Partida Rol por web

La casa parece un poco más vacía y menos bulliciosa, pero por otro lado es agradable el no encontrarse a la mal encarada Kylu y sus constantes reproches por no estar haciendo algo rápido y ya. También es cierto que si hubiésemos sabido nosotros lo que venia en camino, igual la hubiésemos apremiado nosotros a ella.

Aprovechando uno de los bulliciosos desayunos, y mientras voy tomando sitio en la cabecera de la mesa (he esperado el momento oportuno para que estuviese libre y que me vean todos sentarme ahí mientras empiezo a hablar) saco el tema que al parecer, alguno quería plantear...

- Bueno quizá sea el momento de plantearnos algunas cosas como grupo, no? Al parecer habría gente que no estaba de acuerdo con la manera de actuar de alguno de los miembros. Si hay alguien que tiene algo que decir, que lo diga ahora, no durante una amenaza latente extraterrestre. ¿No os parece? Porque eso si que igual no hay que consentirlo... no somos un grupo con galones, ni siquiera compartimos un origen común, ni mentores ni formación... pero sí hay que dejar algo claro,  cuando estemos peleando, nadie se queda atrás y nadie puede dudar del que tiene al lado. ¿Alguien tiene algo que decir?

Cuando volvimos, lo primero que hice fue ir a ver a mi padre. Intentar aclararle cualquier duda sobre mi comportamiento para que viera que sólo soy la frívola cobarde de siempre.

Y, a partir de ahí, me busqué cosas para hacer fuera de "злрдом" (malicomio), como había empezado a llamar, en mi cabeza, aquél sitio lleno de gente loca y agresiva. Me fuí de tiendas, aunque no gastaba demasiado porque, de repente, había empezado a darme miedo dejar rastro de por dónde andaba, aunque fuese pagando con tarjeta. Fui a varias fiestas nocturnas y me quedé a dormir, un par de días, por ahí, porque no me apetecía volver a ese dormitorio que compartía con Shell.

Dos días, incluso, pasé varias horas sentada en las gradas observando cómo entrenaban las animadoras de Columbia. Bueno, más que cómo entrenaban, cómo ligaban con los jugadores.

Cualquier cosa era buena con tal de no estar allí, con aquellas personas.

Sólo fue de casualidad que el día que a Adrien le dió por soltar un speech, estaba presente. "Bueno, igual los demás días también habló, pero como yo no estaba..."

A pesar del miedo, decidí que era el momento de abrir la boca

-¿Grupo? ¿Qué grupo? Somos una pandilla de marginados que no encajamos en ningún lado y, al menos yo, sigo aquí porque sola no duraría ni un minuto si vinieran a por mí. ¿Dudar sobre que alguien esté a mi lado o yo al suyo? ¿pero habéis visto cómo me comporto cuando se me va la olla? ¡Ni siquiera yo confío en mí! Aunque, al menos, mientras me dejen a mi bola, creo que no haría daño a nadie. En cambio Shell ha demostrado en numerosas ocasiones cómo es. Disfruta humillando a los demás, como un verdadero psicópata. No tengo nada que decir, tampoco que hacer porque no podría detenerla ni aunque quisiera. ¿Le tengo miedo? ¡SÍ! ¿Quiero estar con ella? ¡NO! No sé qué será lo siguiente que me haga a mí o a cualquiera que le lleve la contraria...- Miré a Adrien sin poder evitar el miedo, la tristeza y el sarcasmo -¿Estás ya más tranquilo? Ya he dicho lo que tengo que decir, aunque eso no resuelve nada ¿no? Porque no hay solución posible.-

Me levanté, dejando el café, que era todo lo que había cogido para desayunar

-Y ahora me voy a mirar escaparates- comenté saliendo de la habitación. Si es que Shell me dejaba y no me mataba antes de que abriese la puerta...

Cuando pienso que Adrien, con sus palabras, me esta poniendo en bandeja el recriminar la actitud de Reno, al impedir una muerte mas que justificada. Lena comienza a hablar, mi nombre sale varias veces por su boca y no precisamente para alagar mi corte de pelo o esa sonrisa que debería imitar de vez en cuando.

