En cuanto conseguimos llegar hasta el nivel de calle no sé si sentirme aliviado o todavía más nervioso y cagado de miedo porque a fin de cuentas por aquí puede acecharnos cualquiera, ¿no? La parte buena es que ya ha empezado a amanecer y por tanto no vamos a necesitar cincuenta linternas para saber dónde estamos pisando.
Decido deslizar uno de los brazos de Eve por mis hombros para ayudarla a caminar, resopla tanto que parece que esté a punto de hiperventilar -¿Dónde demonios vamos ahora?- intento no levantar mucho la voz aunque es difícil controlarse cuando se está nervioso. Noto que las pulsaciones me van a mil pero me limito a observar a Harold, que es el único que conoce esta parte abandonada y despiadada carente de civilización.
Por desgracia la cosa empeora todavía más, como si no estuviéramos ya jodidos, en cuanto Eve anuncia que ha roto aguas y al comprobar el suelo y sus pantalones queda claro que así es -¡No me jodas!- me sale del alma aunque sé que ella tampoco puede controlarlo ni decirle al crío que vuelva para adentro, la tensión debe haber forzado un paro que de todas formas era inminente -Está bien, no es el fin del mundo, hace siglos la gente hacía esto sola y en sus casas...- claro que la mitad de veces también morían el bebé o la madre pero ese detalle casi mejor me lo ahorro -Vamos ahí- esta vez espero a que Harold me ayuda para prácticamente arrastrarla hasta el interior de lo que anteriormente debió de ser algún tipo de tienda de ropa, ahora polvorienta y llena de escombros -Aguanta un poco, Eve, vamos a intentar limpiar un poco esto...- no podemos hacer gran cosa pero extiendo una manta para que se siente y luego le dejo la mochila para que se apoye en ella. Yo no tengo ni idea de todo ese rollo de las contracciones así que miro al viejo como si le pidiera socorro en silencio. Con algo de suerte ha visto esto de cerca... nunca se sabe.
El amanecer y habernos librado de lo que fuera que nos estaba persiguiendo eleva un poco mi moral, y joder, lo necesitaba. No es que por el día todo sea más seguro pero siempre viene bien ver al astro rey. No obstante empiezo a pensar que debería volver al refugio y santas pascuas. Esto es el mayor despropósito que he visto en mi vida...pero, que he comandado. Pero algo me dice que aunque lo proponga ninguno querrá volver pase lo que pase. Así que simplemente ignoro la primera pregunta de Dylan y paseo la vista por los alrededores por si alguna luz divina me diera alguna idea.
Pero la única "luz divina" que me da de lleno en los ojos es la maldita realidad que parece especialmente empeñada en joderme la vida. - ¡Oh...joder!.- mascullo entre dientes negando con la cabeza. No, en serio, ni yo mismo puedo creerlo ni teniendo la maldita rotura de aguas delante de mis propias narices. Aun pensando si debo abandonarlos a su suerte o no, ayudo a Dylan a arrastrar a la parturienta a una vieja tienda de ropa.- Si, pero no parían rodeados de psicópatas y putos zombies...Es una de las razones primordiales para no salir del maldito refugio estando embarazada.- digo sin poder contener mi rabia y sobre todo frustración. ¿Qué cojones vamos a hacer? Sólo los gritos de la madre atraerán a media ciudad...y luego tenemos los lloros y gritos del bebe, la necesidad de higiene, un médico...- Esto es un despropósito.- murmuro ayudando a Eveline a acomodarse lo mejor posible.
- A mi no me mires chaval. He visto partos pero eso no te cataloga como médico en ningún lado. Tendremos que rezar y esperar que la madre naturaleza se ponga de nuestra parte.- Digo mientras cojo un trozo de tela limpio y lo retuerzo, para dárselo a Eveline.- Toma muerde esto, te ayudara y además hará que grites menos...- lo triste es que no se me ocurre mucho más.
¿¡Y que demonios quieren que haga si he roto aguas!? ¿Me lo vuelvo a meter para dentro? ¡Joder! Que esto duele horrores y no me apetece estar aguantando broncas que no me merezco. Al menos Dylan me apoya un poco y me da ánimos, pero no puedo decir lo mismo de Harold que encima se dedica a meterme miedo porque no se hasta que punto voy a poder soportar el dolor sin gritar y eso sin tener en cuenta que algo pueda salir mal y me pase algo a mi o a mi bebé, porque en ese caso dudo que ninguno de los dos esté cualificado para hacer nada.
