara luego de lo sucedido. 

Vamos Paul, es hora. - mi voz interior me advierte, ya era el momento oportuno de tocar. 

Una intensa melodía recorre en cada centímetro del lugar, generando una sensación sumamente placentera en mi porque a través del piano era simplemente yo, no tenía que lidiar con los dilemas del mundo exterior ya que no necesitaba solucionar nada ni enfrentar otra cosa que no sea mi perfeccionismo al tocar esta pieza. 

A través de cada nota mi mente volaba muy lejos, el sonido potente y especial del piano iluminaba mi alma, por eso mi gran amor hacia la música convirtiéndola en mi compañera incondicional ya que mis pares humanos solo me generaban desdicha e incomprensión. 

Un gran concierto con un final anhelado.

Al finalizar la última pieza de mi repertorio espero con ansias esa respuesta que solo un público selecto sabe brindarme y es la apreciación de que eres bueno en lo que haces. Sin demasiado preámbulos me incorporo del lugar realizando una reverencia similar a la inicial, fingiendo emoción en mi rostro con la intención de vislumbrarlos en apariencia. Llevaba conmigo una máscara idónea para estas situaciones y rara vez salvo si estuviera Laura presente se mantendría intacta hasta el final de mis días. 

Con un soberano gesto me despido del público regresando al verdadero infierno, mi familia, la casa y Laura. 

 

 

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16/03/2015, 00:51
Laura Schneider (RIP)

Dicen que hay ciertos días que te marcan para siempre. Tu cumpleaños, el día de tu boda, el nacimiento de tus hijos... Pero hay otras fechas menos felices que pueden quedarse grabadas tanto o más.

18 de septiembre. Un día como otro cualquiera. O eso dicen.

Para mí es el día en el que empecé a morirme.

Como todos los años había salido de clase, esta vez de la universidad, y en lugar de volver a casa había comenzado a caminar hacia el norte. Como todos los años había parado en la misma pastelería, saludado con una falsa sonrisa a la vieja mujer del mostrador y comprado una porción de tarta de frambuesas. Había seguido andando, esquivando transeúntes que vagaban como zombies, probablemente lo eran y aún no lo sabían, y llegado al negocio de Frau Artsztein, que llevaba vendiendo flores en aquella esquina desde que Eva mordió la manzana.

La saludé al pasar y me adentré en el parque que estaba al lado. Hubiera sido muy fácil comprarle flores a aquella mujer pero sabía que serían mejores si yo misma las cortaba de uno de los setos. Reuní unas cuantas, formando un compacto y heterogéneo ramo y me encaminé hacia el cementerio de Hoppenlau.

Y como todos los 18 de septiembre dejé aquellas flores sobre la tumba de mi madre y me senté a charlar con ella.

Era el único momento del año en el que me permitía dejar mis defensas atrás. Por eso nunca acudía con mi padre. Prefería llegar sola, hablar con ella de hija a madre y volver a casa, en silencio.

- Hola mamá - dije tras tomar dejar mi mochila sobre la hierba y sentarme sobre ella para no mancharme la ropa.

Pasaba todo un año esperando este momento. Repasando mentalmente cientos de conversaciones, imaginando infinidad de formas de contarle mis problemas, dudas y temores. Y como siempre, llegaba el día y me quedaba en blanco, sin saber cómo empezar.

- ¿Sabes? Hace unos días comencé la universidad - me atreví a decir por fin. Continué explicándole detalles sin importancia que me habían llamado la atención. Cualquier chorrada que hubiera sucedido era mejor que ir al meollo del asunto.

Paul.

Aparte de nosotros dos, y obviamente de aquel matasanos de la clínica, sólo mi madre sabía lo que había sucedido hacía ya dos años. Y sólo ella, ya que ni siquiera yo era capaz, era consciente de cuanto me había trastornado aquella decisión. Éramos jóvenes, sí. Y no hubiéramos podido continuar con aquello, también. Pero cualquier cosa que me dijera a mí misma no sería más que una triste excusa para intentar aliviar la culpa.

¿Cómo podía explicarle a mi madre que me despertaba algunas noches empapada y con un terror indescriptible por haber visto la cara de mi hijo... del que podía haber sido mi hijo... en mis pesadillas? ¿Cómo contarle que cada vez que un niño pequeño me miraba sentía que me estaba juzgando, con aquellos ojillos clavados en mí, condenándome casi más que yo misma.