Siento que mi posición en el grupo está empezando a torcerse y que realmente he conseguido que más de un compañero me tenga miedo. No voy a negar que esa sensación me hace sentirme mas poderosa y pero yo soy una musa y las musas deben inspirar arte y belleza en los demás… en ningún caso temor. El temor coarta la creatividad y bloquea al espíritu.

Pienso seriamente en cómo enderezar la imagen que tienen de mi. Me la he ganado a pulso, no quiero ser una bomba de relojería bajo nuestro culo.

Tengo un fuerte impulso de dar un discurso épico, un discurso que les inspire, les haga crecer y creer. No estoy preparada aún y no creo que ellos lo aceptarán muy bien ahora mismo. Lo mismo debo ir poco a poco y compañero por compañero.

-Lena, ¿me dejas acompañarte? Por favor. Creo que tenemos cosas que hablar y te prometo una tarde tranquila. Invito yo- le digo con esa sonrisa de la que debería aprender. No la ve. Está de espaldas saliendo de la habitación.

No puedo evitar una mueca ante la última proposición de Shell. La última vez que se fueron juntas de compras..tienen tanto peligro como Ethan sin preservativo

Ethan aprovecha el tiempo para salir todas las noches con su amigo Yuri y quien quiera acompañarlos a beber y jugar a lo que sea por dinero y meterse en problemas. Lo que tiene de bueno para él es que al levantarse al mediodía con dolor de cabeza puede hacer que se le pase al instante y estar como nuevo.

Cuando se plantea el tema de las rispideces que hacen tambalear la estructura interna del grupo se mantiene un poco al margen. A ver, él es el primero que teme a Shell y lo hizo desde el primer día que la conoció, sólo que ahora otros se quieren subir al tren fantasma con él. Tampoco es que crea que la actitud de Lena es muy positiva, ya que siempre parece sentirse obligada a participar en ciertas actividades potencialmente mortales y tal. Él mismo no aporta más que sarcasmo y arregla algún que otro problema, pero claro, que causó él en algún momento. Adrien es un líder que no quiere ser, Cloe acomplejada por su falta de poderes, y Reno aún en proceso de adaptación. John y Yuzuru parecían ser los únicos verdaderos héroes que tenían que batallar en dos frentes, uno contra las amenazas y otro interno. 

Al final, pese a todo aquello, parecía que de tan disfuncionales no eran. De alguna manera habían logrado salvar al mundo. Y más de una vez. Ethan no se explicaba cómo y tampoco quería hacerlo. Se dejaría llevar como siempre por los acontecimientos, los problemas siempre llegaban y había que disfrutar un poco cuando les daban un respiro.

La primera semana del nuevo año todos pivotan alrededor de la idea lanzada por Adrien y aunque no sale ninguna conclusión inmediata, todos siguen aceptando que su convivencia se va a perpetuar en el tiempo. O casi todos. 

Shell ha decidido abrirse a Lena para que no la tema. La relación entre la miembro más desconfiada del grupo y la más temida será clave para determinar las nuevas bases. Lo que hayan podido conseguir en sus tardes de compras, de momento es un misterio. 

Ethan disfruta de sus fiestas con Yuri. Su nuevo multimillonario amigo parece no tener prisa en irse a su patria a rehacer su vida viviendo en una gran mansión. En vez de eso dilapida su fortuna en noches de sexo y juerga sin límites. Adrien les acompaña alguna noche aunque él no tiene el poder de Ethan de resetearse por las mañanas ni la inexplicable resistencia del ruso para seguirles el ritmo. 

Reno asumió el golpe de autoridad de Adrien y se limitó a entrenar y a prepararse para la siguiente misión. Afortunadamente hay un juguete nuevo al que dedicarle mucho tiempo. Poco a poco empieza a sentirse cómodo a los mandos del Crucero Ineida. Yuzuru le acompaña en sus primeras incursiones por los túneles bajo Manhattan. En una de ellas le presenta a Tucker. Su contacto en el gobierno. Junto a la información que le arrancaron a Hector Dax y lo que investigan, tienen claro cuál debe ser el siguiente objetivo de su misión. 