Al menos conseguimos llegar hasta una tienda donde estaremos un poco más resguardados, apoyándome contra la pared mientras respiro y expiro profundamente, teniendo que apretar con fuerza los dientes en algún momento que otro al sentir una nueva contracción. Gracias al cielo, enseguida puedo tumbarme sobre la tela y apoyarme en la mochila, cerrando los ojos e intentando relajarme y respirar con normalidad pero desde luego no lo consigo. Encima me entran ganas de llorar cuando Harold suelta eso porque realmente me doy cuenta de lo arriesgado que va a ser esto, ya que si algo sale mal lo más probable es que acabe muerta. Y si no soy yo es mi hijo.
Cojo el trozo de tela, manteniéndolo en la mano ahora que de momento estoy algo mejor pero no dudo en agarrar a Dylan de la muñeca para que no se aleje aunque el pobre vaya a sufrir como yo con esto. No tardo demasiado en empezar a morder la tela con fuerza, llorando de puro dolor y apretando la mano a Dylan a cada contracción y más aún cuando empiezo a notarle salir. Llega un momento en el que creo que voy a desmayarme y empieza a costarme mirar a Harold o hacia cualquier punto en el que intente fijarme, por lo que empiezo a agobiarme y a llorar en silencio. No se cuanto tiempo pasa pero para mi resulta una eternidad y completa una tortura hasta que finalmente empiezo a oir sus llantos y yo no tengo ni fuerzas para moverme. Al menos le oigo llorar, se supone que es bueno, ¿no? -¿C-como está?- pregunto extendiendo los brazos porque quiero cogerle. ¿Se parecerá a Arthur...? -¿Creéis que podemos quedarnos aquí...? Necesito descansar- pido porque acaban de pasar demasiadas cosas en muy poco tiempo y necesito tranquilizarme y dejar de pensar que cometí un error al querer venir y arrastrar conmigo a Arthur.
Tanto la respuesta como las acciones de Harold me decepcionan visiblemente en ese momento. ¿De verdad?, ¿de verdad esto es todo...? Abro los ojos algo más de la cuenta pero opto por no decir nada de eso en voz alta para no asustar más a Eveline, suficiente tiene con los suyo, volviendo la atención a ella en cuanto se sujeta a mi mano sin tardar en ejercer una presión considerable -Joder, la madre que...- emito una especie de resoplido pero termino por aguantarme, supongo que tiene derecho a romperme los dedos mientras da a luz en unas condiciones tan lamentables -Busca una camiseta limpia en mi mochila para envolver al crío cuando salga- le indico al viejo a falta de alguien con mejores ideas -Eve, va a doler pero saldrá bien, ¿vale? Sólo tienes que empujar y respirar. Vamos- intento animarla y ese tipo de cosas, comprobando de vez en cuando los accesos de la calle para comprobar que no se acerque ningún "mirón" inoportuno.
Por suerte el parto sucede sin demasiados inconvenientes, a parte de nuestra falta de experiencia, claro, así que mientras Harold se encarga de sostener al bebé yo aprovecho para limpiarle un poco la cara a Eveline y dejarle la cantimplora -Está bien pero tenemos que lavarlo, descansa lo que puedas...- dejamos que se tumbe y prácticamente gastamos todas nuestras reservas de agua en limpiar al niño y el estropicio entre las piernas de Eve, aunque de eso todavía quedan algunos rastros pero espero que encontremos un sitio en el que pueda lavarse en condiciones antes de que pueda infectarse. Joder, eso sería ya lo que nos faltaba.
-No podemos quedarnos mucho rato, aunque hayamos tenido suerte y no nos hayan oído esas cosas olerán la sangre. O eso creo... porque tampoco son zombies, ¿no?- susurro a Harold a modo de confidencia mientras envolvemos y apretamos como podemos al niño en esa camiseta limpia que mencioné anteriormente. Me temo que ninguno de los dos sabe mucho sobre el tema así que nos manejamos como si se tratara de un jarrón muy valioso que nos diera miedo romper sin querer. Es bastante lamentable, para ser sinceros -Voy a darle al enano, piensa dónde podemos ir que sea mínimamente seguro- él es el único que conoce mínimamente esta parte de la ciudad así que le dejo su espacio y algo de tiempo para que piense en frío y deje de querer apuñalarnos, acercándome a Eve para cederle a su bebé con cuidado. Por suerte sus llantos todavía no son demasiado estridentes -No sé si tendrá hambre nada más salir... supongo que no- ni idea pero sería un alivio que tuviera la boca ocupada en algo, para qué mentirnos -Es un niño- le confirmo mirándola de reojo, deduciendo que el nombre será Arthur aunque tampoco quiero meterme donde no me llaman.