Por suerte las pesadillas cada vez eran más espaciadas pero, como si quisieran compensar su cada vez más prolongada ausencia, cada vez eran más intensas.

La última había sido hacía dos días. Y había corrido, como una niña pequeña y asustada, a meterse en la cama de Paul. Temblando se había abrazado a él hasta que pudo volver a dormirse. Y por la mañana habían hecho el amor de una manera dulce, casi tierna, a pesar de que la distancia entre ellos en aquel aspecto era cada vez mayor.

No me sentía culpable. Paul no era mi hermano. La ley, y mi padre, se empeñaban en llamarlo hermanastro pero no era más que otro chico de mi edad que había tenido la mala suerte de ir a parar a la misma unidad familiar. Pero nos queríamos.

A nuestro modo, supongo.

- Creo que es sólo que aún no hemos superado aquello - continué diciendo, alternando palabras con pensamientos indistintamente, cosa que solía hacer cuando hablaba con ella. - No sé que hacer.

Y rompí a llorar.

Todo se mezclaba en una vorágine de sentimientos. La tristeza, la culpa, la vergüenza, la soledad, la ira... En aquellos momentos de lucidez sabía que era un error culpar a dios de todo aquello pero el resto del año no podía si no pensar que aquello era un castigo divino. Un reto. Un puto juego para él.

Joderme la vida y ver como respondo.

- ¿Qué hago, mamá? - pregunté, con los ojos aún vidriosos, mirando aquella estúpida lápida que me ignoraba. Quería que  mi madre estuviera allí. La necesitaba conmigo.

Aquí y ahora. Ya.

Me reía de aquellos amores trágicos. Romeo y Julieta. Marco Antonio y Cleopatra. Cyrano y Roxanne. Todos ellos tenían el amor al alcance de sus manos y no lo supieron ver.

¿Será que es eso lo que me ocurre? ¿No puedo ver las cosas con claridad?

Paul era un depresivo. Cuando se recluía en si mismo, que era casi siempre, le veía como una gran ostra gigante que se negaba a dejarme acceder a su interior. Estaba convencida de que había un Paul interior que pugnaba por salir de allí y arremetía contra aquella cáscara, aquella carcasa vacía para poder respirar.

Quizás esos intentos de suicidio sí que son formas de llamar la atención, pero no como los médicos piensan.

Yo por mi parte tampoco es que pusiera las cosas demasiado fáciles. Me era más fácil actuar según mi instinto que pensar. Y me era imposible ver las consecuencias de mis acciones más allá de unos pocos pasos.

Así me va. No me extraña que después pase lo que pase.

En aquellos momentos estaría dando el concierto. Dudaba siquiera que se hubiera enterado cuando le dije que no iría porque vendría aquí.

¿Me echará de menos? ¿Estará buscándome entre el público?

Me hubiera gustado que así fuera pero le conocía demasiado bien y cuando la música tomaba el control de su cuerpo no había nada que hacer. Sabía que me comportaba como una amante despechada y celosa pero...

Pero es que eso es lo que soy, joder. No puedes pretender ganarle a ella, Laura, me dije pensando en la puta música. La odiaba porque me mantenía alejada de él. En el fondo yo era la otra y para colmo no podía desquitarme a bofetadas o tirones de pelo. Era frustrante.

Puedes quedarte con él. Yo al menos tendré su cuerpo.

No era gran cosa pero era un consuelo. Al menos no se lo llevaría todo. No mientras pudiera evitarlo.

- Bueno mamá, he de irme.

Las sombras de los árboles ya eran bastante alargadas y la templada tarde había dado paso a una brisa más fresca que hacía que se me pusiera la carne de gallina. Me levanté y recogí la mochila del suelo, echándomela al hombro. Miré a la pequeña lápida que descansaba junto a la de mi madre.

- Hasta otro día Luka - murmuré rápidamente. Le echaba muchísimo de menos pero era diferente. Hoy era el día de mi madre y él debía saberlo. - La semana que viene hablaré contigo - prometí mientras me ajustaba las correas de la mochila y decía adiós con la mano.

Me sentía desahogada y libre. Sabía que el efecto no duraría para siempre, lamentablemente, pero sí lo suficiente como para ser un poco más feliz durante unos días.

Como siempre hablar con mi madre había resultado ser muy provechoso.