John, cuyo poder le dota de la capacidad de pilotar sin apenas entrenamiento, a veces va con ellos. Pero también aprovecha para pasear un par de tardes con Crystal, quien se ha quedado a vivir en la mansión hasta que encuentre un apartamento en Nueva York. Tiene claro que no va a volver a El Paso después de todo lo sucedido. 

Algo confundido en sus sentimientos, decide un día hablar con Cloe, la cual tal y como les cuenta preocupado Chad no ha salido del laboratorio en todo este tiempo. 

Cuando llega al edificio anexo de la mansión da la voz alarma al resto de sus compañeros. 
Todos se reúnen allí eventualmente. 

Cloe no está. Su laboratorio vaciado salvo por un pequeño regalo. Un enorme ordenador holográfico cuya primera proyección es el mensaje de despedida: 
 

MODO AUTOMÁTICO

Una imagen de Cloe se proyecta con absoluta nitidez. El holograma parece casi sólido. Pueden ver como su compañera se dirige a ellos con determinación, pero también intuir lo emocionada que está: 

- Queridos amigos. N'Romi quería daros un espacio para entrenar vuestros poderes. Con su don era fácil, pero quería que se pudiera combinar con mi tecnología y cuando vio que tenía que irse nos dijo a Kylu y a mí que quería que este fuera su regalo de despedida. Con la tecnología extraterrestre, su poder y mi... bueno... el mío para inventar, hemos logrado hacer esto. Es una Sala de Escenarios Holográficos para Optimizar vuestras habilidades. Pero ya la bautizaréis de alguna manera. Creo que os será muy útil. 

Digo que os será, porque yo no puedo quedarme aquí... Necesito resolver mi problema familiar. Sé que me ayudaríais a hacerlo. Al menos a rescatar a mi padre de la mafia. Pero me temo que ese es el asunto más fácil de todos. Mi madre alcohólica y enferma, mi tío un criminal... Y sobre todo yo: Mi inseguridad para hacer frente a todo eso...

Me presenté ante vosotros con otra imagen y personalidad, pero en estas últimas semanas me habéis enseñado a ser quién soy y de lo que soy capaz. Tengo el poder de crear inventos. Soy un mytho. Y un poco una heroína también. Al menos en este tiempo en que he estado con vosotros lo he sido. 
Ahora necesito probarme por mí misma. Y no esperar toda una vida para demostrármelo. 

Os quiero mucho. Sé que volveremos a vernos. 

Los mythos les enviaron a Nueva York como parte de un experimento pionero. 
En solo un mes no han sabido actuar como grupo. Ni siquiera son capaces de determinar la alienación de su moral. 

Y han salvado la vida a extraterrestres. Y al hacerlo rescataron la ciudad y puede que al planeta entero. 

Al hacerlo dotaron a su mansión de un cubo cósmico que les ayuda a permanecer invisibles ante los ciudadanos. 
Consiguieron trajes cuánticos de batalla.
Un crucero estelar para sus misiones. 
Y una sala de entrenamiento holográfico. 

Y más allá de todas y cada una de las ventajas propiciadas, mientras se enfrentaban a lo desconocido, descubrieron que por fuera de sus mythos seguían siendo tremendamente humanos. 

Algunos lo descubrieron por vez primera, como Lena con la crisis de su poder o ahora Cloe emancipándose para hacer frente a sus cuentas pendientes. 
Otros como Reno o Ethan descubrieron que es posible compatibilizar sus lealtades con las de sus nuevos compañeros. 
Los más jóvenes como John o Yuzuru se sienten más preparados que nunca para lanzarse al siguiente nivel de sus poderes: Recuperar la Espada Alma, las visiones del futuro, o el poder de hablar con los muertos. 

Y finalmente, Shell y Adrien han llegado a sacrificar sus intereses propios por hacer que todo aquel grupo permanezca unido. 

El experimento humano solo acaba con una constante, en la navideña ciudad o frente a amenazas galácticas. 
Con poderes y sin ellos. 

Son seres frágiles y contradictorios. 

Tremendamente humanos. 

FIN DE LA ESCENA Y EL ACTO