No seas cafre y avanza la acción también en tus posts, Illy xD
La tensión del ambiente va disminuyendo poco a poco, aunque yo siento como si me fuera a dar un ataque al corazón. Pero milagrosamente, aún no se como el parto ha ido bien. De hecho increíblemente bien, como si una deidad hubiera puesto su atención en nosotros para que no nos pasara nada. El niño está bien, la madre está bien y nosotros estamos solos, es decir nosotros cuatro, sin compañía "extra" a pesar del ruido, los lloros y la sangre. Dylan ayuda a la necesitada madre, que evidentemente está agotada, mientras yo aún reflexiono sobre la suerte que hemos tenido. No obstante unas palabras del muchacho me devuelven a la cruda realidad.
-No, claro que no podemos quedarnos aqui...- respondo más pensativo que decidido.- No tengo ni idea de como funcionan esas cosas, pero dado lo mucho que les gusta morder humanos estoy seguro de que tienen cierta afinidad a la sangre. Y aunque no lo tuvieran, no deberíamos quedarnos aquí con este estropicio.- continuo en automático mientras mi cerebro exprime todos los sitios en los que estado buscando algún recuerdo de uno que nos sirva de refugio sin tener que volver a la ciudad. Lo peor de ser viejo no es el dolor de las articulaciones, sino la pérdida de recuerdos. Por suerte una bombilla ilumina mi vieja memoria.
- Vale, creo que se dónde podemos ir.- Digo mientras empiezo a recoger nuestras posesiones.- No está demasiado lejos de aqui pero tendremos que andar con cuidado. Eve, vas ha tener que hacer un último esfuerzo.- le digo con toda la suavidad que de la que soy capaz, que no es demasiada. He sido un poco áspero con la muchacha y tampoco lo ha hecho tan mal.- No es un refugio refugio, pero nos servirá para descansar un poco. Hace tiempo, cuando casi me pillan por contrabando en la ciudad, decidí aprovisionar un pequeño bajo abandonado y bastante escondido por si algún día me echaban o me veía obligado a salir cagando leches. Tiene algo de comida, y agua, aunque no demasiada y no se en que estado estará. Pero hay más cosas como cuerdas, algunas herramientas y mapas. Algunos estarán algo viejos pero los necesitaremos si queremos movernos por zonas de la ciudad en las que nunca he estado. Lo más importante es llegar sin que nos vean.- espero que mi explicación les de fuerzas porque las vamos a necesitar.
El trayecto se hace lento y pesado. Nos turnamos entre Dylan y yo para ayudar a la reciente madre con la caminata. Por suerte no estábamos tan lejos del "refugio" como esperaba, si no hasta yo habría necesitado ayuda para llegar. Los guío a través de los edificios, sorprendentemente sin ningún problema, hasta llegar a una calle desde la que se puede ver un callejón cuya entrada está llena de basura y maleza. Al llegar a él les indico con un gesto que guarden silencio pues hay tres hombres, mayores que Dylan pero no mayores que yo, con pinta de llevar en el exterior mucho tiempo rondando por la zona. No tardan demasiado en irse por el otro lado del callejón. Así que indicó a mis acompañantes que me sigan.- Es aqui.- digo en voz baja por si acaso y les señalo una especie de agujero medio derruido que da a unas escaleras viejas. Hace tiempo sería una especie de pequeño bar o algo por el estilo pero ahora el interior está lleno de escombros y un viejo colchón en el que no sería muy cómodo dormir, ni tampoco muy higiénico.
- Como veis esto está bastante escondido pero es pequeño y no puedes estar mucho tiempo sin que te molesten las alimañas. Así que cuidado con las ratas y cucarachas.- digo mientras empiezo a rebuscar debajo de lo que era una barra de bar.- ¡Mierda!. Lo han saqueado, maldita sea. Puede que hayan sido esos tres de antes. No se lo han llevado todo, aún queda agua y algo de comida...caducada, en lata. Pero ni rastro de los mapas, claro, los mapas no pesan.- refunfuño con fastidio.- Podríamos ir tras ellos, pero no se si nos merecería la pena arriesgarnos a un enfrentamiento con esos tipos por unos mapas y algo de provisiones.- termino lanzandoles una mirada significativa, sobre todo a Dylan. Una opción es enfrentarnos a ellos pero la otra es andar a ciegas por la ciudad cuando nos alejemos más. No se que es peor.
Me duelen hasta las pestañas después de esto y lo único que quiero es descansar y dormir, aunque cuando al fin me da a mi bebé todo eso se me pasa, abrazándole contra mi y sintiendo ganas de echar a llorar -Arthur siempre decía que sería niño- comento sujetando al pequeño creyendo que por fin podremos descansar un poco después de todo lo que ha pasado en las últimas horas pero está claro que me equivoco. Ya sabía que no sería fácil cuando saliéramos de la ciudad, pero creí que después de esto tendríamos algo de tregua -¿Ahora?- pregunto mirándoles a ambos hasta que Harold se explica un poco mejor, convenciéndome un poco al saber que él mismo ha estado ahí y se podría considerar como un sitio seguro. Tampoco es que me quede otra opción ¿no?