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16/03/2015, 18:21
Narrador

El concierto como siempre fue todo un éxito para Paul. La gente quedaba encantada con su calidad, pero el no quedaba satisfecho con su musica y forma de tocar. No era que lo hiciera mal, pero sentía que algo no iba bien ultimamente. Un sexto sentido le decía que algo en su vida cambiaría pronto, pero tampoco discernía el qué. Su manager le dio las felicitaciones correspondientes pero notó como se marchó cabizbajo del auditorio. Así de camino a casa te encuentras en la puerta con Laura. La cara de ella reflejaba el haberse quitado de encima algo. Más tranquila y desahogada.

Al veros no duda ella de preguntarte como ha ido el concierto, al igual tambien sabias que fue a visitar a su madre al cementerio. Hoy era un día de esos marcados en vuestro calendario.

Notas de juego

Como soys conocidos, teneis algo mas de libertad para hablaros.

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17/03/2015, 00:58
Laura Schneider (RIP)

Me encontraba a punto de entrar en casa cuando Paul apareció justo en aquel momento.

Gracias, murmuré para mí en tono irónico levantando brevemente los ojos al cielo. Muy oportuno, sí señor.

- Hola.

Las palabras murieron casi antes de salir de mis labios. Era una situación irreal. Sabía que tenía que preguntarle por el concierto y todo eso pero para mí hubiera sido como preguntarle ¿qué tal la tarde de sexo? ¿te acostaste con ella? ¿disfrutaste?

Era puro morbo autodestructivo. Y últimamente estaba muy autodestructiva. Demasiado.

Le miré de arriba a abajo. Daba pena. Parecía Dorian Gray. Alto, guapo, elegante. Pero con el alma del un anciano moribundo.

Puta zorra, tú no puedes salvarle. Yo sí.

Esta vez tragaría. Por él. Por mí. Por nosotros.

- ¿Qué tal el concierto, Paul?

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17/03/2015, 02:01
Paul Krause

Un concierto que dio pena, una mierda todo... ¿Habré perdido mi toque? Tenía que ser en Do mayor, no sé que me pasó al hacerlo en MI menor... Todos encantados pedazo de sordos musicales, ni se dieron cuenta de lo malo que ha sido.

Voy en mi auto renegando por aquello, sentía una frustración tan difícil de controlar.

Lo único en lo que era bueno, en donde simplemente era yo también se ve afectado por este estado de ánimo calamitoso. Tenía que haber ensayado día y noche sin perderme entre las piernas de Laura. -Soy su maldito esclavo. ¿Cuándo se dignará a quererme? ¿Cuando dejará de ser tan hipócrita y me besa hasta quedarse sin aire? Es mi infierno que me abraza, me supera y agobia. - cabeceando voy digiriendo cada pensamiento recorriéndome como si fuera un escalofrío, helaba mi alma secándola eternamente. 

-Un encuentro inesperado... Maldita sea, otra vez.

-Ella aparece cuando necesito centrarme en otras cosas...-susurro por lo bajo sin que pueda escucharme.

Bajo del auto llevando conmigo un maletín lleno de partituras, muchas de ellas, creaciones mías que surgieron en momentos de sosiego y resignación. Suspiro con la mirada hacia el suelo, estaba elegantemente perfecto aunque portaba aquella mirada tan vacía y sin vida, era increíble que con 19 años no era capaz de disfrutar de algo plenamente sin arruinarlo. 

Alzo la mirada hacia la puerta cuando me encuentro con Laura... -Tan bella, seductora, capaz de impulsarme a caer en el vació de sus besos. - una sensación me recorre tan inevitable como su mirada insidiosa. - Hola. Disculpa debo ensayar. - la hago a un lado no sin darle un beso en la comisura de los labios pero sin denotar emoción alguna. 

Pero algo detiene mis pasos y fue cuando me preguntó sobre el concierto. No lo podía creer, era un sueño de esos que jamás quieres despertar. -Bien. Estaré en mi habitación con el piano, aunque ya sabes en que parte de la casa se encuentra. - No era un "te espero", "ven conmigo" o  "te necesito". -No estaba de humor para tonterías y debía perfeccionar el asqueroso concierto que he brindado. -¿Vienes o te quedas? -pregunto ya desapareciendo de su vista encaminándome hacia la habitación. -Concierto de mierda, Do mayor Paul... Do mayor. 

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17/03/2015, 12:52
Laura Schneider (RIP)

- Me voy. He quedado.

Gilipollas.

Decir frustración sería decir poco. Me encaminé a mi cuarto y cerré la puerta, quizás demasiado fuerte.

"Estaré en mi habitación con el piano..."

Sus palabras resonaban como si hubiera eco en mi cabeza. Sólo que en lugar de ir disminuyendo la intensidad del sonido aumentaba.

"...con el piano... con el piano... con el piano."

- Joder, por mi como si te follas el puto piano - murmuré para mí mientras soltaba la mochila y me dirigía al armario.

Agarré el abrigo más gordo que pude ver y me cambié los zapatos por unas botas más calentitas. Cambié de bolso arrojando dentro, y de cualquier manera, todos los cachivaches que llevaba en el antiguo.

En realidad no había quedado con nadie. Era una excusa para ver si espabilaba y me decía algo. Algo que no tuviera que ver con su estúpida música.

Volví a salir y me encaminé a las escaleras. Desgraciadamente tenía que pasar por delante de su puerta y, en contra de mis deseos, mis pies se detuvieron ante su puerta.

No voy a entrar. No pienso entrar. No. Ni de coña.

¡Que no!

Entré.

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17/03/2015, 13:39
Paul Krause

Laura y sus locuras... 

Ingreso a mi habitación que como siempre resplandecía en orden y limpieza, hacia la derecha se encontraba mi piano negro lustrado y lleno de vida, era uno de los mejores que podía existir en el mercado porque fue creado exclusivamente para mi. 

Dejo el maletín con mis partituras al costado de la cama, poco a poco voy quitándome el traje hasta tener el torso desnudo, como no tenía intenciones de quitarme el pantalón lo desprendo y me descalzo, era un momento especial porque necesitaba desahogar esta frustración subyacente con un poco de música. 

No sabía si Laura finalmente aparecería, quizás se fue por ahí a destilar su veneno ya que soy indemne a su ironía.

Tomo asiento en el taburete acolchado y deslizo mis manos por las teclas de márfil cerrando mis ojos, sintiendo la música primero en mi mente para luego materializarla en el plano físico. -Si... algo de este estilo, dejando lo clásico para otro momento, necesito brillar.- pienso al tocar la primer nota que hace eco en esta inmensa habitación preparada para mis ensayos. 

Estaba completamente perdido en la melodía cuando Laura aparece, la miro de reojo y vuelvo a cerrar mis ojos centrado en las notas, en el compás que fluía por mis venas como si de sangre se tratase. Era volar a través de ella, acariciando la libertad de ser alguien capaz de ver más allá de todo y ser la nada en un simple instante. 

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17/03/2015, 17:11
Laura Schneider (RIP)

Vale, ¿y ahora qué, lista?

Me había vuelto a quedar en blanco. Verle allí sólo vestido con los pantalones me impactó pero no precisamente para bien. Sí, era atractivo. Y vestido así mucho más. Pero no me habrían puesto peor si le hubiera encontrado acariciando a otra mujer en lugar del piano.

Esos dedos deberían de ser para mí. Me sentía dividida. Quería besárselos y partírselos, a partes iguales.

Seguramente debería ir a ver al doctor Franz, pensé, evocando el rostro inexpresivo y algo bovino del psicólogo que me llevaba desde los once años.

Abrazarle por atrás. Tirarle del pelo. Morderle en el cuello. Arañarle la cara. Besarle en los labios. Cerrarle la tapa del piano y destrozarle los dedos.

Sentía como me desgarraba por dentro. Parecía haber dos Lauras ahora compitiendo por el mismo cuerpo. Una buena, con ganas de amarle y otra malvada que quería arruinarle la vida.

¿Cuál era yo?

Sabía que debía irme. Salir de allí sin mirar atrás pero en lugar de eso me acerqué poco a poco. Me gustaría decir que caminaba sensualmente como una pantera, al acecho de mi presa, pero mentiría. Avanzaba más bien como una elefanta queriendo echar de allí a un depredador. Al llegar a su lado le aparté un brazo y me senté sobre sus piernas, mirándole directamente a los ojos que aún tenía cerrados.

Nada. El muy imbécil seguía tocando.

- Paul... - le llamé. Quería que dejara de tocar esa maldita melodía y que sus manos se aferraran a mí. - Paul, ¿te falta mucho para acabar?

Y le di un beso en los labios, de apenas unos segundos, buscando que reaccionara. Pero la que reaccionó fui yo ya que un escalofrío me recorrió por toda la espalda, como si un viento helado me hubiera azotado en la cara.