Es por eso que nos ponemos en movimiento enseguida tardando bastante en recorrer distancias en las que en otras circunstancias hubiéramos tardado apenas unos minutos. Lo peor es cuando parece haber gente y ya empiezo a pensar que venir hasta aquí no ha servido de mucho pero por suerte acaban largándose y respiro aliviada. Bajo las escaleras con cierta lentitud y algo de ayuda, echando un vistazo al local y al colchón que hay tirado. No es ningún lujo, pero supongo que nos servirá al menos un tiempo. A mi ahora mismo me vale cualquier cosa. A no ser que esos tipos decidan volver.
-Es mejor que nada- indico cuando Harold hace un rápido inventario de lo que ha quedado -No creo que sea necesario ¿no? Quiero decir... conoces el camino- añado porque jugarse la vida por un par de mapas y algo de comida no merece la pena. Obviamente harán lo que crean más conveniente, claro, pero preferiría que simplemente lo dejaran estar. Ya encontraremos alguna manera de seguir si Harold no conoce una zona. Ahora lo único que quiero es descansar de verdad -Dejadlo estar- pido porque en realidad tampoco me apetece que me dejen sola.
Cuando Harold por fin nos informa de que conoce un lugar adecuado en el que esconderse y descansar, más que nada por Eve y el niño, no puedo evitar un suspiro de alivio. Me sabe mal por ella, lo último que debe apetecerle ahora es levantarse, pero no tenemos alternativa así que me encargo de llevar todas sus cosas y de ayudarla de vez en cuando a avanzar aunque el que más colabora en ello en realidad es el viejo, para sorpresa muda de todos.
-Mierda, mierda- protesto entre dientes en cuanto distinguimos lo que parecen ser un par de saqueadores, supongo que por aquí todos lo somos, pero en cuanto se van todos respiramos más tranquilos y nos metemos en esa especie de antiguo bar. Apuesto a que antiguamente incluso tenía su encanto, ahora simplemente considero un lujo que se mantenga en pie y sin demasiados desperfectos además del evidente polvo y los muebles patas arriba -Nos quedaremos hasta que Eve se recupere un poco y seguiremos en marcha- espero que eso no suponga demasiados días pero ninguno de los presentes podría adivinarlo.
Abro mi mochila y coloco una manta encima del colchón mientras el viejo se encarga de comprobar lo que hay por ahí. Ayudo a Eve a tomar asiento o sentarse y dirijo una última mirada al pequeñajo que se remueve dentro de su propia manta antes de acercarme a la barra y sentarme en uno de los taburetes, con la mala suerte de que resulta estar tan podrido que no tardo ni tres segundos en romperlo y caer contra el suelo con un pequeño estruendo -Mierda, joder...- mascullo a modo de protesta, frotándome un poco el culo mientras vuelvo a levantarme y observo la entrada con desconfianza. Supongo que esos tipos ya estarán demasiado alejados como para haberlo oído y de todas formas puede que sean como nosotros, simples supervivientes. Quiero creer que no todo el mundo es un hijo de puta, quizá porque no tengo tanta experiencia sobre como es la vida aquí fuera realmente.
La deducción de Eveline sobre los conocimientos de Har suena bastante ingenua. Si conociera el recorrido, ¿para qué iba a necesitar los mapas? Pero aún así procuro no reforzar la obviedad -Aunque conozca la ciudad dudo que sepa lo que hay más allá hasta llegar a nuestro destino pero tengo una brújula y con eso debería valer, ¿no?- no será tan efectivo como saber realmente lo que hay en ese terreno pero aún así seguro que nos apañaríamos -Será mejor que nos quedemos- apoyo la idea de nuestra compañera porque me siento demasiado cansado y tenso. Esta noche han sucedido demasiadas cosas y creo que todos nos merecemos un respiro aunque el orgullo de Harold no le vaya a permitir admitirlo abiertamente -Mañana podríamos salir a buscar algunas provisiones, algo para comer, ya sabes- bebo un trago de las recién encontradas botellas y lo cierto es que sabe un poco a plástico, deben de llevar mucho tiempo ahí, pero aún así el agua parece potable y eso es lo importante ahora así que le acerco la botella a la rubia, sentándome a su lado -También estaría bien encontrar alguna tienda de cosas para bebés, ¿es demasiado pedir?- no tengo ni idea del tema pero con suerte nuestro guía particular conozca algún sitio, aunque sea una guardería.