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17/03/2015, 17:54
Paul Krause

La melodía endulza mis oídos al punto de embriagarme de pies a cabeza, era una sensación que me impulsaba al éxtasis entregándome por completo en cada nota de esta canción creada por mi. Valía por tres dosis de heroína juntas y mucho más. 

Pero como siempre lo bueno dura tan poco...

Laura surge como si fuera una sombra acechando todo vestigio de luz y calma, cubriéndome con su manto de seducción que me hiela la piel. Es la manzana que Adán se atrevió a morder pagando las consecuencias por ello. No podía decirle que no pero tampoco deseaba dejar de tocar el piano.

-Laura...- apenas puedo pronunciar su nombre cuando siento la suavidad de sus labios besando los míos. Todo era perfecto, tenerla sobre mí despertando ese lado tan instintivo que conocía con los ojos cerrados y por el otro mi droga, la música.

No puedo con ella, es irresistible. - sufro en pensamientos. 

Sin esbozar palabra alguna hago caso omiso a su pregunta mientras bajo la tapa del piano para evitar romper alguna tecla o rayarlo, lo cuidaba mucho. -El piano no. - afirmo mentalmente con severidad, incorporándome con ella en brazos y tirándola a mi cama para recostarme sobre Laura en un estado de impulsividad total. 

Mis labios buscan con ansias los suyos para compenetrarme en cuerpo y alma, necesitaba eso de ella no sus palabras ni sus miradas cargadas de reticencia. La amaba pero no encontraba la forma adecuada de decírselo sin dañar parte de su interior porque sería caer desde un barranco a un precipicio. -Sólo había una forma de llegar a su corazón y era haciendo el amor con ella. 

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18/03/2015, 01:12
Laura Schneider (RIP)

Bueno, pues parece que sí que reacciona.

Nunca le había escuchado decir mi nombre de aquella manera tan... no sé... tan abatida. Parecía vencido, derrotado. Por un instante incluso llegué a imaginar que había ganado.

Lamentablemente tuvo que tardar esos cinco segundos en cerrar la tapa del piano con toda la delicadeza del mundo. Ahí estuve a punto de mandarle a la mierda, levantarme y salir de allí.

Pero en lugar de eso me agarró en brazos y me lanzó sobre la cama, echándose sobre mí.

Chúpate esa, zorra. Es mío.

Comencé a devolverle los besos con un ímpetu inusitado, mordiéndole el labio inferior mientras mis manos arañaban delicadamente su espalda, clavándole las uñas.

Ahora lamentaba haberme puesto tanta ropa.

Puto abrigo. ¡Qué calor!

Rodé sobre mí misma pasando a estar arriba, sentada a horcajadas sobre él. Me quité el abrigo con un rápido ademán y me volvía echar encima de él, continuando con los besos. Estaba lanzada y sabía perfectamente cómo iba a acabar aquello.

Y realmente dudaba quién de los dos lo necesitaba más.

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18/03/2015, 03:00
Paul Krause

Como era de esperar Laura accede con ímpetu a mis brazos, era lo suficientemente consciente de lo que generaba de forma carnal en ella, ese efecto de atracción meramente instintiva. No era la primera vez que sucedía es más por esa razón ella quedó embarazada, producto de un arrebato de este tipo.

Mientras mis manos acariciaban su abrigado cuerpo le dejo hacer lo que le plazca solo que esta vez quería dominarla, siempre tomaba el control de algo que era puramente de los dos a excepción de hoy ya que sería yo el que tome las riendas. 

Muy suavemente la ayudo a desvestirse con la intención de memorizar cada centímetro de su apreciado y blanquecino cuerpo, adoraba sus curvas al punto de devorarlas, realmente en pocos momentos de mi vida me sentía tan primitivo en mis actos y éste sin duda era uno de ellos. 

Una vez que se encuentra desnuda en su totalidad mis manos la recorren saboreando un instante de contemplación, era mi cuadro de Van Gogh tan surrealista y pasional. Una obra maestra creada por lo dioses salvo por un pequeño detalle, su locura incipiente mezclado con arrebatos de querer golpear las cosas, como la pobre puerta de la habitación que ya no debe ni cerrar de tanto portazo. 

Del amor surge un encuentro tan puro a pesar de que todo se vea poco claro...

A través de un movimiento meramente sutil e incluso delicado cambio la situación para tomar el control de mis actos y los suyos. Poco a poco voy sintiendo esta unión carnal hasta lograr esa sensación que me recuerda el porqué amo tanto a esta mujer. 

No puedo afirmar cuanto duró aquello pero si recuerdo sus marcas en mi piel que se impregnan con su aroma, sentía un pequeño ardor en la espalda por sus arañazos y calculo que ella en el cuello por mis mordidas, solía dejarle marcas como un mero macho alfa que reconoce a su hembra.

-Quiero irme de aqui contigo. Tengo mucho dinero, es más podríamos vivir sin trabajar salvo algún que otro concierto. Compramos una casa y formemos pareja Laura. -vomito aquellas palabras ya que era una persona de no hablar, incluso odiaba hacerlo pero luego de hacer el amor con ella no podía evitar manifestarme en modo romántico y dulce. 

Durante ese silencio que parecía eternizarse espero su respuesta abrazado a su cuerpo deteniéndome en su mirada...- Eres locamente bella, lo sé.- sonrío ante aquel pensamiento guardando en mi cajón mental denominado "Laura "este preciado momento.

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18/03/2015, 16:02
Narrador

Fueron momentos de pasion desenfrenada. Os sentís fundidos en cuerpo y alma demostrandoos todo vuestro amor, pero cuando acabais os notais algo insatisfechos. Tambein las palabras de Paul marcan a Laura que las coge de improvisto. Durante esos breves segundos de silencio los cuales os manteneis abrazados, se escucha en el cielo dos potentes petardos que manifestaban el inicio de la fiesta de la ciudad. Como cada año en septiembre se iniciaba la feria con muchos puestos de comida artesanal, tombolas, atracciones y un escenario donde realizaban varios conciertos. El reloj de pared mostraba las 19h. Como opción para airearos, no estaría mal salir un poco como pareja. Quizas la mente se relajaría y se podría desconectar con la tension que teniais vuestras vidas.

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19/03/2015, 23:41
Laura Schneider (RIP)

Algo no había salido bien.

No había sido el sexo en sí, que sí había sido como se lo había imaginado, si no que parecía como si le faltase algo.

Además, la declaración de su hermano, hermanastro, le había pillado por sorpresa.

¿Desde cuándo es tan lanzado? ¿Cuánto tiempo lleva pensándoselo? ¿Irse conmigo? ¿Una casa? ¿Formar pareja?

Eran muchas preguntas a la vez. Surgían como el agua surgía de una cañería rota. Sin control, sin poder evitarlo. Una tras otra. No sabía si era fruto de lo que acababa de ocurrir o si realmente seguiría pensando así por la mañana.

¿Y de qué viviremos? El tiene dinero pero, ¿y yo? ¿Me va a mantener? ¿Y si se cansa de mí? ¿Tendré que compartirlo con la música?

Era un no parar. Fue la última pregunta la que me hizo detener un instante aquella vorágine. Desgraciadamente conocía la respuesta. Sí. Era innegable que tendríamos que vivir de su música. Como si nos fuéramos a vivir juntos con todos los gastos pagados por su amante.

Es asqueroso.

Encima sus ojos se clavaban en los míos. como si quisiera seguir penetrando en mi interior. Buscaba una respuesta y yo no sabía dársela.

Normalmente hubiera respondido con un sí o un no inmediato. No solía pensar mucho tiempo las cosas. Me fiaba de mi instinto pero en aquella ocasión mi instinto me había abandonado. Bye. Adios. Ciao.

Estaba en blanco. Sabía que no era una oferta que se fuera a repetir. Me moría de ganas por decir que sí, aun a pesar del piano y lo que ello conllevaba. Pero sabía que sería un infierno.

¿Aguantaríamos?

Si decía que no le perdía.

Además, no quiero decirle que no.

- ¿Y qué le diríamos a nuestros padres? - pregunté casi ronroneando mientras continuaba abrazada a él, perdida en aquellos ojos.

En aquel momento dos explosiones cortaron el silencio como si fueran cuchillos.

La fiesta.

Y no podía deshacerme de aquella sensación de desasosiego. Insatisfacción. Seguramente era alguna forma que usaba para joderme haciendo que ya ni siquiera pudiera disfrutar de aquellos momentos.

A la mierda. Jódete tú y que se joda la música.

- Hagámoslo - propuse de pronto en respuesta a aquella pregunta que me había hecho.

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20/03/2015, 13:57
Paul Krause

Pido disculpas por mi ausencia en estos días, mucho trabajo. :D Hoy a la noche me pongo al día. 

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20/03/2015, 17:50
Narrador

Notas de juego

No pasa nada, ya sabemos que tienes un futuro prometedor con Laura. La musica puede ser estresante,xd.

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21/03/2015, 18:09
Paul Krause

Fue diferente todo, no me preocupaba por ello sino en mi y en Laura. Al fin de cuentas me había animado a tener un futuro con ella sin pensarlo demasiado, quizás por la trágica ilusión de que todo puede funcionar en definitiva. -La esperanza es lo ultimo que se pierde... Asi dicen.

Con cierto ímpetu propio de mi naturaleza voy incorporándome para buscar los pantalones y prepararme para salir junto con Laura si quiere a la fiesta. - Vayamos a la fiesta, tengo ganas de ver los fuegos artificiales. - le digo de una forma un tanto dulce para que no se enoje por mis repentinas ansias de ir.

Con un jeans y una camisa me preparo rápidamente. - Mañana buscaremos un lindo piso para los dos, debe ser amplio y con una sala especial de ensayos. Además no te preocupes por nuestros padres, mientras reciban su buena tajada de lo que gano no emitirán sonido. - de repente estaba muy hablador. ¿Seria el efecto post sexo desenfrenado? No lo sabia pero si era muy consciente de que querría una segunda vuelta al regresar. 

Notas de juego

Estresante si... Mas con una psyco de novia. xDDD

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22/03/2015, 19:59
Laura Schneider (RIP)

Me sentía pletórica. Hacía tiempo que no sentía esa...

¿Felicidad? No, alegría.

No era pura felicidad puesto que aún sabía que habría muchos escollos de por medio. Pero después de las últimas semanas esa alegría podía muy bien suplirla.

Asentí cuando habló de ir a ver los fuegos artificiales. Nos vendría bien despejarnos. Y cualquier cosa mejor que quedarse allí y que volviera al piano. Interrumpí su proceso de ponerse los pantalones lanzándome hacia él y dándole un beso. Después volví a dejarle que se vistiera sin dejar de observarle, desnuda en la cama.

Cuando empezó a enumerar los detalles del piso me puse en pie y me puse frente a él, mientras se abrochaba la camisa.

- Y una cama grande, no te olvides - le susurré dándole un nuevo beso.

Después me dí la vuelta y, desnuda, salí del cuarto con destino a mi habitación. Sólo porque sabía que nuestros padres no estaban en casa y porque los cuartos estaban uno al lado del otro, claro. Una vez allí abrí mi armario y me dispuse a vestirme.

No sería felicidad pero la imitaba muy bien.

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23/03/2015, 00:20
Paul Krause

-Y es tan bella cuando no habla.- suspiro al verla caminar hacia su habitación desnuda. 

Ya preparado para salir a la fiesta junto a Laura camino por el living de nuestra casa ansioso, era una nueva sensación que habitaba en mi interior, no sabía específicamente porqué era, desde ya que el sexo estuvo bueno como siempre. -Esto era algo nuevo. 

Sin mucho mas preámbulos una vez que Laura sale de su habitación beso sus labios con efusividad mientras la sujeto de la cintura tirando de ella hacia mi. Tras mi momento de intensidad y como  el repertorio de palabras se habían agotado, en total silencio me encamino hacia la puerta esperándola a que salga. 

-Veamos de que va esto. -pensé al salir a la calle. 

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23/03/2015, 16:23
Narrador

Llegais hasta el parque donde se celebra la fiesta. Sin duda es el parque mas grande de Stuttgart y ahora el ambiente era realmente festivo. Este año, como año especial para la ciudad, la fiesta se dedicó al medievo. Se usaron los diferentes caminos para colocar casetas de diferentes donde se enseñaban los antiguos oficios de la época. Se innovaron en algunas tabernas al aire libre con estructuras de madera, para imitar el interior de la época. Muchos puestos ofrecían comida artesana como otros productos, para probar e incluso comprar. En la zona amplia de césped incluso moldearon un estadio para torneos de caballeros con caballos incluidos. Permitian a la gente colocarse armaduras, y convertirse en un honorable caballero para salvar a su dama del temido caballero negro, rival tipico de muchas novelas.

La gente se iba acercando al lago, comentando que los fuegos estaban a punto de empezar. Desde el otro lado se veía a un grupo de hombres trabajando en la pirotecnia.

Notas de juego